Fototeca de Cuba
Un código de tiempo que viene al caso
La Fototeca de Cuba programa desde el mes de marzo la exhibición 00:00:00 de Linet Sánchez Gutiérrez. Esta joven artista ―ya probada fotógrafa― presenta dos piezas de la serie que da título a la muestra; dichas imágenes comparten la visualización de un mismo teatro. Es una obra dispuesta a redimensionarse con las actuales circunstancias, aún sin que vuelva a aparecer la palabra cuarentena en esta breve charla con la creadora.
–Mantienes un patrón identificable en algunas de tus producciones anteriores: la aproximación al tópico Memoria (función cerebral), mediante fotografías digitales a escala de grises de un interior arquitectónico sin sujetos, interior que construyes artesanalmente como un pequeño plató para registrar determinados encuadres. No solo conservas los elementos mencionados, sino que abordas una misma zona desde múltiples ángulos a través de 14 capturas muy similares, pero incuestionablemente diferentes. Esta condición es un indicio de cómo se manifiestan las variaciones en tu poética ¿Qué define a 00:00:00?
Creo que mi proceso creativo es bastante constante en cuanto a motivaciones y temáticas. Mis obras tienen mucho de cita o de reinterpretación de mis trabajos anteriores. Muchas veces cada una es consecuencia de la anterior, y no solo consecuencia, sino que nace de una especie de análisis de mi propio proceso creativo (cosa que no es intencional sino que se da de manera natural). En esta serie me interesaba evidenciar el carácter temporal que empecé a sentir como algo importante en mi trabajo y sobre todo en la manera en la que el espectador establece una relación con estos interiores vacíos. Por esta razón, como bien dices, esta serie fue realizada a partir de una sola maqueta, cosa que no pasaba en la anterior.
Esta te obliga a detenerte más en un solo espacio en el que se hace referencia directa a lo temporal, ya sea por el propio título como por el políptico que forma parte de la muestra y que funciona a modo de secuencia.
En el caso del díptico, que representa dos tomas generales del mismo espacio desde puntos opuestos, se sitúa al espectador al mismo tiempo en el escenario y en el público como una especie de alusión a la relación entre la propia obra y el espectador.
–En tu statement sobre este proyecto sostienes: “mis obras surgen del ensimismamiento, de la introspección y no de la observación de lo que nos rodea; a este estado pretenden volver en su contemplación”. Ciertamente, a tus propuestas no les es ajena la contemplación, pero los estados a los que conduce pueden ser múltiples. No obstante, confiesas una especie de objetivo. ¿De qué recursos te vales para apostar a esa finalidad?
El vacío en los espacios (esa ausencia de sujetos y muchas veces de objetos, ese cierto blanqueamiento no solo en cuanto a color) es el elemento visual más característico de mi trabajo. De él me valgo para intentar establecer una relación con el que observa más allá de su intento por decodificar las intenciones del artista. Me gustaría que mis obras pudieran servir de lugar de encuentro consigo mismo del sujeto que mira, un espacio donde poner algo, y que por supuesto, va a hablar más del que observa que de lo observado.
–Sin título #1 (2015-2016) brinda una visual fascinante desde los asientos hacia el escenario, y viceversa, el montaje de una foto frente a la otra subraya la perspectiva; mas, esta implica un baggage de clichés propios de las analogías entre la sociedad y el teatro, en la que todos pertenecemos a la vez al público y al elenco. ¿Cómo lidias con los lugares comunes asociados al referente escénico?
Toda mi obra parte de experiencias personales relacionadas a cada espacio y estas experiencias son las que me mueven a utilizarlos. El teatro es para mí un lugar cargado de mucha energía y recuerdos; y que he habitado desde los dos puntos a los que hago referencia en el díptico. No obstante, la razón de usar esta contraposición va más allá de eso, y tiene ver con lo que mencionaba anteriormente sobre la relación específica que encuentro entre el espectador y mi obra. En cuanto a esas asociaciones que mencionas sobre el individuo como una especie de actor social, no es algo relacionado a mis motivaciones en este caso.
–Explican supersticiones ancestrales que las luces permanentemente encendidas en los teatros ―incluso sin personal― son para ahuyentar fantasmas. Dicha creencia parece subvertirse con el “movimiento” de la luz seguidor en las composiciones de Sin título #2 (2015-2016). Es un artificio que soporta especulaciones más que lícitas en este ámbito, ya sean sustentadas en mitos o en sólidas teorías sobre la presencia de la ausencia. Amén de lo que sugiere, sería interesante conocer con qué sentido creaste dicha simulación.
El uso de la luz en el espacio es el elemento protagónico de la serie e intenta sugerir una presencia en el escenario. En el caso del políptico, sugerir una historia de manera muy abstracta, un sujeto que se desplaza en ese espacio vacío con la ayuda de los ligeros cambios de la luz y del foco.
Esta presencia no hace alusión a los elementos que mencionas, sino que surge de la idea del presente como algo fugaz, a todo aquello que no atrapamos y que por ende solo existe luego en nuestra memoria.
Es también otra manera de establecer una relación con el que observa, como te mencionaba antes. Una historia que comenzará realmente a transcurrir en la mente del espectador, de ahí que pusiera este código de tiempo en ceros como título de la muestra.
Alberto Korda, obsesiones interruptas
Korda está por estos días en La Habana, esta vez para mostrar la belleza femenina captada por su lente. El reconocido fotógrafo cubano llega gracias a una iniciativa de la fundación Estate Korda, el Estudio Figueroa-Vives y la Fototeca de Cuba que, con una exposición fotográfica, se proponen homenajear el aniversario 90 del nacimiento del artista.
Cíclope en el punto de mira
Mes por mes desde agosto del 2016, la Fototeca de Cuba ha acogido lo que podría entenderse como la tercera temporada del proyecto Cíclope, dedicado a dialogar a propósito de la fotografía cubana contemporánea. Esta nueva entrega del encuentro se debe al esfuerzo personal de tres jóvenes historiadoras del arte, Annia Liz de Armas, Claudia Arcos y Claudia Pérez, quienes se han propuesto suplir la insuficiente labor de promoción y de estímulo que recibe la actividad de los artistas del lente, sobre todo de los más jóvenes.
Una residencia en París
El mes de la cultura francesa en Cuba ha traído —para los artistas que se ocupan de temáticas alrededor de la presencia europea— oportunidades de visibilidad y especialmente para los jóvenes algunos premios de concursos que posibilitan —a través de su presencia en el territorio europeo— el contacto con lo más genuino de la actualidad en las artes.
Exposición de artes visuales dedicada a la cultura urbana
Ellos se van, yo me quedo…
If you miss the train I´m on
You will know that I am gone
You can hear the whistle blow a hundred miles
(“500 Milles”, Hedy West)
Los músicos tocaron su última pieza, guardaron sus instrumentos y subieron al metro. Regresaron a sus casas, a sus aulas o escenarios; a sus rincones. [+]