FAC
Bienal de Humorismo gráfico premia originalidad de artista de Cuba
El jurado de la XXII Bienal Internacional de Humorismo Gráfico otorgó el Gran premio ‘Eduardo Abela’ al caricaturista de Cuba Michel Moro Gómez, por el conjunto de piezas presentadas en el certamen.
Sobrepasar los lÃmites del sonido
A partir de las redes sociales y de una colaboración para un videoarte pude llegar hasta la obra de este artista, cuya mayor virtud podrÃa ser la de estar siempre en constante movimiento y búsqueda interior.
René RodrÃguez (Trinidad, 1979) es compositor y artista visual, graduado del Instituto Superior de Arte, con una MaestrÃa en Composición. Ha obtenido diversos premios como compositor, entre ellos el Alejandro GarcÃa Caturla de la UNEAC, el Premio por mejor música original en el Festival Broadcasting Caribbean de la UNESCO, Premio de composición en el Festival de la Canción por los 500 años de la fundación de Trinidad, y el Caracol de la UNEAC. Asà mismo obtuvo tres premios de fotografÃa en el 22 Salón de la Ciudad de Arte Contemporáneo de La Habana en 2018.Â
Su obra ha sido expuesta en importantes eventos y festivales dentro y fuera de Cuba. Como fotógrafo ha desarrollado varias exposiciones colectivas y personales.
Desde los inicios ha desarrollado su estética creativa a partir de la música electroacústica en relación con la poesÃa, las artes plásticas, el teatro, la fotografÃa y el cine, inquietudes creativas que han nutrido su sensibilidad y que le permiten ir redescubriendo el mundo con los mismos ojos asombrados y, siempre, desde la humildad.
Desde pequeño comenzaste estudios en el conservatorio de tu provincia natal, Sancti SpÃritus, en la especialidad de piano, incluso formaste parte de un grupo musical infantil llamado Juventud 2000, desde donde empezaste a incursionar en el mundo de la composición musical, pero, qué fue lo que realmente te enamoró de la música.
Comenzar a estudiar desde los ocho años el piano e integrar una banda musical infantil desde 6to grado fue la consecuencia de un primer amor, de una certeza que anteriormente se venÃa enramando. Más que haberme enamorado de la música dirÃa que experimenté un deseo muy fuerte desde niño por descubrir sonidos, puedo afirmar que de manera inconsciente.
De mi primera infancia trinitaria recuerdo que mi abuelo tenÃa un escaparate viejo en el traspatio, en él conservaba un mundo de entonadas herramientas y objetos con los que construÃa artefactos y me inventaba historias. Sin quererlo se convirtieron en mis primeras elaboraciones primitivas como artista. Un sonajero de botellas, hierros de diferente peso y tamaño, trozos de madera y cristal, hilos de pescar tensados, el traquear del café mientras se tostaba, trotes de caballo desde el callejón empedrado, más la fauna sonora del platanal, son algunos de los sonidos que inundaron mi entorno y de cierta forma propiciaron una necesidad. En medio de toda esa amalgama de sensaciones descubrà de a poco con el tiempo, un lenguaje por el cual podÃa conciliar con entera libertad mis emociones.
Durante tus años de estudiante en la ENA, desde tu experiencia como pianista y compositor, integraste varios grupos y lograste nutrirte de géneros tan diversos como el rock, la trova, fusión, pop, los géneros de la música popular tradicional cubana y el jazz. ¿Cómo aportó esta dinámica sonora a tu proceso creativo como compositor? ¿Consideras esto un ejercicio necesario para el proceso formativo de un estudiante de nivel medio?
Es, sin dudas, un camino necesario para cada estudiante en proceso de formación. La interacción con otras fuentes de conocimiento contribuyó a moldear lo que soy ahora. La academia –en mis inicios– fue un poco rÃgida en este aspecto. Los métodos que se manejaban no daban paso a excepciones, dentro del programa, tan imprescindibles como las expresiones populares o tradicionales. No obstante, a estas limitantes le surgieron fisuras inevitables, pues el entorno era más fuerte que los métodos implantados de la escuela europea.
Ya en Nivel Medio la dinámica fue diferente, la interacción con la música popular (el jazz, la timba, la trova y el rock, fundamentalmente, fue bien intensa. A pesar de no formar parte de la metodologÃa habitual en este tipo de academias, de manera natural gracias al contexto y a una necesidad económica devenida de las ganancias que producen ciertos géneros populares, se fomentaron sin duda una serie de conocimientos y herramientas que enriquecieron mi arsenal de variables y estilos composicionales. Este encuentro espontáneo, casi un “quiéralo o no lo quiera†que les toca a todos los estudiantes de Nivel Medio, es fundamental para su formación, porque aporta, redirecciona y define los caminos a seguir.
Durante un tiempo te desempeñaste como profesor en la ENA y el ISA, coméntanos un poco sobre el proceso de formación que tienen los estudiantes de música en las escuelas de arte.
Bueno, siempre he creÃdo que la enseñanza de música en las escuelas de artes es fundamental para el desarrollo de la música cubana. Los aciertos o deficiencias que pueden tener los jóvenes músicos cuando cursan la enseñanza siempre estarán reflejados en su desempeño como profesionales.
Anteriormente hablaba de aciertos, soy defensor de que la música popular cubana en los estudios es beneficiosa para el futuro de los jóvenes músicos, asà como también la de América Latina que muchas veces es olvidada, o desplazada por la preferencia de nuestros ritmos y el jazz. Afortunadamente, estos repertorios están hoy mucho más presentes, sobre todo en las asignaturas de práctica de conjunto. Por otro lado, esto no implica que deje de tocarse la música clásica por ser la base del entrenamiento de todo músico, sin importar su preferencia. Creo que esto no puede perderse de vista.
¿Qué experiencias, obras, vivencias… han marcado tu formación artÃstica?
Es difÃcil definir particularmente una determinada experiencia, creo que el cúmulo de acciones vinculadas al arte han ampliado mis conocimientos. Te comento algunas sin establecer un rango de importancia entre otras. No podrÃa dejar atrás la interacción con los poetas y el canto. La trova desde niño ha sido un eje en el que permanezco rotando hasta el dÃa de hoy. En este sentido debo citar a una persona que fue y es muy importante en mi vida y en mi carrera, un grande de la trova trinitaria: Pedrito González, fundador del movimiento de la Nueva Trova en nuestro paÃs.
Pedrito alimentó la sensibilidad artÃstica en mà a través de las espontáneas tertulias trovadorescas que “accidentalmente†ocurrÃan en la sala de mi casa trinitaria. Con sus canciones, que incluÃan inevitablemente a Manuel Corona (obligadas Santa Cecilia y Longina), Sindo Garay, Eusebio DelfÃn, Silvio RodrÃguez, Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat, entre otros, me cautivó de poesÃa y trova en su totalidad. Como él, también fueron importantes las sonoridades callejeras de aquel entonces en Trinidad, cuando la añeja villa transcurrÃa en una atmósfera apacible, lejos del actual bullicio de visitantes foráneos, denigrante música souvenir y negocios pululantes que laceran la médula espinal de las tradiciones populares. Entre estos sonidos propios, dirÃa entrañales, se destacaban los tambores de algún toque, las canturÃas en la cercana Casa de la Trova, los cantos litúrgicos en la Iglesia de la SantÃsima Trinidad y las peñas que frente a la casa realizaba la orquesta de charanga tÃpica Estrellas del 48 que entre boleros, danzones, sones y chachachá deleitaba con deliciosa cadencia mis oÃdos.
En casa tenÃa un viejo tocadiscos y un grupo de placas con tesoros ocultos que más tarde apreciarÃa en su verdadero valor. En particular obras como Las cuatro estaciones de Vivaldi, algunas cantatas de Bach (como la 121), el segundo concierto para piano y orquesta de Rachmaninov, el tercer concierto para piano y orquesta de Bartok, Manita en el suelo de Alejandro GarcÃa Caturla, Las RÃtmicas y el Ballet La Rebambaramba de Amadeo Roldán, un disco de Jazz con temas relevantes de Duke Ellington, la ingeniosidad al piano de Keith Jarrett, las atmósferas de Pat Metheny, Yellow Jacket y un disco con poemas de Roque Dalton y Thiago de Mello, acompañaron mis vacaciones, las noches y sus amaneceres. Debajo de la almohada mientras escuchaba esos tesoros yacÃa mi imprescindible Dulce MarÃa Loynaz, la edición de su poesÃa completa me abrió las puertas al mundo de la literatura. Asà también entre obras musicales apareció Samuel Feijóo, Wichy, entre otros.
Una de las experiencias que, aunque sucedieron en momentos diferentes de mi vida, marcaron de manera trascendental mi concepción de la creación, fue la simbiosis entre dos grandes de la cultura nacional, el destacado compositor y maestro Carlos Fariñas, de quien tuve la enorme dicha de ser parte de su aula, y el importante realizador y Premio Nacional de Cine Enrique Pineda Barnet, quien me dio la oportunidad de adentrarme de manera profesional al mundo del séptimo arte. Curiosamente, ambos trabajaron en estrecho vÃnculo durante muchos años dando a luz resultados artÃsticos memorables como Soy Cuba y Cosmorama, por solo citar dos ejemplos. De alguna forma esa interacción llegó hasta mÃ, tanto desde la formación-profesión hasta la puesta en marcha de proyectos que articulan la trama de imagen y sonido.
¿Qué géneros musicales son más frecuentes en tus obras?
Nunca me he cuestionado la búsqueda de un género a la hora de componer, principalmente para la música culta o contemporánea de concierto, simplemente direcciono la creación según el objetivo al que va dirigido. No creo que uno sea un objeto de determinado color y textura, creo que nos movemos en direcciones de búsqueda siempre inquietas, aunque sà con un especÃfico centro de atención.
Existen dos direcciones básicas en mi labor creativa: una vinculada a la función del oficio propiamente a través de la exigencia de los encargos, los que deciden por lo general el tipo (género) de música a desarrollar, de tal forma que deriva en una gama amplia de diversos géneros de la música culta o popular; y la dirección personal. Es en esta lÃnea que prefiero no definirme porque considero que (como acontece generalmente en todos los casos) siento la necesidad de caminar, de cambiar, de descubrir, indagar, romper. Todos los elementos antes mencionados que marcaron mi universo en la infancia son la materia prima genérica principal, su uso no está determinado por una decisión consciente sino como un resultado de la misma interacción acumulada por años.
Ahora, sà considero una identificación con la corriente de la música experimental que pretende fundirse a través de la búsqueda de nuevos timbres. Para ello me apego a una plataforma que por sà misma cumple con todos los requisitos para volar en grande a la hora de elaborar, transformar y transmitir criterios artÃsticos: la música electroacústica. Pudiera decir que esta lÃnea resulta ser la más recurrente en mi obra. A partir de esta manera de expresión he coqueteado con géneros como el Jazz, el pop, la música popular bailable, lo incidental o puramente experimental por citar algunos que vienen a mi mente, unas veces consciente –de manera que aporte al discurso audiovisual– y otras veces de forma espontánea, como bombeos intrÃnsecos del alma.  Â
Durante tu carrera has tenido la suerte de coincidir y recibir clases de destacados compositores como Carlos Fariñas, Juan Blanco, Roberto Valera, Calixto Ãlvarez, Tulio Peramo, Harold Gramatges, entre otros, incluso formaste parte del taller formativo de música electroacústica en los tiempos de Juan Blanco (ISA) y tuviste la oportunidad también de generar tres obras allÃ. Háblanos de esta experiencia en particular.
Me agrada mucho responderte esto, porque soy un poco de todas esas sabidurÃas académicas que recibÃ, más la suma de lo que cargamos en el bolso emocional del pasado. Mi desempeño en el arte habla con elocuencia de estas conexiones. Primero te mencionaré un nombre que no incluyes pero que repercutió mucho en mi inclinación por la composición: Amado Touza, mi profesor de Piano en la Escuela Nacional de Arte. Este maestro de la interpretación me enseñó a “componer†de cierta manera mientras ejecutaba a Bach, Scriabin, Debussy, Ravel, Beethoven, Lecuona; lo hacÃa mediante sus charlas que antecedÃan cada lectura, charlas en las que descubrÃa a través del marco histórico, el análisis armónico y estructural, la esencia misma del compositor, su tema, la historia que se propone en cada obra.
Cuando me tocó “cruzar†el camino que separaba la ENA del ISA, el encuentro con las destacadas figuras que mencionas fue como el premio de la primera fase donde indirectamente inocularon en mis entrañas el placer por la creación: Touza, el medio y las circunstancias.
En el Instituto (actual Universidad de las Artes) tuvimos –los de mi aula– grandes privilegios al ser testigos de la sabia de glorias de la composición. Particularmente haber cursado mi carrera bajo la guÃa de Carlos Fariñas fue altamente significativo, tanto asà que todavÃa hoy rebusco y hallo en sus partituras un espacio siempre elocuente de transmisión de conocimientos y alternativas, como si el comprometido maestro y obstinado compositor estuviera vivo a través de sus notas, guiando los pasos como solÃa hacer, con resuelto celo. Fue con Fariñas que me sentà inclinado hacia la música electroacústica. Despojado él de reservas o secretos, me reveló las mieles de la composición como si se las dictara a sà mismo. Fuerte de carácter, recio en su disciplina e inclinado con pasión a la enseñanza, fue y es como una luz para mis pasos en el oficio de la creación.
Recuerdo con mucha nostalgia a Harold, quien me preparó para las pruebas de ingreso al Instituto (curiosamente él fue el primer maestro de Fariñas). A su decir no enseñaba la composición, sino que señalaba las descomposiciones. Incentivaba el fuego interno creativo de cada alumno desde su clase de Audiciones AnalÃticas infundiendo en nosotros, con la dulzura que lo caracterizaba, la formación de criterios a través de la pintura, el teatro, la literatura y la danza. Casi era una exigencia al grupo de los compositores, el autoexamen con respecto al uso de las variables experimentales, las tendencias, los modelos y métodos de la música culta del siglo XX; todo ello para avivar la creatividad.
El apego a una formación integral en relación a la cultura también fue un ejercicio recurrente entre los maestros del claustro, entre ellos Juan Piñera, Roberto Valera y Tulio Peramo con especial interés, estimulaban y observaban esta inclinación en cada prueba de composición, en cada encuentro espontáneo de pasillo. Todos ellos condicionaron un criterio que asumo como baluarte junto a los ya forjados en mi experiencia de vida.
Durante nueve años, formaste parte de la compañÃa artÃstica Creación, realizando trabajo comunitario en la Sierra de los Órganos, con el objetivo de difundir el arte entre los pobladores de la región. Coméntanos sobre este proyecto.
Esta experiencia marcó mucho mi vida en lo emocional y lo profesional. Recién graduado del ISA, después de todo ese cúmulo de enseñanzas recibidas, mi ritmo habitual dio un giro inesperado. Cuando muchos de mi generación siguieron desarrollando su espacio propio dentro de la creación artÃstica, yo preferà tomarme una “pausa†en ese escenario y prestar mis conocimientos a una comunidad rural que al principio veÃa como ajena y que, al término del trabajo, la sentirÃa tan mÃa y cercana a partir de los lazos familiares que establecà dentro de ella. Un amasijo de nostalgias me cobija cuando pienso en esos años.
Aunque en lo aparente rompà el ritmo de búsqueda desde la escritura en el medio composicional, en realidad establecà otro patrón de pesquisa a través de la enseñanza de las artes y su puesta en práctica (aún en terrenos inexplorados como la actuación teatral y la realización de trabajos audiovisuales). Asimismo, alimenté con mayor libertad mis inquietudes por la fotografÃa y el video desde mi afán por archivar historias, las que más tarde serÃan contadas a través de documentales que testimoniaron el intenso trabajo.
Todo esto serÃa inmencionable sin el soporte que fue la compañÃa artÃstica Creación, integrada por músicos formados en nuestras academias de arte y dirigida por Omar Rojas y Manyú Bernal. Creación trazó como meta sembrar –con ambicioso empeño– cultura en un terreno áspero y en apariencia difÃcil de penetrar: una comunidad donde la tendencia al alcoholismo primaba en sus derredores por la ausencia de propuestas culturales frecuentes. En Cabeza, Minas de Matahambre, Creación apuntó con el arma de la cultura y la sensibilidad del arte para dar en el blanco. Asà muchas personas entregadas al ocio, la violencia y el alcohol, cambiaron esa situación por un instrumento musical. También impartimos talleres de pintura, música y teatro para los pequeños de la comunidad y de otras zonas aledañas. A estas clases alternábamos programaciones de cine móvil para niños y adultos. Hasta cada rincón llegábamos en tractor o en carreta, no importaba el medio, solo importaba llegar y hacer la función.
Desgraciadamente, muchas de estas poblaciones serranas padecen de hábitos negativos motivados por el ocio. Aún no es suficiente el sano esfuerzo de las organizaciones del Gobierno y la cultura. La concientización al respecto por los promotores culturales es vital, de no ser asÃ, la globalización cultural –mediante las tendencias comunicativas actuales– propiciará quebrantar principios y valores necesarios para engranar con tino el motor de la sociedad. Como dirÃa nuestro José MartÃ: “La ignorancia mata a los pueblosâ€. Una muestra asÃ, sencilla, donde un puñado de voluntades se unen para llevar luz a través del arte, es un ejemplo de lo mucho que puede hacerse.Â
En casi 10 años se hicieron muchas cosas, no solo talleres, actuaciones de música, de teatro infantil, también se organizaron conciertos y festivales que fueron cimiento de muchos artistas reconocidos hoy en la escena nacional e internacional, y que en ese entonces incursionaron como aficionados al arte. Cabe añadir que lejos de la sensación del aplauso de los grandes escenarios, experimenté una emoción insuperable: el milagro oculto detrás de una sonrisa agradecida.
En diversas ocasiones has incursionado en el teatro y el cine, ¿qué retos debe asumir el compositor musical cuando se enfrenta a estos medios?
Como primer requisito, y dirÃa que fundamental, respetar la obra con el fin de establecer un discurso narrativo equilibrado entre las partes. El compositor debe adaptarse al canon previamente establecido por el libreto teatral o el guion cinematográfico. La música debe apuntalar psicológicamente la trama, pero nunca prevalecer donde no se establece como protagonista sino como parte del engranaje total.
Es imprescindible que haya un orden entre la exposición de los diferentes elementos que componen la escena para apoyar finalmente la narrativa de la misma, he aquà donde radica el desafÃo del ejercicio composicional. Es de por sà un reto negarse a sà mismo hasta cierto punto (sin dejar de serlo) y corresponder estrechamente las exigencias del director. Cuando esta lÃnea de trabajo se respeta, por muy simple que sea el acabado, habrá sin duda un resultado óptimo, el deseado. Fariñas me legó una enseñanza con respecto a esto, él insistÃa en hacer énfasis en la objetividad dramática, pero siempre yendo más allá en busca de una estética más subjetiva y evitando el realismo frÃo.  Â
En medio de tu obra como compositor, despertaron en ti fuertes inquietudes hacia otras ramas del arte. Has incursionado en la fotografÃa, y en el XXII Salón de la Ciudad, organizado por el Centro Provincial de las Artes Plásticas, obtuviste varios reconocimientos, entre ellos el Premio de la Universidad de las Artes, por tu obra “CoreografÃa ideológicaâ€. Desde el 2008 hasta la fecha vienes realizando audiovisuales, en los cuales la música, como elemento predominante, dialoga con lo visual y lo poético a modo de experimentación, recurrentemente en colaboración con otros artistas. ¿De dónde surgen estos impulsos, y cómo se mezclan en tu creación musical?
Como bien te decÃa, el cúmulo de experiencias antes mencionadas, dieron al traste con una serie de herramientas que fui asumiendo como derroteros en mi manera de contar historias (cada obra se debe a un acontecimiento determinado). La articulación entre la música y otras expresiones artÃsticas como la fotografÃa y el video se me hace necesaria una vez que descubro en ellas una manera más de componer: veo a estos medios “externos†como “instrumentos musicales†con los cuales se sustenta el objeto temático de cada obra.
Para explicarme mejor: cuando ejerzo la creación a través de la fotografÃa es imposible no incorporar en ella los sonidos cotidianos que acompañan la instantánea, esto no siempre condicionado hacia la realización de una obra musical, pero sà como inminente acompañamiento. Lo mismo sucede cuando compongo música electroacústica. En este último caso, por lo general, cada sonido utilizado lo trato de forma natural (fijado esto en parte por los fundamentos estéticos de la escuela “concreta†de Pierre Schaeffer), a partir de lo cual implemento una mixtura tras la relación visual que se desprende de cada sonido, a veces utilizada en contraste o contraposición, otras apoyando fielmente lo expuesto.
Uno de los resultados que surgen como consecuencia de esta necesidad de “contar†a través de diferentes fuentes sonoras y visuales son mis electrodocumentales o también llamados poemas visuales. En estos trabajos (con caracterÃsticas análogas al cine documental) dispongo con absoluto empeño unificar estos lenguajes para, a través de los procesos de desarrollo comunes en cada obra, mostrar un resultado artÃstico. Â
¿Consideras que, al nadar entre tantas aguas, tu proceso creativo como compositor musical te permite generar un universo más rico y propenso a la experimentación, teniendo en cuenta que el impulso creativo es único y que lo que varÃa es el modo de manifestarse?
Realmente lo considero una ventaja a mi favor. Partiendo de la música como eje principal, creo que en la gama de alternativas se fortalece aún más el objeto final del arte. Por poner un simple ejemplo: entre los medios expresivos, el tratamiento del timbre siempre ha centrado mucho mi atención. A lo largo de la historia, este elemento no ha dejado de corresponder al desarrollo técnico de los instrumentos y, posteriormente, a los progresivos avances tecnológicos en el campo de la música por computadoras. Hasta el dÃa de hoy, esta búsqueda de sobrepasar lÃmites en la exploración de nuevos paisajes tÃmbricos confluye a la par de los convencionalismos estéticos.
Una de las herramientas fundamentales que articulo en mis trabajos, por este motivo, es la transformación del sonido a través de estos mecanismos de sÃntesis a partir de sonidos acústicos o puramente electrónicos, previamente procesados. No obstante, mis recursos no cesan de inquietud y búsqueda, por lo que no se limitan solo a esta corriente –que de por sà tiene aún mucha tela por donde cortar si de descubrimientos se trata–, sino que toma prestados elementos “ajenos†al mundo sonoro musical para asimilarlos como si fueran notas de un pentagrama, tal es el caso de la fotografÃa y la edición de video, como bien dije antes. Estos últimos elementos fungen como herramientas que aportan, dosifican y sostienen el discurso del material de arte.
Hace unos meses, tras haber colaborado con otros artistas, tuve la oportunidad de trabajar contigo, a través de tu poema “Otra vez en el principioâ€, imágenes del malecón habanero, sonidos ambientales del entorno, la voz de la poeta y otros elementos afÃn a la estructura dramatúrgica del trabajo, pude dar a luz al audiovisual titulado “Adagioâ€. Este material es ejemplo de los excelentes resultados de una colaboración donde la simbiosis entre sensibilidad y sencillez, conspiran en el acabado de una obra, tanto partiendo de la búsqueda de nuevas herramientas expresivas como de la comunión estrecha entre artistas en dinámica consonancia.Â
¿Qué rasgos definen a René RodrÃguez, como artista y ser humano?
Me cuesta responderte eso, pues no me lo pregunto ni a mà mismo. Me considero un ser contemplativo, amistoso, familiar… mi música es resultado de ello. La gran mayorÃa de los procesos creativos intervienen con el fin de fomentar esta necesidad espiritual; lo considero el combustible vital para la armonÃa de las cosas que me rodean. Para darle forma al mundo necesito sentir que cada paso está acoplado a ciertos hilos invisibles que mueven la maquinaria de la vida: la magia de un abrazo, de una sonrisa, el milagro del perdón y del deseo.
Pareciese que tu obra está en constante crecimiento y búsqueda, ¿en el espacio creativo, con qué sueñas?
Creo que con todo, se quiera o no, de forma natural se mantiene en eterno crecimiento. Aun cuando dejamos de caminar, solo lo hacemos en relación a un criterio, bien sea propio o social, más allá de cada postura a través del tiempo se perpetúan inevitablemente ideas y sueños.
Los mÃos en particular surgen casi siempre del espontáneo paso a paso. Creo que la sucesión de eventos del dÃa a dÃa nos depara un mundo de preguntas por contestar o por dejar en blanco (esto también contiene música), muchas de ellas acumuladas en el pequeño closet del alma, amontonadas y alocadas, prestas a brindar su servicio cuando el intelecto lo precise.
¿Con qué sueño? Con soñar siempre. El dÃa que deje de anhelar un proyecto me habré perdido a mà mismo dentro de todo.
Oficio de teatro en una Isla milagrosa (+ fotos y video)
Obertura
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Vamos a crecer los chamacos ni yonkis ni mal estudiados
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Y con valor, saber que dar amor es condición que se vale
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Que al paso por la vida somos ambientales
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Se dan las proteÃnas como los minerales
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Es la evolución que yace de los cafetales…
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Halando parejo, fortificando futuro
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Pero que no me falte consuelo, mi mango maduro
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Halando parejo, fortificando futuro.
Determinando acontecimiento hace que me disponga a escribir y escoger un fragmento para el inicio en mis notas esencialmente de la canción Wacho a la cosecha del compositor cubano William Vivanco. Porque lo que asevera la letra de “crecerâ€, “halar parejo†y “fortificar un futuroâ€, son tres verbos importantes que se expresan en la composición del espectáculo que a continuación analizo. Fue una de las muestras que se presentó también en la última edición del evento Traspasos Escénicos realizado por la Facultad de Arte Teatral en el ISA durante el mes de marzo.
I
Camino a la entrada
También lo exponen el equipo de creación y realización de Oficio de Isla, una puesta en escena dirigida por Osvaldo Doimeadiós. Asistir al muelle Juan Manuel DÃaz, espacio fuera de los circuitos privilegiados de la programación teatral habanera, pero propicia para representar una producción de esta magnitud, bajo el manto del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y el Centro Promotor del Humor con la colaboración de la Oficina 500, Carnaval Habana, entre otras instituciones.
Estoy en la función y pienso en mi generación. Considero que ha crecido desconociendo hechos de la Historia de Cuba. El viaje de 1 273 maestros cubanos a la universidad de Harvard en el verano de 1900. Se trató de un momento único, pues el paÃs –bajo ocupación estadounidense− estaba a punto de iniciar su vida como nación independiente. Fue un instante tenso y hermoso, una prueba para todos los que participaron, una suma de lecciones cuyo significado inquieto sigue estremeciendo hoy lo mismo que entonces.
Es la segunda vez que veo a Doimeadiós, reconocido actor, ejerciendo como director teatral. Aseguro que la destreza es el resultado que obtuvo en La Cita, un texto de Andrea Doimeadiós y vuelve a crear otra interesante propuesta para la escena teatral cubana.
En Oficio…, la composición espacial erigida por el director señala una teatralidad que le graba al espectáculo hechos particulares en la elaboración de su estructura dramática: I Camino desde la entrada, II Ara, III Tengo una hija en IHarvard, IV ¡Arriba con el himno!, V TravesÃas, VI Salida al patio lateral. Son los tÃtulos de los cuadros y espacios que establecen el orden para el proceso de representación.
II
Ara
En Ara, que viene siendo como el segundo cuadro del espectáculo, se representa interviene coreográficamente Grettel Montero, con movimientos precisos, plenos de toda una plasticidad que revelan al espectador lo que en un principio fue nuestra Isla desde su descubrimiento, la alternancia y repetición al bailar en el pequeño espacio diseñado para representar los signos más acreditados y componer mediante la danza el despertar de una Isla que sin dudas surgen todo tipo de milagros.
III
Tengo una hija en Harvard
Tengo una hija en Harvard, texto de Arturo Sotto, conforma en su relato la historia de una joven maestra escogida para su visita a dicha universidad norteamericana. Su prometido se opone al viaje. El acontecimiento va generando un conflicto entre la idea opuesta por sus padres hasta entrar el padre Orozco como concordia en el asunto. Con diálogos bien construidos, el autor recrea el ambiente en que se enmarca la fábula en una unidad temática. Apropiados registros construyen los actores que logran el equilibrio en las actuaciones en sentido general. Se activan resortes espectaculares con la inclusión en vivo de la banda de música de Rancho Boyeros que se implican como personajes dentro del tejido del concepto de la puesta, brindándole una musicalidad efectiva.
Y cuando me leo más claro que oscuro
Del clarÃn escuchad el sonido
Somos los primeros
Somos los primeros.
IV
Arriba con el himno
En un cuarto bloque del espectáculo, bajo el tÃtulo de Arriba con el himno, del autor Ignacio Sarachaga, vemos cómo se enriquece con escenas del teatro vernáculo, acto que le añade al compuesto heterogéneo del espectáculo un matiz especial  Â
Que nadie sienta miedo ya estamos llegando
Hay un itinerario (pá cumplir la meta)
Consejito sano (pá cruzar el rÃo)
Y lo aprende quien lo entienda (nos vamos pal surco)
Quien roba caballo paga con castigo
Y si viene, viene, viene un dominó
Ya estamos jugando, jugando…
Otra vez entrecruzo en un acto de libertad otras frases de la canción de Vivanco y sin miedo a originar un trabajo que ya dejó mucho que decir.
V
TravesÃas
Su director va cerrando la dramaturgia con TravesÃas, una instalación y performance que es un concepto del propio director Osvaldo Doimeadiós y con la realización plástica de Guillermo RamÃrez y Patricia DÃaz MartÃnez, hasta llevarnos a la salida del patio lateral.
Estos son los seis momentos que dividen la obra, conforman la estructura de este relato con tonos de humor, pero sin llegar a ser una comedia pura. Todo está bien pensado en Oficio de Isla, con cuidadoso diseño de vestuario creado por Oscar Bringas que le aporta a la obra pureza y neutralidad visual que supongo ha querido mostrarnos.
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       Vivimos en una Isla, es preciso levantarse cada mañana ver el sol, el horizonte como amenaza el lugar de promisión para saber lo que es…
Es este un montaje que, sin dudas, dialoga con un presente. Las instantáneas que se exponen a la salida fueron tomadas hace casi 120 años. En la cosecha de Doimeadiós del presente relata lo que fuimos, somos o aspiramos ser, y estas fotos vienen a recordarnos de dónde venimos y de qué estamos hechos los cubanos en un acto artÃstico de altos quilates estéticos y de una sensibilidad sorprendente.
Con Oficio sobre el teatro en una Isla milagrosa, director, actores y todos los que en el espectáculo intervienen, desde sus particularidades conceptuales, hacen del espacio una convergencia perfecta con los cientos de espectadores que asisten allà a ver verdadero arte, un acto puro de teatralidad.
Fórmula del éxito, avatares y cavilaciones de Rosana Rivero
*Tomado del periódico ¡ahora!
Rosana Rivero Ricardo es una joven periodista holguinera que desde el ámbito de la cultura ha entregado en el último lustro, su quehacer profesional a informar al público holguinero de todo cuanto en materia de arte acontece en la provincia.
Santiago Ãlvarez brilla por su presencia en Santiago de Cuba
Santiago Ãlvarez, una imprescindible figura del mundo del documental y por ende de la cinematografÃa cubana, penetra con su impronta en la ciudad de Santiago de Cuba. Esto se debe a la XVIII edición del Festival de Documentales que lleva su nombre, que se realiza desde el dÃa 6 y se extenderá hasta el 12.
Érase otra vez
La verdad no sé qué fuimos a buscar a tan tempranas horas Nelson y yo a la avenida Garzón. La ardilla parecÃa desafiar el paso de mi amigo que le dejó petrificada en aquella portada. Yo lo sacudÃa, aquel era uno de los tÃtulos de mi librero infantil y no entendà cómo fue a parar a una venta de libros de uso. Pero Nelson no entiende mi agonÃa. Como muchos niños en los Ê»80 pasé largas temporadas en reinos lejanos y trasmontanos. Mi mundo era una especie de Moscú tropical. ¡Y vaya misterios tiene la literatura y el universo onÃrico! Horas después me tropecé con la ardilla de la editorial Raduga y pasados unos instantes de nostalgia perdió total importancia.
Comencé a desmarañar el estante, estaba segura, en aquellos paseos por las librerÃas mi madre se las ingeniaba cual diplomática literaria transnacional. De niña jugaba con libros y no solo los leÃa. Armaba siluetas de barcos multiétnicos y me introducÃa en ellos, el enorme tamaño de mi casa se apresta. Entonces la literatura incluso me resultaba más placentera porque no andaba en posturas crÃticas y otras manÃas del adulto lector. Solo me dejaba llevar por las aguas y el velero, y fui feliz.
Y gracias a esa especie de selección natural tuve acceso a lecturas de los más diversos parajes literario-culturales. Polvo y recuerdos mediante, al modus de corsarios y piratas a la toma del botÃn, acabo de reencontrar otro de mis más queridos tÃtulos por entonces, Cuentos y Leyendas Vietnamitas:
…En pueblos solitarios, campesinos y terratenientes, lagos y hadas
Cursaba el año 1984 cuando la editorial Gente Nueva sacaba a la luz el tÃtulo ya nombrado. Los cuentos y leyendas contenidos en el volumen estuvieron basados en relatos orales o composiciones escritas de los estudiantes vietnamitas que en la década del Ê»65al Ê»75 del pasado siglo vinieron a Cuba becados para estudiar en la Universidad de La Habana y cursaron estudios en la Escuela de Letras y Arte de la Facultad de Humanidades. Los hijos del arroz tomaron clases de idioma español en la Licenciatura en Estudios Hispánicos para extranjeros y fueron alumnos de Marta Santo Tomás Sánchez a cargo de la selección y adaptación de los relatos compilados. En el prólogo se aclara que la adaptadora procuró la conservación del estilo directo y sencillo de los relatos originales.
Me estaba ratos admirando las larguÃsimas trenzas de Tam, la protagonista de una de las leyendas, que distingue en la imagen de cubierta. Deseé comer de las tandas del arroz que ella escogÃa. Comparé nuestros sombreros de yarey con los de aquellos muchachos de ojos rasgados. Sentà hambre de los frutos que daban mágicos árboles, lancé flechas y crucé el lago a la espalda del barquero cuyo rostro tuve que inventar.  La calidad del papel no competÃa con las ediciones predominantes en mi librero, pero las ilustraciones a cargo de Enrique MartÃnez, a pesar de ceñirse al dibujo en blanco y negro, lograron captar las esencias de las narraciones y transportarlos con audacia a la infancia cubana de entonces.Â
En aquel momento echaba a volar y ya, como correspondÃa. Ahora vuelo menos y me percato de algunas particularidades con referentes inmediatos a aquel entorno cultural oriental, diferente de los patrones del arte y la literatura occidental. Por ejemplo, las hadas de los cuentos tradicionales vietnamitas no son sólo del sexo femenino, pueden ser de ambos sexos, jóvenes o ancianos. Hay diversidad también en la tipologÃa de las hadas, las hay jóvenes y bellas a semejanza de su parentela europea, pero también aparecen en la representación de ancianos y ancianas. Hadas al fin comparten sustratos como la habilidad para aparecer y desaparecer, tomar figuras de animales, genios o espÃritus, ayudar a los buenos y castigar a los malos:
Veamos el momento de la aparición de la entidad del hada-anciano en dos de los relatos:
(Tam y Cam)
“Tam pensó que su mamá la castigarÃa y se echó a llorar desconsoladamente. De pronto, se le apareció un anciano de barbas largas y blancas como la nieve, quien con voz dulce le preguntó:
-¿Por qué lloras tanto, niña?
-Ay, abuelo, trabajé toda la mañana para llenar mi cesta de peces, pero mientras me bañaba desaparecieron todos y temo que mi mamá me castigue.
Entonces el anciano le dijo:
-Mira, hijita, no llores más, aquà tienes peces.
(El bastón mágico)
“…De pronto, el tronco del árbol se estremeció, y del mismo surgió un anciano de larga barba, todo vestido de blanco, con un bastón en la mano. El anciano tocó a Manh con el bastón, y le habló asÃ:
-Manh, tú trabajas mucho y vives pobremente; sin embargo, eres bueno y siempre tienes paciencia y modestia. Toma este bastón para que te ayude a vivir mejor. Puedes pedirle lo que necesites, pero nunca pidas demasiado…â€
Se observa un gran parecido entre el cuento Tam (granito de arroz partido) y Cam (fina cáscara blanca del arroz) y el conocidÃsimo La Cenicienta. Según aporta la compiladora, los alumnos vietnamitas atestiguaron el origen tradicional de este relato, muy popular en la nación asiática desde muchas generaciones atrás. Cualquier semejanza tendrá sus vaivenes literarios y antropológicos entre las olas del Mar Adriático que servÃa de puente entre el lejano Oriente y Europa. Gracias a la divulgación de diversos personajes gran cantidad de cuentos, leyendas y fábulas europeas arrancan de raÃces orientales. Me vienen a la idea algunas teorÃas de base antropológica como el paralelismo o el difusionismo cultural que contribuirÃan a explicar estas y otras coincidencias que acaecen entre estos cuentos y leyendas y sus pares simbólico-culturales del ámbito occidental.
Aparecen en la versión vietnamita marcas de identidad y la cultura popular como son los propios hábitos alimenticios y un plato básico en dicha cultura como el arroz y las tareas compartidas de base familiar como el acto de escogerlo. El famoso zapato aparece como zapatillas de seda bordadas al modo del atavÃo femenino oriental, y por supuesto en relación con la búsqueda de un pie chico como concepto oriental de la belleza femenina. Aunque debemos recordar que los pies de las hermanastras de Cenicienta tampoco cupieron en el zapatico de cristal, otra coincidencia en los conceptos estéticos entre uno y otro relato.
Los cuentos tradicionales vietnamitas tienen además de su encanto narrativo, que los hace atractivos para niños y adultos, significativos valores éticos y culturales. En muchas de las leyendas se exaltan las más nobles virtudes humanas. En numerosos cuentos se aprecia la relación entre el hombre y la naturaleza, se describen los animales y las plantas y las relaciones sociales de la época.
Aparecen con reiteración temas como la enfermedad y la muerte. La segunda, en la mayor parte de los relatos es la solución-enseñanza fatal que marca el fin de los personajes negativos; sin embargo, en uno solo de los relatos la muerte se plantea como un suceso excelso, un fin heroico, sÃmbolo de resistencia y tenacidad. Tal es la tesis que se plantea en “El pájaro Ko-Kan-Kac-Fucâ€:
“…muchos jóvenes cayeron en el camino, y al morir se convertÃan en pájaros que revoloteaban y cantaban “Ko-Kan-Kac-Fuc†(¡Vence las dificultades!) para dar ánimo a los que continuaban la penosa marcha.
Después de muchas semanas de camino, llegaron a un despejado valle: era la entrada al paÃs del este, donde se vivÃa en paz y abundancia. Allà se establecieron los vietnamitas y tuvieron una vida dichosa; los niños jugaban, reÃan y cantaban. Y los hombres y mujeres que trabajaban en los campos eran estimulados por el canto de las aves que gritaban “Ko-Kan-Kac-Fucâ€, simpáticos pájaros que hasta el dÃa de hoy se encuentran en los bosques de Vietnam.â€
 Las historias se basan en la oposición entre el bien y el mal en las que los “malosâ€, a sus contravalores suman el ser “gordos y feos†como ocurre en “El origen de los monos†con los personajes del terrateniente, mujer e hijas. Hay igual gran semejanza con la Cenicienta pues el anciano de barba blanca y largo bastón transforma a la sufrida Teo, sirvienta de los primeros, “en una muchacha hermosÃsima con un vestido esplendoroso. Su boca era rosada como una flor, sus ojos de mirada dulce y brillante, ninguna muchacha era tan bella como Teo. Al verla, todos los jóvenes de la aldea se sintieron cautivados por su belleza.†En esto coinciden los cuentos de antaño y varios del presente anclado a la pantalla, la felicidad femenina pende atada a la conquista del universo varonil. Asà han sido y ¿serán? educadas las futuras reinas del hogar en varias regiones del orbe. El escarmiento para los malvados llega por obra de sus propios defectos, que les convierten en monos peludos y feos.
El triunfo de la bondad sobre la codicia aparece en “El árbol de frutaâ€, que tiene como protagonista la fruta oriental conocida como grosella china, árbol caracterÃstico del paisaje vietnamita. También aparecen representadas las relaciones antagónicas entre miembros cercanos de la parentela, relación disfuncional en la literatura que tanto ancló en la narrativa de varias culturas. Por solo mencionar cercanos referentes podrÃamos citar el conflicto entre el Meñique martiano y sus hermanos. Como en aquel y en otros, el sÃmbolo del árbol que da frutos a quien lo merece se debate entre las bondades de Dong (hermano menor según ¿casualidad literaria?) y la enseñanza o fatalidad para Thu y su esposa, cuya codicia culmina por arrojarlos al mar.
En “La inteligencia†se representa la figura del campesino no solo con valores como la laboriosidad, también como persona de audacia ante las contingencias, capaz de solucionar difÃciles situaciones. “El bastón mágico†es otra de las páginas protagonizadas por el personaje del campesino cuyo antagonista es un poderoso e inconforme terrateniente quien al final del relato resulta muerto por su propia codicia, como resultado de los golpes que recibe del bastón arrebatado al campesino. Hágase notar una vez más la recurrencia a la muerte como enseñanza fatal a los personajes negativos. Por su parte, el campesino es pobre, trabajador, persistente en sus labores, paciente, modesto, solidario con los de su clase y feliz. Los elementos de la naturaleza como el sÃmbolo árbol resultan recurrentes en estas narrativas. El árbol da sombra para aliviar la fatiga del campesino y durante el sueño de aquel se transforma en “un anciano de larga barba, todo vestido de blanco, con un bastón en la manoâ€. El bastón será el objeto de la discordia que dará bienestar al sensato trabajador y aleccionará con la muerte al terrateniente.
“El sol, la luna y las estrellas†entraña  una narrativa al modo génesis donde las flechas de un viejo cazador y su hijo (en el sentido de la cristiana trinidad: Padre (cazador) –Hijo y espÃritu santo (disparo de la flecha)– organizan el cosmos en un Sol, un sol herido ante el primer disparo del hijo inexperto que se trastoca en luna, estrellas y luceros que devinieron “de los pedazos luminosos de los soles muertos†por los disparos anteriores del Padre. Formación a partir de la que se libera a la Tierra del intenso calor emanado por los innumerables soles en existencia. El arco y la flecha del padre e hijo salvan a la humanidad. Nada más semejante a la tesis cristiana.
Las relaciones entre los hombres y los animales domésticos se exponen en “Gato y perroâ€, donde se plasma una versión muy simpática del origen de la enemistad entre uno y otro animal.
En “El barqueroâ€, la historia lleva a retablo el personaje del esposo dedicado cuyo sacrificio –hada mediante– cura de una terrible enfermedad a la esposa, a la vez que queda sumido en la pobreza. La mujer ahora rozagante de salud aparece como un ser malvado, malagradecido y ¡oh gran casualidad!, traicionero, lo cual desencadena en que debe devolver al hombre las tres gotas de su sangre que la salvaron y al hacerlo se desploma convirtiéndose en un mosquito hembra que hasta estas teclas busca con desesperación libar la sangre de los humanos.
La “Leyenda de Than Yung y el caballo de hierro†encarnan la narración épica en una especie de parábola con la aún reciente victoria del pueblo vietnamita.
El cuento “El sapo, tÃo del emperador del Cielo†asume un argumento medioambientalista pues centra la historia en la desaparición de la lluvia “En tiempos remotos, cuando sólo de plantas y animales se cubrÃa la Tierra y aún el hombre no habÃa surgidoâ€. Es otra muestra de la estrecha unión entre realidad y fantasÃa, pues ¿no es cierto que los sapos anuncian la lluvia con su canto?:
“-En el futuro, si vuelve a haber sequÃa, ¿qué debemos hacer?
El emperador del cielo respondió:
-No es necesario que suban…
-Entonces propongo, que cuando haya sequÃa le avise por medio del rechinar de mis dientes.
A la sugerencia del sapo, el emperador contestó:
-Acepto, cada vez que oiga tu rechinar dejaré que la lluvia vaya enseguida junto a ustedes.
(…)
Desde entonces, cada vez que el sapo llama al cielo, la lluvia acude inmediatamente para alegrar y propiciar la vida de todos en la Tierra.â€
El personaje del Sapo es simpático y muy positivo, tienes actitudes como el liderazgo y encarniza la tenacidad y valentÃa que promueven otros valores como la justicia. La fábula llama a la unión de empeño y aceptación entre diferentes.
Como colofón, el volumen recoge una leyenda que extiende sus raÃces a páginas histórico-culturales del panorama vietnamita. “La torre de la tortuga o el lago de la espada restituida†sitúa el hecho narrativo en Hanoi, en un lago “en cuyo centro se alza una alta torre, conocida por la torre de la tortuga y el lago recibe el nombre de lago de la espada restituidaâ€.
La torre en cuestión se ubica en medio del lago Hoan Kiem. Y el origen de los nombres de la torre y el lago remontan al lector a una lección de historia:
“Hace más de quinientos años, Vietnam se vio invadida por una dinastÃa china. Para defender a su pueblo, al frente de los vietnamitas se puso un guerrero llamado Le-Loi, quien habÃa sido hasta entonces un humilde campesino.â€
El pasaje se refiere al momento histórico con fecha de 1408, cuando la DinastÃa Ming invadió Vietnam. Veinte años más tarde los vietnamitas derrotaron a los chinos bajo la dirección de Le-Loi, quien más tarde fundó la DinastÃa Lê Quan y renombró la ciudad como Tonkin.
Sin embargo, según fuentes digitales consultadas, Le Loi  no fue un campesino sino un terrateniente devenido general vietnamita que, efectivamente, obtuvo la victoria de independencia para Vietnam de China y fundó la  dinastÃa Le (1428–1788). Entre sus logros se mencionan  las reformas agrarias que hizo para ayudar a los campesinos. Fue el héroe vietnamita más homenajeado de su tiempo.
La recreación con la que concluye la compilación de relatos apela a elementos de la fantasÃa épica y el mito, donde las aguas del lago constituyen elemento fundamental.
Carta no enviada a la Editorial
La casa de la infancia de Nelson era pequeña en demasÃa como para hacerle un lugar a los libros, según sus padres. Jugar tenÃa horario especÃfico pasado el cual los juguetes eran encaramados en una caja fuera del alcance de los niños. Nelson como una inmensa población mundial y anónima no es un buen lector ni de prospectos pero sà se hizo buena gente y amigo mÃo. Cuando supo de nuestra onÃrica travesÃa soltó su carcajada procaz, y me regaló el pie forzado para una relectura en dÃas en que puedo abrigar a quien soy en cualquier sitio de mi estante.
MaylÃn Quintana y su mejor lenguaje (+Fotos y videos)
as luces se encienden, y aparece en el escenario. Una leve sonrisa, y comienza su primera canción de la noche. Es sábado, y MaylÃn Quintana ofrece un concierto en el Museo Nacional de Bellas Artes, para presentar su disco “Sigue“. En el público, predominan los jóvenes, incluidos varios amigos y compañeros de estudios en el Instituto Superior de Arte.
La radio en Antena
Un post en Facebook dio inicio a la nueva temporada de Antena Este, la peña dedicada a la radio que promueve la sección de audiovisuales de la filial provincial de la Asociación Hermanos SaÃz en Santiago de Cuba. Reacciones, comentarios y muestras de cariño, llegadas desde distintas partes del paÃs, saludaron el nuevo empeño.
Debatirán Ignacio Ramonet y Rosa Miriam Elizalde sobre colonialismo 2.0 en Dialogar, dialogar
El catedrático y periodista español Ignacio Ramonet, doctor en SemiologÃa e Historia de la Cultura, y Rosa Miriam Elizalde, doctora en Ciencias de la Comunicación y vicepresidenta de la Unión de Periodistas de Cuba, serán los invitados en el espacio Dialogar, dialogar este 19 de febrero, para debatir en torno al Colonialismo 2.0 y los desafÃos de la izquierda. ¿Qué hacer?
A partir de las cuatro de la tarde de ese dÃa debe comenzar el intercambio en el Salón de Mayo, del Pabellón Cuba, sede nacional de la Asociación Hermanos SaÃz, en el cual pueden participar todas las personas interesadas, quienes tendrán la posibilidad de preguntar, expresar sus opiniones y enriquecer el debate.
También deben asistir estudiantes universitarios, incluidos algunos de la facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, quienes la semana anterior realizaron un taller con parte del equipo de Dialogar, dialogar, sobre algunas particularidades del tema, especialmente en el paÃs caribeño.
Autor de libros como “El imperio de la vigilanciaâ€, “La explosión del periodismoâ€, “¿Qué es la globalización?â€, “Propagandas silenciosas†y “La tiranÃa de la comunicaciónâ€, Ramonet tiene amplia experiencia en el análisis de fenómenos relacionados con la comunicación, las plataformas digitales y las disputas polÃticas e ideológicas en diversas regiones del mundo.
Fundadora del prestigioso sitio digital Cubadebate, autora o coautora de obras como “Clic Internet†y ganadora en varias ocasiones del premio periodÃstico Juan Gualberto Gómez, el más importante concedido en su paÃs para reconocer la obra de un periodista durante un año, Elizalde es una profesional con amplio reconocimiento en el campo de la comunicación y las nuevas tecnologÃas, por su dominio de la teorÃa y la práctica, demostrado en diversos proyectos como Dominio Cuba.
Creado en el año 2013 por iniciativa de la Asociación Hermanos SaÃz, Dialogar… se mantiene como una plataforma para el intercambio sincero, valiente y responsable entre varias generaciones de cubanos, con lÃneas temáticas relacionadas con la cultura, la historia y la sociedad en general.
Los temas más recientes han sido “José Martà en la hora actual de Cubaâ€, “La responsabilidad colectiva, ¿cómo se construye, cómo se destruye?â€; “El rol de los jóvenes creadores en la Cuba de hoyâ€; “Resistencia y creación: La cultura de nuestro tiempoâ€; y “El dirigente como servidor públicoâ€.
Este espacio es un homenaje permanente al sobresaliente intelectual Alfredo Guevara, fallecido en abril de 2013, quien fue eternamente joven por sus ideas y la capacidad para polemizar y soñar junto a las nuevas generaciones.
Las transcripciones del Dialogar, dialogar pueden leerse en dos libros, titulados Hacia una cultura del debate, en sus volúmenes uno y dos, los cuales fueron publicados por la Casa Editora Abril.
La amarga soledad del Pinto
La noche del Pinto, basada en un original de Reynaldo Montero, fue la entrega de Teatro D` Sur para este Mejunje Teatral. Una puesta resentida en aspectos como el diseño escenográfico y sonoro, pero que logra comunicarse con el espectador gracias –porque hay que agradecerle en verdad–, a la actuación de Jorge Luis Castillo.