Edilberto Sosa
El Subterráneo, de Juan Edilberto Sosa (décimas + video)
Violencia, sexo, lenguaje
de adultos, un set oscuro
como un túnel sin futuro
en un sótano-paisaje.
Jeans, nuestro gran personaje,
tipo Frankenstein moderno,
disecciona un trauma eterno
y crea un morboso emporio
que es como un laboratorio
muy parecido al infierno.
Un Samurái anfitrión,
maestro de ceremonia
el escenario endemonia,
corta de un tajo el telón.
Aires de autodestrucción
envenenan los segmentos.
Se leen los parlamentos
cual si fueran poesía
o como una letanía.
Corrientes de pensamientos.
Puesta sin cuarta pared.
Lean las acotaciones.
Teatro de operaciones.
Cae el público en la red
como alma muerta de sed
en un ambiente de horror.
Pero no hay tono censor
en la interactividad
sino naturalidad.
El público es un actor.
En las atmósferas grises
de los saltos temporales
no hay dos escenas iguales
ni desenlaces felices.
Cuerpos rehenes, matices
que no caben en la prosa
y el dramaturgo desglosa.
No entres de modo espontáneo
si encuentras el Subterráneo
de Juan Edilberto Sosa.
Psicosis: un cuerpo hecho tragedia (+ videos)
No soy Sarah Kane, pero hoy juego a interpretarla.
Soy la actriz, o al menos juego a interpretarla…
Psicosis el último espectáculo que hemos estreno en el Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA. El hecho ocurrió el 21 de diciembre de 2022 en el patio de la Casa del Joven Creador, sede de la Asociación Hermanos Saíz en Santiago de Cuba. Este fue un viaje que empezamos hace varios años, antes de la Covid-19, ya pensábamos en este proyecto. No fue hasta 2020, cuando se nos otorgó la Beca Milanés de la AHS y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas para su posible ejecución, que entendimos que era el momento. Teníamos que llevar a escena, todo el material textual y simbólico que habíamos acumulado. Íbamos a evocar a la gran Sarah Kane, o al menos valernos del carácter lúdico del teatro, para jugar a interpretarla.
Esta es una obra que parte del texto Psicosis 4.48 de Sarah Kane, pero que replantea la experiencia personal de la dramaturga, a través de otros cuerpos y voces.
¿Sarah Kane en Santiago de Cuba?
¿De dónde son los cantantes?
Siempre nos pareció que Sarah Kane también podía hablarnos a nosotros, que dentro de su poética se nombraban elementos de nuestra naturaleza humana sin importar zonas geográficas. Que su escritura nos era familiar como grupo. Que su construcción simbólica en el plano teatral, alimentaba nuestras búsquedas.
…mi nombre es Sarah/ Sarah Kane
un ciempiés de otro tiempo
donde la densidad golpea
para obligarte a existir…
Cuando subimos a escena con los primeros ensayos en agosto del 2022, decidimos que fuera un monologo, o que al menos, solo Sarah fuera el centro. Empecé a rescribir la obra y a producir un texto completamente nuevo, lo cual varío ideas iniciales del proyecto. Desde el texto debía nacer la investigación actoral y ubicarse el centro de nuestra construcción. Así fue como todo el material escritural, musical y de investigación adyacente se modificó. Buscábamos crear una puesta que fuera desde lo cubano hasta lo universal, desde Sarah Kane al cuerpo de la actriz.
…hubo una noche en la que todo fue posible
oxígeno
una revelación
oxígeno
el cadáver de un ciempiés sobre la voluntad
¿cómo volver?
oxígeno
todas las Sarah necesitamos oxígeno
todas las Sarah necesitamos volver…
Nuestro espectáculo constituye la carta de despedida de Sarah, mujer sumergida en la depresión. La autora inglesa es evocada una y otra vez, lo cual sirvió de puente para encontrar a otras mujeres en busca de un final antinatural.
La psicosis que padece el personaje termina siendo compleja, al punto de perderse la línea entre realidad y sueño. La obra se mueve entre la depresión del personaje, su asistencia al tratamiento psiquiátrico, sus sueños y las tentativas por ser una persona “normal”. Como diría Sarah, eso que llaman ser normal.
Este espectáculo muestra fragmentos de una vida que agoniza desde lo físico, lo espiritual y lo emocional. Ni la psicoterapia, ni el tratamiento farmacológico, calman el dolor del ser expuesto. Por el contrario, Sarah después de cuatro intentos suicidas, termina de escribir/cantar, y mientras su novia dormía, se ahorca.
Maibel del Rio Salazar (Premio Adolfo Llauradó 2022) encarna a Sarah desde un manifiesto contra la soledad, la dependencia y el miedo a vivir. La problemática del suicidio como un fenómeno antihumano, fue la primicia para llegar a la escena desde una tragedia anunciada desde el primer parlamento. Una tragedia imposible de evitar.
…si es la verdadera realidad
en la madrugada despierto
como una niña que olvidó el mundo
la rotación de los seres celestes…
El tema de la puesta transporta al espectador por distintos parajes, donde es posible valorar el fenómeno a diversas escalas. Sin embargo, pretendemos que el espectador vea toda la acción desde los ojos de Sarah y su distorsión de la realidad. Mientras la actriz habite esa distorsión como realidad absoluta del personaje, la realidad será subvertida según la acción y el discurso escénico. Los niveles de realidad en la puesta se manejan desde: la realidad del personaje, la realidad del Coro, la realidad de la actriz, y la realidad del espectador. Todas en función de una teatralidad que descansa en la iluminación, la escenografía, el vestuario, los video-arte e interinfluencias escénicas del personaje con los elementos escénicos y el texto espectacular.
Uno de los espacios temáticos de la puesta es la intersexualidad de Sarah. Este es un espacio que se traduce en el conflicto que quizás más lo atormenta. Es de lo que menos se habla, pero de lo que más se padece. Sarah es un ser en el cuerpo equivocado, cuerpo y alma van por caminos diferentes. Cuando aparece el tema, se hace un parteaguas, haciendo al público replantearse todo lo escénico. Desde ahí se establecen y se entrelazan (luego) elementos de la ficción que crean paralelismos con situaciones reales de Sarah Kane (la dramaturga), el personaje, y a la vez, con otras mujeres conocidas o no. La Sara,h del Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA, es la imagen de muchos seres que han padecido y otros que aún lo sufren esperando el final.
…cuerpo y alma jamás pueden unirse
necesito convertirme en quien ya soy y someter
mi voluntad a esta incongruencia /mentira que no puede sostenerme
me ahogaré
en las frías aguas de mi ser
en el abismo de mi mente
¿cómo puedo regresar
ahora que mi pensamiento se ha ido?…
La obra (como texto), muestra qué es lo que pasa por la mente de una persona cuando ya no distingue lo real de lo imaginario. Casi al terminar su viaje entre recuerdos, sueños, miedos, fabulaciones y estados depresivos, el personaje al igual que la dramaturga inglesa, ingiere 150 pastillas antidepresivas y 50 somníferos. Luego es encontrada y llevada al hospital, tres días más tarde la encontraron ahorcada en el baño con los cordones de sus zapatos.
En la historia, Sarah lucha contra su pasado, sus ancestros, la memoria personal y colectiva, el desamor, el poder, la ausencia y la pérdida de la identidad. La historia pudiera ser el recuento/la representación de una mujer trágica. Una mujer que no despierta, que no tiene como ir a la guerra contra sí misma.
En la puesta, el Coro aparenta cierta neutralidad, pero su poder es tal, que parece controlar a Sarah. Ella lucha también contra el coro, que es su imaginación, su otra realidad. De ahí sale una partitura adyacente a la construcción ficcional que posee el texto donde habita Sarah.
¿Cómo se construye una tragedia?
¿Cómo vas a la guerra contra ti misma?
¿Por qué el espectador necesita escuchar esta historia?
Esta es la historia de una mujer que, al empezar la puesta, ya ha tomado su decisión.
Las escenas se mueven entre el flujo de la conciencia y la voz del inconsciente, sin aludir a cosas cotidianas u objetos personales. En esa dinámica entra el Coro como un cuerpo de muchos rostros. El Coro se transforma en todos los cuerpos con los que el personaje tiene que lidiar en sus últimos días. En ocasiones podría parecer que la Sarah que nos presenta el Coro, es una mujer ya fallecida. Se trata de un elemento escénico que además de todo lo antes dicho, realiza en vivo toda la música de la obra, completando así la banda sonora, donde intervienen algunos sonidos desconocidos para el espectador. Sonidos que son las frecuencias radiales de los seres celestes de nuestra galaxia. El Coro dinamita la acción, construye atmósfera, y dialoga con Sarah.
La acción progresa a través de: Sarah y el Coro, Sarah y los espectadores, la actriz y Sarah, la actriz y los espectadores. De ahí nace otra metáfora, la utilización del concepto de la mente como espacio (donde también actúa el personaje), o como versión corporal (sin importar edad, sexo, o posición social). Esto hace que el espectador pueda adentrase en un viaje abstracto y onírico, por donde se filtra tanto la realidad de Sarah como la del espectador.
El Coro posee una condición omnisciente, es como si narrara la vida de Sarah, y por otro lado es, como si ella se lo inventara como parte de su realidad distorsionada. El Coro significa ante el espectador: la familia, los médicos, el amante de Sarah, la muerte, los demonios u otra proyección simbólica del personaje.
…se abre una ventana/obstinada luz
la casa habla/las paredes llenas de ojos/rostros para un espectáculo / tengo miedo/veo cosas/escucho cosas/no sé quién soy/mi mente está hecha pedazos …
En cuanto al lenguaje teatral, hay muchas referencias formales con el sentido de la estética del performance o de búsquedas semejantes como praxis de lo real. El espectáculo está concebido para ser actuado por una actriz y un Coro integrado por cinco músicos/actores. Todos andróginos buscando una sintonía con la condición intersexual de esta mente que yace en pena.
El espectáculo tiene una duración aproximada de 1 hora y 10 minutos. Está ideado para ser presenciado solo para 50 personas por puesta, en un espacio donde la actriz pueda dialogar de manera más íntima con el espectador; pero también podría adecuarse a un foro más grande y de otras condiciones.
Se busca crear cierta atmósfera de familiaridad que luego caerá en una ruptura (aparentemente inexplicable), a donde también se pretende arrastrar al público, y para eso algunas de las soluciones son: la distribución no convencional del público, el número de espectadores, la duración del espectáculo, y la desconstrucción del espacio escénico convencional en uno no-convencional. Se quiere que el público encuentre en la puesta, el reflejo de sus incertidumbres y que se replantee su visión del fenómeno desde un plano más cercano, más personal.
Psicosis es una visión sobre una textualidad atravesada por la oscuridad y la violencia al que han sido sometidos un cuerpo y un alma. ¿Cuerpo femenino? Re-simbolizar los conceptos, métodos y conductas que rigen la resistencia de los cuerpos frente a la depresión y poder social ejercido dentro de la contemporaneidad, es una de las urgencias del Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA. Para este colectivo, la mujer como eslabón de vida y desarrollo en los procesos socio-políticos, culturales y psicológicos actuales, es uno de sus ejes investigativos donde el espectador siempre puede depositar, el ejercicio de la interpretación y el autoanálisis.
El elenco y equipo de realización que hizo posible el estreno de la obra en diciembre y posteriormente la temporada en el Cabildo Teatral Santiago en enero fue:
Coro – Thalía Martínez Arias/Lisandra Hechavarría Hurtado/ Talía Vega Cabrera/ Lázaro Alejandro Del Valle Frómeta/ Fabio Santino/
Sarah – Maibel del Rio Salazar/
Producción ejecutiva – Clara Betsy Ávila Hechavarria/
Diseño gráfico – Alejandro Cañer/
Diseño escenográfico – Yordy Martín Amiot/
Diseño de vestuario, maquillaje y peluquería – Clara Betsy Avila Hechavarria/
Video Arte – Carlos Javier Alvares/ Yuri Seoane/
Campaña de Comunicación: Buena Luz Producciones/
Dirección musical: Lisandra Hechavarría Hurtado/
Equipo de apoyo a la técnica (luces, sonido, proyección) – Ricell Rivero Rivera/ José Alfredo Peña Ortiz/ Erasmo Leornard Griñán Labadie/ trabajadores del Cabildo Teatral Santiago y equipo de producción de la AHS en Santiago de Cuba/
Dirección texto, artística y general: Juan Edilberto Sosa Torres/
Producción: Consejo Nacional de las Artes Escénicas en Cuba/ Consejo Provincial de las Artes Escénicas en Santiago de Cuba/ Asociación Hermanos Saíz/
Psicosis es la historia de una mujer que se quedó sin fuerzas para luchar por su vida. Es la historia de Sarah, pero también de miles de mujeres cubiertas bajo el manto de la soledad y la depresión. Sarah representa la toma del poder de una mente sobre el cuerpo y sobre todas las relaciones generadas a partir de este. Tras varios intentos suicidas, Sarah decide dejar su testimonio y luego no fallar en su búsqueda por darle fin a su historia. Ella ha renunciado a todo, ha intentado todo lo que humanamente le sugirieron, pero nada resultó. Necesita ser libre. Atraviesa distintos parajes y circunstancias para conquistar esa libertad, o para mostrarle al espectador que semejante libertad no existe. Su grito de guerra llega como música, con voces ajenas, pero con el mismo dolor. En las madrugadas la muerte vine a visitarla, siente su conexión.
¿Rebelión?
¿Rendición?
Soy yo misma la que nunca conocí, cuyo rostro está pintado en la cara oculta
de mi mente/
por favor levanten el telón/
Clausurado en Santiago de Cuba la edición 32 del «Lloga In memoriam»
Luego de cuatro días de actividades en Santiago de Cuba, y especialmente en la emisora Radio Mambí, en el reparto Sueño, hoy concluyó aquí la edición 32 del Taller y Concurso de la radio joven «Antonio Lloga In memoriam».
En Radio Mambí se han desarrollado las sesiones de escucha y el evento teórico que precisamente ayer incluyó en su programa una conferencia sobre los desafíos de la radio, a cargo de los M.Sc. Reinaldo Cedeño Pineda y Dayron Leodany Chang Arranz.
Este «Lloga» fue inaugurado el miércoles en el Ranchón del Músico, al lado del Parque de los Sueños, con la participación de realizadores jóvenes de varias provincias a quienes Juan Edilberto Sosa, presidente de la filial santiaguera de la AHS les dio la bienvenida.
Veintisiete trabajos en las diferentes modalidades de la creación radial compiten por obtener los galardones que serán entregados hoy.
A los 100 años de la radio cubana y a la propaganda radial está consagrado el encuentro auspiciado por la AHS de la provincia, el ICRT y la Dirección Provincial de Cultura.
Este 32 Taller Concurso distinguirá como “Maestros de la Radio”, a Gertrudis Boizán y Hugo Emilio Pérez, ambos con una labor sobresaliente en el sistema radial.
La AHS en Santiago de Cuba decidió nombrar al evento como Antonio Lloga para homenajear la memoria de quien fuera en vida una personalidad sobresaliente por su alcance profesional en la radio y por la ayuda que siempre brindó a los jóvenes creadores que llegaban al medio.
Aunque nació en la provincia matancera en noviembre de 1921 y muy joven: a los 16 años, comenzó allí su labor cultural y artística; a pesar de iniciarse en la radio en La Habana, Lloga Simón desarrolló su etapa más fértil en la CMKC Radio Revolución, en Santiago de Cuba.
Cuando falleció el 5 de septiembre de 1977 tenía solo 56 años y ya era un prominente actor, director y escritor radial en el ámbito nacional, con un currículo extenso en el que aparece su tránsito por la RHC Cadena Azul, Radio Progreso, Cadena Oriental de Radio, CMKH, CMKS, en Guantánamo; CMKG, en Las Tunas, CMKC, en Santiago de Cuba.
Itinerario del Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA
El Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA, luego de concluir su primera gira internacional en México, llegó a su Santiago de Cuba para seguir impulsando los proyectos que en gran medida le dan sentido a su existencia. Todos ellos vinculados al trabajo con los jóvenes desde distintos espacios.
En el mes de julio el escenario fue el Centro Cultural ALEGRO y la Casa del Joven Creador en la provincia. Sumados al programa Almas nuevas de la AHS durante los días del Festival del Caribe, la obra Leviatán en versión para tres actores confluyó con espectadores de distintas nacionalidades. Como cada puesta, el intercambio demostró lo importante que es basar un espectáculo en una investigación seria, una que profundice en la universalización de los temas y los conflictos expuestos.
En agosto el trabajo se desplazó a las comunidades de difícil acceso, aquellas que pertenecen en específico al Plan Turquino en el municipio de Guamá. Hasta Ocujal del Turquino, Uvero, Chivirico, la Calabaza, el Marañón, Bahía Larga, Caletón Blanco y Cañizo llegaron espectáculos como Bonsái, Cartografía para elefantes sin manada y los procesos de trabajo Luces de Neón y Psicosis. Además de un espectáculo variado con poemas, canciones y juegos escénicos pensados para los más pequeños.
Con el auspicio de la Asociación Hermanos Saíz en la provincia y el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, otro grupo de artistas se sumaron a esta iniciativa, donde vale resaltar al proyecto audiovisual Buena Luz producciones, y al metodólogo provincial de teatro Ricardo Martínez Benavides.
La Casa del Joven Creador en la provincia ha servido como espacio natural del grupo, de ahí que espectáculos como Leviatán en versión para un actor, Cartografía para elefantes sin manada y Psicosis dieran varias presentaciones para el público que radica alrededor durante este periodo.
El mes de septiembre trae para el grupo una movilidad bastante atrayente. El primer fin de semana se estará presentando el espectáculo Bonsái a las 6.00 p.m. en el Cabildo Teatral Santiago, y en este mismo espacio, pero a las 8.00 p.m. Leviatán, el segundo fin de semana. Sin que esto tenga alguna afectación, de martes a viernes desde el Centro Cultural El Ingenio, la obra Cartografía para elefantes sin manada se pondrá a las 4.00 p.m. Estos son espectáculos que empiezan acumular una cantidad importante de representaciones, algunos ya casi están cercanos al centenar de funciones.
Como si fuera poco aún, del 5 al 11 de septiembre continua la gira por las comunidades, en esta ocasión será en el Cobre, Boniato, El Cristo, Siboney, Verraco, Baconao, el Caney, el Escandel, y el Ramón de las Yaguas.
En la segunda quincena del mes, el GEE LA CAJA cumplirá con algunos compromisos en la capital. Durante las celebraciones del evento Pensamos Cuba, de la AHS, estará compartiendo con el público capitalino la obra Ofelia, el más reciente estreno de la compañía. Luego ese mismo espectáculo será presentado en distintas salas y localidades de La Habana.
Todo esto no es más que la antesala a la segunda gira internacional del grupo. Otra vez a México, en esta ocasión por cinco estados y con una duración de dos meses. Todo está arreglado para que el repertorio total del grupo llegue hasta tierras aztecas en busca de mantener el éxito alcanzado hace unos meses en Jalisco.
Finalizando noviembre, dos estrenos llegarán a Santiago de Cuba. Se trata de los espectáculos Luces de Neón y Psicosis, este último, beca Milanés 2020. Ambas obras ya han dado algunas funciones como proceso de trabajos pero ya entran en su fase final.
Hoy el grupo se encuentra en una dinámica saludable. Aún no termina este año, y ya se piensa en las proyecciones del 2023. Se trabaja en un cortometraje y en una nueva aserie de videos-poemas. Dos aristas del grupo que muestran su diversidad creativa. Y es que ante la rudeza de la realidad, el antídoto perfecto pudiera ser, no dejar de soñar.
Una voz necesaria
El actor es
un metafísico en la sombra, punteando un instrumento, punteando una cuerda de alambre que da sonidos que atraviesan súbitas rectitudes, por entero
conteniendo la mente, bajo la cual no puede descender,
más allá de la cual no tiene voluntad para alzarse.
Wallace Stevens
I
Es importante pensar el teatro desde los diferentes contextos en que se localiza, de ello depende la importancia de cada proyecto y cada espacio que se geste. Encontrar los puntos de fuerza y debilidad en cada región (entiéndase poblado, provincia o país) resulta una labor necesaria y vital. De eso depende que no nos repitamos y seamos capaces de darle al lugar donde vivimos una propuesta diferente y un aire renovador.
La búsqueda banal de la novedad es peligrosa y no se ha de andar buscando lo nuevo porque sí, sino que se ha de ir a la esencia primaria de nuestros impulsos para extraer de ahí lo que nos define y darle forma y contenido artísticos. En esa búsqueda, y solo entonces, lo nuevo que aparezca vendrá dotado con la fuerza de lo peculiar. En esa pequeña germinación hay vida y la vida se respeta y alimenta.
II
Creo que el Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra de Santiago de Cuba, aparece en la escena dotado de estas advertencias anteriormente señaladas. Es un pequeño grupo que, enmarcado en la vorágine cultural de una ciudad como nuestro Santiago, ha sabido denotarse con letras precisas y con una propuesta tangencial a lo habitual. En esa parte oriental de nuestro país, si bien hemos tenido colectivos, actores y actrices que han apostado por la búsqueda de alternativas escénicas complejas y diferentes, la generalidad ha sido un apego a las formas tradicionales y folclóricas de entender el teatro. Entonces; el teatro ritualizado o el ritual teatralizado, la oralidad, el teatro de relaciones con su cercanía a lo africano y a la gente del pueblo que baila la conga y entona un himno de batalla o religioso, la ceremonialidad de los santos patrones y la heroicidad devenida realismo escénico, son peculiaridades de la teatralidad santiaguera. De ahí que la propuesta de Juan Edilberto Sosa como líder de La Caja Negra sea tan certera y necesaria.
Este proyecto viene a significar para Santiago una fuerza nueva llena de directrices para entender la pluralidad y la mixtura en una región donde está todo mezclado. La novedad de La Caja Negra viene inspirada por maestros que han sabido dejar para las generaciones un legado artístico decisivo. En la poética de este grupo coexisten la sabiduría y la intensidad de maestros como Grotowski y Meyerhold junto a la escisión que proponen Fischer Lichte, Rodrigo García y Angélica Lidell por citar algunos referentes. De ahí que logremos apreciar en las obras de este grupo un trayecto marcado que va desde lo intrincadamente personal como en El deseo (otro panfleto escénico), hasta Leviatán que cierra la trilogía “Cómo se llega a ser lo que se es.”
III
La Caja Negra pretende para Santiago de Cuba un estímulo capaz de remover las formas de entender la escena y una sacudida que saque al teatro de su espacio oscuro y limitado. En sus propuestas, los chicos de La Caja Negra trascienden los espacios para llegar a más personas, es por ello que en una obra como Bonsái, salieron a la calle como parte de una propuesta performativa y audiovisual para que el teatro no quedara dentro de la cámara negra. Además, presentan una búsqueda constante dentro del propio lenguaje escénico para fusionar esa identidad con otras como el audiovisual y la performance.
En Bonsái Juan Edilberto propone una mezcla entre estos lenguajes para mostrar un discurso que va de la sociedad moderna, la incomunicación, el deterioro de los valores generados por el trabajo y la angustia de la superficialidad. Este espectáculo-performance-audiovisual propone al espectador la posibilidad de cuestionarse su entorno y sus actitudes.
IV
Desde su fundación, el grupo aboga por la irreverencia contra el estatismo y la pereza creativa. Sus fuerzas están centradas en generar espacios de intercambio con los espectadores y a menudo realizan lecturas dramatizadas, espacios de comunicación teórica y práctica y presentaciones de espectáculos. Desde su accionar en la AHS santiaguera han consolidado lo que, a mi modo de ver, es uno de los aportes decisivos al panorama cultural de la ciudad: el Evento de Teatro Experimental DESCONECTADOS A 969.
Este evento defendido por La Caja Negra trabaja para dar voz y relevancia a un movimiento que aúna a creadores de todo el país que trabajan en una dirección alternativa de creación. El encuentro convida al análisis de procesos y a la desarticulación de mecanismos que den luz a diferentes maneras de hacer en estos momentos. Desconectados no es más que un acto de compañía en la que, una minoría defensora del teatro de experimentación, se busca y se encuentra para comulgar juntos la vocación hacia lo diferente, lo poético y lo profundo (cuestionado la mayoría de las veces). Este evento es una marca de resistencia a los patrones hegemónicos que se validan en otros festivales nacionales e internacionales.
V
Santiago y Cuba necesitan un grupo como La Caja Negra que sepa hablar con argumentos y timbres propios en función de una cultura de lo diverso. Se necesitan voces jóvenes que dialoguen contra lo muerto y contra las fórmulas enquistadas en procedimientos probados por décadas y décadas. Juan Edilberto esgrime una manera peculiar de usar el idioma y los conocimientos aprendidos; en Leviatán propone una estructura teatral marcada por los espacios. Son los espacios los que determinan las escenas. También se apoya en las luces y personajes como núcleos determinantes de esa estructura.
Esta obra habla de la ciudad, de Cuba, del mundo y la humanidad toda englobada en la figura de ese deambulante (loco) que vive en la basura. Leviatán propone no quitar la vista de la poesía aunque esté formada por trastos viejos y comportamientos espantosos. En el espectáculo los “locos” van conformando con sus diferentes comportamientos, acciones y elementos, el imaginario de un pueblo que convive con Dios y se cree Dios al mismo tiempo, un pueblo que revende la historia y las mercancías como pacotilla de quinta, de un pueblo que ama a los animales y ama decir palabras groseras, de un pueblo que construye y luego destruye, de un pueblo que crece y alumbra otros pueblos. Leviatán es la paradoja y el dilema de nuestras manos y nuestro cerebro.
La obra nos lleva hacia el interior de las esencias humanas y, como en Charenton de Peter Brook, realizamos una estancia dentro del manicomio que es el mundo, que son las calles, que es la mente humana. Los actores en Leviatán realizan un complejo viaje de subsistencia contra los personajes y a su vez se dejan penetrar por ellos sin ser consumidos. En esta obra se aprecia una lucha a muerte entre el actor y este personaje que lo empodera a la vez que le quita la voz. Juan supo crear estas batallas porque el montaje propone un transcurrir asombroso de los personajes por su cotidianidad. Todo el tiempo los actores actúan y aun cuando no son vistos, cuando no hay luz sobre ellos, cuando están en quinto plano escénico, aún así continúan actuando y viviendo la intensidad de la locura.
VI
En la agudeza y fortaleza de sus miembros para permanecer radicará la valía de este colectivo que ha demostrado ya la intensidad de sus propuestas. Me alegra que Santiago tenga un grupo de jóvenes capaces de entender que por vías alternas se puede crear para ser útiles. Es importante saber mirar para cuidar lo nuevo, proteger la diferencia, empoderar lo necesario.
En portada: Deseo (otro panfleto escénico). Foto Frank Lahera.
Compás #2: Salvando la memoria (+ Galería)
Una nueva travesía musical desde el ciberespacio, ha sido la segunda jornada del Jazz Namá. El evento se acercó a quien cariñosamente llamamos Miguelón, reconocido percusionista matancero, miembro de la UNEAC, profesor y promotor del jazz cubano. Una merecida cápsula Jazz Namá Plus para Miguel Rodríguez Zulueta, director del grupo Mestizaje, uno de los mayores exponentes del AfroJazz cubano, que prestigia el festival.
“No podría contarse la historia cultural de Santiago de Cuba sin hacer referencia a la Casa del Caribe. Como institución rectora de los estudios sobre los procesos socio-culturales de la región, su hacer ha significado un enlace con otros pueblos con los cuales compartimos ideas, ancestros, motivaciones y color”. Fueron algunas de las palabras que escribiera Juan Edilberto Sosa Torres, presidente de la AHS en la provincia, para la entrega del reconocimiento por los 40 años de la Fiesta del Fuego. Momento especial de la jornada que fue transmitido en vivo.
“Para mí el amor es la llave de todo, el motor del mundo, es la energía secreta detrás de cada nota que toco”. Bajo esa premisa vive y hace buena música David Gómez Cruz, estudiante de saxofón del conservatorio Esteban Salas, en la urbe santiaguera. Un joven al cual su talento e inquietud musical lo acercaron al jazz.
El documental Bitácora, de la AHS en la Ciudad Héroe, le dio la oportunidad de visualizar su obra y darle la certeza de estar transitando por los caminos correctos dentro del amplio espectro de la música cubana. Así demostró en su cápsula promocional Jazz Namá Plus y en su improvisación sobre el tema challenge del Festival.
Pero David no está solo, dirige el grupo DjazzVi, impetuosos jóvenes que aportan singular cubanía al jazz, así demostraron en su concierto “A tocar con manana que no hay más ná.”
Esta edición del Festival Jazz Namá propone un reto de interpretación musical, la invitación ya está en las redes, y el grupo Influencia Jazz Trío también aceptó el desafío de improvisar sobre el tema challenge del evento, compuesto por José Ernesto González.
El guitarrista Andy Garcia Ginoris, director de la agrupación matancera, comenta al Portal del Arte Joven Cubano: “Hacemos música porque nos nace y es la forma que tenemos de expresarnos y dar a conocer quiénes somos”. Y en esta octava edición del Festival, sus tres momentos les permitieron demostrar quiénes eran dentro del panorama musical cubano.
La propia historia ha demostrado, que ir en busca de las raíces es sinónimo de buenos resultados para la cultura, sobre todo cuando los jóvenes son protagonistas del cambio y hacen eco del carácter desenfadado y progresista, que caracteriza este género.
Este evento tiene la intención de crear nexos entre los jazzistas contemporáneos y los orígenes del jazz desde una óptica local e historiográfica, en un ambiente acogedor que permita la libre creación y expresión, de un arte que siga siendo contemporáneo y renovador, aunque sea ciento por ciento online.
Una AHS que se mira por dentro, se renueva y crece (+Video)
Creación vs panfleto, movimiento vs estatismo, lucha de contrarios anclados en el quehacer artístico de la Asociación Hermanos Saíz en Santiago de Cuba. Planes modificados por la COVID-19, intenso trabajo en las redes, proyectos sólidos y un hambre insaciable de potenciar el buen arte, ha marcado un año en el que los jóvenes protagonizaron momentos inolvidables para la cultura de la ciudad. Juan Edilberto Sosa es presidente de la organización que agrupa a la joven vanguardia artística en esta “tierra caliente”. El bullicio del local dificultó un poco el diálogo. No obstante, Juan no se inmuta. Bebe sorbos de café y habla sin nervios.
El año 2020 ha sido atípico. En enero empezamos bien con la conmemoración del natalicio de Martí, el evento Tierra adentro; luego en febrero con el Jazznamá que es con el que mejor me he sentido en los tres años de presidente. Teníamos la brújula de que iba a ser un año grande para la Asociación. Entonces vino el cierre temporal de todas las actividades en el país por la COVID-19. Llegamos a un punto de inflexión en el que había que repensarse; cómo no dejar de existir teniendo una situación como esta.
Aquí tuvimos una buena experiencia porque buscamos la manera de que los miembros de la AHS pudieran estar conectados en las redes y desde ahí irradiar contenidos no solamente al público que iba presencial a nuestras jornadas, sino a otro público mucho más grande. Organizamos conciertos online, programas de televisión con los códigos de Internet como el Creador 2.0, y gestionamos una programación para Internet como la teníamos concebida presencial. Eso aumentó la cantidad de seguidores en las redes sociales, tuvimos que apelar a Telegram, Instagram y llenar esos espacios vacíos. Nos dimos cuenta que esta potencialidad debíamos continuar empleándola en el periodo post-pandemia. La cantidad de materiales que se han producido, pensados desde su génesis para las plataformas digitales, ha sido un paso de avance de la asociación para con el público y los asociados. El ejecutivo pudo reunirse a través de la aplicación WhatsApp; reubicamos a los trabajadores de la Casa del Joven Creador, en función de fortalecer áreas de trabajo como la comunicación, proteger la estabilidad económica y emocional de quienes laboran en la AHS.
Digo que fue un periodo de tregua fecunda porque creció la producción individual de los creadores. El artista joven encuentra, por muy difícil que sean las circunstancias, una forma de documentar con la creación sin panfletos, acciones que salieron bien. Esto nos hace llegar a los 34 años de la AHS con muchas potencialidades. De hecho, ya cuando aquí en Santiago pudimos hacer actividades de manera presencial, decidimos mantener como estrategia de trabajo la programación digital.
– ¿Son la vanguardia del arte joven los que integran la AHS?
En la Asociación debe estar la vanguardia del arte. Quizás no sea el más perfecto, ni el más legítimo, ni el más asumido por una institución cultural, pero sí el espíritu de vanguardia, de dialogar, romper y establecer nuevos códigos estéticos. Cuando comenzó nuestra presidencia lo primero que hicimos fue mirar nuestro catálogo y habían artistas que no cumplían con eso. Entonces hicimos una especie de selección de ese catálogo, de reaudición de los miembros hasta el punto que de 168 nos quedamos con 108. No es interés de la AHS crecer en número por crecer, sino que entren los que sean vanguardia y le den prestigio a la Asociación. Una vez hecho esto, fue mucho más fácil mostrar el trabajo de sus integrantes. Algo que nos permitió entender que no había manera de frenar a un movimiento cuando es orgánico y realmente creativo, fue esta etapa de COVID-19.
Hoy tenemos capsulares, documentales, conciertos online, y debe estrenarse el espacio Bitácora Joven, con una versión para la televisión de 57 minutos, y otra para cine de más de una hora de duración, con estreno aquí en Santiago de Cuba. Se ha puesto mucho esfuerzo para visualizar a eso que es vanguardia, a aquellos proyectos que nacen de los creadores y el trabajo de la Asociación en conjunto. Hemos dado un salto de calidad en cuanto al pensamiento de lo que debe ser la organización.
Ahora toca alfabetizar algunos espacios que pueden ser institucionales o no, que puede ser un municipio o poblado, de qué es la AHS. Nos dimos cuenta porque activamos la brigada Una salva de porvenir, que anualmente recorre todos los municipios. Esta vez lo hicimos en una situación muy difícil, cumpliendo las medidas sanitarias y creo que fuimos la única organización que llegó a esos lugares. Tuvimos días enteros de trabajo desde la mañana hasta la noche con ese pensamiento de vanguardia. En la mañana hacíamos talleres, en la tarde comprobábamos los resultados y en la tarde-noche lográbamos que los talleristas vieran algún punto práctico tratado en los talleres, pero escenificado por los jóvenes asociados dedicados a esa manifestación. Eso nos brindó un resultado espectacular.
En otro momento, en las visitas a los municipios nos dijeron que había que bajar la vara de calidad para que jóvenes de esa zona se hicieran miembros de la AHS. Entonces tuvimos que explicarle a esos jóvenes que debían subir la vara y no nosotros bajarla. Hay un pensamiento alojado en algunos sectores que no permite un determinado desarrollo artístico. Por eso, en diciembre iremos con la brigada a todos los poblados en un proyecto llamado La guarandinga, en coordinación con los CDR, la FMC, para darnos a conocer con nuestro teatro, con la trova y llegar a la gente. Otros de los proyectos con buenos resultados es el de la Casona Azul. Son talleres dirigidos al público infanto-juvenil que ofreció clases de teatro, de hip hop, de radio, artes visuales, a partir de la experiencia personal de los miembros de la asociación en instituciones profesionales. La brigada de Instructores de Arte José Martí y Casas de Cultura nos apoyaron con ese proyecto y tuvimos excelentes resultados, no solo con los jóvenes, sino que existió una retroalimentación entre los miembros de la AHS y los instructores de arte.
Cuando fuimos en la brigada Una Salva de porvenir a los municipios, intercambiamos con jóvenes con mucho potencial, por lo que brindaremos cursos de formación con un claustro bien pensado, y luego seleccionaremos uno de los proyectos que se presenten para la producción de esa obra, y darle vida.
Hoy tenemos un grupo importante en Segundo Frente, donde queremos abrir una célula, pero esos muchachos necesitan un nivel de formación e información cultural, que hoy no tienen cómo adquirirla en el territorio. Queremos traerlos aquí y ofrecerles buenos referentes de acuerdo a su manifestación.
–Recientemente se celebró la 30 edición del Concurso y Taller Antonio Lloga in memoriam. ¿Hay experiencias que quedarán para la próxima edición?
Tenía dos programas, uno presencial y otro virtual, pero suspendimos el presencial debido a la situación epidemiológica. Logramos un canal para podcast, pero aún no tenemos un noticiero radial; materializamos un noticiero con una cantidad de vistas en YouTube increíble, un boletín digital Volante sonoro y todo esto quedará para la próxima edición. Será el centenario de Antonio Lloga y encargamos una serie documental acerca de su vida y obra, así como otro documental relacionado con el Concurso. Incluimos los capsulares Antena Este sobre 10 jóvenes radialistas asociados. Esa serie continuará a partir de la experiencia de la oficina Antonio Lloga, que ya comenzó a funcionar y dejará importantes logros para la Asociación.
–¿Cambio de sede, cambio de objetivos?
En estos momentos nos estamos trasladando de sede en la calle Enramadas, cerca de la Alameda Michaelsen. Lleva un nivel de inversión grande. Mientras tanto, mudamos la programación de la AHS en instituciones culturales ubicadas en Enramadas. Es un reclamo histórico, pero que hayan accedido significa que algo bien está haciendo la Asociación, como para decir que puede ser la niña de los ojos de la ciudad.
Juan termina su taza de café.
–¿Tienes otra pregunta? Es que debo ensayar con mi grupo.
–Ya creo que es suficiente. Treinta y siete minutos de grabación es bastante.
Sonríe, me saluda y se va. Es director del Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA, con un marcado ascenso en el arte de las tablas. Termino mi café como quien ha ganado una partida de ajedrez sin fichas.
Bonsái: un ejercicio de mutilación del yo ⃰ (+ Videos)
Un bonsái, básicamente, es un árbol mutilado para moldearlo de manera estética según los intereses de quien lo haga. Partiendo de esta idea y, teniendo en cuenta algunos de los procedimientos para llegar al resultado final (dígase: siembra, trasplante, poda, alambrado, etc), sospecho que la pieza de rareza inclasificable o inter-genérica Bonsái, del santiaguero Juan Edilberto Sosa, no es otra cosa que el registro audiovisual de una metáfora.
No importa aquí ningún tipo de búsqueda técnica del audiovisual propiamente dicho; aunque tampoco carece de cierto hallazgo afortunado, sobre todo a nivel narrativo y psicológico: planos aberrantes, sonidos ambiguos y una secuencia abstracta hacia mitad de la película. Desde este punto de vista quizás se resiente en la precariedad del sonido, independientemente a que haya sido intención –o no– de sus realizadores. El sonido, se sabe, juega un papel protagónico en la dramaturgia de cualquier tipo de obra audiovisual.
Pero a lo que íbamos: la jerarquía aquí pertenece a la mera coincidencia de colocar una cámara en un sitio donde está ocurriendo algo: la metáfora: la mutilación del ego de un personaje que es muchos personajes.
Hay una angustia latente que se respira durante todo el film y que es, luego de las posibles carcajadas iniciales provocadas por la imagen esperpéntica del personaje, lo que logra conectar con el espectador. La angustia entendida como un oxímoron: de un lado, la angustia de lo cotidiano como inercia que tira hacia la desidia; del otro, la angustia como envite tácito que provoca finalmente un salto (una suma de pequeños saltos, en realidad): lo que delata, en definitiva, la naturaleza más primitiva y elemental del ser humano: el drama de respirar, comer y cagar: la belleza patética. Ejecutada por Juan desde lo alegórico y manifestada visualmente en el vestuario (o piel) y la conducta (¿o mente?) del personaje.
Entonces entramos de a lleno en una especie de círculo vicioso que roza lo inquietante, sobre todo entendiendo que los sentidos están anulados de antemano por esa piel o caparazón forjado a golpe de alienación: multi-medial, (des)informativa y de resistencia instintiva a la agonía. Este último elemento cobra particular connotación en la dedicada compulsión del personaje a su higiene personal, que además implica –narrativamente– una contextualización inmediata de la historia. Sin embargo, poco a poco se nos revela que en realidad el círculo es espiral que, a cada vuelta, ha ido ganando en diámetro, poco a poco, mientras su zona de confort se torna cada vez más peligrosa.
Bonsái es un ejercicio de pensamiento. Si no logra echarle a andar las neuronas, ya puede dormir tranquilo el resto de su vida. Más allá de un argumento lineal que sospecho propiciado para el audiovisual y no así para la pieza teatral en conjunto, lo que destaca de la historia es la certeza de que somos manipulados por un algo que prevalece. Llámelo dios, llámelo narrador, llámelo sociedad. Nos siembran, nos podan y nos trasplantan; así como pretendemos hacerlo con otras cosas.
Al ser, además, un ejercicio de supresión del ego, el actor deja de tener importancia y el personaje se convierte en la obra. Condición que le acerca a un Kafka o a un Virgilio Piñera, donde el yo es sustituido por el nosotros, incluso por el eso. Es entonces que desaparece el individuo y aparece el sustrato. Por lo tanto, desde un punto de vista formal y referencial, le percibo cierta proximidad con algunas formas del teatro asiático, pero desde una especie de hibridez que le acercan, desde lo teórico, al teatro antropológico del italiano Eugenio Barba y, desde la ejecución, al teatro pobre del polaco Grotowski y al experimentalismo de Samuel Beckett.
Finalmente, descubrimos en la pieza ese acercamiento otro que lo redondea y lo carga de significado: la metáfora multiplicada en la colectividad, el fin mismo de todo arte: provocar. La capacidad inter-genérica que por naturaleza porta Bonsái permite que pueda desbordarse hacia el performance o el happening. Y descubrimos la mirada atónita del transeúnte no-pensante, que es capaz de creer sin dudar en lo que dice su televisor, pero no da crédito a lo que puede aparecer ante sus ojos un día cualquiera de su vida.
Entonces todo cobra sentido, un sentido quijotesco: el transeúnte queda mutilado y el personaje se exonera, al menos durante algunos instantes, de cualquier tipo de averno: real o simbólico. El personaje tiene un proyecto, pero no se imagina que sigue siendo parte de un plan más grande: el proyecto del gran mutilador: el pequeño ojo que te mira desde la primera fila, el enorme ojo que te mira desde la sala de proyecciones. El personaje sale en su bicicleta, convencido de que solo lo guía su voluntad, convertido definitivamente en un resultado estético: mutilado y moldeado, pero admirable.
⃰ Bónsai es un cortometraje realizado a partir de una pieza teatral homónima montada por el Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA y dirigida por Juan Edilberto Sosa.
Cavilación teatral a 969 km
Cuando comencé en el ISA a estudiar la carrera de Teatrología fui conociendo el resto de los compañeros que pertenecían al grupo de nuevos estudiantes del curso por encuentros. Me faltaba conocer al único que entró en Dramaturgia. Curioso por saber quién era, en la primera semana que coincidimos, no esperé mucho, y una noche de camino por la calle 23 lo invité a un café, y él aceptó la invitación. Supe ese día que teníamos algo en común, el anhelo de ser directores de teatro. Luego de visitar a Santiago de Cuba pude apreciar dos de sus obras. Al conversar con Juan Edilberto Sosa la pasión por el universo de las tablas y la creación se respira, se siente. Su pasión se descubre en sus palabras.
¿Cómo ves en la distancia aquellos primeros trabajos que realizaste antes de crear formalmente tu proyecto La Caja Negra en relación con el presente?
El primer montaje de La Caja Negra hasta ahora son trabajos que pertenecen a una primera etapa creativa y los anteriores eran los que hacía con aficionados que respondía a las exigencias del movimiento de artistas aficionados porque era el vínculo laboral que tenía en aquel momento en una Casa de Cultura.
Siempre tenían una mirada estética, un poco divergente a lo que normalmente se percibía en el movimiento de artistas aficionados, de hecho, ese pensamiento es el que me hace dar el paso al camino profesional, a vincularme con otros creadores que pudieran entender lo que perseguía. Lo que realicé en un principio tenía que ver con la etapa en que me había graduado de la escuela de Instructores de Arte. Comenzaba a documentarme mucho, era la iniciación de una formación que todavía continúa.
El deseo, Los peces salieron a combatir contra los hombres, El plan B es seguir al plan A, fueron los primeros montajes con La Caja Negra, creados con cierta ingenuidad, y a la vez muy pretenciosos; conceptualmente lo que quería lograr en escena era difícil. Lo actores se estaban adaptando a una propuesta que normalmente no era lo que ellos veían ni lo que su sistema de formación académica les había enseñado; todo eso entorpecía.
Mirando en la distancia, te puedo decir que los primeros trabajos estaban definidos y conectados con lo que estoy logrando ahora, desde una misma ideotemática, filosófica, de sistema de trabajo con el actor, en relación con nociones de teatralidad, el lenguaje, la puesta en escena, el texto.
Uno siente que hay una organicidad en el proceso que ha sido el trabajo diario en mi práctica como joven director con el grupo que fundé de experimentación escénica La Caja Negra y que ha motivado a otros creadores jóvenes en involucrarse con el proyecto.
Tengo actores que ya cobran un salario por pertenecer al grupo, pero hay otros que trabajan conmigo gratis, en un mundo en el que trabajar gratis hoy es complicado, y sabemos las consecuencias que eso lleva y se han mantenido porque ven en nuestro proyecto una mirada definida sobre el teatro que queremos hacer como individuo en relación con las inquietudes artísticas que cada cual puede tener.
¿Qué factores artísticos te hacen fundar tu propio grupo?
Lo que me hace fundar mi propio grupo está dado en la necesidad de expresarme y sabía que ya era el momento para empezar a trabajar en un camino como director, que no era el del movimiento de artistas aficionados ni como Instructor de Arte. Necesitaba dar un paso, buscar más.
Trabajar junto a personas que complementaran mi creatividad, que pudiéramos llegar a algo juntos, trabajo con artistas que en ocasiones no tienen que ver específicamente con el teatro, un realizador audiovisual, un Dj…, por eso es un grupo de experimentación escénica.
Cuando miré el panorama teatral santiaguero descubrí que faltaban matices en esa manera de hacer teatro en Santiago, que no había códigos renovados. Entonces comprendí por el contexto que debía comenzar un viaje a la inversa, que no debía ir a un teatro que fuera directo a esos códigos, sino que tenía que empezar un proceso de aprendizaje fuera de la ciudad para no viciarme.
Ando en la búsqueda de conectar mi trabajo con Santiago desde los presupuestos estéticos que estoy desarrollando y que pueda ayudar a actualizar un teatro que se ha quedado huérfano. Tuve muchos pensamientos que fueron contribuyendo a fundar el grupo.
¿Por qué surge la iniciativa de crear un festival de teatro experimental en la ciudad de Santiago?
Ante la ausencia que dejó un evento de teatro joven en Santiago nombrado Teatro de Otoño, dedicado a los jóvenes más cercanos con una creación viva. En el 2017 decidimos desde la sección de Artes Escénicas de la AHS en Santiago crear un encuentro que nos permitiera dialogar con la vanguardia del teatro en Cuba. Una vanguardia distante, focalizada en su mayoría a 969 kilómetros de distancia.
Las preguntas que surgieron nos llevaron a otras. Por ejemplo: ¿Qué tipo de espacios debíamos crear? ¿Cómo dialogar desde nuestras propuestas con ese espacio en una ciudad sin norte teatral? Miramos a nuestro alrededor y fuimos descubriendo que algo había comenzado a cambiar.
A partir de la creación del grupo que dirijo de experimentación escénica, La Caja Negra en 2016, un sector de los creadores jóvenes había empezado a experimentar en la escena, no como un suceso aislado, sino como una praxis consciente y definitoria para sus proyectos. Tal vez de manera instintiva más que de entender que había que cambiar algo. No nos pusimos de acuerdo para hacer eso. Lo hicimos y ya. La acción de crear desde el cambio fue una luz para definir cuál era ese espacio de diálogo que necesitábamos.
Tuve la oportunidad de asistir como invitado a la tercera edición del festival Desconectado a 969 que organizas, esa vez realizado en noviembre de 2019. Como miembro principal del comité organizador y director teatral del grupo anfitrión, ¿qué valoración tienes sobre esta edición?
A través de estas ediciones el festival ha ido logrando pequeños saltos. Ya es un festival organizado y pensado. Ha comenzado a convocar a un sector de la vanguardia teatral cubana y se ha insertado la crítica especializada.
Se realiza un proceso de curaduría, el cual considero ha sido más serio. La iniciativa de lo experimental debe hacerse sentir a lo largo de 969 kilómetros, una desconexión que nos conecta por defecto. A pesar de eso la muestra de esta edición fue interesante, bien diseñada en un programa que tal vez haya que seguir trabajando en la formación de público con acciones directas.
Para mí es muy importante el público que ama el teatro y no lo practica, ese es el gran medidor. El otro público, el especializado, está modificado por sus gustos, deseos y frustraciones. Hay que lograr crear un registro del evento, un boletín, trabajo de prensa especializada, fotografía profesional, de manera que se registre lo acontecido y quede para la memoria gráfica del evento. Se ha pensado, pero aún no se ha ejecutado.
Un evento como este no pone límites a las propuestas, ni de espacio, ni de capacidad de públicos, ni de falsas jerarquías y falsa vanguardia. Es un espacio para confrontar los artistas de la joven vanguardia, sincero y rebelde como debía ser todo arte, y esto a veces no es bien visto, la historia nos lo recuerda constantemente. ¿Qué pasaría cuando algunos creadores me digan que su espacio ideal para mostrar su arte es en lugares privados, casas de viviendas, negocios particulares? Eso podría ser una maravillosa idea, poder mover nuestro arte hasta esos lugares donde lo que prima es el ocio.
Te vinculas al grupo El Ciervo Encantado que dirige la maestra Nelda Castillo, ¿por qué ese vínculo?
Considero que cada cual debe saber que es heredero, o que tiene un padre creativo, es un padre que no tiene nada que ver contigo, ni siquiera conocerte, tiene que ver con la influencia que esa obra, o ese creador tenga sobre lo que tú haces, o la conexión que en algún momento uno descubre que tiene con alguien que tiene ya un camino transitado y que te puede, de alguna manera, servir.
Cuando empecé a pasar la vista sobre el panorama teatral cubano, en festivales que fui asistiendo, comencé a buscar en los maestros, en los grupos que pueden servirte como referente. El referente para un joven creador es muy importante, al igual que saber quiénes son los maestros, los que llegan a ti con su obra.
En mi caso hay un espectáculo que me cambió la vida, es Visiones de la Cubanosofía. Desde que la vi me dije, “¡eso es lo que quiero hacer!” Sentí la necesidad de crear algo así, un arte vivo, un resultado concreto que sea capaz de provocar en el espectador lo que había provocado en mí.
El Ciervo Encantado me brinda eso como grupo, la ilusión, la utopía de que el arte pueda generar algo en la persona y lo convierta en un ser mejor, te hablo de un grupo que está dentro de la vanguardia artística del teatro en Cuba, incluso es un referente internacional para muchos, claro, entiendo que estoy totalmente conectado a ellos con mi trabajo, porque realizan procesos creativos sobre lo performativo, trabajan con la máscara fija…, conceptos sobre puesta en escena que me interesan y donde mejor lo he visto logrado en los últimos tiempos, desde mi experiencia, creo que es ahí, en El Ciervo Encantado.
Actualmente estudias la especialidad de Dramaturgia en el Instituto Superior de Arte. Conozco además que te interesa llevar a escena tus propias escrituras, ¿crees que ingresar en esta carrera le aportará resultados a tu formación? Coméntame tu experiencia en el ISA.
El ISA es mi segunda carrera universitaria, no espero un resultado concreto cursando estos estudios. Simplemente lo veo como parte de la formación que necesito, después que me gradúe estudiaré algo más, por ejemplo, me interesa alguna maestría, un doctorado. Siento que es una manera también de estar conectado con nuevos conocimientos ya que la universidad te ayuda a seguir formándote.
Soy un director joven y necesito tener vínculos directos con mi generación, eso no lo encuentro en la ciudad donde vivo. El ISA ayuda a que allí nos encontremos todos. Es otra acción de superación, al igual matriculo en un taller, aplico a una beca de creación.
Espero graduarme y tener las herramientas para seguir ejerciendo la dramaturgia y la dirección que necesita mucho del trabajo del dramaturgo, ya que me gusta hacer un trabajo de autor donde pueda dirigir mis propios textos o intervenir los de otros autores para crear mis propios códigos textuales dentro de la escena. Entonces espero que no sean cinco años en vano, porque lo asumo con mucho rigor, como prioridad, y siento que será muy útil para mi futuro como artista.
Me consta que te mantienes al tanto de los nuevos títulos que se escriben en Cuba, ¿qué opinión tienes sobre la más reciente dramaturgia cubana desde tu mirada como director de teatro?
En Cuba hay varios dramaturgos. Si hablamos sobre dramaturgia actual, no podemos hablar de los últimos dos años, tres años ni siquiera de cinco. Tenemos que hablar de que hay un movimiento teatral novel que comprende una etapa más grande porque generacionalmente los nombrados novísimos en edad estamos muy cercanos.
Esa generación se ha mostrado irreverente, de alguna forma capaz de dinamitar zonas de la dramaturgia cubana que estaban un poco anquilosadas. Los que han estudiado la dramaturgia y siguiendo los textos nuevos que se publican, hemos heredado parte de una contaminación que tiene que ver con esa rebeldía y la conceptualización real de un proceso como subvertir la escena cubana actual. Creo que eso en su momento se lo preguntaron y nosotros también no los preguntamos. Entre esos tantos dramaturgos hay un núcleo fuerte que hace saludable la escritura contemporánea cubana para el teatro.
Donde falta es en relación con la puesta en escena; tenemos una escuela que gradúa dramaturgos, pero no directores de teatro. Solo se ha realizado una primera edición de la Maestría en Dirección. Por lo general, el que llegó allí para hacerse Máster ya tenía un camino en la dirección, pero no todo el que llega a estudiar Dramaturgia al ISA tiene el oficio de escribir.
Pienso que el desarrollo de la dramaturgia cubana tiene que ver más con llevar los textos que se están escribiendo a la escena por directores. Hay algunos con mayor suerte, pero otros no, los hay también muy talentosos con obras buenas, pero ni si quiera han publicado y el libro es una manera de que esa obra llegue a la mano de un director en Guantánamo, en Santiago de Cuba o en otra provincia.
¿Por cuáles etapas transita hoy el joven director teatral y presidente de la AHS en la provincia de Santiago de Cuba? ¿Cómo logras acarrear ambas responsabilidades a la vez?
Puedo entender más al resto de los asociados que represento por el artista que soy. Sé lo que es no tener un local de ensayos para producir un espectáculo. Hay muchos jóvenes creadores que viven todo eso. Estar en la Asociación me ha ayudado a sensibilizarme con la obra de los demás. He ayudado a muchos y siento que ellos no tienen que agradecérmelo porque ha sido mi trabajo.La etapa que estoy transitando es de formación absoluta: tengo muchos deseos de seguir conociendo, de crecer como artista, de crear, y la Asociación ha sido en mi caso una puerta enorme para canalizar todo eso, al mismo tiempo he intentado ser esa puerta para que otros puedan canalizar eso también.
Estoy en una etapa linda, donde puedo hacer mucho por mí y por los demás y quiero aprovecharla, vivirla intensamente. Soy el presidente del AHS en Santiago de Cuba porque me considero realmente un joven creador, por mis principios no hubiese aceptado ser el presidente si no tuviera además la capacidad de seguir siendo el artista y desde ahí pudiera tener el liderazgo para ser seguido por un grupo de jóvenes que tienen las mismas necesidades que yo en distintos contextos y diferentes maneras de desarrollar su arte.
Entonces, más que doloroso, el tema de tener mucho trabajo, ha sido un alivio el poder dirigir a jóvenes creadores porque soy un creador; eso es algo que me ayuda.