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“Caja de Luz” para talentosos jóvenes camagüeyanos
Caja de Luz es el nombre de un nuevo proyecto que auspicia la filial camagüeyana de la Asociación Hermanos Saíz; y que se prevé tenga su primera edición en el próximo mes de julio.
La iniciativa reúne a jóvenes menores de 35 años, profesionales o aficionados a la fotografía, como es el caso de Alejo Rodríguez, Ihordan Torres, Norlys Guerrero, Alejandro Hernández y Argel Ernesto González.
Son ellos quienes formarán parte de la primera Caja de Luz, que incluirá, según la página en Facebook de la joven vanguardia artística e intelectual, un programa con conferencias, paneles, conversatorios con reconocidos creadores de la provincia, y de manera especial, exposiciones fotográficas.
Caja de Luz pretende crear un dossier a los artistas y fotógrafos que están vinculados a la sección de Artes Visuales de la Asociación Hermanos Saíz, filial Camagüey.
De igual manera refiere AHS Camagüey que en una primera idea, la propuesta formaría parte del Salón de Artes Visuales para Jóvenes Creadores Gesto, pero se decidió crear un proyecto independiente con fotografías en vivo, que hasta hoy no existe en la demarcación, más allá de ser una subsede del evento Noviembre Fotográfico, con sede principal en La Habana.
«Este es un evento que soñamos hace mucho tiempo. Es la primera vez que contamos con un espacio propio creado desde la AHS para los amantes de la fotografía y es algo que se agradece muchísimo», expresó el joven Alejandro Hernández.
Miriannys Montes de Oca: El arte es la emoción humana transmitida (+Obras)
Miriannys Montes de Oca (Matanzas, 1993) es una artista visual cubana que se adentra en las preocupaciones, angustias y anhelos del sujeto contemporáneo. Le ofrece a este, desde su arte, soluciones alternativas, caminos posibles, otras miradas al mundo que conocemos. Es una artista que se vale de todo recurso artístico que, para sí, comporte una fuerza discursiva y estética que sensibilice fibras, que le “mueva el piso” al espectador y se sienta identificado con las realidades otras que ella representa. Su praxis artística es fresca en discurso, atractiva visualmente y aterrizada en las bifurcaciones del individuo común.
La constancia y la versatilidad son dos de sus cualidades más notables al adentrarnos en su producción y cuando dialogamos con ella. Su trayectoria, perseverancia, motivación, desafíos y proyecciones podemos conocerlas, de primera persona, en esta entrevista que Miriannys Montes de Oca ha tenido a bien compartir al Portal del Arte Joven Cubano para conocer más de cerca las claves que giran en torno a su pensamiento como sujeto y a su trabajo como artista.
Eres una artista multifacética, diría que bastante inquieta en el proceso creativo, siempre explorando nuevos y diferentes nichos estéticos. Pero, vayamos por partes, ¿cómo, cuándo y por qué llegas al universo del arte?
Puede que esta historia suene un poco loca, pero cuenta mi madre que cuando tenía seis años le dije que quería ir a una escuela de pintura. Ella, sorprendida, se dijo: ¿de dónde esta niña habrá sacado esa idea? Como ella no sabía dónde impartían clases de pintura, su escapatoria para mi insistencia fue decirme que, cuando comenzara la primaria, me llevaría a una escuela de pintura.
Al cabo de un año, en mi primer día del curso, le pregunté a mi madre por la escuela de pintura. Ella averiguó y, por suerte para nosotros, en la ciudad de Cárdenas había una academia de Artes Plásticas. Para entrar debía tener mínimo ocho años, pero yo apenas tenía seis. Gracias a mi insistencia y a las lágrimas que caían, me dejaron hacer el examen de dibujo con esa edad. Pasé la prueba y ya con siete años hice mis primeras temperas.
Un poco más grande me incorporé en coros de música y en grupos de danza, pero lo primero que llegó a mi vida fueron las artes visuales. A veces no sabemos de dónde salen las cosas, pero me da por creer que traemos sucesos de vidas pasadas.
Presentas una pluralidad de lenguajes estéticos en tu obra –pintura, fotografía, performance, teatro, música, escultura, instalación– ¿Cómo decides escenas, temáticas, manifestación, soportes, a la hora de la creación de una obra determinada?
Tantas vivencias en las artes me llevan a la pluralidad. Desde que tengo recuerdos, siempre ha estado conmigo el dibujo; la pintura en la academia de nivel elemental. Tuve la dicha de tener muy buenos instructores desde la primaria. Y también tuve enseñanzas muy positivas sobre música, teatro y danza.
Luego, en la escuela de nivel medio de Matanzas, recibí clases de escultura y de diseño escénico, y otras como grabado, pero aquellas dos llamaron mucho mi atención. Lo teatral se acentúa en mí desde Matanzas, ya que hay un fuerte trabajo en esta manifestación. Todos los años hay teatro callejero, y la ciudad respira teatro. Además, el mar es un componente fuerte de donde vengo. Luego, en el ISA, toda esta información se condensó en mi obra.
Creo que una idea puede ser representada en todas las manifestaciones, porque el arte es una sola: es la emoción humana transmitida. El arte es cualquier soporte, pero por supuesto, después de estudiarla tantos años sé que hay algunos medios en los que despuntan mejor una idea que en otros.
No me interesa un arte herméticamente calculado, ni estadístico, ni que se afiance en el código universal ya preestablecido. El arte debe ser nuevo en cada momento, debe tener el objetivo de aportarle una estética diferente a este mundo. Debe transformar la realidad para bien. Entonces, no busco el rostro conocido; retrato al desconocido, las historias micros de nuestra familia o vecinos. Los sentimientos del hombre común son para mí más importantes. Por tanto, si hablamos de temas, me quedo con los más ambiguos, los que no logramos entender, pero mueven el mundo: vida, muerte, fe, resistencia, belleza, decadencia….
Abrazas las posibilidades estéticas que te ofrecen las diferentes manifestaciones que trabajas, pero creo que todo parte de un denominador discursivo común: el sujeto. Podemos verlo en las series Los soportables pesos del ser, Blanco y en la instalación Guerreros ¿Por qué cuestionar, desde el arte, los intersticios y las dinámicas del ser humano? ¿Por qué reflexionar sobre las apatías, los deseos y los artificios de los sujetos?
Desde siempre he tenido bombardeos de temas complejos como los referentes a la política. Es algo que nos llega a todos, y diría que nos preocupa de más en ocasiones. En mi opinión, las respuestas están dentro de nosotros. Si cada individuo hiciera lo posible por mejorar desde dentro de sí, el contexto lo afectaría menos, porque todo cambia si cambiamos nuestra mentalidad. La cuestión radica más bien en cambiar desde dentro de nosotros y, luego, proyectar esos cambios y esa mentalidad positiva en nuestros contextos.
Realmente, cuando decidí comenzar a discursar desde mi obra sobre teatro y artificio, fue porque sentí que me afectaba mucho la mentira humana, las máscaras que nos ponemos para vivir y sobrevivir, y de cómo existimos en un artificio total. Con el tiempo, he aprendido a vivir con la ilusión de la verdad y he tratado de ver lo bueno en lo que me rodea y me sucede.
Nuestro pensamiento, como sujetos en evolución, tiene un poder universal. Nuestras apatías, nuestros deseos, nuestros artificios son los que hacen que vivamos de un modo u otro. Está en nuestras manos escoger el camino. Por eso, me nutro de la gente, de cómo reaccionamos, de cómo vivimos, de cómo actuamos, de cómo soñamos….
Tu obra se mueve entre el expresionismo y un despliegue cromático, contrastante y llamativo visualmente. Además, transitas desde la praxis pictórica hasta la intervención teatral, y ello lo vuelcas en tu producción ¿Qué significa para ti discursar desde la teatralidad, desde la construcción de escenas –como mismo titulas una de tus series–, y como un ejercicio de traslación simbólica, las llevas hacia el plano pictórico?
Discursar desde lo teatral le otorga a mi trabajo un carácter dramático y contrastante, porque, además, la vida es así: llena de grandes contrastes. Cada cual juega un rol en su devenir, y lo mismo sucede en el teatro: a veces con mayor protagonismo, a veces con papeles secundarios para quien observa; pero desde nuestra perspectiva somos protagonistas de nuestra propia escena. Nuestra vida es nuestro teatro, y depende de nosotros cómo queremos que sea su guion, su desarrollo, su desenlace y su final.
En la escena, el actor juega un rol fundamental, y mi visión sobre la realidad se centra en la gente cuando la observo de esta manera. Como un proceso de selección innato, se eliminan de mi escena mental todo lo que no tiene que ver con el actor o, en este caso, con el sujeto social. El momento que vivimos, ya no es el tiempo en el que los grandes pintores trabajaban con modelos durante largas horas. La dinámica ha cambiado y, en estos tiempos en que la fotografía congela en instantes la realidad, puedo tomar de ella todo aquello que llama mi atención con mayor precisión. Construyo mis fotos como construiría un pintor del Renacimiento a su modelo; y el hecho mismo de elaborarla hace que también la asuma como obra de arte.
Guerreros es una instalación potente, en discurso y en montaje; y me atrevería a decir que marca un punto de inflexión en tu trabajo. Coméntame acerca de esta obra, de su nacimiento, proceso de realización, exposición y dónde se encuentra actualmente.
La verdad es que a veces me llegan las ideas como un soplo que recibo. Hubo un tiempo en que soñaba imágenes muy fuertes, y las esbozaba en cuanto me acordaba de ellas. La imagen de Guerreros fue una de esas que me llegó de pronto, como una adivinación. Ya luego, comencé a descodificar de dónde salían y qué significaban los símbolos que me llegaban.
Ha sido una de las pocas ideas que he logrado llevar a la escena real, con actores y vestuarios construidos por mí y, además, obtener de ella una excelente fotografía. Logré contar con varios modelos, pero la escultura que había pensado era como un ejército. Además, concretar la idea se complejizaba cada vez más por los materiales y, hay que tener un Pla A, Plan B y hasta Plan Z para poder hacer las piezas lo más similar posible a lo que uno se imagina.
Busqué incansablemente un financiamiento para poder concretar la obra y, finalmente, lo obtuve gracias al premio que gané con la Beca de creación El reino de este mundo que lanza la Asociación Hermanos Saíz, de la cual soy miembro también, y junto al Consejo Nacional de Artes Plásticas me otorgaron un presupuesto para llevarla a buen puerto.
Los locales de elaboración fueron el ISA y CODEMA durante un año sin pausa. Fue un período de trabajo constante, de reuniones y de coordinaciones, sobre todo para su posible incorporación al proyecto Detrás del Muro, que se desarrolla en el marco de la Bienal de La Habana. Como tantos obstáculos que te pone la vida por delante, una semana antes de la inauguración oficial de la Bienal, en 2019, recibí la noticia –“bombazo” diría yo– de que no tenía una ubicación para la obra. Fue un shock para mí, un golpe del que tuve que reponerme buscando alternativas que me permitieran visibilizar el resultado de tanto trabajo. Como se dice popularmente, “moví cielo y tierra” hasta que en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales me escogieron como uno de los proyectos colaterales de la Bienal.
Luego de la buena noticia, una vez más tuve que enfrentarme a los vericuetos de las coordinaciones, esta vez con Planificación Física para decidir el emplazamiento final. Para no hacer larga la historia… finalmente logré que los Guerreros se dispusieran en el Parque Mariana, en 23 entre C y D, en El Vedado. Esta locación, sin dudas, fue muy favorable. Muchas personas interactuaron con la obra de todas las maneras posibles: fotografías y selfies, juegos, preguntas, respuestas, miradas, asombros, conclusiones… Hasta los niños le pedían deseos a las bolas de colores que las esculturas sujetaban. El mes de la Bienal fue un tiempo intenso. Se realizaron muchas actividades alrededor de la pieza: clases de dibujo con niños, conciertos de música, proyecciones de video, performance. Realmente fue una experiencia muy bella y, sobre todo, muy enriquecedora para mí.
Considero que es muy bueno situar las obras fuera de las galerías. El hecho de colocarlas en los espacios públicos hace que estas se conviertan en obras interactivas, que se enriquezcan de miradas, significados, intervenciones. El público recibió con mucho agrado a los Guerreros. Actualmente, la obra se encuentra en la Quinta de los Molinos, bajo el cuidado del INSTEC y a buen resguardo bajo techo. El clima y la interacción directa con el público atentan contra una debida conservación, ya que son de una capa de cemento y cerámica. Durante el tiempo expuestas en el marco de la Bienal, varias esferas de colores se extraviaron por lo que decidí moverlas para su mejor cuidado y preservación.
En la serie En tiempos de artificios te distancias de la representación per se del sujeto, para asumir entramados metafóricos que responden a las “bajas” pasiones humanas, a los conceptos de belleza y pesimismo sobre los que se fabrica su devenir el individuo ¿Fue esta la antesala de la serie Aderezo? ¿Qué conexiones y/o tensiones te llevaron a realizar ambas series?
Tuve un tiempo donde buscaba transformar la realidad, y comencé a tapizarlo todo: pisos, piedras, mesas, lámparas, cuadros, ataúdes. Quería tapizar todo lo que veía decadente. Buscaba una belleza que encontré en los estampados de las telas. Como si vistiera la realidad, paseaba por las tiendas de textiles en busca de los más hermosos para mí, y regresaba a las cúpulas del ISA con mi deseo de transformación. Muchas piezas de gran formato nacieron de esa intensión. Trabajé superponiendo capas transparentes de textiles. Pintaba sobre la tela sin imprimar, directo en el textil, y dejaba relucir todo el estampado.
Creo que el arte, muchas veces, es un juego donde experimentamos con posibilidades, luego de tener una idea. Ese fue el caso de la serie En tiempos de artificios. Algunas de las obras salieron de esa búsqueda con el material. Luego, llegó la Bienal de La Habana con la temática de lo popular. Me uní con otra artista en el ISA e hicimos un proyecto curatorial.
La idea fue colocar las piezas en los pasillos de la escuela de Artes Visuales como si fuera la decoración de una casa cubana, utilizando elementos kitsch visibles en muchos hogares. En mi caso, utilicé la flor plástica. Emergieron una variedad de conceptos donde pegaba directamente la flor con grandes empastes de pinturas. Además, decoré con estas flores muchas esquinas durante la exposición. De algún modo, en ese momento sentía que el arte cubano necesitaba belleza. Fue un período en que las exposiciones de arte contemporáneo se me revelaban de manera fría e impersonal. Entonces, la búsqueda de la belleza fue el camino a esas visiones y el discurso de estas series.
Miriannys, como hemos visto hasta aquí, tienes una trayectoria poblada de series muy bien fundamentadas. Has participado en muestras personales y colectivas en diferentes espacios galerísticos del país que te han permitido darte a conocer en el entorno artístico cubano. Ahora, coméntame tu experiencia en el terreno internacional del arte: recepción y crítica de tu obra, intercambios, exposiciones…
El público que más ha comprado mi obra ha sido el de Estados Unidos. Muchas pinturas ya no están conmigo porque fueran adquiridas por estadounidenses; sobre todo piezas de la serie En tiempos de Artificios y Aderezo. En esto influyó el tiempo de apertura internacional que tuvo el arte cubano durante el período presidencial de Barack Obama, en el que el país recibió e intercambió de manera muy positiva con personas de ese país.
Luego, otra de mis fuertes presencias ha sido en México, con varias exposiciones, conferencias e intercambios. Fue un tiempo que, sin dudas, me permitió contactar e interactuar con varios artistas mexicanos. Otros proyectos importantes fueron dos exposiciones de arte cubano en Venecia, en el año 2019, donde tuve el placer de compartir con artistas consagrados de nuestro país como José Ángel Toirac, René Francisco, Rocío García, Arturo Montoto… Fueron dos exposiciones con una recepción muy favorable por parte de la crítica veneciana.
Por otro lado, varias revistas internacionales han publicado sobre mi trabajo, especialmente en España, entre las que están CdeCuba, Art y Hum y ArtePoli. Asimismo, formo parte de los artistas reseñados en la revista chilena Arte al Límite.
En estos tiempos de fluidez virtual y en que la comunicación y promoción circula de manera vertiginosa en las plataformas digitales, mi obra también se encuentra en las páginas y website de varias galerías como Cam Gallery y Gall Art, en Estados Unidos; y Sapere Aude, en Dinamarca.
Rufo Caballero, en su exquisito libro Agua bendita, afirmó: “El arte no quiere decir nada; el arte dice”. Entonces Miriannys, en pocas palabras, ¿qué dice tu arte en estos tiempos que corren?
Mi trabajo y mi discurso dicen que debemos buscar más dentro de nosotros; que el arte debe ser más visceral; que debemos buscar menos el artífico y más la verdad, o por lo menos reconocer la ilusión. Ayudar al mundo desde un sentido estético y humano, y no desde lo panfletario ni oportunista. Las artes deben unirse y ser una. La manualidad es una de las mejores terapias.
Se entrevé en tu obra y tu temperamento una versatilidad y dinamismo constante. Seguramente, ahora mismo algunas ideas se están cocinando en tu cabeza para proyectos futuros ¿Quisieras compartir algunos adelantos?
Suelen existir más ideas que recursos para elaborarlas. Ese es uno de los principales obstáculos en estos tiempos. Pero, sí, tengo en mente proyectos monumentales de escultura y proyectos socioculturales muy hermosos que en algún momento espero tener la oportunidad de llevar adelante. Tengo fe en que podré efectuarlos. Por lo pronto, dejo todas esas ideas esbozadas. He aprendido durante mi vida que es mejor no adelantar mucho los planes hasta que estos estén bien avanzados. Así que hasta que no los lleve a cabo, mejor no doy adelantos y, de paso, sorprenderé más con el resultado final. Creo yo.
Me enseñaron desde muy corta edad que todo lo que haga, debo hacerlo bien, porque de lo contrario, es mejor no hacerlo. Esa es una máxima que llevo conmigo siempre, que me mantiene con fuerzas en la carrera de resistencia que es el arte. He tomado este camino desde los seis años de edad y seguiré consecuente con mi misión en esta vida.
No siempre el ocio produce monstruos
Lo que ni Arquitas de Tarento ni el propio Arquímedes en el siglo III A.C. imaginaron, es que en el siglo XXI un fotógrafo avileño hiciera arquitecturas fotográficas con tornillos y tuercas.
Mucho menos lo sospecharían los que inventaron los destornilladores por allá por el siglo XV alemán o francés.
Humberto Del Río, diseñador y fotógrafo, se las ingenió en tiempos de aislamiento social por el nuevo coronavirus, cámara en trípode, para realizar una serie de fotografías empleando como personajes, tornillos, tuercas, destornilladores, anillos, presillas, fosforeras, y otros menesteres.
No se trata de un Andrew Myers con sus retratos sobre madera empleando tornillos. Ni de un Brian Mock con sus esculturas de animales hechos de chatarra y una buena carga de tornillos y tuercas. Y menos que menos, de un Claes Oldenburg (EE.UU, 1978) con su escultura Screwarch Model donde sugiere, con dos tirafondos arqueados, que sean utilizados para sostener un puente en medio de un río holandés.
Humbertico no pretende desconocer el historial de artistas visuales que a lo largo de la creatividad humana han echado guante a elementos cotidianos para concebir obras monumentales. El ocio, en este período, le permite al siempre creativo artista, aprovechar tiempo y espacio para crear sus fotografías.
El internet también le brinda esta posibilidad de ampliar sus ya vastos conocimientos de fotografía y composición plástica.
Con el título “Metrópolis Screw”, un conjunto de 11 piezas de diversos tamaños y soportes, fueron expuestas en el café Barquito de la Casa del Joven Creador, sede de la AHS en Ciego de Ávila, hará apenas unos días.
Lo primero que me llama la atención es el espacio expositivo. Si bien es cierto que la galería oficial de esta sede de la vanguardia juvenil avileña está inhabilitada por las tareas reconstructivas en la casa, se pudo haber aplazado la inauguración de dicho evento.
Las paredes del café son suficientemente amplias para montar más de una expo. Pero las condiciones de diseño del espacio no permiten la relación tan necesaria entre el público y las obras.
Me explico. Hay mesas de por medio entre lo que se expone y el espectador. Mesas polisémicas porque según como se miren, a veces son útiles, y a veces obstáculos. Habría que estar pidiendo permiso a los comensales para acercarse a las propuestas visuales. Ya se sabe las más de una incomodidad que esto genera.
El tamaño de las obras no son lo suficientemente grandes como para ser contempladas desde la distancia. Además de una buena conversación, un café o un traguito, a uno le vendría bien degustar cada pieza desde el confort de su asiento. Pero es prácticamente imposible hacerlo en esta oportunidad.
Cada obra en sí nos muestra una belleza inusual. Construida con laboriosidad e ingenio, la panorámica de ciudades que nos obsequia Humbertico es ficticia, pero si una las mira un poco equivocadamente, como con malicia, se podrían parecer a muchísimas metrópolis que existen en este mundo.
Y es que el fotógrafo ordena sus herramientas y objetos de uso diario en una disposición que pareciera calcar la arquitectura de otros países. Con ello, entonces, estaría reproduciendo parte de la cultura de otros países.
La belleza emana, creo yo, no solo desde la misma composición, sino, también, desde que el testigo visual descubre que no se trata de una simple aglomeración de útiles de metal. Y empieza el viaje por la polisemia y las diferentes interpretaciones.
Es el momento mágico en cada cual se vuelve artista de la exégesis y casi demiurgo de otras obras análogas a estas que ve.
Fotografías digitales, sí, retocadas en Photoshop. Armadas tras un cielo y un fondo captados, también, de la misma realidad avileña. Se podría hasta ver el bulevar, algunas casas estilo siglo XVIII, y otros detalles que, visto a lupa, denotan nuestra identidad.
También somos testigos de deformaciones en el lente. Cóncavos que dan un aspecto ilusorio, como fantásticos, a estas ciudades o artefactos. Mundo mágico. La belleza va en tuercas y tornillos. La belleza de lo cotidiano.
Aquí pareciera que Humbertico nos da una lección. No siempre el ocio produce barbaries o monstruos. El ocio podría ser el primer gestor de una buena obra artística.
No me queda claro si llamar a “Metrópolis Screw” exposición personal. Si bien tiene la intención o estructura para ser una expo, como que se me queda corta en cuanto a la lectura de los correlatos que entrega, y da hasta la impresión que no todo está dicho sino, por decirse. Asunto que estaría bien si no pareciera una colección inacabada.
Tampoco es una muestra en su sentido estricto. No la presentación de las obras realizadas por su autor en un tiempo o tema determinado. Ni es una especie de antología de sus mejores piezas con fines promocionales o comerciales.
Es algo más. Algo más que necesita ser acabado un día. Cualquier día. Y expuesto en una galería de las de verdad, de esas que hacen sentir cómodos, como pez en el agua, a cualquier artista y al público.
Humbertico quizás, de ahora en lo adelante, ya no tenga más ocio para crear, pero creo que buscará ese anhelado tiempo para seguir construyendo obras, con tornillos o no, que sigan siendo el utópico asombro de Arquímedes y de Arquitas de Tarento, o del propio Marcel Duchamp.
May Reguera irradia Luz online
En este mes de mayo se inauguró en plataformas la exposición internacional Online Luz, gestada por el fotógrafo camagüeyano Daniel Martínez Reyes y que reunió trabajos fotográficos de más de 40 artistas de Cuba, España, Estados Unidos e Italia. Una iniciativa que nació de forma individual y que desde su anuncio a través de Internet tuvo –y tiene– una gran acogida, extendiéndose más allá de nuestras fronteras digitales.
Una de las principales figuras de la escena fotográfica emergente y contemporánea cubana es May Reguera, una joven actriz, fotógrafa y realizadora audiovisual que desde que supo de la iniciativa no dudó en participar y quien es hoy –sin temor a sonar absoluto– una de las tantas promesas del lente contemporáneo cubano. El Portal del Arte Joven Cubano indagó con la artista sobre su amplio espectro creativo.
–Eres fotógrafa, actriz y realizadora audiovisual, ¿te desempeñas en algo más en el amplio espectro de la creación?
En los audiovisuales pocas veces he dirigido, aunque lo he disfrutado mucho. Generalmente he trabajado para otros directores haciendo Dirección de Arte y Vestuario, cosa que me gusta muchísimo y espero seguir haciendo. En mi estudio @myreguerastudio ofrecemos servicios de producción y logística para proyectos y fotógrafos que vengan a capturar a Cuba, además de la realización de fashion films.
–¿Cómo llevas en paralelo cada una de estas disciplinas, cual es tu estrategia para que una profesión no impida el desarrollo del otra?
Haces un plan y te organizas. Todo puede hacerse y al mismo tiempo todo confluye. Cuando estoy en alguna producción como actriz tengo que dejar lo demás a un plano menos protagónico, pero contar con el equipo hace posible hacerlo todo. Mi esposo dirige el estudio junto conmigo y cuando estoy actuando, él se ocupa.
–¿Desde cuándo comenzó tu interés por la fotografía, como adquiriste los conocimientos que hoy pones en práctica?
Siempre me gustó la fotografía y para mí era un hobby que mantuve desde pequeña. En algún momento tuve la posibilidad de trabajar para una revista y lo hice. Aprendí sobre la marcha, ya montada en el carro como se dice popularmente, equivocándome muchas veces y con el apoyo del equipo de la revista.
Me he apoyado mucho más en la intuición y en mi gusto personal que en conocimientos teóricos; ahora estoy en un momento de búsqueda hacia esas zonas.
–Dentro de los variados géneros o categorías dentro de la fotografía, ¿con cuál o cuáles te sientes más cómoda trabajando?, ¿por qué?
Me gusta el retrato. Amo retratar personas, disfruto conectar con ellas y abrirlos y mostrarlos, para que ellos mismos se redescubran. Es un acto de amor y de mucho crecimiento.
–¿Cómo ha sido la recepción de tus trabajos en el público nacional e internacional?, ¿Qué opinión tienes sobre estas recepciones?
Generalmente han sido positivas. He estado muy acostumbrada al amor y el apoyo de mis seguidores y espectadores. Mientras más me direcciono a un lugar y lo defino, más atención positiva recibo, pero también aparecen ciertos detractores, que a su vez considero necesario para crecer.
El conflicto genera desarrollo, es un aprendizaje de las clases de Dramaturgia en la Escuela de Arte. Considero que cada uno tiene dos mitades, y son necesarias para formar un todo.
Así que agradezco muchísimo tanto lo positivo como lo negativo, y siento esto último alimento para ser mas detallista y profunda, y mejorar. Cada crítica ha sido para mí un impulso para llegar más lejos.
–Menciona exposiciones tanto nacionales e internacionales que tienes en tu haber. ¿Cuál o cuáles son las que más te han satisfecho por la acogida o la polémica que han suscitado y por qué?
Personales: Telón, #Amarilla, Paisaje y #Libre. Colectivas son siete y con Luz serán ocho. Para mí cada exposición personal han sido una meta, un impulso y una respuesta a necesidades concretas de cada momento, elegir sería difícil, como la Decisión de Sofía.
Las colectivas me nutren mucho, me hacen interactuar con otros fotógrafos y aunque realmente la interacción me gustaría que fuera para mayor, son una oportunidad para compartir y crecer como generación, como grupo.
–¿Cómo supiste de la convocatoria de la exposición online Luz en la que participas?
El chico fotógrafo que la esta organizando me escribió. Habíamos interactuado en algún momento y yo había publicado una foto suya en la página de mi estudio. Me contó sobre la expo y sin pensarlo le dije que sí.
–¿Qué te motivó para hacerlo?
Estamos en un momento de tránsito, de cambio, nuevas dinámicas se imponen y la necesidad de consumir, hacer creaciones, y el arte son una especie de cura y sanación. Está apoyando la plataforma Behartnet que es un proyecto de una mujer cubana que admiro, y creo que son motivos suficientes.
–¿Crees que con necesarias iniciativas semejantes dentro del contexto que se está viviendo y fuera de este? ¿Qué diferencia ves de esta iniciativa en el contexto actual de pandemia?
Creo que la reclusión nos ha obligado a buscar alternativas, a indagar dentro de casa y aumentar las necesidades de protección, de compartir por lo menos en el ciberespacio.
Para mí siempre ha sido una plataforma necesaria, cuando intenté exponer en galerías y se hizo difícil hice mi instagram, una galería en el que expongo desde entonces. Así que considero que estas iniciativas son totalmente enriquecedoras en cualquier contexto.
–¿Cómo esperas que haya sido la recepción de esta convocatoria/expo/online?
Estoy abierta a la sorpresa, a ver qué pasa. Son 46 artistas y se ha abierto una página nueva para ello. Espero que sea una galería que disfruten todos.
–¿Cómo te sientes al ser parte de esta exposición?
Me encanta. Soy amante de las nuevas experiencias y todo lo que ellas me regalan.
–¿Hay nuevos proyectos en caminos?
Repongo #Libre en la Fototeca de Cuba, lo cual será una experiencia tremendísima. Estaba programado para el 8 de mayo y se pospuso para julio, provisionalmente.
Espero liberarnos de este virus y reencontrarnos con #Libre, con una nueva libertad.
Tenía planeado para finales de año mi expo #Rojo, pero creo que será imposible con el poco tiempo que me va a dejar nuestro contexto actual. Y estoy armando algo nuevo, alternativo, para no quedarme con las ganas de hacer, será mas sencillo que #Rojo, que dependa mas de mí y con impresiones en pequeño formato para asegurar que puedo asumir los gastos. Ya veremos.
Un código de tiempo que viene al caso
La Fototeca de Cuba programa desde el mes de marzo la exhibición 00:00:00 de Linet Sánchez Gutiérrez. Esta joven artista ―ya probada fotógrafa― presenta dos piezas de la serie que da título a la muestra; dichas imágenes comparten la visualización de un mismo teatro. Es una obra dispuesta a redimensionarse con las actuales circunstancias, aún sin que vuelva a aparecer la palabra cuarentena en esta breve charla con la creadora.
–Mantienes un patrón identificable en algunas de tus producciones anteriores: la aproximación al tópico Memoria (función cerebral), mediante fotografías digitales a escala de grises de un interior arquitectónico sin sujetos, interior que construyes artesanalmente como un pequeño plató para registrar determinados encuadres. No solo conservas los elementos mencionados, sino que abordas una misma zona desde múltiples ángulos a través de 14 capturas muy similares, pero incuestionablemente diferentes. Esta condición es un indicio de cómo se manifiestan las variaciones en tu poética ¿Qué define a 00:00:00?
Creo que mi proceso creativo es bastante constante en cuanto a motivaciones y temáticas. Mis obras tienen mucho de cita o de reinterpretación de mis trabajos anteriores. Muchas veces cada una es consecuencia de la anterior, y no solo consecuencia, sino que nace de una especie de análisis de mi propio proceso creativo (cosa que no es intencional sino que se da de manera natural). En esta serie me interesaba evidenciar el carácter temporal que empecé a sentir como algo importante en mi trabajo y sobre todo en la manera en la que el espectador establece una relación con estos interiores vacíos. Por esta razón, como bien dices, esta serie fue realizada a partir de una sola maqueta, cosa que no pasaba en la anterior.
Esta te obliga a detenerte más en un solo espacio en el que se hace referencia directa a lo temporal, ya sea por el propio título como por el políptico que forma parte de la muestra y que funciona a modo de secuencia.
En el caso del díptico, que representa dos tomas generales del mismo espacio desde puntos opuestos, se sitúa al espectador al mismo tiempo en el escenario y en el público como una especie de alusión a la relación entre la propia obra y el espectador.
–En tu statement sobre este proyecto sostienes: “mis obras surgen del ensimismamiento, de la introspección y no de la observación de lo que nos rodea; a este estado pretenden volver en su contemplación”. Ciertamente, a tus propuestas no les es ajena la contemplación, pero los estados a los que conduce pueden ser múltiples. No obstante, confiesas una especie de objetivo. ¿De qué recursos te vales para apostar a esa finalidad?
El vacío en los espacios (esa ausencia de sujetos y muchas veces de objetos, ese cierto blanqueamiento no solo en cuanto a color) es el elemento visual más característico de mi trabajo. De él me valgo para intentar establecer una relación con el que observa más allá de su intento por decodificar las intenciones del artista. Me gustaría que mis obras pudieran servir de lugar de encuentro consigo mismo del sujeto que mira, un espacio donde poner algo, y que por supuesto, va a hablar más del que observa que de lo observado.
–Sin título #1 (2015-2016) brinda una visual fascinante desde los asientos hacia el escenario, y viceversa, el montaje de una foto frente a la otra subraya la perspectiva; mas, esta implica un baggage de clichés propios de las analogías entre la sociedad y el teatro, en la que todos pertenecemos a la vez al público y al elenco. ¿Cómo lidias con los lugares comunes asociados al referente escénico?
Toda mi obra parte de experiencias personales relacionadas a cada espacio y estas experiencias son las que me mueven a utilizarlos. El teatro es para mí un lugar cargado de mucha energía y recuerdos; y que he habitado desde los dos puntos a los que hago referencia en el díptico. No obstante, la razón de usar esta contraposición va más allá de eso, y tiene ver con lo que mencionaba anteriormente sobre la relación específica que encuentro entre el espectador y mi obra. En cuanto a esas asociaciones que mencionas sobre el individuo como una especie de actor social, no es algo relacionado a mis motivaciones en este caso.
–Explican supersticiones ancestrales que las luces permanentemente encendidas en los teatros ―incluso sin personal― son para ahuyentar fantasmas. Dicha creencia parece subvertirse con el “movimiento” de la luz seguidor en las composiciones de Sin título #2 (2015-2016). Es un artificio que soporta especulaciones más que lícitas en este ámbito, ya sean sustentadas en mitos o en sólidas teorías sobre la presencia de la ausencia. Amén de lo que sugiere, sería interesante conocer con qué sentido creaste dicha simulación.
El uso de la luz en el espacio es el elemento protagónico de la serie e intenta sugerir una presencia en el escenario. En el caso del políptico, sugerir una historia de manera muy abstracta, un sujeto que se desplaza en ese espacio vacío con la ayuda de los ligeros cambios de la luz y del foco.
Esta presencia no hace alusión a los elementos que mencionas, sino que surge de la idea del presente como algo fugaz, a todo aquello que no atrapamos y que por ende solo existe luego en nuestra memoria.
Es también otra manera de establecer una relación con el que observa, como te mencionaba antes. Una historia que comenzará realmente a transcurrir en la mente del espectador, de ahí que pusiera este código de tiempo en ceros como título de la muestra.
El surrealismo tropical de Yuris Seoane
Quizás porque Yuris Elias Seoane Serrano tiene sus raíces en la zona de El Cobre, es que una estética singular marca cada una de sus obras, en las cuales lo cotidiano y el sincretismo religioso cobran vida. De ese lugar, rico en religiosidad y espiritualidad, este joven santiaguero bebe para continuar indagando en el universo de la creación.
Desde que egresó como Instructor de Arte en la especialidad de Artes Plásticas y de Estudios Socioculturales de la Universidad de Oriente, Yuris no cree en fatalismos geográficos y ha sabido atreverse en el mundo de la creación visual más allá de su provincia, sin olvidar su formación pedagógica; de ahí que hoy eduque a través de su arte.
Con varias exposiciones, reconocimientos y premios, no solo en el ámbito nacional sino también en otros países como Holanda y Alemania, el Portal del Arte Joven Cubano utiliza estos pretextos para acercarse al reciente ganador de la Beca de Creación SAVE 2018 y conocer sobre las inquietudes y sensibilidades que lo definen como artista.
–– ¿Por qué no decidiste dejar el magisterio como Instructor de Arte?
No es que no me guste la pedagogía, pero cuando me gradué hice mi servicio social y me di cuenta que no era lo que deseaba realmente. Me di cuenta que me llenaba más la creación. Decidí hacer una carrera como artista y vi que para eso se necesitaba tiempo; es algo difícil, pero son riesgos que uno toma en la vida.
–– ¿En qué manifestaciones te iniciaste como creador?
Comencé realizando videos. Primeramente con un proyecto que se llamaba Visión Común y existía en mi poblado, el cual incitaba a los jóvenes de la comunidad a explorar el cine, lo documental, y me dio curiosidad.
Me llevó a hacer algunos documentales para luego pasar a lo que es el videoarte, que es una expresión que rompe con los parámetros establecidos por el documental tradicional. Viendo esto me incitó a decir de una manera diferente, abstracta, metafórica. Vi en el videoarte una forma de expresarme de forma mas abierta.
–– Este medio es muy amplio… ¿cómo comenzaste a usar el videoarte?
El videoarte es experimento y eso da libertad, permite romper reglas.
Comencé a ver la sociedad y buscar cómo llevar a esta al arte, como una mirada antropológica, de archivo que había que ir guardando, pero no simplemente como un documento, que se ve y ya, sino como una manera de decir, con toques más experimentales, con ciertas subjetividades que diera una sensación, que el público viera estas imágenes a su forma e interpretación, pero que no fuera literal.
Lo considero como videoarte documental. Donde se viera mi interpretación personal y que el público lo indagara con su recepción. Una memoria, donde vea lo actual, lo pasado, sus contrastes. Mi primer videoarte lo hice en el 2012 o 2013, más o menos.
–– ¿Cuáles fueron tus primeras herramientas de trabajo?
Empecé con una pequeña cámara de fotos que permitía grabar videos, de quizás cinco megapíxeles. Grabando y editando. Ya luego, como todo lleva recursos y se necesita material de calidad, fui resolviendo mejores cámaras. Actualmente estoy trabajando con una HD, ya no solo trabajando el video sino también la fotografía, combinándolos.
–– ¿Qué temáticas abordas más en tu trabajo? Ya son casi seis años de madurez, ¿pero qué es lo que más te interesa presentar en tus obras?
Estoy muy interesado en la sociedad, lo que me rodea. Es de donde me nutro. Deseo traducir lo que se ve. La cotidianidad me da ideas, imágenes que busco devolverlas en arte, en metáforas.
–– ¿En qué consistió la Beca de Creación SAVE?
Gané la Beca de Creación y una Mención. Precisamente por un videoarte que iba dentro de una instalación que elaboré con elementos extraídos de las calle. Su título es Fragmentación.
La beca propicia que por año el Centro de Arte te ayude económicamente para concebir un proyecto de exposición y luego mostrarlo como resultado de la misma. Y ya tuvo su luz recientemente en diciembre en el mismo Centro de Artes Plásticas y Diseño con mi exposición personal Red de lo Social: Fragmentación y Cotidianidad. Discurso sobre el Surrealismo Tropical.
–– Cuéntame sobre el proceso…
Fue un año intenso, de mucha investigación y pensamiento. Buscando cómo idear, cómo organizar… en un año pasan muchas cosas por la cabeza.
A veces se piensa que es fácil, piensan que ser artista es exponer y ya, que todo surge en un día. No es así, es un proceso de creación constante, y es duro, uno tiene sus dudas, de lo que piensa, de lo que crea, qué está bien y qué está mal es algo estresante también.
Uno puede tener una gaveta llena de ideas, pero hay que encontrar la armonía de todas ellas, la precisa para mostrar. Es trabajar con seriedad, no para salir del paso y punto.
–– ¿Qué se puede ver en la exposición?
Se puede ver videoarte, instalación, fotografías, arte-objeto, hasta hubo caldosa el día de la inauguración (ríe), todo enfocado en las expresiones populares, en todo sus sentidos: cómo las personas viven y se expresan, su día a día. Es un conjunto de obras que buscan resumir la presencia e interpretación personal de nuestras expresiones populares.
–– ¿Te sientes satisfecho en cómo se recibió la exposición?
Desde antes de abrir las puertas ya tenía mucha fe con la exposición. Fue otra mirada, que no es nueva, pero es una mirada personal. Pudo ser mal vista, bien vista, pero por lo que percibí, a las personas le gustó y les sorprendió lo que vieron, aún cuando muchas de las obras se nutren de lo que les rodea. No fue lo usual, se encontró con la sociedad en la galería. Tal vez incoherente de momento, pero que es parte de ellos.
–– ¿Por qué Red de lo social…?
Bueno, eso juega con las redes sociales. En las redes sociales las personas publican, participan, pero en el universo digital, y la exposición juega en el plano real. Es un rejuego. Donde se crea sus comentarios y sus vivencias como si fuera publicaciones de la realidad, como en lo digital, pero, en este caso, en su plano físico. Y surrealista, donde se muestra la constante inventiva que produce el cubano para enfrentar sus vicisitudes, donde está lo real maravilloso presente. Y es un surrealismo nuestro, tropical.
–– ¿Por qué recurres a estos temas más populares y no a otros?
Es la forma, primeramente, de cumplir conmigo mismo espiritualmente, de sacar muchas cosas que llevo dentro acerca de cómo veo a la sociedad, tal vez una forma de desahogarme, de decir que hay esencias que necesitan ser vistas. Y es que me muevo mucho entre estas energías, entre lo cotidiano, soy parte de eso.
Con este joven se puede dialogar de todo, resaltar filosofías, pensamientos cuestionamientos sociales y del quehacer artístico también. Pueden pasar horas y no agotarse los temas, ya que uno derivaría en otros, hasta el infinito.
Ya está concentrado en nuevos proyectos, nuevas exposiciones que van a estar naciendo en este recién llegado 2020, como el que estará exponiendo en las próximas Romerías de Mayo en la ciudad de Holguín. Estaremos atentos todos a las nuevas reformulaciones sociales de este inquieto creador santiaguero. Un habitante que se comunica con arte.
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Lo ocurrido durante siete meses de proceso judicial en letras que reflejan la firmeza de cinco hombres con sólidas convicciones, son las líneas aunadas en el libro Escrito desde el banquillo. Diario de René González, presentado en Guantánamo por su autor René González Shewerert, como parte de las actividades de la 42 Jornada de la Canción Política.