La machetera
Todo por encontrar mi propia voz en el audiovisual
Fotos cortesía de la entrevistada
Cualquier cosa puede surgir en una peña de la AHS. Cualquiera. Incluso moldearse una película. Desde hace más de tres años, la joven realizadora Yanet Pavón dirige la peña audiovisual “To Be, Ser o Estar” en la Casa del Joven Creador de Las Tunas. El espacio, entre debates y proyecciones, propicia la reflexión y el diálogo, el intercambio entre jóvenes creadores y cinéfilos.
Zamjat –proyecto que “aspira a convertirse en un Colectivo de Creación Audiovisual y Cinematográficas para próximos trabajos”, y diminutivo de su nombre artístico, cuenta Yanet– tuvo su génesis en este espacio de la AHS tunera. De la misma manera que La machetera, producción realizada entre Italia y Cuba, y su debut en el largometraje de ficción, resume el trabajo creativo de un grupo de realizadores encabezados por esta joven estudiante de la Facultad de las Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual (Famca) de la Universidad de las Artes (ISA) en su filial de Holguín, y además, editora del canal TunasVisión de esa oriental provincia.
Un corte de caña en la granja del Central Manatí, en Las Tunas, a finales de la década del 70, un auto lada –modelo que aun surca, como símbolo de esos años, las calles de la isla–, y el ímpetu de Marisol, su protagonista, por salir adelante e imponer su valía, resumen la sinopsis de este filme que ha obtenido disímiles premios en eventos internacionales de cine, como Mejor película extranjera en LA Femme International Film Festival 2021, en Los Ángeles, Estados Unidos. Además de presentarse con éxito en Cuzco Underground Cinema Festival 2021 (CUCIF) y Angel Film Awards 2021 Monaco International Film Festival, entre otras muestras del séptimo arte.
La machetera ha sido, además, la oportunidad para buscar su propia voz en el audiovisual. De ir creciendo como realizadora –en “un entorno que va a toda velocidad y que tiene años de existencia”, y que demanda el trabajo en equipo– mientras surgen los retos y proyectos. Decir quién soy, pero también quienes somos. Y como premisa “hacer y seguir aprendiendo” cada día.
ESA CONVICCIÓN DE SER DIRECTORA HA SIDO UN PROCESO DE ACEPTACIÓN MUY COMPLICADO
Debutas en la dirección de largometraje con La machetera, un proyecto sin dudas ambicioso. Antes de esto cuál era tu experiencia… ¿En qué otros proyectos audiovisuales habías trabajado?
Antes de La machetera como producción independiente hice el cortometraje Laguna y Los 4-Sientos como editora (corto-taller en el Festival Internacional de Cine de Gibara). Luego participé en Herradura como Asistente de Dirección y Script, donde conocí a Esnedy Milán y a un grupo de artistas suizos-italianos. En general mi experiencia viene de la televisión como editora. Desde que inicié allí hago pequeños videos a modo de ejercicios y ensayos de cuestiones que me inquietan. Tuve la oportunidad en el taller colateral Tecnologías que Danzan del Grand Prix Vladimir Malakhov, junto al profesor Andrés D´Abreu, de realizar el video-danza Boudanz.
Cuéntanos de la génesis del mismo… ¿Cómo surgió la idea de realizar este filme?
La machetera es un proyecto que nació de Esnedy Milán, basado en uno de sus cuentos. En primera instancia fungí como asesora del guion y parte del equipo de producción. Luego ella me propuso hacer la dirección, una idea que me aterrorizaba y que no acepté inmediatamente, porque hacer la dirección de un largometraje es muy serio, muy complicado, cosa para gente de mucha experiencia. Por esa razón se buscaron a otros más experimentados para asumir el rol, pero al parecer el destino apuntaba hacia mí y esa convicción de ser directora ha sido un proceso de aceptación muy complicado; gracias al apoyo de varios amigos, sobre todo de Rolando Boet, joven actor y dramaturgo, y la propia Esnedy Milán, quien confió ciegamente en mí.
La machetera es una producción italiana. ¿Qué es la LeonCubaFilm, NewKpler? ¿Y la Zamjat, en Las Tunas? ¿Y además, cómo llega un equipo italiano a interesarse por un proyecto tunero? ¿Existían vínculos de trabajo anteriores? ¿Algo que conectara a este equipo con Cuba?
LeonCubaFilm más que una productora audiovisual en Roma, es una célula en la que convergen muchos artistas amigos de Esnedy de diferentes nacionalidades y formaciones artísticas, que han trabajado por muchos años en el teatro, la televisión y el cine, y que además aman la cultura cubana, y se hermanaron con la Zamjat (diminutivo de mi nombre artístico y que con el tiempo se ha convertido en otra célula desde Las Tunas donde nacen proyectos artísticos y en el cual participan variedad de personas) desde la AHS en la Peña Audiovisual “To Be, Ser o Estar”. Ahora Zamjat, con las nuevas leyes de cine, aspira a convertirse en un Colectivo de Creación Audiovisual y Cinematográficas para próximos trabajos. La NewKpler participó en la producción financiera del filme. El hecho de que un equipo extranjero italiano se interese en uno tunero es gracias al trabajo que ha realizado Esnedy Milán en la embajada de Cuba en Roma, en los diferentes eventos culturales, llevando allí la cultura de donde ella nació y de la cual se siente muy orgullosa; no es solo Cuba si no más dentro, Las Tunas, Manatí, El Cerro, Meriño…
LA ÚLTIMA PALABRA ERA MI RESPONSABILIDAD Y AHÍ SÍ QUE SE SIENTE UN PESO ENORME
Trabajas como editora en TunasVisión, entras al proyecto en la corrección del guion, pero cómo llegas a la dirección de La machetera. ¿Cómo es que te proponen que lo asumas? ¿Cómo llegas a estar dirigiendo un equipo con jóvenes cubanos y varios profesionales italianos?
Esnedy me dice que ella tenía la certeza de que yo debía dirigir esa película y que me veía muy comprometida con lo más mínimo y que eso ella lo vio desde que hicimos Herradura, donde me observaba trabajar junto a Federico Schlater, fotógrafo y director de cine y televisión suizo.
El proceso de dirigir a tanta gente tan joven como yo, fue un gran reto, porque me encontraba aprendiendo paso a paso y todos en mayoría éramos novatos haciendo una película. Aprendíamos haciendo, desde el vestuario, maquillaje y peluquería, script, producción, sonido, fotografía, asistente de cámara, diseño de luces, en fin, todo… A mí me sirvió mucho lo que aprendí en la asignatura de Producción, porque era mi guía para los diferentes procesos que se desarrollan de la manera que menos esperas. También tuve ayuda de la gente de más experiencia, entre ellos los actores, pero al final la última palabra en el plano si quedaba o no, era mi responsabilidad y ahí sí que se siente un peso enorme.
Por la parte italiana habíamos coordinado la colaboración de la diseñadora de vestuario y maquillaje Magda Accolti; Giuliano Gastaldi en la Dirección de Fotografía, y Esnedy, que ella es tunera-italiana. En realidad, había muchas más personas que estaban dispuesta a venir a participar en la película como tutores de las diferentes especialidades, un sueño que no se pudo concretar completamente, porque en un principio las autoridades lo veían como inusual. Finalmente, la AHS tramitó el visado y el autorizo de entrada para la tecnología que venía por tiempo límite.
¿Cuál es la sinopsis de La machetera?
Año 1978, en la granja cañera del Central Manatí, ubicado en la provincia de Las Tunas, un grupo de macheteros se esfuerza al máximo en cada jornada por cumplir el plan de corte. Un día se les incorpora Marisol, joven mujer de tez morena de origen tunero, pero radicada en la capital, cuestión que provocará desagrados entre los trabajadores del pelotón y las mujeres del pueblo. Aunque Marisol es discreta, de pocas palabras, tiene mentalidad moderna y autónoma. Una vez de retorno a Meriño, luego del suicidio de su abuelo Melquiades, hereda las propiedades de su familia, que se resumen a una decadente casa de campo, un caballo y un cerdo.
Ante la enfermedad de su esposo Pedro y la situación familiar, deciden quedarse por una temporada en el campo. Tiempo para respirar nuevos aires, propiciar un lugar de reposo para la recuperación de Pedro y el inicio para otros proyectos. Ante la emulación y los estímulos en el corte de caña, Marisol toma la plaza bacante de machetera con el fin de ganar el gran premio: un lada.
¿En qué sitios de Las Tunas grabaron?
Las locaciones fueron varias, grabamos algunas escenas que llamé “insertos” antes y después de los 18 más 7 días programados para la mayor parte. Fuimos a la finca de Robotán, el Centro de Acopio de Majibacoa, El Lago Azul, El Cornito, en el pueblo de Manatí, la munidad del Cerro de Caisimú y hasta en el mismo campismo.
Has dicho que el proceso de rodaje fue también una especie de taller…
En un principio los que me siguieron en la aventura de estructurar el proceso de la producción del filme (Ismaray Aguilera, Katia González, Luis Ricardo Faura, Heidy Almarales, Lisandra Rivero y Luis Ricardo Faura) vivenciaron los pasos del desglose del guion para los diferentes departamentos artísticos. Todo esto fue partiendo desde las clases de Producción en Famca que había recibido con la profesora Kirenia y lo hacíamos en talleres y debates, donde concretábamos quiénes podían colaborar de nuestra familia o círculos de amigos, porque había que trabajar en función de la década de los años 70. En la parte de dramatúrgica, el desglose de los personajes donde se ven los lazos de unión y los conflictos entre ellos, lo debatí primero con Alicia, egresada de la Famca de Holguín; la parte de la dirección de actores fue con Rolando Boet, el script lo enseñaba a las chicas por el curso que recibí en la EICTV en San Antonio de los Baños, mientras los chicos de la producción arreglaban equipos de la época, diseñamos lámparas… Fue un tiempo que disfrutamos mucho, amén del subir y bajar cajas y llevarlas de un lado a otro.
Aunque se había hecho la caracterización del vestuario por personajes y secuencias, con la asesoría de Esnedy y Giuliano se decidieron cambios importantes por los colores adecuados según la luz, algo que aprendimos en ese momento. Los asistentes de cámara tuvieron que aprender lo básico de una cámara que nunca habían visto, la función de los diferentes lentes, filtros y del diseño de luz. Por la parte del sonido fue muy parecido: Ricardo Arruti mostraba a su asistente Viguer Suró, los componentes del micrófono y las diferentes formas para captar el sonido; y su esposa Verónica enseñaba a los interesados desde la práctica, pues tienen mucha experiencia.
Actores profesionales, aficionados y no-actores… Es complejo desde la dirección de actores concretar esto.
Desde la selección de los personajes junto a Yunior Pérez, tuve clara la idea que no quería que actuasen, sino que se representaran a ellos mismos e incorporaran elementos de los personajes.
Buscaba “tipos” que fueran lo más cercano a ellos mismos, y a veces esto se torna complicado, sobre todo en los que tienen mayor carga actoral. El trabajo con actores es siempre delicado, y más cuando en el periodo más cercano a la grabación deciden algunos no participar, se enferman, mueren y tienes que reinventarte el trabajo de meses desde la propia selección y conocimiento del actor y el personaje que debe asumir, las lecturas de guion, prueba de vestuario, maquillaje y peluquería. Tuve que mover a actores para que asumieran otros personajes y a su vez buscar nuevos. Apenas tenía tiempo para trabajar con los nuevos, así que solo les daba elementos básicos y los que conocían mejor el guion los ayudaban porque en ese lugar tampoco teníamos para imprimir nuevos guiones. Los “no-actores” fueron muy nobles y mostraban mucho interés, y todo el equipo actoral fue bastante disciplinado.
VOCERA Y DEFENSORA DE LA MUJER EN CUBA Y EN TODOS LOS LUGARES DEL MUNDO
Has dicho que La machetera no pretende ser feminista, pero sí realza la autonomía de la mujer y el derecho de estas a desempeñarse en cualquier oficio…
Hablar de la mujer para mí nunca será un tema más. Cuando leí a profundidad el guion y entendí el tema que, sobre todo, defiende la autonomía de las féminas mis ojos se dilataron (por decir de alguna manera) y comencé a observar las historias de las mujeres más cercanas. Me montaba en los medios de transporte y las analizaba, observaba los temas de conversación y un día en un trencito local escuché cómo una joven le contaba a una amiga acerca de su marido, que la molía a golpes tan solo por querer usar un pantalón ajustado. Además, viví una experiencia personal que me hizo entender lo vulnerable que podemos ser. Busqué mucha literatura de la época de la revista Mujeres y Bohemia, y me llamó la atención cómo se generaban tantas cartas con reclamaciones sobre sus derechos laborales y de situaciones de discriminación, incluso dentro del propio hogar. No me creo feminista ni creo que la película lo sea en sí misma, pero sí es vocera y defensora de la mujer en Cuba y en todos los lugares del mundo.
Casi en el final, dos cuestiones que no quiero pasar por alto: ¿Cuál es la extensión, la duración, del filme? Y coméntame lo que desees de la música (que sé que es bastante tunera).
El filme tiene una duración de una hora y treinta minutos, y con respecto a la música siempre priorizamos que fuera de nuestro terruño, ya que es la música que nos caracteriza y añade mayor valor a la obra, aunque participaron otros colaboradores.
La machetera obtuvo el premio a mejor película extranjera en LA Femme International Film Festival 2021, en Los Ángeles, Estados Unidos, un reconocimiento importante en tu carrera. ¿Tienen previsto presentarla en otros festivales foráneos?
El filme se encuentra en el circuito internacional de festivales que es bastante amplio, ahora fue recientemente escogida en el 18th Angel Film Awards 2021 Monaco International Film Festival y su primer premio fue en el Cuzco Underground Cinema Festival 2021 (CUCIF). Aún no tenemos fecha prevista de estreno en Cuba, pero deseamos hacer una proyección especial en la Comunidad del Cerro, donde fue nuestra principal locación, y luego extendernos a otras localidades.
A partir de tu experiencia en la dirección de La machetera, ¿cuán complejo puede ser forjar una carrera reconocida como realizador audiovisual lejos de los conocidos circuitos de la capital?
Cuando inicié a conformar el equipo de La machetera con los primeros que interactué fue con los profesionales de la capital previstos, entre ellos José Manuel Riera, quien iba a hacer inicialmente la dirección fotográfica, todo un caballero y hombre humilde con el que nunca sentí esa diferencia de ser oriental sino simplemente cubana; y lo mismo con el director de arte Alexis Álvarez Armas, quien estaba dispuesto a participar en el filme y me dio muchos consejos para la conformación de locaciones. Hice talleres con Rolando Boet, también habanero. Y de manera general se mostraban emocionados porque una mujer joven quisiera hacer una película en Las Tunas.
Con respecto a tener una carrera reconocida desde el primer largo, es algo que estoy asimilando. No trabajo por reconocimiento, o dinero, todo esto se trata de encontrar mi propia voz en el audiovisual, entorno que va a toda velocidad y que tiene años de existencia. Solo quiero hacer y seguir aprendiendo en el lugar que sea. Tengo todavía muchas tareas pendientes.