Dúo Alma


El verso le sale perfecto

Aún con aspiraciones atoradas en la trama existencial, hay jóvenes artistas cubanos que «se encaraman» en la preferencia de unos cuantos, con sus guitarras en manos, un manojo de canciones de otros y sus fastuosas voces. No reclaman, al menos ahora, un despliegue tecnológico ni mil butacas. Les parece suficiente la adornada esquina de un café, el entusiasmo de un incipiente público amante de lo incipiente, la curiosidad de los que entran a saborear su… capuchino, y el reojo de los pasan por el bulevar o echan un vistazo a través de los cristales. Lo más parecido a una montaña rusa es la vida de los músicos, indiscutiblemente.

No todo el mundo, con ocho años, ha distinguido un rumbo. O, al menos, se ha inclinado por algo que luego sea medular en un proyecto de vida. Incluso, no todos los padres prestan atención al futuro de sus hijos. Sin embargo, uno encuentra la excepción cuando Amanda, hoy joven tonadista y trovadora avileña, se acuerda de su papá en bicicleta de un lado a otro de la ciudad, sin importar horarios, temperaturas ni distancias, o a su mamá muy preocupada por su proyección, su porte, su aspecto.     

Con ella conversé 27 minutos, según fijó la grabadora, porque realmente la conozco en sus tantas y tantas visitas a la Casa del Joven Creador de Ciego de Ávila. Iba desde mucho antes. Iba a cantar, a observar, a descubrirse, a soñar. Solo esperaba tener la edad suficiente y un trabajo más evidenciado, para armar su expediente y ganarse más que un carné. Todavía Amanda Beatríz Ortega Rodríguez no tiene un año como miembro de la filial avileña de la Asociación Hermanos Saíz.

Ya se los adelantaba; con ocho años aprobó una captación en la Escuela Elemental de Artes Ñola Sahing Saínz, en la ciudad de los portales, siendo la nota más alta de los candidatos. Estudió allí hasta el sexto grado, en la especialidad de piano. Luego decidió irse a una secundaria básica, sin que eso implicara alejarse de su formación artística. Fue así, en aquel tiempo, que conoció el Taller de Repentismo Infantil Raúl Rondón Castillo, a cargo de Armando Andrés López Rondón, que se daba en sus inicios en la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.  

Seis años lleva (ya no tan infantil) en el taller, dedicada a perfeccionar sus habilidades en esa expresión musical, si bien la provincia cuenta con el significativo espacio docente desde 2002, en homenaje a una figura cimera de la tonada en el territorio. La creación de la Casa de la Décima Raúl Rondón Castillo, en abril de 2019, consolidó el camino no solo a la improvisación en las tonadas campesinas, el repentismo, la décima y el punto cubano, también al acompañamiento musical (con guitarra, tres, laúd, bongó).

Precisamente, allí se dio por aquella fecha un Encuentro Nacional de Talleres Especializados de Repentismo Infantil. Amanda ha estado presente en ese y otros intercambios, así como en otros sobre Acompañamiento Musical, que vinieron después. Se acuerda con orgullo de su visita a México en 2019, con sus compañeros y profesores, donde defendieron ese legado cubano en varios pueblos de la nación azteca. 

Hoy, una década después de haber tocado suelo en la Escuela Elemental de Arte, es la AHS la que le pone una inyección de energía positiva para su carrera artística, insiste. De los pocos que han continuado su crecimiento musical, está ella. «Pasó el tiempo y fuimos quedando cuatro muchachos, y hoy los cuatro correspondemos al proyecto Décima Cuerda, que pertenece a la Asociación».  

El verso le brota del alma, donde alberga infinita sensibilidad y ganas de aprender, crecer y avanzar hacia el futuro, aunque lo ve con inexactitud, quizás porque apenas empieza a… vivir. Pero, tiene una deuda enorme con el tres, el instrumento que escogió, con el también asociado y reconocido defensor del punto cubano, el músico avileño Yeinier Delgado Abreu.    

A las enseñanzas de Armando López Rondón y de otros conocedores, se unieron las del Yeinier. En poco tiempo y con el incremento de la matrícula en los talleres, nació el grupo «Los lindos del campo», que luego pasó a llamarse «Son Armonía», pues ya eras adolescentes. Con esa hermandad, estuvieron en Palmas y Cañas, eventos, actividades, jornadas… Actualmente, con el proyecto Décima Cuerda, nacido en la AHS hace casi dos años (5 de marzo de 2022), ha continuado su evolución, junto con los creadores del espacio Yeinier Delgado y el joven multipremiado, orgullo de la organización y de la provincia, Rainer Nodal Pérez.

Décima Cuerda constituye una escuela para la joven, porque en él conocieron canciones, tonadas y aprendieron, sobre todo, la contralectura de un poeta repentista a un trovador. Esas ganas de hacer la llevaron a soñar un dúo, en estos momentos el Dúo Alma, con Alexander Santiesteban, otro muchacho de talento natural que la ha acompañado desde su inmersión en estos espacios de aprendizaje. Y su primera presentación, como pareja musical, fue en el primer aniversario de Décima Cuerda, en marzo de 2023, por lo que en menos de un mes estarán poniendo su primera vela al pastel.

«Dúo Alma es una mezcla que bebe del grupo de trova avileño Santa Massiel y Motivos Personales, y del trovador holguinero Manuel Leandro. También tiene su esencia en la tradición cubana, en la décima básicamente. Dúo Alma, a diferencia de otros trovadores del país, puede hacerse contralectura entre sus dos integrantes, porque hemos sido formado para lograrlo», describe con satisfacción, en tanto deja claro que «no tiene canciones propias, sino versiones mexicanas y cubanas». Aunque, con una sonrisa picaresca, anuncia que pronto habrá sorpresas, con una canción propia de Alexander Santiesteban.  

A muy pocos jóvenes se les hubiera ocurrido apresurar el paso y madurar en el recorrido, al lado de quienes saben formar. La Asociación, digámoslo así, se entregó a los asociados Yeinier y Rainer, que organizaron Décima Cuerda; y Décima Cuerda, como una suerte de mentores, inspiró la fundación de Dúo Alma. Ambos proyectos se desarrollan en el seno de la organización, como evidencia de que la fórmula no falla: dar para recibir, y viceversa.     

Amanda es muy joven, pero decidida. Se ha presentado tanto en el Patio de la Casa del Joven Creador como en el Centro Cultural Café Barquito, en algunos recitales y un concierto, también acompañando espacios de otras secciones. Ha sido parte de lo novedoso en los últimos tiempos en la programación y clave en la extensión comunitaria del gremio.  

«Buscamos una variedad de lo que nos gusta, de lo que sabemos hacer, y vinculamos todo a la tradición, que es nuestra esencia. Canciones como La Llorona, un muy popular tema mexicano; El cuarto de Tula y La Choza de Chacho y Chicha, conforman nuestro repertorio versionado», confiesa. Y, a la vez, considera que el temor de una separación del dúo siempre está, pues apenas salen de la adolescencia. No obstante, ahora mismo, lo que está en la cabeza de ellos es crear temas propios para montar un repertorio, que abra puertas a eventos, becas y premios de la Asociación y, por qué no, a la profesionalización.

El denominador común en todo lo que hace y dice está en la AHS: «Estaba acostumbrada a un público de música tradicional, pero con Décima Cuerda nos acercamos a nuestra generación, y he estado en la radio y la televisión. Se me ha dado una visibilidad y tengo que agradecerla siempre. Me brindó conocer la trova, con las peñas Sobran los Motivos, y vincular la trova con la tradición cubana. Me ofreció una esencia diferente, conocer artistas, participar de la construcción colectiva».

Dentro de sus exigencias está defender los espacios de trova y música tradicional cubana en la provincia, porque, en este momento, no hay dónde disfrutar una hermosa composición poética arreglada para ser cantada, siendo la trova cubana Patrimonio Cultural de la Nación; y a Décima Cuerda le han dejado la defensa del punto cubano, patrimonios culturales de la Nación e Inmaterial de la Humanidad.     

La chica, natural del municipio de Primero de Enero, se ve a sí misma muy familiar, cariñosa, sensible… Dice ser selectiva, aunque se relaciona con muchas personas. Le encanta estar en la casa, con la música y las películas. Amanda lleva un mensaje de perseverancia, de humildad y de empuje para quienes se rinden tempranamente ante, por ejemplo, la necesidad de producir audiovisuales y fonogramas.      

Entonces, ya al cierre de la conversación, hablamos del vínculo sentimental con el repentista y poeta Rainer Nodal Pérez, de quien indudablemente ha aprendido, porque ya no se puede hablar del repentismo en Cuba sin hablar de él. Unirse en el amor, así lo define, le ha exigido mucho, porque tiene talla tanto la décima como esa pareja. Él siempre está en primera fila, expresándole su orgullo con la sonrisa y evaluando lo que hace con movimientos de la cabeza. Y estalla en aplausos siempre que el verso le sale perfecto.            

Algo sí no quedó claro y es por qué estudiar Licenciatura en Contabilidad y Finanzas, pero se lo dejo como recomendación a otros periodistas para futuras entrevistas. Al compromiso de estudiar se le suma el de, bajo concepto alguno, abandonar el arte. Ni pensarlo puede, se le aguan los ojos.

Es una repentista, tonadista, poeta y trovadora en desarrollo. Es esa asociada activa desde el primer día, que se ha mantenido creando, sumando y agradeciendo. A ese ritmo, su paso por la organización le será inmenso como esa obra por hacer. Como expresó un poeta, los músicos quieren ser la voz alta para muchos corazones silenciosos. Eso lo sentí la primera vez que escuché a la Amanda de Décima Cuerda, a la Amanda de Dúo Alma, a la Amanda de todo lo que la necesite. Su voz tiene poder sanador. Búsquenla en todo, siempre que sea bueno y lleve pasión.