Ivette Cepeda


El Piña Colada, un festival sin etiquetas (+FOTOS)

Es justamente lo que hace que muchos músicos encuentren en la cita musical avileña su lugar exacto: la diversidad.

Y es, además, parte del encanto y las razones por las que la Plaza Máximo Gómez, el Teatro Principal, el Patio del Artex y cuanto espacio en la ciudad de Ciego de Ãvila acoja un concierto se llene de un público también diverso.

Incluso, explica los altos índices de audiencia que ha tenido la edición flashback que acaba de suceder a través de las redes sociales, la radio y la televisión debido a la situación epidemiológica que viven el país y el mundo.

En la cita de 2019 David Torrens, que había llegado por primera vez hasta aquella provincia cubana para participar en el Festival Piña Colada, lo explicó a la prensa desde su experiencia personal:

“Yo hago pop, hago trova, un poco de esto y un poco de lo otro y tú tienes que esperar todo el año a que te toque tu festival, entonces Arnaldo ha hecho una cosa muy linda y es crear este festival donde junta a todas las músicas, no es discriminatorio, es todo lo contrario, es para sumar, esto es muy especial. Estoy impresionado de que haya grupos de salsa, de pop, de música alternativa, de rock, de todo y que el público sea capaz, en una misma ciudad, de escuchar y de disfrutar todos esos géneros…â€

¿Qué artistas han estado en el Piña Colada? La lista sería interminable, solo mencionaré algunos nombres de músicos y bandas bien conocidos, de esos que con solo pronunciarlos ya nos suenan ciertos ritmos en el oído y usted me dirá si se le ocurre una etiqueta válida para el Piña Colada:

Miriela y Aceituna sin hueso (los primeros que ofrecieron su música en estas citas), Ivette Cepeda, Polito Ibáñez, Interactivo, Pancho Amat, Bobby Carcassés, Maykel Blanco y su Salsa Mayor, Alexander Abreu y Havana D’ Primera, Pedrito Calvo, Bonny y Kelly, Pupy y los que Son Son, Tendencia, Karamba, Raúl Torres, Vania Borges,William Vivanco, Tania Pantoja, Triángulo Oscuro, Tony Ãvila, David Torrens, Luna Manzanares, Hayla María Mompié, Diego Gutiérrez, César López y Habana Ensemble, Adrian Berazaín, Enrique Ãlvarez y la Charanga Latina, Andy Rubal y su grupo, la Orquesta Revé, Alain Pérez y Waldo Mendoza. Toques de Río, Rumbavila, Haydée Milanés, Emilio Vega, Mauricio Figueiral, Alejandro Falcón, Teamglao, Lizzy Proyect o Luis Franco, Buena Fe, Telmary y Habana Sana, David Blanco, Moncada y, por supuesto, Arnaldo y su Talismán.

La lista podría continuar y crecería con representantes, me atrevo a asegurarlo, de todos los géneros, estilos y generaciones de la música cubana. Para los más consagrados creadores y también para aquellos jóvenes inquietos en busca de un espacio, se han abierto las puertas del Piña Colada. Conectado directamente a la Asociación Hermanos Saíz, comprometido desde su concepción con el aprendizaje y el crecimiento, presto a darle play a la música, pero también a pensarla en su vínculo con la sociedad y, especialmente, con la juventud.

Crecería, incluso, con teatristas, artesanos, artistas de la plástica, grupos portadores de las más genuinas expresiones de la cultura popular avileña, porque hace mucho dejó de ser un festival para la música “fusiónâ€, o para la música alternativa, incluso, excede el universo inmediato de la música misma, para dejarla ser también en medio de todas las artes, en medio de la vida.

El Piña Colada es cada vez más un festival para las artes, una auténtica fiesta de la cultura cubana, con la música como núcleo y motor, como protagonista, pero también como pretexto para festejar ese dominio imprescindible e infinito: la creación.


Soñar la música

Si cantar dependiese exclusivamente del carisma a Ivette Cepeda se le igualarían pocos. Sin embargo llegó a los escenarios con todo y ha ido más lejos, pues con su voz grave y su amplio registro ha sabido tender puentes entre diferentes épocas y ritmos, marcar su singularidad con interpretaciones muy personales y abrirse paso a golpe de talento, cuando pocos apostaban por una cantante autodidacta que surgió de la nada. [+]


Un pabellón de la Feria

Los amantes de la literatura, en La Habana, tenemos una sola prioridad en febrero: la Feria Internacional del Libro y la Literatura. Cada año los títulos más importantes son presentados por sus autores en esta fecha, nacionales y quienes escriben desde otras fronteras. Es por tal motivo que, más allá de dedicar el evento a un país diferente en cada edición, el diálogo con investigadores, editores y escritores de las más disímiles procedencias, imprime a la ciudad un aire de feria respirable por cada uno de sus habitantes. [+]