Delfín Prats


Delfín Prats: esplendor y humanidad

Delfín Prats es un poeta cubano. Aunque él se niegue a que así lo llamen, la literatura de esta isla no pudiera escribirse si faltara su nombre. Quien se arriesgue a prescindir de él, estará mancillando páginas luminosas que la poesía no olvidará tan fácilmente. Nació en Holguín, en 1945.

Su verso nace espontáneo como él mismo reconoce: “Cuando han venido los poemas, los he escrito”. Su oficio no es el de un aprendiz, el “oficio de poeta se construye frente a los tremendos obstáculos de la composición; es como una partida de ajedrez que se juega frente al lenguaje, donde uno se ve obligado a sacrificar no pocas piezas, que pueden ser versos, estrofas, poemas, que no llegan a abrirse paso hacia las casillas del triunfo”, asegura quien ha tenido que silenciar al silencio, apuñalar la estocada poderosa venida por la espalda.

La suya no es obra que se adhiera a una corriente específica, sino que pertenece, como él mismo reconoce: “a un concierto espléndido de voces”. Lo vivencial y nítidamente lacerante le muestra descarnado en cada verso, pues le “sería totalmente imposible escribir un poema sin tener el calor de la solidaridad humana, sin el apoyo que siempre me han brindado mis amigos en Holguín y en otros lugares de la isla, sin la certidumbre de mi ciudad vista desde la Loma de la Cruz… Además, no imagino la escritura de un poema sin haber experimentado en carne propia la grandeza del paisaje, sin el mar, sin las montañas, sin los ríos, sin haber visto a Cuba desde un avión, sin una puesta de sol en el Oriente de la Isla”.

En 1968, trece poemas nacidos al fragor de las noches habaneras le merecen el Premio David y la publicación de Lenguaje de Mudos, que devino detonante de un amargo silencio a medias roto por su próximo libro Para festejar el ascenso de Ícaro, con el que ganó el Premio de la Crítica, otorgado por las editoriales y el Ministerio de Cultura a las diez obras más representativas de 1988.

Para quien tiene “una fe inquebrantable en la literatura como camino de perfección”, no sorprende que permanezcan –en ocasiones por años– aparentemente dormidos los versos que luego llegarán a feliz nacimiento. Con sencillez y humildad pasmosa Delfín Prats confiesa: “Nunca hice un aprendizaje de la forma a través de manuales de retórica, fue algo que adquirí intuitivamente, la belleza del lenguaje y la limpieza de la expresión son cosas que me interesan mucho”.

La poesía de Delfín Prats sostiene el aliento testimonial y el tono conversacional de los escritores de su tiempo; aunque no pueda clasificársele dentro del conversacionalismo más puro, sino que bebe –por momentos– en las aguas de esa corriente literaria, para luego hacer una poesía de la existencia, una poesía que planteara la realidad del hombre viviendo íntimamente su vida en el seno de la sociedad a partir de la perspectiva del yo, como él mismo asegura.

Para quien ha publicado poemarios como Lenguaje de Mudos (Ediciones Unión, 1968), Para festejar el ascenso de Ícaro (Editorial Letras Cubanas, 1987), Abrirse las constelaciones (Ediciones Unión, 1994), Lírica amatoria (Ediciones Holguín, 1994) y El esplendor y el caos (Ediciones Holguín, 2002), es muy duro pernoctar en el silencio de la página en blanco. Con la sonrisa torcida reconoce que “a veces quisiera estar escribiendo porque sería una válvula de escape; pero tengo mucho miedo. Como considero logrados algunos de mis poemas, de pronto empezar a escribir, y que eso que escriba no sirva. No quisiera escribir dentro de una retórica, tampoco volver a repetir mis mismos logros. Mas vamos a confiar que en el futuro sí se produzca algo”.

Y se produjo el milagro de la poesía en 2008, con la publicación –bajo el sello Ediciones La Luz, de la AHS en Holguín– del volumen de narrativa testimonial Strip-tease y eclipse de las almas. Además me complace que haya salido igualmente por La Luz, en su colección Quemapalabras, el audiolibro El brillo de la superficie, donde Delfín lee y comenta algunos de sus poemas. La grabación y producción estuvieron a cargo del poeta y realizador audiovisual Pablo Guerra Martí. Y recientemente la misma casa editora publicó El brillo de la superficie. Poesía completa (Ediciones La Luz, 2017).    

El audiolibro reúne 21 poemas, en su mayoría escritos en las décadas del 70 y el 80. De su propia voz se le escucha leer los iluminadores y contundentes versos que dieron unidad a las imágenes poéticas que conforman: “Humanidad”, uno de sus más exitosos, como él mismo califica; “No vuelvas a los lugares donde fuiste feliz”, “Aguas”, “Para festejar el ascenso de Ícaro”, “Abrirse las constelaciones”, entre otros no publicados hasta ese momento como “Lento y difuso”.

Certero y preciso, como son también sus versos, aparecen sentencias como la que reza: “… del poeta, que no soy yo, que al menos no lo soy siempre, nadie es poeta las 24 horas del día”.

Su verso nace espontáneo. Su escritura tiene que ver fundamentalmente con los lugares, con los paisajes, con lo que se experimenta ante los desafíos de la naturaleza, de los espacios abiertos, como él mismo explica: “El Rock del flautista es un rock cuya escritura pretende –sin lograrlo como siempre; la poesía no puede lograr lo que pretende– llevar a la escritura ciertas visiones de Gibara, del mar de Gibara, de la bahía de Gibara, de estancias en Gibara. En este tipo de rock yo logro una gran victoria sobre lo anecdótico. Yo siempre he considerado, a veces de una manera bastante ingenua e inocente, que la poesía auténtica tiene dos grande enemigos: uno es lo doctrinario, tanto la poesía como las canciones están amenazadas por lo doctrinario, y si eso doctrinario entra te arruina totalmente la canción o el poema; y lo segundo es lo anecdótico, o sea la construcción de los versos, del poema –en definitiva– tiene que salvar la amenaza que tiene la anécdota, porque efectivamente, se escribe a partir de algo que se ha vivido, se escribe a partir de un recuerdo, pero la poesía no sirve para contar una anécdota”.

La de Delfín Prats es una poesía de la existencia, una poesía que plantea la realidad del hombre viviendo íntimamente su vida en el seno de la sociedad a partir de la perspectiva del yo. Él mismo asegura, “como tampoco veo que la poesía mía pueda ser calificada como una poesía de la trascendencia, en el sentido ese que se le atribuye a la poesía de Lezama y del grupo ese como trascendentalista. Yo creo que mi poesía ha logrado destacar el brillo de la superficie, desde ese punto de vista es una escritura superficial en el buen sentido de la palabra, es decir, cuando yo acudo a algunos signos como son ángeles, demonios, dios, yo no lo hago en un sentido en absoluto para circunscribirme dentro de un contexto místico, sino única y exclusivamente se están utilizando estos signos, estos símbolos como un referente”.

Delfín autodefine su obra no como erótica, sino una especie de lírica amatoria; los suyos son poemas relacionados con el amor y se explica mejor al argumentar: “Soy alguien que he tratado por todos los medios de evadir en mi escritura las referencias sociológicas y cotidianas inmediatas, porque creo que lo que hacen es lastrar la poesía y, por otra parte, mi reticencia a enfrentar los temas históricos directamente, o sea, en las ocasiones en que lo he hecho, pues siempre he tratado de dar un rodeo a través de la lírica, de la estética. En poesía la alusión directa de ciertas realidades las empobrece, mientras que insertarlas en un contexto distinto, sacarlas de ese discurso habitual y situarlas en el espacio del mito, es donde de verdad estas cosas funcionan, creo que las ennoblece”.

Por demás logros aparecen poemas inéditos y comentarios referidos a los versos que aún no le satisfacen del todo: “Este poema (“Lento y difuso”), con tres o cuatro textos más, es todo lo que tengo que no se ha publicado. Algunos van a parar a algunas revistas, estos son los poemas que a mí no me satisfacen, quizás con el tiempo llegue un día en que haga una cosa que es el hallazgo poético verdadero, que no siempre se logra, cuando tú avizoras algo en un poema pero se trasluce en imágenes, pero el poema no cierra como un poema como “Humanidad”, un poema como “Abrirse las constelaciones”, un poema como “Ámala pero ámala”; que son poemas que con muy pocas palabras, con muy pocos versos redondean una idea, cierran algo, y a ese texto ya no se le puede agregar, es mejor tampoco tratar de quitarle nada”.

En las palabras de presentación del disco, el poeta Pablo Guerra, quien tuvo a su cuidado la grabación y edición de audio, reconoce que “salvar para la memoria esos sonidos amados tiene un valor incalculable, pues de los seres amados, con el paso de los años, el primer recuerdo que perdemos es el sonido de su voz. Los gestos, los rostros, las palabras permanecen, pero el recuerdo no tiene voz propia”. Hoy, además de reconocérsele como Maestro de Juventudes a quien ya es maestro del verbo, se le concedió el merecido Premio Nacional de Literatura 2022.


De la superficie, el brillo

Sin ser asiduo a la cámara, incluso la mayoría de las veces evitándola, al poeta cubano Delfín Prats, reconocido con el Premio Nacional de Literatura 2022 y Maestro de Juventudes de la Asociación Hermanos Saíz, le han dedicado más de un material audiovisual, entre ellos Delfín Prats: entre el esplendor y el caos (2008), documental de Carlos Y. Domínguez, y el más reciente Saldo, de la también holguinera Alejandra Rodríguez Segura, obra basada en el poema homónimo de Lenguaje de mudos, libro con el que Delfín ganó el Premio David en 1968.

Además de cápsulas promocionales, Delfín ha participado, como entrevistado, en otros documentales y algunos pasajes de su vida han motivado abordajes desde la ficción cinematográfica. Dayana Araujo suma su acuciosa y curiosa visión, la de la joven realizadora —jovencísima, incluso cursa el segundo año de la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual, en la Filial de Holguín de la Universidad de las Artes-ISA— interesada en conocer la cotidianidad del poeta, adentrarse en las “pequeñas cosas” que componen no solo el ambiente doméstico entre las paredes de su casa, sino su vida actual: sus perspectivas, pensamientos, dudas y alegrías. El Delfín Prats que hoy, frente a la cámara, confiesa sus puntos de vista, nos dice sus verdades. A esas se acerca El brillo de la superficie, documental presentado en la Selección Oficial del XVIII Festival Internacional de Cine de Gibara.

Foto de la directora

 

¿Cuál fue la motivación para realizar El brillo de la superficie?

Vivo muy cerca de Delfín y sentí que tenía que hacerle algo por toda la historia detrás de él, pero irse al pasado era absurdo porque, como dices, a Delfín se le han hecho otros materiales. Lo que tenía sentido, entonces, era explorar en su vida actual, cómo es la vida de Delfín Prats ahora.

¿Cuál es la tesis? O sea, el objetivo que te planteas, lo que, de alguna manera, te propones…

La tesis está detrás de ver las cosas con una perspectiva distinta, salir del atolladero y proyectarse. Que quiere decir eso: mostrar un estado actual desde una forma íntima, más en interacción con el personaje.

¿A nivel audiovisual qué recursos utilizas y cómo los pones en función de una estética que se mueve entre lo observacional y la metáfora, entre la intervención de los realizadores frente a cámara y la imagen poética, entre la cotidianidad y cierto matiz social?

Pongo la cámara en función totalmente de Delfín; es otra extensión, por lo tanto le corresponde tratar de acercarse lo más posible a él y reaccionar como tal. Incluso me valgo de algo que a veces es delicado tocar: el enfoque. En los primeros planos trato de jugar mucho con el enfoque, porque va de la mano con la proyección actual de Delfín, que a veces es ambigua y difusa.

¿Qué fue lo más difícil del proceso de rodaje?

La incertidumbre de que en cualquier momento Delfín se parara y dijera que no aguantaba más, porque le era sumamente complicado permanecer frente a la cámara.

Algún referente que utilices o sea importante para ti en la realización de El brillo de la superficie.

Mi referente mayor a la hora de tratar esto, incluso en la idea del enfoque-desenfoque, fue Alejandro Alonso. En el documental Brouwer el origen de la sombra (Khaterine T. Gavilán y Lisandra López Fabé, 2019), él pone este recurso en función de la vista de Leo. Fue algo que me encantó y esta misma forma se explora en Diario de la niebla de Rafael de Jesús Ramírez.

Eres estudiante de Famca, de la Filial del ISA de Holguín. Y es primera vez, si no me equivoco, que un estudiante de la Filial integra la selección oficial de FICGibara. Coméntame sobre ambas experiencias: la de participar y la de hacerlo siendo estudiante aún.

No tenía idea de qué es la primera vez. Alucino. Casi siempre mando con la idea de que no pasarán del envío y cuando me llegó la noticia la felicidad fue inmensa. Como estudiante es más loco, porque no esperas tener el nivel suficiente para entrar en festivales así. Es algo lindo.

Algún poema o verso de Delfín que te sea digamos que especial…

«“No quemes la paloma”, tanto silencio no puede soportar…». Es un verso que pertenece a Gestos.

Algo más que desees añadir…

Esperar que lo divino ocurra a más personas y les llegue lo que quise aportar con el documental. Aunque sea un 0.5% de lo que yo sentí haciéndolo y estando frente de la realidad de una persona tan grande como es Delfín Prats, que a pesar de la memoria, el tiempo y las mil cosas que van dejando daños colaterales y quitando privilegios, en lo que siempre fue bello, belleza quedará y la idea era esa, buscar lo bello por encima de todo lo que ha dejado la historia, exaltar el brillo que sigue estando en Delfín a pesar de los años y el dolor.


Viaje a islas Gilbert con Delfín Prats

Aunque Delfín Prats nos diga que está “desasido de todo proyecto” y como el barco ebrio de Rimbaud pretende “ir descendiendo por ríos impasibles”, los lectores y amigos del autor de Para festejar el ascenso de Ícaro sabemos que los ríos de la memoria –que siguen cauces caprichosos– suelen variar su ruta y encontrar asideros para el desborde y el eros… Y que la poesía –trasmutada en disímiles formas– no abandona jamás al poeta. No hay manera de escapar de ella después de rasgado el fino velo de la búsqueda de la belleza… Podrá resistirse un poco –porque sabemos que la poesía es una flor de hierro candente sobre el pecho abierto– y decirnos que más que un nuevo libro serán versos, como Whitman con sus Hojas de hierba, quienes engrosen las páginas de El brillo de la superficie, su poesía completa publicada por Ediciones La Luz; pero las constelaciones hace mucho están abiertas y hace un buen tiempo, más de cincuenta años, que Delfín Prats inició un diálogo sostenido con eso que los griegos antiguos llamaban la poiesis y que Platón, en El Banquete, definió como “la causa que convierte cualquier cosa que consideremos de no ser a ser”. Ese viaje –a veces errante y otras confirmatorio y místico– del no ser al ser poético, de lo común a la fascinación, recorre en buena medida la obra de Delfín Prats y está presente en Islas Gilbert, pues aunque en lo externo lo real esté “esplendiendo o degradándose”, dentro la poesía arde.

Y aunque Delfín nos diga que es “un poeta a saltos”, sin una continuidad o un oficio en las letras, sabemos que “estupefacto ante la maravilla del bosque rotundo que ya se adentra en la noche anclada” nacieron los versos espléndidos que han colocado su nombre en el corpus literario nacional, como los de Lenguaje de mudos, “Aguas” y ahora los de Islas Gilbert, que publica en su colección Analecta Ediciones La Luz, para festejar con él los múltiples ascensos de Ícaro, porque Ícaro sigue levantando vuelo hacia el infinito, el universo y la sustancia exterior. Sabíamos que el poeta trabajaba en nuevos versos y le habíamos escuchado leer fragmentos en algún espacio literario; y sabíamos, además, que estos versos partieron –aunque Delfín nos diga que es difícil rastrear cómo se hilvana un poema, cómo un prototexto va imantando esquirlas– de los incendios en la Amazonía en 2019 y de un documental que nos muestra cómo Kiribati, antes Islas Gilbert, podría ser el primer país engullido por las aguas como consecuencia del cambio climático. Las enormes selvas sudamericanas ardiendo, devorando la vida en su interior… y un pequeño archipiélago habitado por personas que viven de lo que les ofrece el mar, protagonista absoluta de la vida en Islas Gilbert, aunque las olas del océano Pacífico pueden acabar sumergiendo un país levantado, precisamente, de coral y aguas. Pero –cuidadoso con cada palabra que se desprende en su viaje hacia las confabulaciones de lo poético–, Delfín Prats insistía en decirnos que aún no estaba terminado, que la partida hacia las Islas Gilbert en la Polinesia francesa –la misma que cautivó a Paul Gauguin– debía esperar un poco más. Y esperamos, sí, expectantes, por la concreción de ese alegato sobre el amor y los anclajes de la posesión, un alegato donde el poeta se decide por esa belleza transitoria y efímera que lo trastoca todo. Poco después, “Islas Gilbert” llegó a las plataformas digitales y el poema abría nuevas constelaciones. Incluso se publicó en formato libro-arte, como homenaje al cumpleaños 76 de Delfín, gracias a la iniciativa del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Holguín. ¿Puede la belleza dejarnos impávidos, Delfín Prats? ¿Se puede ser inmune ante el esplendor y el caos, y “ver desde aquí incendiarse una y otra vez la selva”? ¿Podremos dejar de añorar los abedules de la juventud o la campiña prístina, atravesada por el riachuelo que aumentaba su cauce con las lluvias? ¿Cómo resistir la contemplación del cuerpo tendido sobre la cama, desnudo como mancha en tela blanca, alterando en su gozo los estados del sueño?

Estas y otras preguntas rondan Islas Gilbert, que se reconfigura como un sitio múltiple –la isla como cuerpo y viceversa– y espacio ofrecido al eros, que tensa sus músculos hacia “la naturaleza como cuerpo habitado”. El poeta que ama las islas puede descreer. Niega en principio el deseo que mira hacia “lo erótico como fuerza cósmica y creadora”. No obstante persiste la pesadumbre, asume las contradicciones y las adversidades, y es consciente de alejarse del cuerpo de estas islas fabuladas en un continuo forcejeo entre la violencia circundante y la violencia fecunda del eros; pero ello no le impide imaginar al cuerpo del deseo como un espacio real y soñado, en pulsión entre las aguas de un archipiélago casi virgen. Este grupo de islas es posible más allá de lo geográfico: desde el eros y el lenguaje pueden conjugarse los signos de la naturaleza, la libertad, el pensamiento y el deseo. Ese “animal extraño” le visita en las noches y el poeta pide un rompeolas para proteger la fragilidad de las islas Gilbert; algo que atempere el mar y sus avances, y le salve de esa “legitimación de la catástrofe [que es] intentar la poesía” cuando desde los confines líquidos del sueño y ante el cuerpo desnudo y su solventada esfinge, el poema empieza a escribirse por sí solo.


Delfín Prats, del otro lado de la pared del sueño

Delfín Prats ha transitado en sus versos los caminos de la luz y la belleza. El poeta sabe que se asomaron mucho más allá/ellos vieron/del otro lado del horizonte/abrirse las constelaciones.

Su poesía ha marcado a más de una generación de escritores, especialmente jóvenes, que sienten cercana la obra de este autor que ha penetrado en las interioridades de la isla, la fe y la belleza de lo efímero para entregarla en su magnitud. Delfín antes del Premio Nacional de Literatura, que desde hace mucho tiempo merecía, ya era un autor necesario por la obsesión dialógica de la palabra y su calado en el corpus lírico nacional.

fotos Robert Raez

Han dicho que Delfín es un lugar llamado poesía, poeta mayor de Holguín al que han dedicado la 40 Semana de la Cultura Holguinera. Para orgullo de los holguineros los versos del poeta han resonado en estas jornadas en más de un espacio, como también amigos escritores han hablado acerca de su vida y su poesía. Desde la sala de presentaciones Adelaida del Mármol, en el Centro Provincial de Libro y la Literatura, los poetas y amigos Luis Yuseff, Lourdes González y Eugenio Marrón abordaron diversos momentos de la vida y obra este bardo soñador, y su viaje por los dominios del verso.

“El compromiso es que los lectores, especialmente jóvenes, continúen leyendo a Delfín, que no se agote su obra, ni sus versos”, dijo Yuseff sobre el autor de “Humanidad”. También recordó los momentos en los que la obra de Delfín ha sido homenajeada por los autores jóvenes: antes que se fundara Ediciones La Luz, sello de la Asociación Hermanos Saíz en Holguín, se publicó el plaquette Del otro lado del sueño, antología de miembros de AHS la dedicada al poeta mayor de la provincia; así como la creación de la peña “Abrirse las constelaciones”, por el escritor Gabriel Pérez, un espacio que se mantiene y da nombre al salón de presentaciones de esta casa editora, además de titular una de las colecciones que publica en este sello a escritores inéditos.

fotos Robert Raez

Asimismo rememoró la entrega del Premio Maestro de Juventudes, que otorga la AHS a Delfín; y la publicación en 2011 de una Analekta con textos suyos, también por La Luz.

“Los destinos de La Luz y Delfín están estrechamente ligados”, añadió Yuseff, quien comentó sobre el proceso de creación de la poesía completa El brillo de la superficie, en el año que se celebró el 50 aniversario de habérsele entregado el Premio David, así como la publicación actual de Islas Gilbert, su último poema; y la actual campaña de promoción del libro y la literatura, inspirada en el Ícaro inquieto de los versos del poeta.

Por su parte Lourdes González y Eugenio Marrón hablaron de la amistad y cercanía con Delfín. Marrón destacó cuanto aprendió de él y de la capacidad escénica de sus versos: “Delfín es un gran actor de la poesía, convierte sus poemas en puestas en escena. Además es el amigo que ha estado en momentos cruciales, con su generosidad y afecto humano. Ese es también el Delfín que celebramos hoy con Premio Nacional de Literatura”.

Como dijo el poeta e investigador Ronel González, en el prólogo del libro Temida polisemia. Estudio de la obra literaria de Delfín Prats, publicado por Ediciones Áncoras, de Isla de la Juventud, en 2016, la obra de Delfín “es la suma de las aspiraciones de un siglo que se extingue para que nazca otro, un tránsito iluminado cuya mayor gloria es haber estado cara a cara y establecido un diálogo intemporal con las esencias de la poesía”.


En 2023 “La Luz te pertenece”

La figuración del mítico personaje de Ícaro a partir de los versos del querido poeta holguinero Delfín Prats, Premio Nacional de Literatura 2022, identifica la gráfica de la nueva campaña de promoción de la lectura que para los próximos 12 meses propone Ediciones La Luz, sello editorial de la Asociación Hermanos Saíz en la provincia de Holguín.

Con el eslogan “La Luz te pertenece” la campaña que durante todo el 2023 acompañará la creatividad del joven colectivo contó con el talento de Alejandro Zaldivar, como diseñador, y Robert Ráez en la edición editorial.

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Según trascendió en sus redes sociales y plataformas digitales, Zaldivar explicó que la esencia siempre estuvo en la poesía, lirismo que hoy corona la campaña con el anuncio en dias recientes de la entrega del Premio Nacional de Literatura al poeta mayor Delfín Prats.

“En mi trabajo suelo mezclar lo humano a lo fantaseoso, de ahí que a partir de una fígura de Ícaro que ya existía se fue creando toda la imagen que revela la existencia en su cuerpo de un par de alas extras, esas que regala la osadía de perseguir sus sueños y alcanzarlos con el poder de la literatura, el sol personal que cada uno tenemos”, apuntó el joven.

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“Este Ícaro posmoderno que bebe del pastiche y el arte digital, vuela de noche y lleva el corazón expuesto”, comentó el escritor y crítico Erian Peña Pupo en sus palabras de presentación y añadió que este ángel lírico no tiene rostro y en su cabeza porta el sol finalmente alcanzado.

Los rayos que hicieron caer a Ícaro la primera vez, subrayó, “fueron testigos de como tras la caída, con el paso del implacable tiempo, una legión de Ícaros soñadores se levanta; porque eso tiene el viaje, el esfuerzo y el sueño: hacen crecer alas en los brazos a quienes persiguen idénticos senderos; alas líricas, resonancias en forma de versos…”

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La campaña que asegura que “La Luz te pertenece” prevé su presentación por varias partes de Cuba durante todo el año, destacando entre estos espacios la Feria Internacional del Libro que tendrá lugar en el mes de febrero próximo.

Desde el 2014 cada inicio de año el sello editorial La Luz lanza su campaña de promoción de la lectura con la aspiración de llegar a los lectores desde diversas perspectivas y maneras de entender. Diseños que se promueven desde disímiles formatos como: gigantografias, marcadores y calendarios y posee la colaboración del Centro Provincial del Libro y la Literatura.


La luz te pertenece y el viaje en ascenso de Ícaro

Es 1968 y en Cuba un ángel asciende al firmamento literario nacional. La fuerza de su vuelo se sostiene en la poesía. Es un ángel hermoso de solo 22 años y va en pleno ascenso. Podríamos decir que lleva una túnica griega y que en su lírica hay reminiscencias clásicas, ecos del mundo grecorromano; podríamos decir, además, que la túnica le sirve para sostener las flores recogidas seguramente en la mañana, en del campo húmedo del paisaje natal; y que esas flores le dan a su poesía un olor a campiña, a juventud, a vida, a celebración del goce y los sentidos, al desborde de ellos… Este ángel vuela alto y tras sí destellan unos pocos rayos de sol que realzan su figura… Y en ese vuelo en vertical, el ángel se trastoca en Ícaro. Es un Ícaro de enormes alas que entonces no sabe –¿cómo saberlo, si él solo quiere gozar la felicidad?– que el ascenso, llegado a un punto, contempla la caída, y que la osadía conlleva al castigo, pero que solo los osados, los que corren el riesgo de perseguir un sueño, cualquiera, hasta el final, pueden llegar a tocar con un dedo, al menos con un dedo, el sol y su poderosa imantación lírica. Este ángel-Ícaro no tiene cabeza, es una figura descabezada la que sobrevuela, y a falta de ella habla, en cambio, un lenguaje de mudos. Es un ángel-Ícaro descabezado en cuyo cuello, como en susurro, se advierte que a sus palabras –casi en tono profético– le acompañarán un bregar por la mudez, pero no una carencia de lenguaje. Después de la tormenta, el bosque reverdecido –donde, como un animalillo, se resguardaba la poesía– se abría a la mañana, a los ecos de la gratitud al ángel-Ícaro.

Fotos cortesía de Ediciones La Luz

Darío Mora, al ilustrar y diseñar el libro ganador del Premio David de Poesía de 1968, partió de esta imagen hermosísima y enigmática, para dialogar con los versos nuevos (y no por ser inéditos) de un muchacho llamado Delfín Prats Pupo que, en La Cuaba, donde nació y estaba en ese momento, demoraría en conocer la noticia de los ecos y respuestas de su lenguaje de mudos.

Fotos cortesía de Ediciones La Luz

Fotos cortesía de Ediciones La Luz

Tal vez quiso el azar lezamiano, que sabemos todos custodia ciertos trances poéticos y cotidianos –o porque todos los diciembre, mes de su nacimiento, desde hace varios años, soñábamos, pedíamos y reclamábamos el justo reconocimiento humano e institucional que merece–, que Ediciones La Luz escogiera otro Ícaro, más de cincuenta años después de aquel, para sobrevolar el cielo y enrumbar el viaje a otras galaxias. Esas galaxias –que me hacen recordar la galaxia Gutenberg y la aldea global que anunciaba en los años 60 el teórico Marshall McLuhan– tienen matiz digital y recorren las redes sociales a través de likes… De alguna manera es un Ícaro virtual, cibernético, pero igual de tozudo y soñador… La Luz –que desde sus inicios hizo suyos los riesgos y las osadías de poeta, y reclamó su vuelo y esparció sus ecos en los jóvenes; y publicó sus versos en modestos cuadernillos y más cerca en el tiempo, en una hermosa edición que recogió su poesía completa hasta entonces; y que resguardó su voz, sí, las formas de la voz del bardo, que como ninguna otra lee sus poemas; y que nombró una colección y hasta este salón con el título de uno de sus textos– ahora hace suyos estos versos para encabezar la campaña de promoción literaria que este 2023, con el llamado La luz te pertenece, conducirá el viaje a otras dimensiones del mito: Del infinito, del universo/ de la sustancia exterior:/ patria, bosque, ciudad, jardín,/ regresar a uno mismo, al yo primordial. Este Ícaro posmoderno, que bebe del pastiche y el arte digital, vuela de noche y lleva el corazón expuesto. Todo el pecho está abierto, ofrecido al otro, al prójimo, con la sencillez de lo cotidiano. Después del largo viaje, de andanzas y recorridos, el corazón late fuera, a la vista de todos, ofrecido al dolor y al amor… Ha resistido las batallas, y aun las cicatrices laceran el cuerpo. Este ángel-Ícaro –también con flores, como aquellas enigmáticas en los versos de Julián del Casal, y con alas duplicadas, enormes y hermosas, nocturnas como las aguas y como el caracol– no tiene rostro y en su cabeza porta el sol finalmente alcanzado… Los rayos que hicieron caer a Ícaro la primera vez, como lo pintara Brueghel El Viejo en la Holanda medieval, fueron testigos de cómo tras la caída, con el paso del implacable tiempo, una legión de Ícaros soñadores se levanta; porque eso tiene el viaje, el esfuerzo y el sueño: hace crecer alas en los brazos a quienes persiguen idénticos senderos; alas líricas, resonancias en forma de versos… Este ángel-Ícaro no se detiene, y como porta la luz y vio abrirse las constelaciones, indica con su mano que el viaje y la vida siguen. Otro ángel-Ícaro, uno que mira de frente con los ojos desorbitados desde un dibujo a tinta china, tiza y acuarela sobre papel de Paul Klee, el Angelus Novus, y en el que se basó Walter Benjamin, el filósofo judío exiliado Walter Benjamin, para conformar su teoría del Ángel de la Historia, nos asegura que una legión de ángeles nuevos es creada a cada instante para, tras entonar su himno ante Dios, ir disolviéndose en la nada. A este viaje de regreso al yo primordial y a las esencias de la poesía, nos invita Ediciones La Luz. Aceptemos, todos, esta invitación y el riesgo del vuelo, por favor, que la luz nos pertenece y hacia ella vamos.

Logo Campaña 2023 Ediciones La Luz

Palabras de presentación (y de elogio) a la campaña de promoción “La luz te pertenece” de Ediciones La Luz, presentada el pasado 30 de diciembre en el salón Abrirse las constelaciones del sello de la AHS en Holguín.


En Islas Gilbert con Delfín Prats

Delfín Prats casi no escribe. Lee, o más bien relee; ve algún que otro filme, algunas series… anclajes que le permiten sobrevivir a la fuerza de la rutina en la intimidad en las pocas paredes de su casa. Pero Delfín Prats –Maestro de Juventudes de la AHS, poeta mayor de Holguín– casi no escribe. Ha dejado sobre el papel los versos suficientes para asegurar la permanencia. En algún momento pensamos que su poesía completa, El brillo de la superficie, publicada en 2018 por Ediciones La Luz, sería definitivamente completa, aunque con Delfín –nominado en varias ocasiones a un Premio Nacional de Literatura que merece desde hace tiempo, por las múltiples resonancias de su obra, sobre todo en los jóvenes, que le admiran como ese poeta joven que también es– albergábamos la esperanza, la posibilidad, el deseo, de un texto nuevo.

Fotos cortesía del CPLL Holguín

“En mi juventud tuve un momento creador que me permitió escribir diez, doce textos, pero después me he caracterizado por volver al silencio, no salen los poemas. A la hora de mirarme como creador no hay una continuidad, ni un oficio de poeta, como puede observarse en muchos otros notables, o muy buenos; soy un poeta a saltos”, dice el autor de Para festejar el ascenso de Ícaro y Aguas.

Por eso nos alegramos cuando supimos que el poeta escribía y reescribía un nuevo texto; que el poema, aunque prolijamente, “salía” del horno de la creación. Y que varios fragmentos eran leídos por Delfín en alguna que otra peña o espacio literario. Poco después, “Islas Gilbert” –como se titula el texto– llegó a las plataformas digitales, circuló en los vericuetos de Internet. El poema se abría a las constelaciones una vez más.

Islas Gilbert: el descreer

O mejor: el no surgir el deseo de amamantar

Ídolo además del pueril silencio

Y el labio está yendo por los dos frutos maduros en sazón

Estupefacto ante la maravilla del bosque rotundo que ya se adentra en la

noche anclada

Y eros acecha desde las trampas suyas y busca pieles que sean

Tambores en el éxtasis —tahitianas o maoríes—

eros jazz eros cópula —garito—

Ah que escapes círculo de fuego a tu condición de gruta

Ah que rehúyas el delicado tacto de un dígito hambriento

Ah el discurrir de las horas que reconocemos como días…

Esta vez Islas Gilbert se publicó en formato libro-arte, como homenaje al cumpleaños 76 de Delfín, el pasado 14 de diciembre, gracias a la iniciativa de la Promotora Literaria Pedro Ortiz Domínguez, del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Holguín, en suya sala Adelaida del Mármol fue presentado el texto, con el apoyo también del Taller de Papel Manufacturado y Ediciones Papiro (sello que le publicó su mítico Lenguaje de mudos).

Fotos cortesía del CPLL Holguín

Islas Gilbert parte de los incendios de la Amazonía, hecho que destaca en el momento en que el poema se concibió. Un poema es algo que no se puede rastrear mucho cómo se hilvana: a partir de un prototexto se enriquece con otros elementos exteriores hasta que se compone la obra en sí. El acercamiento a esta geografía distante fue a través del documental Kiribati, donde se ilustra la vida en esos parajes, unas islas del Pacífico que constituyen un país”, comenta Delfín.

Sus presentadores –Luis Yuseff, director-jefe de Ediciones La Luz, y Moisés Mayán, uno de los más reconocidos autores jóvenes cubanos– aprovecharon el espacio para dialogar sobre la obra del Premio David de Poesía en 1968 y su impronta en nuestras letras.

Luis Yuseff: Estaríamos más tristes sin el duende de Delfín Prats en nuestras calles

“La Luz siempre ha estado muy cerca de la obra de Delfín, uno de los autores más presentes en nuestro quehacer. El primer libro suyo publicado en nuestra editorial es el tríptico Eclipse de las almas (2006), que cuenta con un valor excepcional, al ser el primer texto verdaderamente de peso que se publica en la editorial, de un autor consagrado, pues hasta ese momento se había dado a conocer la obra de escritores muy jóvenes, casi siempre sus primeros libros. A partir de unos manuscritos prácticamente apartados por Delfín, Adalberto Santos se encargó de realizar esta compilación, que tiene como valor añadido dentro del trabajo de la editorial, ser primer libro con cubierta en cuatro colores de La Luz. Delfín Prats nos trajo color a todo ese trabajo monocromático horrible que quedó detrás, y nos abrió de esa forma las puertas a la poligrafía holguinera.

En 2010 se decide crear una colección bastante austera, con el propósito de divulgar la obra de aquellos autores miembros de la AHS que estaban por salir, al alcanzar los 35 años de edad, y no habían logrado publicar ningún libro. Recordemos que la editorial se funda en 1997, pero estuvo muchos años sin publicar. Por ese motivo se le ofrece prioridad al movimiento bastante interesante con que contaba la Asociación y creamos la colección Analekta, muy fácil de diseñar… El primer número de esta colección fue exactamente unos poemas de Delfín Prats, que no habían sido publicados: Los mundos y las sombras.

Fotos cortesía del CPLL Holguín

Un poco antes, en 2002 o 2003, cuando Gabriel Pérez era Jefe de sección de Literatura y estaba frente a La Luz, decidió fundar una peña literaria para la promoción de los jóvenes creadores locales: “Abrirse a las constelaciones”, espacio que ha ido evolucionando en un salón de presentaciones y en una colección dentro de las tantas con las que contamos en la Editorial, pero esta es dirigida fundamentalmente a quienes publican por primera vez, devenida además en homenaje permanente de los jóvenes a nuestro Maestro de Juventudes.

Con todo este camino andado no nos quedaba otra opción que reunir lo que en ese momento se consideraba su poesía completa, El brillo de la superficie. Por suerte a veces Delfín miente, porque al cabo de los dos años apareció con la sorpresa de un nuevo poema bellísimo. A pesar de que nuestro texto no sea una recopilación completa, nos encanta el hecho de que la obra del poeta está con vida y que nos seguirá sorprendiendo con uno que otro texto. Por suerte en 2018 la Feria del Libro en Holguín se le dedicó a Delfín y fue el momento oportuno para hacer una reedición del texto y convertirlo en audio-libro.

Nos queda como proyecto que aún no se concreta, el de reunir la prosa de este prominente escritor, trabajo que lleva mucha dedicación editorial para que sea un producto respetable el que se conciba. Es una suerte que esté con nosotros, Holguín fuera más triste si no estuviera el duende de Delfín Prats apareciendo a cada momento por estas calles tan grises y hostiles”.

Sustracción del círculo de fuego

A la embestida oral

Endurecimiento del tronco de ébano

—alzado sobre frutos maduros en sazón

Al roce de labios en desembocaduras de ríos

Si se quiere—

O de ecos suaves de voz por la eclosión de géiseres

Que dan paso en las cavidades al canto órfico

Y al esplendor del Tao

Nada como un cuerpo que resguarda sus olores

Para una madrugada donde se adormecería el asaltante

De llegada calma hasta la puerta que guarda hiena o viejo buitre hembra

Prohibición de tocar el círculo de fuego

Perro de llamas y maldito el ejecutante del rito

De enviar la carta en porcelana que ya debe ser desterrada

Pero la miseria, caballo, cabildo de la noche cuando apetece

El águila por poseer archipiélagos en los mares del sur…

Fotos cortesía del CPLL Holguín

Moisés Mayán: Delfín es una de las piedras fundacionales de la literatura holguinera

“Una de las cosas que se le ha achacado siempre a Delfín es que se ha pasado mucho tiempo sin escribir, que se ha negado a producir nuevos libros de poesía, aunque ha publicado mucho, incluso recientemente libros como Aguas, El brillo de la superficie, poesía completa realizada por La Luz, o la antología de Ediciones Holguín, recoge textos de hace mucho tiempo. Sin embargo, en 2019, tuvo otro pulso creativo y sorprende con este largo poema denominado “Islas Gilbert”, desencadenado por los incendios en la Amazonía, las ideas metafísicas que han estado con él desde sus primeros libros, y el regreso a su vida del Eros; o sea, desde sus primeros poemas, su creación está signada por esa presencia del Eros. Ese año nos leyó por primera vez el poema en la sede de Ediciones Holguín, donde nos cuestionábamos si éramos partícipes de un momento de ebullición creativa para la construcción de un largo poema, como es este, o si había regresado para sorprendernos con un libro.

Como su cumpleaños coincide con el Día del Trabajador de la Cultura y aquí en el Centro del Libro hemos estado haciendo este Taller de Papel Manufacturado, en coordinación con la Editorial Cuadernos Papiro, quisimos de una forma muy artesanal obsequiarle un ejemplar de este poema que, aunque ha sido publicado en Internet, no tiene una edición de papel. Es el mínimo reconocimiento a una de las piedras fundacionales de la literatura holguinera, con una obra que nos alienta, nos ayuda a continuar en medio de esta compleja situación en la que vivimos”.

“Gilbert –escribió Yoandy Cabrera, quien reunió la poesía de Delfín en 2013– no es solo un conjunto de islas, sino también el cuerpo posible y polítropo en que el metaforismo, la naturaleza, el pensamiento, el exilio, la memoria, el deseo, la libertad y el silencio se conjugan. Islas Gilbert pasa de lo insular y geográfico a una somatización del Eros y el lenguaje”.

Fotos cortesía del CPLL Holguín

“Otra vez, surge «del mismo cuerpo el esplendor y el caos»”, añade.

Bueno es el jazz para estos menesteres

De contemplarte embutido en mañanas y en esta mañana

actual que de alguna manera

se reconforta en las persianas de madera de baja calidad

Si pudiera aventajarte: pero ¡qué va!

solo puedo desde aquí ver incendiarse una y otra vez

la selva y acallo el recelo mudo porque un pez precipita

Un pez esculpe

Un pez dormita

Un pez nutre…

Fotos cortesía del CPLL Holguín

“Mi lenguaje es el mismo de los primeros años, pero con cosas nuevas que se suman, que redondean, engrandecen, que dan cuerpo al poeta”, comenta Delfín sin percatarse apenas de la importancia de este nuevo texto. Y aunque añade que después de “Islas Gilbert” no ha “logrado redondear ningún otro poema”, todos sabemos que en cualquier momento, el que menos esperemos, quizá el que él menos espere también, la poesía –fiel pero traviesa compañera– nos hablará nuevamente a través de la voz de Delfín Prats. Y nosotros le escucharemos agradecidos, como en el primer día del mundo, confiando en que el poema se escribirá por sí solo, mientras te exilias en el sueño.

Fotos cortesía del CPLL Holguín

Ediciones La Luz sigue de fiesta de las letras en diciembre (programación)

Prepárense para lo que trae Ediciones La Luz esta semana. Se continúa homenajeando a poetas y presentando novedades editoriales.

Martes, 8

Oda a la joven luz
Dedicada a las escritoras Dulce María Loynaz y Emily Dickinson
Invitados: Belkis Méndez y Aylene Rodríguez
10:00 am

Miércoles, 9

Abrirse las constelaciones (especial)
Celebra el 75 cumpleaños del escritor Delfín Prats.
Se presentará el libro, El brillo de la superficie. Poesía reunida, Delfín Prats
Presenta: Adalberto Santos
5:00 pm

Jueves, 10

Abrirse las constelaciones
Desequilibrio, de Reynaldo Zaldívar (Ganador del Premio El árbol que silba y canta)
Colección Analekta
Presenta: Luis Yuseff
5:00 pm

Viernes, 11

Entrada de Emergencia
Lectura de poemas de Dulce María Loynaz
Presentación de Los poemas de Tor House, de John Robinson Jeffers.
Presenta: Javier L. Mola
Lectura de asociados: José Alberto Pérez e Idania Salazar


Delfín Prats en la intensa luz de su poesía

cubiertas cortesía de Ediciones La Luz

Delfín Prats se inclina sobre la mesa, abre el libro y busca la página precisa aunque no la necesite; podría asegurar que Delfín se sabe casi de memoria la mayoría de sus poemas.

Oscurece sobre Holguín, es verano, justo ese momento indescriptible en que la tarde agoniza y deja escapar sus últimos estertores en la calidez del trópico. En la terraza de Ediciones La Luz, a pocos metros del salón Abrirse las constelaciones, nombrado así precisamente por uno de sus poemas más conocidos, Delfín Prats —ese poeta inmenso al que los jóvenes disfrutamos y sentimos cercano, generacional— lee irresoluto y tempestuoso, varios de sus textos. Lo hace con una soltura poco común, un desenfado particular, una especie de gracia aurea que lo invade todo sin remedio.

 

La voz casi performática de Delfín se esparció aquella tarde en La Luz, una editorial que lo ha tenido como ángel tutelar, entre escurridizo y vital, casi desde los días fundacionales en 1997, para reafirmarnos esas palabras harto conocidas: Delfín Prats Pupo, autor de apenas unos pocos libros, que ha escrito y reescrito desde su germinal Lenguaje de mudos en 1968 hasta su Poesía completa, que justamente le publicara Ediciones La Luz, y con varias nominaciones a un Premio Nacional de Literatura que cada año los seguidores de su obra esperamos reciba, por una cuestión de justicia literaria, de verdadero calado en el corpus lírico nacional, es uno de los escritores más necesarios de Cuba.

 

Por un buen tiempo guardé en mi celular un video —hoy perdido lamentablemente en algún desliz tecnológico— en el que Delfín leía —o buscaba en los entresijos de su memoria— en aquella peña estival donde un joven acompañaba a un autor reconocido, aquello de No vuelvas a los lugares donde fuiste feliz/ a la isla que con él recorriste/ como Adriano los dominios de su imperio/ con el muchacho de Bitinia/ (ese mar de arenas negras/ donde sus ojos se abrieron al asombro/ fue solo una invención de tu nostalgia).

La Luz, después de su nacimiento con Bufón de Dios, del entonces joven decimista José Luis Serrano, siguió “un camino azaroso, con discontinuidades y parpadeos que amenazaban la permanencia de un sello que en sus inicios sumó los primeros libros de algunos autores o dio continuidad a la carrera literaria de otros”, escribió el poeta Luis Yuseff en “Recorrido de la luz: onda o partícula”, prólogo al Catálogo de la editorial 1997-2015.

Muchos de estos títulos aparecieron en la colección Libros de Bolsillo, a la que seguiría una época de coedición con Ediciones Holguín. A partir de 2000, el sello de la AHS en Holguín no volvió a publicar en solitario hasta 2006, cuando —gracias a diferentes empeños, tenacidades y gestiones, subraya Yuseff— salieron a la luz tres títulos que pudieron presentarse en la Feria Internacional del Libro de La Habana, entre ellos una selección de poemas de Delfín Prats aparecida en la colección Capella, con ilustración de cubierta de Armando Gómez: Striptease y eclipse de las almas. Desde ese momento —y sospechamos que desde los propios orígenes— la obra de Delfín estaría ligada a La Luz.

Al año siguiente, en 2006, la editorial estrena la colección Abrirse las constelaciones, homenaje explícito a Delfín. El primer libro aparecido en esta colección —y también primero del autor— sería Fábula del cazador tardío, poemario del holguinero Moisés Mayán.

La mayoría de los títulos publicados en La Luz pertenecen al género lírico: Muchacha de Eliot, de Alina Alarcón; Toda la sombra, de Kiuder Yero; Herederos de la culpa, de Lisandra Navas; Música de fondo, de Yanier H. Palao; Tratado sobre la emoción, de Fabián Suárez, entre otros libros. Pero incluiría, además, otros géneros: Morir con las botas puestas, cuentos de Alex Jorge, Cierra la boca, teatro de Yunior García…

Poco después, en 2009, la AHS le entregaría el premio Maestro de Juventudes, a propuesta de la filial holguinera, en un acto presidido por el entonces ministro de Cultura, Abel Prieto. Era un acto de justicia reivindicativa a uno de los autores más influyentes en los jóvenes poetas cubanos. Más de una generación, desde la cristalizada a fines de los años 80 hasta acá, había sentido cercana la obra del poeta holguinero nacido en La Cuaba, en 1945.

cubiertas cortesía de Ediciones La Luz

En 2010 en la colección Quemapalabras —estrenada poco antes con El sol eterno. Antología de jóvenes poetas holguineros—, La Luz publicó un audiolibro con la poesía de Delfín. El brillo de la superficie, gestado por el poeta y realizador audiovisual Pablo Guerra, quien dirigiera, además, un documental homónimo en el que registra las sesiones de trabajo, fue grabado por Delfín en mayo de 2010 en los estudios de Radio Holguín La Nueva. Por primera vez su voz quedaba “atrapada” en un audiolibro —que se reeditaría en 2017—, mientras leía y comentaba los poemas. Ya no podría deshacerse de ella, pasaría de USB en USB entre los jóvenes lectores, sería escuchado en la intimidad del hogar, en los reproductores cerca del mar… Ámala pero ámala/ como si todo hubiese concluido y pasado/ como si desde el futuro más remoto/ recordaras el vino de tus mejores años/ el verano de mil novecientos ochenta/ el catorce de abril/ cuando fue tuya/ en un hotel cercano del mar/ cuyas ventanas no daban al mar/ pero en el viento su rumor llegaba/ y ella venía a ti como una ola/ muriendo a las orillas de tu cuerpo.

La Luz estrenaría en 2011 la colección Analekta. Al sencillo formato horizontal y su corta tirada, se añade la ventaja de su fácil elaboración, en comparación con otros libros de mayor producción, y el hecho tangible de haber publicado el primer texto de muchos autores locales y de otros lares. El libro que inició esta colección, la Analekta 1, fue justamente Los mundos y las sombras, de Delfín Prats. Con ilustración de cubierta de Miguel Ángel Salvó, el libro contiene los poemas “Alguien está tocando una trompeta”, “Lento y difuso”, “La sombra de una mujer que amó”, “Velas”, “Evadida” y “Cavas”.

Con la inauguración de la hermosa sede actual de La Luz —donde una vez estuvo ubicada la AHS holguinera y en un local de esta, la editorial— en la calle Maceo 121 altos, el salón de presentaciones recibió el nombre Abrirse las constelaciones, homenaje al autor de Para festejar el ascenso de Ícaro, Cinco envíos a arboleda y Lírica amatoria.

Otro momento particularmente especial —tanto para la editorial como para el autor— fue la publicación en 2017 de El brillo de la superficie, la poesía completa de Delfín Prats.

Con motivo del aniversario 50 del Premio David de Poesía a Lenguaje de mudos, libro prístino de Delfín, La Luz propuso esta suerte de Poesía Completa organizada por el propio autor. “El brillo de la superficie no es una simple sumatoria de poemas en la vida de un hombre, sino una reivindicación necesaria —muy a su pesar— a una de las voces más singulares y exquisitas de la lírica hispanoamericana. Desde el mismo centro, donde se fraguan los secretos privilegios de la existencia, el autor de estos poemas ha sabido dotar de una brillantez inusual la indiscreta superficie, donde casi nada es lo que parece”, leemos en la nota de contracubierta del libro, con prólogo del poeta, narrador y ensayista Ronel González, uno de los mayores estudiosos de la obra de Delfín.

“Poeta intenso y meticuloso, dueño de la palabra y su connotada polisemia, Delfín Prats penetra en las interioridades de su isla que es la sumatoria de tosas las islas, replantea la cubanidad como un nexo indeleble con sus modos particulares de aprehender el entorno y nos dice que, de algún modo, él también es la suma de las aspiraciones de un siglo que se extingue para que nazca otro, un tránsito iluminado cuya mayor gloria es haber estado cara a cara y establecido un diálogo intemporal con las esencias de la Poesía”, escribe en el prólogo Ronel, autor de Temida polisemia. Estudio de la obra literaria de Delfín Prats, publicado por Ediciones Áncoras, de Isla de la Juventud.

cubiertas cortesía de Ediciones La Luz

Recientemente Delfín publicó, por Ediciones Holguín, El huracán y la palma, una peculiar antología de la poesía cubana que constituye “un acto de reverencia” y “no tiene otro propósito que el de comunicar a sus lectores mi experiencia en esa materia resbaladiza que es la poesía, en este caso la escrita en nuestra patria”, escribe. Y añade: “Nuestra selección tiene como destinatario a la gente que necesita la poesía, que busca en ella respuestas a sus interrogantes vitales. Estos poemas son una fiesta de humanismo y belleza que dedico a los jóvenes cubanos y de otras latitudes dentro del ámbito de la lengua”. Desde José María Heredia hasta Juan Carlos Flores, pasando por Milanés, Martí, Casal, Poveda, Guillén, Lezama, Piñera, Baquero, Eliseo Diego, Vitier, Padilla, Nogueras, Hernández Novás, entre otros, Delfín nos entrega una selección de textos de escritores ya fallecidos que integran parte del selectísimo cuerpo poético del país.

Aunque asegure que está “desasido de todo proyecto” y como el barco ebrio de Rimbaud, pretende “ir descendiendo por ríos impasibles”, por suerte esta no parece ser su poesía completa, ni mucho menos definitiva. “Escribí un poema”, me dijo Delfín hace poco. “Lo leí en la peña en Ediciones Holguín, pero aún no está terminado”, remató.

Un nuevo poema escrito por Delfín —que escribe tan poco, que insiste en reescribir versos y hasta eliminar dedicatorias de antaño de sus poemas— es una buena noticia para quienes seguimos su obra. Esperemos que su afán detallista nos deje conocerlo pronto.

Delfín carga el peso de su condena sin embestir contra los filisteos. Sabe muy bien, porque los tanques de la guerra vuelven en sueños a conmover la noche, que vivir en un recobrado y dulce lugar llamado humanidad no es suficiente. Por eso el bardo prefiere un largo alegato de amor y se decide únicamente por esa belleza transitoria y efímera.

Delfín Prats ha acompañado los viajes de la luz y la poiesis. Ambos le protegen como fieles guardianes de otros tiempos. El poeta, en cambio, sabe que sus versos se asomaron mucho más allá/ ellos vieron/ del otro lado del horizonte/ abrirse las constelaciones.