Jóvenes realizadores
Inspirados
Abril sus flores abría… Este poema de Nicolás Guillén también puede contener el estado de gracia y las enervaciones de los jóvenes que a pesar de la pandemia, persisten en las redes sociales con la etiqueta #mantenteinspirado, y alumbran con el bálsamo de su obra la bella idea de la vida. Todo porque #elartesalva.
Hoy se cumple un año del megaconcierto Jóvenes por la vida, uno de los primeros alicientes a la espiritualidad de un pueblo, entonces aterrado por la COVID-19. Camagüey fue de las primeras provincias enlazadas al llamado Streaming Cuba. Así, el Ministerio de Cultura entraba de lleno con emisiones diferentes desde el ecosistema digital.
De aquel tres de abril recuerdo el set improvisado en la galería Mira, de la segunda planta del inmueble donde está la Casa del Joven Creador de Camagüey. Un puñado de entusiastas aseguraba lo básico para la transmisión online. En pantalla solo veíamos a la escritora Evelin Queipo y al trovador Harold Díaz, en representación de la filial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
Era una tarde agradable. El día anterior había llovido como consecuencia de un frente frío que preferimos interpretar con las palabras de las abuelas, cuando relacionaban los aguaceros con los buenos presagios.
Hablando en buen cubano, aquel pase en directo fue de palo. La imagen no quedó nítida, ni fluido el video. Mucha culpa tuvo la deficiente conectividad de la 3G, aunque no descartamos la inexperiencia de quienes, como también se dice, dieron el paso al frente. Lo anterior se supo después, por el aprendizaje sobre la marcha. Los inexpertos soñaron metas más altas y desarrollaron en octubre El Almacén de la Imagen como un evento transmedia, que no ha sido superado.
Comenzaron a proliferar alternativas de creación y promoción. La propia Evelin Queipo, en su intento por hacernos “delicioso” el confinamiento, comenzó a publicar décimas con recetas para repostería. En su perfil de Facebook podemos encontrar junto a los versos las imágenes del proceso y del producto final. Desde allí nos deleitó hasta con la ocurrencia de un dulce nombrado Romerías de mango, por los días del festival Romerías de Mayo.
También aparecieron con mayor fuerza grabaciones hechas con celulares, y las instituciones empezaron a confiar en los equipos de jóvenes realizadores para dar el salto de calidad. Gracias a la alianza verdadera, el Centro Provincial del Libro y la Literatura priorizó a autores recientes en videos de promoción cuando más recia estaba la cuarentena. Después puso en primeros planos a miembros de la sección de Artes visuales mientras pintaban cuadros que hoy ambientan librerías. La tercera oleada de cápsulas que apoyó fue para bailarines y actores de la sección de Artes escénicas. Asimismo, la filial enfocó a personas con un vínculo cercano a la organización.
Otro objetivo ha sido el hecho de mantenerse ligado a las buenas prácticas para transformar la problemática de la pandemia. Eso avaló aplausos de talla nacional como el Premio del Barrio para el proyecto sociocultural Golpe a golpe, merecedor de la condición Escudo y Espada de la Nación, conferida por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura también al colectivo laboral de la Casa del Joven Creador. Representantes de la CTC y la UJC en el territorio entregaron el reconocimiento Por las sendas de Agramonte y la distinción Jóvenes por la Vida.
El talento de ser incondicionales explica el sí a cuanto llamado de ayuda ha llegado de parte de las autoridades políticas y gubernamentales. Brigadas de Golpe a Golpe, el principal puente de la AHS a la comunidad, convivieron semanas con los ancianos del hogar Manuel Ramón Silva y Zayas; luego llevaron su espectáculo artístico a otros centros de asistencia social. En medio del intenso rebrote del 2021, integrantes de ese proyecto estrella cumplieron misión en la Zona Roja alistada en la Escuela Vocacional de Arte Luis Casas Romero.
Ante la imposibilidad de las actividades presenciales por la situación de transmisión autóctona de la COVID-19 en la ciudad de Camagüey, la vida de la Casa del Joven Creador ha transmutado a las redes sociales. Desde el perfil de la filial en Facebook podemos seguir las peñas, las noticias de los lauros de los asociados, los eventos, las convocatorias de becas y premios, y el movimiento de una organización activa. Una de las claves del aumento en el número de seguidores es la calidad de los contenidos, porque no basta con tener algo que decir, es preciso hacerlo de la manera más atractiva posible.
La filial ido perfilando su estrategia con realizaciones de alta factura audiovisual, con mayor cuidado en la imagen institucional y de sus asociados, y la conformación de una oferta cultural en el escenario virtual e incluso para tocar la parrilla de la televisión nacional. El éxito del Salón Gesto de artes visuales (enero), la jornada de música electrónica Beat 32 (febrero) y el festival de rap Trackean2 (marzo) reafirmaron la importancia del sentido previsor en la organización de los eventos.
La AHS en Camagüey está llena de proyectos: tiene casi listo su sitio web rediseñado con mejores servicios para la interactividad; participa de la campaña comunicacional Tienes la palabra; y ya prepara los materiales para el megafestival Romerías de Mayo. De igual manera, celebrará la victoria de Playa Girón con un conversatorio evocador de los versos guillenianos y de la música inspirada en los cubanos invencibles a la maldad de los invasores de 1961.
A un año del primer megaconcierto virtual Jóvenes por la vida, cuando abril retó a florecer la creatividad en circunstancias de pandemia, la AHS crece en proyectos y gratitud. Hoy donará cuadros y libros a una institución científica, y cantará con voz de trovador las hazañas y la resistencia de un pueblo que inspira e involucra a los jóvenes creadores en sus procesos culturales
Dayron Chang: «El primer jurado debería ser uno mismo» (+Fotos y videos)
En él habita un duende, quizás el más travieso. Anda por ahí provisto de valentías y pasiones, algunas cohibidas, otras desbordadas. A Dayron Chang Arranz, el comunicador y la persona, solo le importa amar, estremecer, descubrir, trascender; se niega a lo fútil.
Periodista, realizador, locutor y declamador, Dayron busca asir el alma de las cosas. No sabe hacerlo de otro modo. Lleva el peso de actuar y pensar de esa forma desde muy joven, por eso lee mucho, investiga, cuestiona y crea. Busca así traspasar el peligroso manto de la superficialidad y el acomodamiento. Se aleja de los lugares sin espíritu pero no se niega a las experiencias que le acerquen lo más posible al encuentro total con la vida.
El arte y la historia lo acunan en sus atrevimientos y son su pase de entrada al mundo intelectual cubano. En su corta carrera ya le conocen en festivales, concursos y premios de diversa índole, sin embargo, es en las historias de los otros, en el abrazo de sus paradigmas y en el guiño sensible de los amigos donde atesora sus logros. Aunque no les huye a los desafíos sabe poner cautela ante lo inmenso, por eso llegó algo asustadizo y escéptico al concurso Caracol para cosechar luego el reconocimiento de noveles y consagrados. Sobre los derroteros del evento y la participación de los jóvenes realizadores accedió a conversar con nuestro sitio.
—Quizás seas uno de los pocos afiliados de la AHS o de los jóvenes realizadores del oriente del país que ha sido premiado en el Caracol en dos de las áreas en concurso: Radio y Televisión. Cuéntame cuáles fueron las obras con las que resultaste ganador, su origen, características y otros detalles de tu participación.
—Llegar a obtener ese resultado en dos medios como la radio y la televisión, cada una con sus riquezas particulares, no fue para nada una meta. Más bien tiene que ver con mis inquietudes y propósitos, como persona y profesional, de socializar con los demás aquellos saberes que por azar o por intención llegan a mis manos. Al final, eso es lo mejor: el descubrimiento.
Un primer paso lo di con los sonidos, en medio del desafío que implicó reconstruir completamente la historia de la única gran cadena de radio que tuvo su epicentro fuera de la capital antes del Triunfo de la Revolución. Como parte del ejercicio de mi tesis de pregrado en la Licenciatura de Periodismo surgió la serie radiodocumental Sonidos de Ciudad en el año 2013.
Conocí entonces lo que para un joven del este del país pudiera y aún puede parecer distante, tanto geográfica como generacionalmente, el Premio Caracol. En aquel momento obtuve el lauro en dirección de radio con esa investigación que rescataba de la desmemoria el vínculo de la CMKW Cadena Oriental de Radio con acontecimientos de impacto de la cultura nacional y con personalidades como Luis Carbonell, Celina González, Ibrahim Apud, Yolanda Pujols, Salvador Wood, entre otros.
Resultaba casi impensable la posibilidad de ganar, aunque conocía de algunos casos ya premiados con similares edades, en entornos más cercanos a la capital. No obstante, hay que reconocer que no es lo cotidiano. Y decidí aventurarme porque creía en todo aquello que defendía y poseía el material. Cuando vine a ver era un recién graduado con un Caracol en sus manos y comencé a cambiar mi percepción sobre el premio.
En el caso de la televisión competí con la obra Historias entre montañas desde la cual se hace un análisis sobre la rebeldía del cubano. Esta mereció el premio del jurado en las categorías de dirección y guion de programas educativos e históricos. Había pasado ya un tiempo desde la sorpresa de Sonidos de Ciudad, pero para un joven el Caracol siempre es un impulso pues representa la posibilidad de medirte con realizadores a nivel nacional, unos menos conocidos, otros de renombrada trayectoria, pero todos al final creadores que entregan algo de sí en cada obra y que por diversos motivos apuestan por el Caracol. Siento que la intención, más que el acto de ganar, es ver cómo algunos ven y sueñan a Cuba desde el audiovisual. A eso debería aferrarse el concurso.
—Desde hace unos años se ha ido ampliando el número de categorías a premiar en el Festival Caracol. ¿Consideras que esto es beneficioso o no para la calidad y prestigio del evento?
—La calidad del evento se sustenta en demasiados pilares como para pensar que ampliar el número de categorías pudiera mellar en algún sentido su prestigio. Si bien es necesario respetar esencias y tradiciones dentro de cualquier concurso, también es menester repensarlo en cada tiempo porque la radio, el cine y la televisión evolucionan a la par de la tecnología, los creadores, las estéticas, los soportes… Por tanto, resultará beneficioso en la medida en que el comité organizador y todos aquellos que estén detrás del certamen estudien, antes de elaborar cada convocatoria, esas tendencias para saber qué debe permanecer, qué debe modificarse o qué añadir. Si no se piensa con esa profundidad y entrega podría ser funesto.
El Caracol no se puede permitir lo superfluo o lo improvisado. Estamos hablando de un concurso que por años ha formado parte de la vida cultural y creativa de los realizadores cubanos, que ha sido medidor de la creación a lo largo y ancho del país, que ha legitimado anualmente con sus premios tanto a obras como artistas, y eso es una gran responsabilidad.
Mantener esa exigencia; abrirse cada vez más a nuevas formas; pensarlo sin la etiqueta de las edades como es mi experiencia; expandirlo para que siga siendo plataforma de diálogo entre realizadores; premiar con rigurosidad y respeto… Ahí están los pilares que no deberían faltarle para ser un concurso siempre actualizado.
—Varios realizadores y miembros de la Uneac han planteado en distintos espacios gremiales la necesidad de crear un jurado de admisión como un primer filtro para que resulten nominadas las obras de mayor calidad. ¿Qué opinas al respecto?
—Podría decirte que soy de los que está de acuerdo con una idea como la que plantean algunos de mis colegas realizadores, pero lo valoro como una decisión circunstancial. No todos los días se concursa en un evento como el Caracol, no haces cotidianamente una obra que crees merecedora de competir. Al concurso no se envía lo común, sino lo que cada cual considera que sobresale entre todo aquello que ha producido. Por eso digo que el jurado de admisión es algo circunstancial.
El primer jurado debería ser uno mismo. No se trata de autolimitarse, pero sí de saber con claridad y autocrítica cuando se ha elaborado un producto que sobresale. Si no se nos va un pedazo de nuestra alma en el arte que hacemos entonces algo le falta. Cada quien sabe cuánto le ponen a su obra; lo que si no puede pasar es que por participar enviemos aquello que no cumpla con las expectativas del evento. Aun así, tener un jurado de admisión permitiría que llegara lo más depurado a manos del jurado que cada edición prestigia el Caracol. Es una decisión que exige respeto y cuidado.
—Muchos realizadores jóvenes hoy buscan fuente de financiamiento o auspicio para sus proyectos fuera de los circuitos institucionales ¿Crees que esta situación podría afectar su relación con el concurso Caracol o no?
—La creación audiovisual está buscando actualmente nuevos mecanismos para organizar procesos que durante largo tiempo han permanecido dispersos y sin dirección en este universo, todavía con grietas y dudas. El Registro del Creador, liderado por la Uneac, el Icaic, el Icrt y otras expresiones de nuestra institucionalidad es una muestra de ese intento del cual hay que seguir aprendiendo porque aún no conocemos todo aquello que ofrece o facilita en cuanto a organización, legitimidad, representación, financiamiento, etc.
Siempre he pensado que por encima de todo importa la creación y eso no tiene por qué entrar en conflicto o afectar el sentido de convocatoria del concurso Caracol. El certamen tiene esencias que ha defendido por años y no creo que la forma en la que se logre financiar o auspiciar la obra, mientras se respete la legalidad, deba entrar en disputa con esas esencias.
Viéndolo como un joven realizador, creo que mientras sea una obra de calidad, con estimables valores estéticos, no hay nada que pueda entrar en conflicto. Son tiempos de abrirse a los discursos que cobran fuerza en diversas partes de la Isla porque juntos contribuimos a esa obra coral que es la cultura. Con el acto de rechazar lo “no institucional” podríamos omitir una parte importante de lo que somos y decimos. El concurso y evento teórico del Caracol deber ser ese espacio de creación y discusión libre donde se exhiba aquello que con calidad se hace en materia de realización audiovisual.
—Podría pensarse que siendo un certamen convocado por la sección de Cine, Radio y TV de la Uneac este sea un espacio solo al alcance de consagrados artistas. ¿Por qué piensas que los jóvenes realizadores debían participar en el concurso y sesiones teóricas del premio Caracol?
—Creo ser un ejemplo, entre muchos otros que conozco en varias provincias del país, de que el Caracol no es un espacio elitista solo para consagrados. Pudiera plantearse sumar a más jóvenes, o “salirse” de La Habana en todo el sentido de la palabra, aunque también podrían ser los jóvenes quienes se atrevan, arriesguen, experimenten o propicien el diálogo.
Por otra parte, los tres días del espacio teórico han demostrado ser insuficientes; en la presente edición la crisis generada por la pandemia de la COVID-19 ha encauzado como nueva vía de socialización las plataformas digitales, experiencia que debería replicarse en los próximos años para que quienes consumen nuestras obras también formen parte de lo que antes se analizaba entre paredes. Pensar un caracol en los móviles, en tablets o un PC, debatir o polemizar con el público desde Instagram, Facebook, iVoox, entre otros soportes, en torno a lo que un jurado decidió que era lo mejor. Hacia ahí debe andar el Caracol, en la búsqueda de un camino que le acerque a los nuevos tiempos.
Siempre he creído en la continuidad. El diálogo generacional que se genera, en ocasiones, entre los pocos realizadores jóvenes y los más experimentados podría ser la piedra filosofal de esa continuidad y esa ruptura que le son inherentes al arte. Pero no lo podemos saber si no vemos al otro, si no escuchamos como lo ven los demás, si no somos capaces de ver más allá de lo que tenemos conceptualizado. ¿Cómo crecer sin interactuar? Por tanto, el Caracol debe buscar vías para crecer. No es malo que aúpe a los consagrados, —son imprescindibles—, lo que importa es que siempre encuentre una manera de ser abierto a todo lo que con calidad se haga en Cuba, porque es la única manera de perpetuarse y sobrevivir. Mi consejo a los jóvenes como yo: atrévanse, quién sabe si mañana ustedes sean los consagrados.
—¿Cómo podría contribuir la AHS a que los noveles realizadores se enfrenten a certámenes como el Caracol mejor cualificados o con más posibilidades de éxito?
—La AHS no deberá carecer jamás de agudeza en sus proyecciones. En esa habilidad se sustentará su vocación para integrar, escoger, consolidar y perpetuar aquello que se quiere definir como lo mejor del arte joven. Sería iluso no pensar que lo mejor puede que también siga allá fuera. Eso le impone a la organización un espíritu de búsqueda, renovación, de contacto y apertura, que se equipare al ritmo de la creación misma; que jamás niegue la esencia de libertad que hay en el arte y el artista; y que sepa andar con los tiempos.
No le debe faltar instinto para esto —al fin y al cabo el arte tiene un poco de ese impulso natural—, pero mejor que se sustente en un pensamiento y una estrategia. Hablamos de una organización de conceptos y filosofías de vida que concomitan para dialogar, que se juntan para hacer crecer al ser humano.
No es solo el artista lo que se elige. También se elige una historia, una leyenda individual, con principios y visiones del mundo que deberán encontrar en la organización vías para crecer, polemizar, revolucionar, aportar a una construcción coral más determinante que es la cultura cubana.
La AHS tiene que ser ese espacio para aprender a escuchar al de al lado, para analizar a Cuba no solo desde mi rincón vital y cercano, sino para entenderla en su profundidad a través del otro. Y qué suerte es tener un lugar de reunión, para ver nuestro arte en contexto, para saber que lo que nace en la individualidad, en el encierro de un taller; en un estudio de grabación, en el tabloncillo de un teatro, en un parque cualquiera de la isla, adquiere mayor sentido cuando interactúa con la realidad que le da vida. Y no es solo el cuadro, la coreografía danzaria, el nuevo libro, la película, es cada una de esas chispas dispersas hallando su verdadera razón cuando moviliza, contradice, embellece, cambia y enriquece lo espiritual y lo físico del entorno local, nacional y universal.
Hay una responsabilidad sobre los hombros de la AHS. Y en ello está en juego la herencia de una creación artística y una obra intelectual que nos trasciende y de la que sabremos o no si queremos o somos merecedores de formar parte. Siempre he creído que todo artista debe ser conocedor de sus raíces, y a partir de ellas trazarse propósitos nuevos. La organización debe prepararnos para momentos así, para circunstancias donde hay que tomar decisiones, para opinar en función de crecer y no de degradar, para madurar en ideas que nos lleven a concursos como el Caracol con obras y discursos que nutran a la nación. Y eso no es el logro de un día. Ese es el camino que deberá estar sembrando siempre la AHS; para ser esa coordenada en la que quieran encontrarse los jóvenes que sueñan y piensan a Cuba desde su arte, ya sea para continuidad y/o cambio.
Un Almacén 30 años más joven (+Fotos)
Un Almacén diferente, pero que no pierde su esencia y creatividad, gracias a la luz joven del audiovisual cubano y al amor incondicional de quienes trabajan durante todo el año para lograr que cada edición del Almacén de la Imagen sea el espacio idóneo que dé riendas sueltas a la originalidad de las nuevas generaciones de cineastas de la isla y del mundo.
Hecho en familia (+Video)
A la larga, la historia del arte cubano tendrá que reconocer que en los tiempos de la COVID-19 los artistas avileños se han crecido y mostrado el mejor de sus artes.
No haré la enumeración de cada ejemplo. Solo quiero detenerme en el video clip “Cuando tú me miras”, de la canción del cantautor Yoan Zamora. Audiovisual estrenado por el cantautor quien fuera miembro de la AHS y su vicepresidente en la célula provincial avileña.
Este es un trabajo casero, hecho desde la hegemonía familiar, que se llevaría una ovación a voz de encuesta. Y es que en su concepción, tiene una visualidad que atrapa y seduce. Continúa en la línea de la estética de vanguardia casi impuesta por los jóvenes realizadores de la Asociación, aunque sin muchos malabarismos ni efectos especiales.
También es una obra que se inscribe en el homenaje personal del artista, al aniversario 34 de la organización vanguardia de jóvenes artistas, a cumplirse el 18 de octubre de este año.
Si bien la canción no se me presenta entre las mejores composiciones del joven cantor, por tener una estructura predecible y un estribillo con características demasiado “pegajosas”, se deja escuchar y hasta se queda impregnada en la memoria del oyente.
Pero permite que sea visualizada con dignidad, decoro, y ciertas metáforas que conviven con la genialidad.
Partamos de que el trabajo está montado, en casi su totalidad, sobre los tonos grises, y algunos sepias. Esto crea no solo una atmósfera como histórica (una ciudad, el clima, una calle) o por momentos onírica (la lluvia, bosque, neblina, paraguas), sino que, además, permite que la fotografía asuma el papel protagónico que merece. Y así refuerce la carga semántica que ya tiene (una mujer acostada sobre un fondo blanco).
El espectador no se distrae con otros elementos dentro de cada composición, sino que se su limita a descodificar cada uno de los fragmentos de películas que conforman la obra (miradas, esperanza, desconsuelo, expectativas).
Además de las escenas en las que el Yoan cantautor interpreta el tema. Cámara muy bien realizada por su hija Lya Adriana.
Porque un video clip no solo nos regala un correlato paralelo a la historia que cuenta la canción, sino que, además, podría solo ofrecernos una ilustración de dicha letra. Y, en este caso, es lo que ocurre aquí.
No lo hace de manera pasiva. Sus ilustraciones nos mueven el intelecto, nos lleva a comparar, a buscar en nuestros archivos vivenciales. Porque todo lo que vemos se parece a lo ya vivido y queremos descifrar cuánto.
Sin embargo, las imágenes de una margarita que es deshojada por unas manos, una vista cenital de un paso de peatones abarrotado, la lluvia que cae sobre diferentes superficies, un semáforo que pasa siempre a verde, una mano que acerca la aguja de un tocadiscos al vinilo, entre algunas otras, conformarían una de las tantas historias que se podría leer y que es la que sigue: la vida pasa para todos a consecuencia de nuestros actos y decisiones.
Mirar es un acto que se decide llevar a cabo o que no. Se hace para un determinado propósito y, casi siempre, le precede a las ansias cognitivas de un sujeto.
La mirada es también comunicación no verbal.
En ese sentido, la atmósfera intimista que consigue este audiovisual nos llena de cierta melancolía y como que nos deja hacer un viaje introspectivo hacia el centro de nosotros mismos. ¿Añoramos el pasado? ¿Nos asusta el presente?
Con una mirada podríamos salvar al prójimo. Por una mirada, muchos estarían dispuestos a darlo todo.
La edición, a cargo del propio Yoan Zamora, está basada generalmente, en el corte directo. Aunque, en varios momentos, sigue la pauta de los cortes musicales para puntualizar algunos acentos de la canción y dinamizar el tempo ritmo de la misma.
Los cortes son precisos. Y, salvo en el minuto 1:26, donde la tomas donde el cantante se ve como detrás de un filtro oscuro que le antecede a otro de tono sepia y pareciera un error de revisión, el resto del material está elaborado con gracia y buena técnica.
Muy bien me parece el no pocas veces utilizado recurso del final circular. Recuérdese que en la primera escena del clip aparece una muchacha acostada sobre un demasiado blanco y se ve una sombra que huye de su cuerpo hacia la esquina inferior derecha. Me atrevería asegurar que un intercambio de la escena final, donde se ve la mano jugando a tocar a la muchacha, por esta inicial, sería más efectista y sugerente.
Y creo que para cerrar, la misma escena, pero en el plano donde la mano ya se retira. Principio y final de un suceso. Abre y cierra con una acción que pareciera detenida durante el tiempo que dura la canción.
Por lo pronto, este video clip de factura casera, a manos de la familia de Yoan Zamora, el cantautor avileño, sirve como muestra de que el arte en tiempos de COVID-19, cura y enaltece.
«El Lloga va a remover los cimientos de la radio»
Desde hace varios años la radio joven tiene como principal evento el Antonio Lloga in memoriam en Santiago de Cuba. Programas creativos alejados de convencionalismos y cánones catapultaron a este concurso como uno de los más prestigiosos del país. Durante no pocas sesiones, un jurado integrado por destacados realizadores de esta ciudad y Holguín, en polémicos debates, lograron premiar las categorías convocadas en esta 30 edición. La directora de programas de Radio Siboney, Zulima Nicolau Lahera, fue la presidenta del jurado del «Lloga» y analiza sin ambages la calidad de las obras presentadas y cómo entender las luces y sombras de este taller.
¿Las obras que concursan tenían la calidad para un evento tan prestigioso?
Este ha sido un año atípico en cuanto a la realización radial debido a la situación epidemiológica que ha atravesado nuestro país. Quizás por eso se ha visto un poco mermada la participación. No obstante, recibimos un total de 35 obras con una calidad discreta.
Hemos escuchado obras muy buenas pero otras no tanto. Me parece que ese no debe ser el medidor, pero sí te digo que las obras que premiamos tenían calidad. Este año no solo ha sido un concurso de la radio, también se ha abierto el espectro, y a partir de ahora será para el universo sonoro. Por primera vez, se concursó en la modalidad del podcast, con excelentes propuestas, historias novedosas, sensibles, creativas, y ha sido un reto para los jóvenes radialistas que se concurse en esta modalidad.
El «Lloga» se dedica a la experimentación radial. ¿Hay experimentación en los trabajos que concursan?
La mayor experimentación fue en los podcast. Quizás en esta 30 edición se haya querido volver a los inicios del “Lloga”. Es la primera vez que soy jurado del evento, pero desde los inicios de la AHS he estado como participante y he visto crecer el Taller.
Creo que el “Lloga” ha traicionado un poco su esencia porque siempre se concibió para premiar la creatividad, lo diferente. Este año se trató de buscar en el espíritu mismo del concurso y hacer un guiño a la experimentación. Pero esa debería ser su esencia, no una categoría o modalidad. Las obras que se presenten deben estar impregnadas por ese espíritu de búsqueda, de creatividad, y no todas las obras respondieron a esa particularidad.
¿A qué le atribuyes esa discreta calidad de buena parte de las obras en competencia?
Quizás la situación del país no ha permitido hacer la radio que se debería. Recuerda que se modificó toda la programación y puede que eso influyera un poco. Pero también pienso que cuando vas a enviar una obra a un concurso no deben ser obras del trabajo diario; hay que prepararse para el evento. Eso influyó en que la calidad haya mermado un poquito.
Aunque no todas las obras fueron de menor calidad. Hubo algunas correctas, buenas obras. Esto puede haber marcado el evento, incluso su participación, pues en otras ocasiones, más provincias se han sumado a la convocatoria, y esta vez fueron cinco incluyendo a Santiago de Cuba. Se añaden Holguín, Guantánamo, Sancti Spíritus y La Habana. De la capital, para satisfacción del jurado, fueron de medios no radiales como Juventud Rebelde y el Caimán Barbudo.
¿Significa que el «Lloga» se ha convertido en un espacio no solamente para las emisoras tradicionales?
Así es. A partir de ahora hay que repensar el universo sonoro, tenemos que mirar con luz larga y las nuevas tecnologías se están imponiendo; y que otros multimedios se sumen al “Lloga” va a remover los cimientos de la radio. Entonces los jóvenes deben repensar la radio, porque si se trata de contar historias, de que las personas se sientan reflejadas en la manera de hacer de la radio y no lo encuentran, puede que hallen eso en otros medios. Los jóvenes tienen que poner su creatividad en función de una radio mejor.
Si tomamos como referencia las obras de esta 30 edición, ¿esa es la radio que queremos?
Creo que no. Estamos mirando la radio desde una mirada contemplativa. Hay que ser más activos a la hora de crear. No puedes estar ajeno al momento que te toca vivir. Tienes que sumarte no solo con tu presencia, también tus ideas, tu talento y eso está faltando un poco. Una vez dije que estábamos haciendo la radio del “copia y pega”, y esa no puede ser la radio. Hay que buscar maneras creativas de hacer. La radio debe ser más inclusiva, participativa, cercana a la gente.
¿Qué géneros o modalidades abundan en esta edición?
Hubo mucha diversidad. Prevaleció el radio-documental, los programas culturales, etc. Escuchamos temas sui generis como por ejemplo, el transformismo, pero en general fueron trabajos tradicionales de una parrilla de una emisora. Cuando tienes una obra y no sabes si ubicarla en un género o no sabes encasillarla y se sale de formatos, estás ante una pieza experimental.
¿Fue muy difícil para el jurado escoger las obras premiadas?
Fue bastante difícil. El jurado tuvo un trabajo intenso y extenso. Hubo casos en que escuchabas el programa por primera vez y podías decir que eso era para premio, pero en otros llevó a una búsqueda; incluso con opiniones encontradas, porque casi tuvimos cuatro horas de debates para llegar al gran premio. Creo que no podemos conformarnos con que la radio es la que está, o que un programa esté hecho de una manera correcta que responda a los códigos establecidos. Cuando puedes situar un programa correcto, en una parrilla de programación, eso no significa que esa es la radio novedosa, diferente que queremos.
A este jurado le ha tocado la suerte de haber tenido los podcast y ha sido una responsabilidad. Te pongo el ejemplo, en los podcast no hay un locutor que cuenta, es el periodista; tiene banda sonora, pero es el periodista que se ha apropiado de esos recursos para crear algo y ofrece un significado. Pienso que este concurso va a remover los cimientos dormidos de la radio. Va a poner a pensar a los jóvenes realizadores que la radio debe crecer, mirar hacia otros espacios; que la radio va a asumir otras maneras de hacer.
¿La radio no debería ser experimental?
No puedes vivir eternamente experimentando, pero puedes vivir eternamente creando. Hay momentos en que una experimentación no responde a una obra de arte ni toda experimentación es creación. Siempre el creador debe ir buscando lo novedoso, lo diferente, pero tampoco puede ir rompiendo los códigos establecidos de la radio per se; tienes que saber qué violentas a la hora de hacer una obra artística. Entonces eso hay que definirlo bien.
¿Qué les sugieres a los jóvenes realizadores en este país?
Que sigan participando en los concursos, que busquen maneras creativas de hacer. Quizás en las vivencias que experimentan nacen obras valiosas. Las historias estar para ser contadas, solo falta el tino de qué cuento y cómo lo cuento. Que no se pongan barreras. Hay tabúes, pero pueden romperse. Que no se conformen con lo tradicional. Tienen una responsabilidad con el tiempo que vivimos.
¿Cómo remover los cimientos de la radio para que se convierta en un espacio creativo, que enamore a los diversos públicos?
Pienso que es momento de poner en las manos de los jóvenes las nuevas tecnologías, porque la radio cubana está en audio real en Internet, pero ¿estamos haciendo la radio para Internet? Entonces, si nosotros mismos no nos actualizamos, si no buscamos que esas nuevas maneras de hacer estén en función del arte y la creatividad, no lograremos hacer la radio que queremos. Podemos seguir haciendo la radio tradicional y de ahí hacer obras artísticas. ¿Vamos a conformarnos con eso? La radio ha estado y debe seguir siempre en la vanguardia de la creación.
«Crear implica ser responsable» (+ video y fotos)
«Lo poco que uno tiene es la sinceridad de decir lo que siente», así lo expresó el periodista y crítico de cine Rolando Pérez Betancourt durante la primera conferencia del Taller y Concurso de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena, convocado por la Asociación Hermanos Saíz para intelectuales y periodistas cubanos.
Los participantes en el evento debatieron sobre la censura, la función de la crítica cultural y el rol de los artistas en la sociedad cubana actual.
Respecto al controversial Sueños al Pairo, pieza censurada de la Muestra de jóvenes realizadores del ICAIC, Pérez Betancourt reconoció que es un documental donde no se dice ninguna mentira, y añadió que «mientras un tema siga abierto cualquiera tiene la oportunidad y la libertad de tratarlo, pero esa libertad lleva aparejada una responsabilidad que no podemos olvidar.»
Los jóvenes creadores van a cumplir la función crítica del arte en su momento; «en lo que respecta al cine, nuestros jóvenes realizadores tienen mucho talento, pero al tratar temas que no vivieron a veces más que arte están buscando ruido, y el crítico debe desarrollar una sensibilidad extra para tener esa percepción.»
En la referida pieza !el cantante es el pretexto, la Revolución cubana es la intención, y todas las revoluciones cometen errores, pero a la hora de analizarlos hay que poner texto y contexto!, precisó.
Segundo Taller y Concurso Nacional de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena
Más de 100 obras de autores de varias provincias compiten en la segunda edición del Taller y Concurso de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena que sesiona en La Habana hasta el 14 de marzo próximo.
Publicada por Asociación Hermanos Saíz en Jueves, 12 de marzo de 2020
El conductor del reconocido espacio cinematográfico La séptima puerta explicó su total desacuerdo con cualquier tipo de censura, porque es imprescindible «enfrentar todos nuestros temas en el periodismo y en cualquier manifestación del arte, pero somos nosotros los que tenemos que hacer ese tipo de trabajo, sin mentiras.»
Añadió que mientras un tema siga abierto cualquiera tiene la oportunidad y la libertad de tratarlo, «pero esa libertad lleva aparejada una responsabilidad que no podemos olvidar. La sinceridad es un valor decisivo en el arte.»
Asimismo señaló que «en el complejo contexto cultural de la Isla hay que defender las convicciones porque vamos a encontrar gente que quiere defender la Revolución pero con sus actitudes lo que hacen es daño.»
El debate sin barreras, la libertad de pensar y decir marcaron el encuentro con jóvenes de varias provincias, quienes participan en el evento que concluirá el próximo día 13.
Encuentro y Concurso de Jóvenes Radialistas
La Asociación Hermanos Saíz y la Dirección Provincial de Radio en Pinar del Río, convocan a todos los realizadores radiales menores de 35 años, miembros o no de la AHS, a participar en el
7mo. Encuentro y Concurso de Jóvenes Radialistas “La Vuelta Abajo”, que se efectuará del 5 al 9 de noviembre de 2019, en la ciudad de Pinar del Río.
El certamen tiene como objetivos estimular la excelencia y profesionalidad en la creación radial de los jóvenes realizadores, mostrar la calidad de los productos radiofónicos que producen los jóvenes radialistas en las emisoras y crear un espacio de intercambio teórico-práctico.
En esta oportunidad se dedica al Aniversario 50 de la Emisora Radio Guamá.
BASES DEL CONCURSO DE PROGRAMAS DE RADIO
En el concurso de programas se puede participar en cada una de las siguientes categorías:
– Propaganda Directa
– Mensaje de Bien Público
– Mensaje de Comunicación Política.
– Géneros informativos
– Comentario
– Entrevista
– Reportaje
– Testimonio
– Radiodocumental
– Noticiero
– Revista Informativa
– Programas para jóvenes
– Programa cultural
– Revista Variada
– Programa de variedades
– Programa Musical
– Programa Histórico
– Programa de debate
Las obras no deben exceder 1 hora de duración. En caso de sobrepasar este límite se aceptarán resúmenes. Asimismo, cada programa tiene que ser enviado con guion y planilla de inscripción. En caso de no contar con ello quedará automáticamente descalificado.
El jurado estará integrado por jóvenes artistas del medio radial y otros especialistas invitados para temas específicos. Su decisión será inapelable.
PREMIOS
Se establecen un Gran Premio por categoría,
– Gran Premio de Propaganda “Juan Hernández In Memoriam”
– Gran Premio de Informativos “Jorge López In Memoriam”
– Gran Premio de Programas Juveniles “Nicolás Martínez In Memoriam”
Se otorgará además las menciones que el jurado determine.
Igualmente se premiarán las individualidades de:
· Mejor dirección.
· Mejor guion.
· Mejor locución masculina.
· Mejor locución femenina.
· Mejor asesoría.
· Mejor grabación/ edición.
· Mejor operador de máster.
IMPORTANTE: Si el premio de individualidad corresponde a una persona mayor de 35 años no se otorgará, pues se incumple con el primer requisito de esta convocatoria.
CATEGORÍAS ESPECIALES
– Programa para Radio Universitaria. Para aquellos programas producidos y transmitidos exclusivamente por las radios universitarias del país.
– Premio Colateral Guamá. Este año de manera especial se otorgará al mejor trabajo dedicado a la ciudad de Pinar del Río.
– Premio Colateral UNEAC. Al trabajo de la Asociación Hermanos Saíz.
LAS OBRAS SERÁN RECIBIDAS HASTA EL 1RO DE OCTUBRE DE 2019.
EVENTO TEÓRICO
Los organizadores tienen el placer de invitar a comunicadores, periodistas y artistas jóvenes de la radio en el país, a presentar trabajos teóricos que aborden sobre el uso de las redes sociales en función de la programación radial y su planificación.
Los trabajos deben contar con un mínimo de 5 cuartillas y un máximo de 10 y ser enviados a la dirección lavueltaabajo@icrt.cu antes del 1 de octubre de 2019. Es necesario precisar los medios técnicos que necesitan para su exposición.
Un jurado de admisión seleccionará los trabajos que integrarán el programa teórico del evento.
Esta convocatoria puede ser consultada en el sitio web de la Emisora Radio Guamá: www.rguama.icrt.cu, el sitio web de la Asociación Hermanos Saíz: www.ahs.pinarte.cult.cu y para más información contactar con esta dirección de correo lavueltaabajo@icrt.cu.
El Comité Organizador agradece anticipadamente su posible interés en participar, y le solicita divulgue esta convocatoria a las emisoras del país, las radios universitarias, las Facultades de Periodismo y Comunicación, y las Casas del Joven Creador.
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