Hollywood
Parásito, en la cresta de la ola coreana
El confinamiento se ha convertido en palabra de orden también para los cubanos; los esfuerzos del país por frenar la expansión de a Covid-19 son notables. El tiempo demuestra cada vez con mayor frecuencia su relatividad y las vidas que hasta hace una semana eran extremadamente agitadas hoy comienzan un reposo inusual al que la mayoría se resiste, hay una noción generalizada de que quedarse en casa es aburrido. Sin embargo, este tiempo puede ser útil para hacer cosas que hemos pospuesto muchas veces por la falta del tiempo que hoy nos sobra. Por ello proponemos el acercamiento a una cinematografía rica y diferente que por estos tiempos tiene los ojos del mundo puestos en sí.
Hace apenas un mes los medios globales desplegaban sus capacidades para promover los premios Oscar, los cuáles si bien no siempre reconocen lo mejor del arte cinematográfico universal posibilitan el reconocimiento internacional de todos los sectores de esa industria. En medio de una competición, marcada por películas que no pertenecen al entramado tradicional de las grandes productoras de Hollywood, pareciera que la edición de 2020 ha sido diferente a lo que estamos acostumbrados a consumir desde la gran industria.
El fenómeno cultural que ha significado Parásito en este año es digno de análisis, por ello conversamos con Frank Lahera O´Callaghan, realizador audiovisual y jefe de la sección de audiovisuales de la filial santiaguera de la Asociación Hermanos Saíz y conocedor de la cinematografía asiática para acercarnos a las claves detrás del éxito de esa cinta sudcoreana.
Para analizar lo que sucede hoy con esa cinematografía, hay que partir por lo menos de 50 años atrás en los que se consolidaba una industria del cine de esa región. Lahera afirma que “este es un cine diferente, como mismo es diferente a todo lo que conocemos en occidente, su filosofía de vida. Hay en la cultura asiática, un constante interés por la reflexión, lo folclórico, la naturaleza y lo que se traduce en una expresión paisajística y contemplativa que constituye uno de sus lenguajes fundamentales. Creo que hay cuatro industrias que son fundamentales para visualizar a Asia en términos de cine, me refiero a la japonesa, la china, la surcoreana y, por supuesto, la hongkonesa, que es quizás la que más ha trascendido por sus fuertes nexos con occidente.
Para nadie es secreto que a pesar de tener Asia la mayor población entre los continentes, no necesariamente su cultura ha sido predominante a los largo del siglo XX, si nos referimos fundamentalmente a la contemporaneidad. Quizás desde esas cinematografías en los años 70 fue Japón el primer país de esa región que conectó ese continente con occidente e inscribió a sus directores entre los nominados a los codiciados Oscar con Akira Kurosawa como uno de sus representantes más notables, aunque no el único, y sus producciones que reflejaban la vida de los samuráis como héroes nipones que construyeron una épica en períodos anteriores.
“Asia vive constantemente la dicotomía entre su tradición y la occidentalización, en el caso de Corea del Sur hay una fuerte influencia de la cultura pop. Sin embargo, hay muchos cineastas coreanos que viven allá que han tenido una gran influencia global desde sus obras por la creación de maneras de contar diferentes.
“Existen directores con una obra interesantísima como Pa Chang Woo en obras como “Old Boy”, que forma parte de la Trilogía de la Maldad, y que es un cine totalmente diferente a lo que conocemos, incluso los americanos les compraron los derechos de autor para hacer su versión según los cánones de Hollywood y cuando uno ve ambas versiones ve la película degradarse mucho en la versión norteamericana.
“Es importante destacar la fuerza que poseen las películas coreanas en cuanto al suspense, y ya tienen una gran influencia a los directores occidentales. Si miras el cine de Guillermo de Toro te das cuenta de cuánto hay en su obra de esa estética coreana, y basta ver obras como La forma del Agua.
“Otro de esos grandes directores que tienen influencia en occidente por estar asentados en esta zona del mundo como Ang Lee, Wong Kae Way, y se puede decir que han triunfado definitivamente.”
Sin embargo, Parásito ha llamado la atención por triunfar en Hollywood a pesar de ser una producción coreana, aunque Lahera O´Callaghan tiene reservas con la película accedió a dar su opinión sobre la misma:
“Creo que los mejor que tuvo fue una buena promoción, el que ganara varios premios previamente la catapultó a los Oscar. Sin embargo, hablando en términos técnicos o conceptuales creo que es una película estéril. Tiene un guion predecible, que responde a ecuaciones y fórmulas muchas veces probadas por el cine.
“Sus personajes son planos, lineales, faltaba una elaboración psicológica de estos que le otorgaran complejidad a la trama, y a veces existían en el argumento inconsistencias que desafían las lógicas. Quizás sus valores más fuertes se encuentren en la fotografía y en la noción documental de mostrar una parte de la sociedad coreana pocas veces expuesta en la que se refleja la crudeza de una realidad social que hay allí.”
Hay que diferenciar algunos elementos a la hora de apreciar un filme de esta naturaleza y son los públicos especializados quienes buscan muchas veces satisfacciones y gratificaciones en los filmes que no necesariamente son exigidos por la audiencia y, aunque para algunos críticos realizadores o especialistas una película como esta parece contada de manera simple, es probable que ese lenguaje lineal sea la manera de presentar a través de la gran pantalla procesos de gran complejidad.
Parásito ha sido una muestra de la inserción del cine surcoreano en occidente, probablemente en el futuro podamos disfrutar de otros filmes que reflejen las realidades no visibles de sociedades opulentas, pero es definitivamente este filme una puerta de entrada a una forma de hacer desconocida por muchos hasta este año. La sensibilidad con que aborda las diferentes temáticas que tienen lugar en su trama, el dramatismo de muchas de sus escenas y las duras realidades presentes en su relato, han puesto a Parásito en la cresta de la ola coreana.