Décima


«Repentista para toda la vida»

A los tres años de edad no siempre los niños son capaces de formular oraciones completas o les cuesta comunicarse adecuadamente con sus padres porque no entienden todo lo que ellos intentan expresar con su incipiente lenguaje.

Antes de los tres, en la mayoría de los casos, es más difícil aún. Sin embargo, a la edad de dos años y medio un gallito de Cienfuegos cacareó su primera décima. El Kíkiri de Cisneros lo llaman desde entonces.

Hoy, con 22 años, ya no necesita aprender de memoria las décimas que le escribía su papá o recordar con colores la estructura de cómo “pegaban” los versos octosílabos.

Foto: Argel Ernesto González

El Kíkiri es un joven delgado, de aproximadamente un metro con ochenta centímetros, que camina como si llevara en sus hombros el peso de cada décima que ha recitado en veinte años.

En sus recuerdos siempre fue repentista. Defiende el verso improvisado, incluso, llevado a una nueva vertiente, el neorrepentismo. Es esta una mezcla en la que, guitarra mediante, confluyen la décima y la canción trovadoresca.

Al Kíkiri de Cisneros lo conocen más por este nombre artístico que por el que su madre le puso: Marcos David Fernández Brunet. Según dice, “yo crecí siendo el Kíkiri, y me enteré que era Marcos David después.”

Fue su madre, precisamente, quien nunca dejó que el niño repentista perdiera la esencia de ser también Marquitos. La vida es mucho más que escenarios y canturías. Detrás de todo eso está la escuela, crecer, la universidad, un alquiler en La Habana. “Isabel Brunet es la persona que tengo en todos los momentos de mi vida”.

“Mi madre y mi padre se separan cuando tenía quince años y les agradezco a los dos que nunca me sentí solo en ningún sentido. Pasa algo, levanto el teléfono y, en dondequiera que esté, aparecen los dos juntos. Eso no dejará de ser así”.

Cuando niño su papá era un símbolo, esa persona a la que quería parecerse, hacer décimas como él –y lo sigue siendo–, aclara. “Cada vez que hago una presentación lejos de él y la puede ver en videollamada, me dice: Oye, por aquí y por aquí no. Se pasa la vida corrigiéndome en todo y tengo la suerte inmensa de que lo haga”.

Su padre no ha sido el único guía en el camino de la improvisación. Agradece a Jorge Sosa y Alberto Vega Falcón, los profesores del taller de repentismo al que llegó con cuatro años cuando no sabía aún leer ni escribir.

“Todavía tengo mucho que agradecerle a Lázaro García, y a los hermanos Novo, quienes fueron los encargados de empezar a echarme un poquito de trova adentro y, por supuesto, a mis otros padres Nelson Valdés y Ariel Barreiro, que han sido los encargados de que me se presente con trovadores”.

Otra de las personas importantes en la vida del Kíkiri es esa a la que físicamente se parece muchísimo, aunque sus carácteres difieran: su hermano, Daniel Alejandro Fernández Brunet, un apasionado del arte como él.

“Mi hermano y yo nos amamos con la vida, discutimos, salimos, lo hacemos todo juntos, y de verdad que es de las personas a las que más amo y cuido. Eso será siempre así”.

Daniel no aprendió a hacer décimas, pero sabe cuando un verso está bien o no. Es otro de los pilares familiares que sostiene a Marcos. Hasta en los escenarios a veces lo ayuda con un pie forzado o una idea que luego el Kíkiri lleva a versos octasílabos.

“Siempre quise ser repentista. Desde que tengo uso de razón es lo primero en mi vida. Mi papá me enseñó a rimar, que para mí en ese momento era hacer que las palabras pegaran. Llegué a aprenderme de memoria 72 décimas que él escribió para mí. Estaban en una libreta roja que aún se conserva en casa.”

Al Kíkiri hacer décimas le salía natural. Comenta que cuando empezó la escuela pasó trabajo para redactar textos en prosa, porque, en su cabeza, estaba ya arraigada la estructura de los diez versos octasílabos.

Siempre le gustó la historia y el arte. Comenzó la Universidad estudiando Historia y Marxismo, y luego se trasladó para la carrera Historia del Arte, que cursa actualmente en su segundo año.

Aunque es estudiante universitario, desde los 17 años es miembro de la empresa de la música como artista profesional. Esta profesionalización es producto del premio por ganar el concurso Eduardo Saborí de repentismo con 15 años.

“Quiero vivir haciendo repentismo. No sé si eso representará vivir o mal vivir pero creo que no le puedo fallar a lo que me enseñó mi familia. No deseo hacer algo que no me guste por tener un poco más de dinero. Es mi decisión. Entonces, ahí estaré; no tendré la mejor casa ni el mejor alquiler, pero tengo lo que puedo, hago lo que quiero, y con eso me siento superfeliz”.

Vivir sin utopías nos hace más parecido a los animales y, como humanos, tenemos la capacidad de pensar, de tener sueños, sentimientos. Un alma que no sueña divaga por la vida sin un sentido real. “Creo que el reto que siempre me he puesto es no dejar de ser el mismo que salió de Cienfuegos, aquel que nunca quiso salir. Me identifico mucho con el niño de seis o siete años que fui”.

“Quiero tener treinta, cuarenta, cincuenta años, la edad a la que pueda llegar, pero con el mismo sello del muchacho aquel que pasa por las calles, por los escenarios regalando décimas y haciendo feliz a todo el que las acepte”.

-Si no querías salir de Cienfuegos, ¿por qué lo hiciste?

“A veces la vida no es como uno quiere, y la capital representa una buena oportunidad para todo muchacho de provincia. Así tuve que salir, mochila al hombro y con los sueños cada vez un poco más lejos. A veces me duele a llegar al fin de semana y no irme para la tierra a abrazar a mis padres, pero que todo sea por el objetivo de crecer en todos los sentidos”.

Según comparte, la Asociación Hermanos Saíz le ha permitido ser un joven de su tiempo. Le enseñó que el repentismo no solo es para los escenarios de personas mayores, sino que dentro de los públicos jóvenes cabe la improvisación,  ya sea en presentaciones para televisión, en festivales, cruzadas. Donde quiera que se presente puede estar el repentismo.

-¿Crees que te pareces a los jóvenes de tu tiempo?

“Creo que sí, por lo menos al círculo que uno se crea en el que se incluyen jóvenes del gremio, trovadores o no. Tengo amigos de todos los credos, con distintos pensamientos, y creo que el respeto es lo más importante. Algunos van a fiestas a las que no voy, y eso no quiere decir que ellos no le presten atención a lo que hago.

“Muchas veces encasillamos a las personas y sí, cada uno se desenvuelve en su entorno, que influye mucho, pero no es que no escuchen lo que está al otro lado. Aunque venga del repentismo también voy a fiestas y bailo, aunque lo haga mal -ríe-. Cuando entré al preuniversitario me chocó que venía de escuchar trova, repentismo, y ahí se escuchaba otro tipo de música”.

-¿Cómo te integras al grupo de preuniversitarios donde están los reguetoneros y reparteros?

“Es una cuestión de respeto al gusto de cada cual. Aquí todos hemos necesitado en algún momento de la vida irnos a un lugar donde te desconectes de lo tradicional”.

La décima es su vida, la que le ha permitido tener a los amigos que son también familia, a los del barrio y a los que nunca pensó conocer. Ha sido lo que lo ha salvado en momentos de su vida personal donde, a punto de estallar, encuentra en ella un refugio para desahogarse y aliviar.

También lo llevó a ganar importantes competiciones, entre ellas el concurso internacional de repentismo y controversia; y lo condujo hacia el camino de la Asociación Hermanos Saíz con 16 años.

Desde ese entonces se reconoce como otro hereje soñador que, con su voz y versos, ha dejado una parte de sí y de la AHS por todo lo largo y ancho de la geografía antillana.

“Creo que el amor a lo espiritual siempre va a existir, aunque a veces la misma sociedad y los caminos que se transitan sean complicados, aunque el arte se vaya dejando de lado por cuestiones tangibles, siempre va a hacer falta. En las mismas presentaciones veo que cuando las circunstancias no son buenas, el público disminuye.

“Pese a esto, el que asiste a una presentación que hacemos, lo agradece, y transmite a otros su experiencia. Siempre sacaremos tiempo para poner atención a las personas, a su sentir. Estaremos allí, rodilla en tierra, para regalar arte; nuestra esencia”.


Autopsia de un licántropo que fue a bajar la luna en una noche oscura como «Boca de lobo»

Cada vez que la décima se pone un traje nuevo resuenan en el aire los versos del Indio Naborí: Viajera peninsular, / ¡cómo te has aplatanado! / ¿Qué sinsonte enamorado / te dio cita en el palmar? Pero si en vez de un sinsonte, es un gorrión de ciudad quien le da cita a esta guajira para cantar a dúo en el alero del alma, entonces Vicente Espinel se quita el sombrero y deja reposar la pluma antes de cederle al gorrión todos sus derechos sobre la espinela.

El poemario Boca de lobo, premio de décima Francisco Riverón Hernández 2018, escrito por Roly Ávalos Díaz, y publicado por ediciones Montecallado, es la prueba de que esta estructura poética está incorporada al espectro genético del cubano. Que un joven poeta de estos tiempos decida exorcizar sus demonios a través de la décima y encima, hacerlo bien, dice mucho de su sensibilidad, valentía y desapego por las corrientes esnobistas y experimentales que prefiere la mayoría.

Yanet Llovet. /Perfil de Facebook de la AHS de Pinar del Río.

En Boca de lobo, el poeta-licántropo va de aullido en aullido, en un intento desesperado por encontrarse, y encontrar, la manera de combatir sus miedos. A veces la poesía es una cueva sin fondo y, otras veces, una lámpara encendida: Debo ser yo, que le amputo / voces a la oscuridad…, dice en su primer aullido, para unos poemas después, declararse perdido cuando aúlla: Soy solo el antagonismo / de mi plena oscuridad, / bordeándome, soledad, / apátrida de mí mismo.

El lector tendrá siempre la sensación de que el poeta, por modesto, no quiere asumir de ninguna manera su maestría en el oficio cuando habla de su don como un pasatiempo sobre el tiempo/ que me ha tocado vivir, pero termina confundido después de leer algunas aseveraciones casi premonitorias de un joven anciano que parece venir del principio del tiempo: …nadie sabe qué es la vida. / Callejones sin salida / en la palma de mi mano

Boca de lobo es un libro de claroscuros, como la vida misma, en zonas de luz y de sombras, el poeta-licántropo se sacude la nostalgia, aviva sus pasiones y aúlla su desespero; de pronto, como todo hombre lobo que se respete, también le aúlla a la luna, musa eterna de los poetas enamorados y la piropea: se refleja en la laguna / tu pelo de girasol. / Trae tu vientre de sol, / tu espalda de virgen, luna.  A veces, después de la metamorfosis, despojado ya de su mansedumbre de simple mortal, advierte: Paladeo las esquinas / de mi barrio adolescente / (adolezco) len ta men te. / Cuidado: en mi lengua hay minas, blandiendo la poesía, que antes fue bálsamo, como un arma mortal, y atreviéndose a más, el Roly Ávalos poeta ubica la foránea licantropía en el contexto cercano que le duele y explota como la mina prometida: yo tengo un país grasiento. / Un país crucificado. / yo tengo un país-pasado, / un país experimento. A ratos se debate en medio de la eterna búsqueda de respuestas como cualquier humano y, casi vencido, se pregunta: ¿Quién me ha robado el siglo veintiuno? / ¿Quién soy, a fin de cuentas? Desde joven / estoy en cualquier sitio donde moren / la vanidad o la arrogancia. Dudo

Puede ser que algún lector incauto piense que no hay peligro al adentrarse en Boca de lobo: “está escrito en décimas”, dirá en tono burlón, confiado en lo inofensiva que parece esta estructura, a veces irreconocible en el libro. ¡Error!… Desde la experiencia de haber recorrido ya el camino lleno de trampas, sorpresas y temores, recomiendo entrar con una antorcha encendida y el alma acorazada. El poeta-licántropo ya fue dado por muerto varias veces después de intentar bajar la luna en una noche oscura, pero el informe forense, como es lógico, dice que ha escapado otra vez, valiéndose de su inmunidad a la muerte, y puede ser que en algún verso oscuro les salga al paso y les arañe el corazón con un aullido de esos que suelen ponernos los pelos de punta. Ya están advertidos, Roly Ávalos, el poeta-licántropo, anda suelto, y para su inspiración, todas las noches son noches de luna llena.


Décima, punto, canto… en Ciego de Ávila

Sería fácil para ellos (no para mí) crear composiciones poéticas para cantarle al Primer Encuentro Nacional Décima Cuerda, celebrado en Ciego de Ávila, del 23 al 25 de este mes. Jóvenes miembros de la Asociación Hermanos Saíz y consagrados artistas cubanos, demostraron que formas de hacer, practicadas tradicionalmente en zonas rurales, hoy se pueden disfrutar en las ciudades y en sus disímiles variantes. Dieron los primeros pasos hacia el reconocimiento del repentismo como un fenómeno social que va escalando en el territorio.

Lo que relato, todavía con el talentoso joven espirituano Jorge Félix López Rojas y su laúd sonando en mi oído, arrancó con la «Noche de la guayabera», en el Patio de la Casa del Joven Creador avileña. Una pasarela con vestuarios típicos, en ambos sexos, marcada por la variedad de estilos. Con un lenguaje propio, la diseñadora Nela Venegas brindó un espectáculo con trajes rutilantes, en un ambiente seductor, que convirtió a la prenda en protagonista total y absoluta. El hecho cultural en sí se acompañó con «Son Armonía», la agrupación juvenil de la Casa de la Décima Raúl Rondón.

La noche inaugural fue un pie forzado. El niño Sian Javier Reyes Burgos, también de la Casa de la Décima, conquistó las primeras expresiones en una numerosa, devota y ferviente comunidad de escuchas. Enseguida creció el goce con el Dúo Alma, de los jóvenes Amanda Beatríz Ortega y Alexander Santiesteban, con el tema «Parece un aguacero». Y luego, sin adentrarse en los días grises y de sol, tocó a Rainer Nodal y a Yeinier Delgado hablar del proyecto «Décima Cuerda», que cumple dos años el próximo 5 de marzo y nació en la filial de la AHS de Ciego de Ávila. Se dio, entonces, la orden de soltar los laúdes, las claves…, la improvisación y las voces.   

La obra poética aprovechó la luz verde con la combinación entre la tonadista Claudia Nerid Águila Díaz y el guitarrista Daniel Álvarez Cruz, y la contralectura de la espirituana Saily Alba Álvarez y Danyer Torres. Pero, con toda su talla, la décima se subió al escenario en una ronda de saludos por parte de los repentistas convidados.

Fue, igualmente, una oportunidad de «fogueo» para las jóvenes Imilka Almeida y Elena Sardiñas, y la ocasión ideal para poner en enfrentamiento al local Lázaro Hernández y al camagüeyano Nelson Lima, destacado por sus aportes a la promoción y el cultivo de la décima en Cuba.

Claudia Nerid, Guillermo Blanco, Adalberto Bueno, Nicomedes García, Yusbiel León, Gualberto Domínguez, Yeinier Delgado y Amanda Beatríz, entrelazaron cantos y cuerdas en hermosas tonadas. Vale destacar ese vínculo tan necesario entre generaciones de defensores de la décima, el punto, el canto… Al «ring», entre cuerdas y fanáticos, se treparon el Campeón Mundial del Pie Forzado Reiber Nodal y Yusbiel León, en controversia. La noche terminó, entre otros artistas, con Yudiannis Barrera Mujica, La Chula, quien defendió los cuatro pies forzados. Ella aspira a integrar la membresía, realidad de una organización a la que se llega mucho antes.   



Al Primer Encuentro Nacional Décima Cuerda no le podían faltar espacios de socialización, por lo que la Casa de la Décima Raúl Rondón recibió a los participantes y acogió las conferencias «Décima, Punto y Canto» y sobre los talleres de repentismo infantil y acompañamiento musical en la provincia, por Yusbiel León y Armando A. López Rondón, respectivamente. Allí se presentaron los alumnos de esos talleres.

La tarde sabatina se volvió satírica y burlesca, porque «¡Controversia es Guerra!», según dicta la tradición y el evento. Esta vez, el Patio de la AHS, fue testigo de algo novedoso y hasta desafiador de las teorías y los teóricos, pues los duelos se hicieron con Yeinier Delgado y Jorge Félix López acompañando con el laúd; en la guitarra Elena Sardiñas, Alexander Santiesteban y Miguel «El gago»; en la percusión Danyer Torres y Sian Javier Reyes, y en el bajo Daniel Álvarez Cruz. No fue cuestión de instrumentos, sino de crecerse.   

Yordán «El Yayito» Quintero y Nelson Lima, hicieron de la décima-respuesta un banquete cultural. Y «La Margarita de Cuba» Zahily García, puso a bailar a los asistentes varias veces. Aunque les corearon que la controversia se hiciera más fuerte, Reiber Nodal y Luis Paz (Papillo) honraron y agradecieron en décimas la perseverancia de quienes hicieron posible el «Décima Cuerda». 

No podía darse este importante suceso sin involucrar a otras instituciones creadoras, como la filial avileña de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la que acogió la Gala «La Décima Tiene Talla». Entre los invitados el grupo «Campo Lindo», al que se le dedicó esta edición inicial, en su aniversario 60 de creado.

Sobresalió la presentación del texto en décimas dedicado al evento, escrito por Alejandro Muñoz Aguilera y Rosabel Pi González, y declamado por actrices del Grupo Caminos Teatro. Más de Dúo Alma, contralectura, controversias (entre «El Yayito» y «Papillo»), el humorista Yunieky Sacerio Rojas, de Villa Clara; ronda de tonadas, y Zahily «La Margarita» de conjunto con Campo Lindo.  

El eximio poeta improvisador y gloria de la Cultura en Ciego de Ávila, Armando Alfonso Padilla, además de ser homenajeado por este Primer Encuentro Nacional, recibió la Moneda Conmemorativa de los XX años de Trayectoria del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado (CIDVI), de manos de su director por Luis Paz Esquivel. Dicho reconocimiento se otorgó, del mismo modo, a «Campo Lindo». 

Llegó la última jornada y el Centro Cultural Café Barquito, de la AHS, acogió la exposición de artes visuales «Diseño de un Pie Forzado», por el artista visual asociado Luis Enrique Milán Boza. El conversatorio permitió visibilizar el trabajo entre distintas secciones de la filial, uno de los retos de estos tiempos, que mucho tiene que ver con la creación colectiva.   

Otro momento de intercambio de conocimientos y experiencias fue la Conferencia sobre Acompañamiento Musical de Punto Cubano, por Yeinier Delgado y Jorge Félix López. A la actividad formativa e informativa, siguió la presentación del documental «Oralitura Habana FENÓMENO DEL uniVERSO» por los Alex Díaz Hernández y Leidys Hernández Lima. 

Los equipos Décima y Cuerda ocuparon el estadio de béisbol José Ramón Cepero, en la tarde dominical, para probar en el terreno la rivalidad y confraternizar más. Ganó el equipo Cuerda, en un marcador reñido, pero nada discreto: 19×18. O sea, en la décima tuvieron talla, pero en el deporte no tanto.

Así llegó el final, por este año, de una excelente propuesta que puso un pie en lo tradicional y otro en lo contemporáneo. El bulevar avileño se preparó para enfrentar a Gualberto Domínguez con Yusbiel León, y a Rainer Nodal con Yeinier Delgado; para las rondas de pies forzados y tonadas, la entrega a Gualberto de la Moneda Conmemorativa del CIDVI; recibir a «Cuerdas y Voces del Llano» con Zahily y en la contralectura de Alejandro González.

Mezclar la música tradicional con la danza fusión, tanto como la integración entre secciones y la participación de jóvenes que quieren ingresar a la AHS, es otro de los elementos a destacar. Invitada de lujo a la gala de clausura fue la guitarrista concertista, Elvira Skourtis Vives, quien preside la sección de Música en la filial de la UNEAC en Las Tunas.

Escoger el tema «Improvisador», interpretado para la ocasión por Reiber Nodal y Amanda Beatriz Ortega Rodríguez, resumió estos tres días de metáforas, símiles y personificaciones, todo reflejado en la mente de los artistas para expresarse mediante el arte de la improvisación. 

Devino todo una experiencia poética y musical necesaria. Primó, como en las décimas cantadas, lo aprendido. Hubo muy poco espacio para improvisar dentro de un programa cronometrado y exquisito en defensores de la décima, el punto, el canto… Fue la primera gran tonada, la voz acompañada por muchas personas y el verso sentido y con sentido, abierto a cualquier generación; ese verso que propició el intercambio de emociones, conocimientos y valores entre depositarios, practicantes y admiradores.

Numerosas instituciones culturales y personalidades de la música, públicos en general, pusieron el foco en el evento, el cual, visto desde su anchura de práctica cultural, es otro significativo paso desde esta central provincia para la preservación y transmisión de nuestras tradiciones, con el inmenso reto de convertirse en un acontecimiento anual, estable y continuado, de interacción y complementación. No perder la «afinación» del encuentro dependerá de que otras tantas cuerdas se mantengan pulsadas, con armonía y ritmo.


Con la Décima cuerda al brazo

¿Qué cosa es el repentismo?

¿Acaso no sabes bien?

Si es ese tu caso ven,

tienes que verlo tú mismo:

Tradición y modernismo

en una misma batalla.

En “Décima cuerda” estalla

el arte.  ¿Qué te parece?

No faltes a la Ahs.

Rainer Nodal

Cada vez que llego a la Casa del Joven Creador en Ciego de Ávila sé que estoy en el momento y lugar adecuados. Sea para una reunión, encuentro entre amigos, o una actividad determinada. Pero cuando se juntan deber y placer en una peña campesina, me siento mucho más afortunado.

La AHS siempre ha apostado por la renovación de la tradición. Y como tal, defiende nuestros valores y la cultura que somos. Así se plantea, año tras año, hacer actividades donde lo heredado por nuestros mayores se destaque por su impronta y por necesario.

Por eso, en la peña Décima cuerda, de puro repentismo con los anfitriones Rainer Nodal y Yeinier Delgado, ambos con doble membresía en la AHS y Uneac, fue especialmente mágica para mí.

Primero, mi aversión por la música campesina es solo comparable con lo que siento por el reguetón. Segundo, Rainer y Yeinier son dos tipos con un carisma increíble y un talento que motiva a ser amistoso. Tercero, cuando la AHS invita, es un deber acudir a su encuentro.

La peña empezó unos minutos antes de la hora prevista. Quiere decir, que cuando llegué, unos minutos antes de las 10 de la noche, ya estaban tocando y haciendo de las suyas en proscenio. Pero no me perdí nada, prácticamente, porque, como que era “haciendo tiempo” en lo que llegaba Yeinier.

Con todo y eso se puso de manifiesto algo que me parece genial, pero que tiene sus dos caras. Lo contemporáneo marca el ritmo a lo que la tradición ya entonaba. ¿Tanta modernidad podría desviar el normal curso, el color o sabor de una peña campesina que se vende como tal? A mí me suena que sí. Pero no es un delito ni una desviación cultural.

Lo veo como un envoltorio donde se guarda la esencia. Lo novedoso nos presenta, y a la vez resguarda, lo que ya es histórico. Y si se hace con respeto, cariño y pleitesía, pues ganamos todos.

Nadie asiste engañado ni se siente como tal una vez que la peña arranca. Son jóvenes de menos de 30 años. Son casi niños jugando su papel en la cultura y haciéndoles a todos, el mejor regalo: la décima.

Que haya baches en el espectáculo debido a imperfecciones técnicas, es algo entendible y hasta normal. Mas se consigue que todo parezca parte de la misma concepción escénica.

Aunque pareciera que Rainer es el conductor de la peña, por momentos no queda claro que es así, porque los momentos culturales van sucediendo como sacados de una improvisación que no es tal.

Hay un guion bastante bien pensado. Mas no una persona determinada en proscenio que lleve la voz cantante.

Así se consigue la más efectiva conexión con el público joven y esto es, a mi entender, algo más que loable. Tener un patio lleno de jóvenes que ríen, tararean, aplauden y hasta ovacionan el arte de la tierra y tradición, es decididamente genial. Por ese solo detalle ya la peña tiene todo mi cariño y respeto.

Muy bien el momento en que Rainer nos declama una décima que es la llamada que le hace a alguien que está “afuera”. Bien por el contenido que no deja de reflejar nuestra realidad y sacar chistes de lo que es desgracia, hasta ofrecernos algún tipo de consuelo o de esperanza.

Queda bien en claro la capacidad histriónica que posee este multilaureado repentista y que bien podría seguir explotando, pero a otro nivel. La cosa está en que se lo proponga en serio.

Todo conjuga de una manera especial en este show cultural. Hay canciones pop, décimas, improvisaciones, poesía, teatralidad, entrega de reconocimientos. Hay gusto por el buen arte y la canción de la tierra. Hay color de vida. Hay AHS y con letras bien grandes.

Hay Cuba en cada rincón, en cada cuerpo.

Del proyecto Décima Cuerda también se presentan otros que vienen a ser como sus ramificaciones. Es el caso de Somos armonía, que desde la guitarra de Danieves, pero también de Amanda Beatriz Ortega, y sus voces cristalinas, nos llegan canciones pop y con sabor cubano. Pero que cada interpretación está permeada por una o dos décimas en el intermedio, improvisadas por las mismas integrantes y sueltas a modo de abrazo cultural. Las llamadas “contralecturas”.

Válida, también, la invitación al joven poeta Leo Buquet a que declame sus décimas en este espacio, como eco de lo logrado en la más reciente edición de la Cruzada cultural Siguiendo la Trocha y de la que todos formaron parte indisoluble.

Es la última peña del 2022 que ya está viviendo sus últimas semanas. La AHS avileña se va a despedir de estos 365 días como mismo los inició, con arte del bueno, vanguardia pura, motivada y revolucionaria.


Décima Cuerda o el arte de la improvisación

Cuando Rainer Nodal y Yeinier Delgado se propusieron crear un espacio atractivo y diferente, en el que el verso improvisado fuese carta de presentación, ya habían recorrido camino suficiente en los géneros de la música campesina como para augurarle un éxito rotundo a su empeño.

Siete meses después, Décima Cuerda ha superado las expectativas. Es una cofradía de amigos y un proyecto pleno, que marca un ritmo cadencioso y sutil para sumar público y deconstruir estereotipos, sobre todo, ese que señala al repentismo como un fenómeno social exclusivo de las áreas rurales y de los más viejos.

Por lógica, el primer reto de los muchachos fue demostrar que existen maneras novedosas de hacer y que hay un movimiento de jóvenes a lo largo y ancho del país removiendo los cimientos de lo que hemos asumido como tradicional y, por tanto, menos popular.

De hecho, ya le hemos seguido la pista al “neorrepentismo”, a las cibercompetencias y al certamen Oralitura Habana, que ha tratado de mezclar estilos e innovar sobre el concepto del punto cubano para ensanchar su espectro de posibilidades creativas. Sin embargo, cómo se mueven las iniciativas en el resto de las provincias del país es un camino zigzagueante, que no siempre ha encontrado la luz.

Fue Rainer quien llegó, hace alrededor de tres años, a las filas de la Asociación Hermanos Saíz y notó el vacío. Con la incorporación reciente de Yeinier, el binomio de trabajo fraguó. El “fogueo” de uno en los más importantes certámenes de repentismo de la Isla y la experiencia del otro con el laúd y en la nómina de agrupaciones musicales del terruño fueron complementos indispensables para enrumbar la creación, convencidos de que valía la pena intentarlo. Y no se equivocaron.

Desde entonces, la Casa del Joven Creador ha sido puerto seguro para que, una vez al mes, lo tradicional y lo contemporáneo converjan con abrumadora naturalidad sobre el escenario. De paso, usan las posibilidades de la red de redes para la promoción, desempolvan la obra de insignes cultores del género, rinden homenajes a figuras cimeras, estimulan el gusto por esta manifestación artística, y derrumban los muros entre los artistas y el público.

Podría decirse que cada presentación ha superado a la anterior, que cada vez son más los espectadores embebidos por la magia de la improvisación, y que a cada décima, pie forzado, tonada o guajira le sucede el aplauso desmedido, que compensa el esfuerzo y ensancha horizontes.

No son pocas las alegrías ni menos los retos, pero que una cita cualquiera adquiera ribetes de espectáculo, sin grandes artilugios, nos da la medida de la madurez de la que goza ya Décima Cuerda.

Precisamente, fue eso lo que marcó la diferencia el pasado sábado, con un elenco de lujo, que fue desde el reconocido poeta camagüeyano Nelson Lima Chaviano, hasta otros como Michel Ruiz, Lázaro Hernández, Guillermo Blanco y Armando Alfonso Padilla, ese maestro de generaciones que no ha perdido talento ni ganas, a pesar de los años.

Entre los más jóvenes estuvieron Diana Rosa Bonilla, Amanda Beatriz Ortega, Elena Sardiñas Padilla y Alexander Santiesteban Delgado, mientras que con el escritor Leo Buquet se abrieron paso las “contralecturas”, propuesta novedosa que consiste en la lectura de décimas dentro de la interpretación de una canción.

Décima CuerdaLas “contralecturas”” son una exclusividad de Décima Cuerda

Otras noches han liderado las presentaciones el pie forzado móvil, cuando es el público quien decide en qué verso debe estar, y el sordo de cañón, una tradición muy antigua, en la que uno de los poetas contesta en la controversia sin escuchar a su contrincante.

Por más que la sabiduría popular insista en que “la improvisación no se enseña, sino que se nace con el don”, hay una escuela de repentismo que sienta sus bases en estos muchachos, en los talleres diseminados por el país y en la Casa de la Décima Raúl Rondón. Los resultados desafían cualquier verdad absoluta, con tal de construir la suya sobre la marcha.

Captar el talento, moldearlo desde las primeras edades e insertarlo de manera natural en la programación cultural es una apuesta a la que no renuncian y con Décima Cuerda se concretan muchas de las aspiraciones. De momento, nos alegramos porque se visibilice el arte de la improvisación.

 
 

Proyecto Casa de la Décima convoca concurso de verano

El proyecto Casa de la Décima en Camagüey convoca a la segunda edición del concurso “4 x 10 Verano” con el objetivo de estimular la creación literaria, especialmente, el cultivo de la décima escrita en esta provincia.

El aspirante concursará con una obra de tema libre, conformada por cuatro estrofas en décimas espinelas (octosílabas) Sea o no miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba o de la Asociación Hermanos Saíz, debe residir en Camagüey.

Remitirá el texto firmado por un seudónimo o lema a la dirección casadeladecimacmg@gmail.com, y otro archivo con los datos personales que incluya el título de la obra y el seudónimo. El asunto precisará: Concurso 4 x 10 Verano. Ante cualquier duda puede llamar a (+53) 59946671.

El plazo de admisión vencerá el miércoles 24 de agosto, a las 8:00 p.m. Los resultados se darán a conocer en una de las actividades previstas por el cierre de la programación de verano del Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL).

Tanto el CPLL de Camagüey como el Centro de Promoción Literaria Gertrudis Gómez de Avellaneda coauspician el certamen, dedicado al centenario del natalicio de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, y como saludo al 1er Congreso Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, anunciado para septiembre.

El jurado otorgará un Premio, Primera Mención y Mención, y el seleccionado recibirá diploma de reconocimiento, libros, publicaciones relacionadas con el género y otros estímulos, además será invitado a lecturas y dispondrá de promoción virtual.

En la primera edición ganó el lauro Yadira Troche Nerey por el texto Apostasía por un Dios-Numen en mi cintura; ella gana visibilidad en la vida social literaria, pues recientemente sumó el Premio Cucalambé en Décima Escrita 2022.

 

El esquema que deben cumplir los concursantes es el siguiente:

1-____________________

2- ____________________

3- ____________________

4- me retornan los veranos

5- ____________________

6- ____________________

7- que vino a soltar palomas

8- ____________________

9- ____________________

10- ___________________

1- ________________osa

2- ____________________

3- ______________umbre

4- ____________________

5- ____________________

6- _________________ero

7- ____________________

8- ____________________

9- ________________ana

10- ___________________

1- d___________________

2- a___________________

3- q___________________

4- e___________________

5- v___________________

6- p___________________

7- g___________________

8- l___________________

9- n___________________

10- s__________________

1- renuncia___________

2- ____________________

3- ________________dos

4- ____________________

5- ____________________

6- ________habrá______

7- ____________________

8- bajo________________

9- ___________responda

10- ___________________


AHS crece en membresía (Décimas + posts)

Con estas maravillosas décimas compuestas por nuestro especialista de Literatura Roly Ávalos -escritor, repentista y corrector-, dimos la bienvenida a los nuevos asociados a la AHS de La Habana.


Aquí se las compartimos con inmenso orgullo, anhelando que cada verso marque la ruta de la membresía de los jóvenes artistas en nuestra Asociación.

DÉCIMAS DE BIENVENIDA A LOS NUEVOS ASOCIADOS.

Asociada y asociado,
vengan a esta cofradía,
a la nueva membresía.
Más de un joven del pasado
hoy se encuentra consagrado,
más de una obra incipiente
no es raro que en el presente
ya haya madurado en cientos
de inolvidables eventos,
sea memoria en la gente.

 


Asociada y asociado,
bienvenidos a una era
mágica en La Madriguera,
un espacio diseñado
a tu medida, a tu agrado
para y por tu vocación.
Aquí la mayor misión
es apoyarte en tu vida
de artista. Esta es tu guarida,
casa de tu creación.
Pintar, escribir, grabar,
filmar, bailar, cuanto quiera
tu alma, sin coto o frontera,
ya puedes, en este hogar.


También vas a interactuar
en esta meca inclusiva
con libertad exclusiva:
sí a las vanguardistas estéticas,
sí a las licencias poéticas,
sí a la verdad creativa.
Seamos francos, directos:
no va a haber paternalismo
ni aceptamos facilismo,
no serán caminos rectos
para sacar los proyectos
con limitados recursos,
no, se medirán transcursos,
carreras, y entre otras cosas,
habrá becas numerosas
y numerosos concursos.


Son duros estos momentos,
pero incluso con pandemia
habrá divina bohemia
en los virtuales eventos.
Armemos con los talentos
un clan hiperconectado.
Mil gracias a ese jurado
que evaluó la calidad,
pues por unanimidad
hoy estás de nuestro lado.
Qué paradoja, ¿verdad?
En cuanto a lo establecido
la Asociación ha cumplido
35 años de edad.
¡35!, cantidad.


Tiempos duros y gloriosos.
Y en 35 años mozos
creando en este país
ojalá que Sergio y Luis
nos contemplen orgullosos.
Desde esta o desde otras sedes
compártannos sus urgencias,
sus quejas y sugerencias
porque el futuro es de ustedes.
Asóciense hasta por redes
–lienzo, escena, acorde, plano,
libro–, y el carné en la mano
para que canten victoria
y escriban la nueva historia
del arte joven cubano.

La Habana, 31 de marzo de 2021.


Decimalex, la hora joven del repentismo

Aquella tarde noche de 2019, más de 500 personas -casi todas jóvenes-, vitoreaban eufóricas frente al escenario. Las luces, los flashes de los celulares, el ir y venir mientras se buscaba espacio para un mejor ángulo visual; todo ese conjunto y esa energía simbolizaban a la multitud que disfrutaba las décimas, las controversias, las redondillas o las improvisaciones del más auténtico repentismo nacional.

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«Soy un arquitecto de mi propio infierno o paraíso»

Rolando (Roly) Ávalos Díaz recibió la herencia familiar, el don del arte, y lo transformó en su propia materia de expresión, en su tuétano creativo. La ciudad de su poesía forma ya parte del amnios que le regala nuevas preguntas al mundo. Y son esas preguntas (y sus respuestas) las que hoy el poeta nos ofrece.

Hablemos primero de la tradición poética que es parte de tu ADN, que constituye una particular herencia simbólica. ¿Hasta qué punto sientes que tu necesidad de entender la poesía parte de este legado?

Crédito Rodrigo Valero González/ cortesía del entrevistado

En efecto, existe una tradición poética en la familia, el arte del repentismo, que viene de mi abuelo materno fallecido, Jesús Díaz Martínez; primero, la heredaron algunos de sus hijos (mis tíos y mi madre), y después la hemos practicado varios primos. Esta vertiente de la oralidad, más que una tradición poética, la veo como un ritual entrañable y ocurre cuando coincidimos todos o casi todos en reuniones familiares, como los cumpleaños.

Desde niño escucho décimas, desde adolescente las improviso. También a partir de los 11 años, aproximadamente, empecé a escribir, y entonces me pareció natural ser como Alexis Díaz-Pimienta (uno de mis tíos por parte de madre), escribir e improvisar, y llevar esas dos carreras al unísono. En muchas ocasiones, por la admiración que le tengo, me he sentido influido por la obra de mi tío, me he descubierto tics en mis procederes que homenajean pasajes de su obra, maneras de construir semejantes, y luego he advertido el peligro. Ha sido una relación muy cercana también, de familiaridad, de trabajo, de lector, de espectador.

He debido desligarme a propósito para crecer, para hallar mi camino, y en ello ando todavía. Pero creo que uno al final le pone su voz y su sello; con sus propias lecturas se va perfilando y adquiere una personalidad, construye otro itinerario poético, aun cuando no se lo proponga, y aunque se haya heredado de alguna manera una determinada tradición gracias a parentescos familiares.

En algunos de tus libros, la anatomía de la ciudad es un tema recurrente que distingue y define al sujeto poético. ¿Este mapeo lo entiendes como una geografía espiritual de la ciudad que el poeta refleja, o que al menos intenta reflejar en su trabajo?

Crédito Estudio fotográfico Cuba Alternativa/ cortesía del entrevistado

Sí, me atrae reflejar el accidente de nacer en una ciudad, de criarse en un barrio y no en otro, la gitanería de las mudanzas por municipios periféricos, la mitología de la urbe y cómo esta produce metáforas, cómo genera lenguajes, cómo acoge con hospitalidad o desampara al emigrante o al habitante, dejándolo en brazos de la orfandad más terrible, quiénes fueron sus personajes históricos, quiénes sus celebridades. Como dijera un personaje de Celebrity, la película de Woody Allen, y cito de memoria: “A una ciudad se le conoce por sus celebridades”.

Me interesa el modo en que nombramos una piedra inanimada que nos ve crecer, enamorarnos y morir mientras continúa viva, bajo la lluvia de la erosión de los siglos; el afecto particular que le tenemos a un árbol, a una esquina, a un monumento, al segundo piso de un edificio en un reparto llamado El Roble, en Guanabacoa, al banco roto de un parque, a los baches de la cuadra de una barriada marginal o a los ruidos nocturnos de una bronca.

¿Qué es el hábitat urbano, cuánto condiciona o define en quienes la padecemos y vivimos, qué significa, quiénes son mis coterráneos, mis vecinos, en qué consisten sus vidas, sus sueños, sus realidades? Igualmente son bienvenidos los arquetipos, estereotipos o ciencias sociales, así como los vocablos identidad, idiosincrasia, y cada elemento que me sirva para dar con los contornos del mapa de esa geografía espiritual.

¿De qué manera congenias el ejercicio más mediato del repentismo y la improvisación con el hecho de concebir la dramaturgia particular de un libro de poesía?

Son hogares a los que uno entra por puertas distintas. Cuando improviso no hago literatura escrita, y cuando escribo un libro de poesía no me apuro en acabar una décima, ni tengo delante un público esperando, ni un laúd y una guitarra secundando mi proceso creativo y presionándome para que en pocos segundos responda a mi adversario repentista. Incluso, cuando escribo, no solo escribo décimas, sino sonetos o poemas en verso libre.

tomada del perfil de facebook de roly Ávalos díaz

Son procesos diferentes que responden a circunstancias creativas específicas, pero tampoco es que sean demasiado opuestos. Por ejemplo, la narrativa, la poesía, y aun la dramaturgia pura, dotan a la mente del improvisador de códigos y elementos que enriquecen su vocabulario, su alcance, su imaginario, su proyección; y al escritor, ante el Word o ante el papel, le ofrece cierto ritmo de hallazgos para dar con las palabras exactas y construir, a modo de guion, la escaleta de su libro y el campo semántico de su poemario. Son ejercicios que no se repelen, te aseguro que se alimentan, aunque se busquen otros resultados y sea otro el receptor.

En el proceso creativo, ¿a qué paso le confieres mayor importancia?

Les doy importancia a todos los pasos, me parece. Soy feliz cuando consigo respetarlos, cuando la fase de corrección no interrumpe al germen, al balbuceo de las ideas iniciales ni al brote de las primeras oraciones. Pienso que tampoco es recomendable detener abruptamente la investigación porque nos morimos de ansiedad por escribir el capítulo de una novela. Casa paso posee un encanto y nos prepara para el siguiente.

Desde luego que cada cual tiene su propia metodología y todos los libros no se escriben del mismo modo ni en un periodo más o menos comprobable; a veces se abandonan proyectos durante meses o años, parece que van a morir y sin embargo resurgen con más bríos, o resulta que sí, que somos más maduros y así lo mostramos a la hora de abordarlos, tenemos una mayor perspectiva. Aunque, ojo, esto también puede funcionar como autoengaño o pretexto para la procrastinación o miedo a enfrentar el momento decisivo de concretar la obra.  

tomada del perfil de facebook de roly Ávalos díaz

¿Entiendes la poesía como un acto divino o mundano, o una mezcla de ambos registros?

Como es arriba, es abajo. Lo divino está conectado con lo mundano, son el anverso y el reverso, la cara y la cruz de una misma moneda que lanzamos al aire. Aunque estamos hechos más de mundo que de divinidad y lo que escribimos tiene la última palabra. Me parece que los autores, salvo los políticos o los religiosos, no estamos para dar lecciones de moralidad o de civilidad, no en primera instancia, sino para plasmar inquietudes más humanas y veraces.

¿El poeta tiene un papel definido en el mundo, más allá de la esfera del arte?

Si tiene algún papel o algún compromiso social, si algo nos define, es el propio acto creativo, es el de hacer lo más poéticamente posible nuestro trabajo, para lo cual no nos alcanzará la vida entera. Llevar y traer palabras, metáforas, sinestesias, símiles… y el solo hecho de hacernos querer y entender gracias a lo que enunciamos o callamos, puede ser una carga terrible o un argumento tan legítimo que se debe valorar en su justa medida, y no debe ser puesto en las manos de cualquiera.

Puede pensarse que el trabajo de un poeta consiste en sacudir, como un relámpago, las conciencias de sus lectores, más allá de la transmisión lírica/empática de sentimientos, reflexiones y emociones. Esa es una posible forma de entenderlo. Pero otra puede ser la de emplear con sabiduría y responsabilidad el poder de las palabras. Un poeta nombra y le regala nuevas preguntas al mundo. Estamos hechos de preguntas. El arte de gozar estéticamente, tratando de responderlas, es uno de los juegos más serios que existen.

tomada del perfil de facebook de roly Ávalos díaz

¿Cómo manejas el mundo de la autorreferencialidad a la hora de escribir? ¿Es la poesía, por necesidad, un ejercicio de autorreferencia?

Antes, muy en los inicios, creía que a la hora de escribir, si utilizaba escenas de mi propia vida estaba siendo, sin duda, autorreferencial; pero luego he comprendido que desde el mismo momento en que uno escribe, sea narrando o poetizando, ya es otro, un personaje o un sujeto lírico… aunque hable de su propia biografía, que de algún modo casi siempre está.

En mis libros la autorreferencia, cuando la hay, es un añadido, un recurso, uno de sus colores, una de mis herramientas creativas. En mi primer libro, Mundo pañuelo, la mayoría de los poemas aluden a experiencias o visiones propias acerca de la existencia, no hay pretendidos enmascaramientos o la gestación de heterónimos; da la impresión, tras una lectura rápida, y parafraseando a Ortega y Gasset, de que soy yo mismo hablando de mí mismo y de mis circunstancias aunque, claro, esto puede leerse como una verdad o una mentira a medias. En mi segundo libro, Boca de lobo, en parte también, pero no siempre.

Por tanto, no creo que la poesía sea necesariamente un ejercicio autorreferencial, entre otras cosas porque mirar a los ojos a un sujeto lírico es dar con un espejismo, o con un juego de espejos que se repite hasta el infinito. Además, no sé quién soy cuando escribo (muchas veces quienes pregonan autoconocimiento promueven su arrogancia), escribo para descubrirme. Y no solo porque pongo pensamientos por escrito, sino incluso para averiguar cuánto me desconozco o qué podría estar pensando, o cuántas personas soy.  

¿Crees que los propios escritores tienen un conocimiento verdadero de la literatura que se gesta más allá del contexto regional limitado en el que viven? ¿Cómo romper esos moldes preconcebidos? ¿Cómo hacer que la literatura cubana eclosione y rompa finalmente el cascarón de su zona de confort?

cortesía del autor

En general creo que es algo superficial el conocimiento que tenemos los propios escritores acerca de otras literaturas allende los mares, y las razones pueden ser varias, aunque se ha ido reduciendo poco a poco la falta de acceso o contacto —al menos electrónicamente— con libros y autores que se han editado o reeditado poco o nunca por acá, por ejemplo.

Existen maravillosas bibliotecas virtuales que se abastecen gracias a las donaciones que hacen los usuarios con títulos digitalizados que antes compraron en formatos Word, Epub o PDF, y deciden compartirlo. También hay títulos de autores cubanos, por cierto. Tarde o temprano, de alguna manera, siempre nos encontramos con lo que más vale y brilla universalmente en materia de arte y literatura, ya sea a través de publicaciones nacionales (revistas, tabloides, suplementos en periódicos, blogs, etc.) que nos enteran (también es su deber) sobre cuán ancho y ajeno es el mundo de las letras fuera de Cuba; igual mediante el catálogo de Arte y Literatura, que con cierta regularidad reimprime clásicos; o directamente a través de enlaces en las redes sociales, las verdaderas ladronas del show en lo que va de siglo XXI.

¿Cómo romper estos moldes y dejar de, solamente, leernos los unos a los otros con riesgos de acabar en la endogamia creativa? Supongo que estando atentos a la lectura o relectura de obras maestras que han vencido al tiempo, en vez de fijar la atención solo en la mesa de novedades. No conozco reglas únicas ni los criterios que manejan o el verdadero poder que tienen quienes dirigen las políticas editoriales y deciden qué se distribuye y se vende o no. Por otro lado, cada cual arma su propia brújula lectora y su canon individual. Opino que deben potenciarse más los intercambios en eventos internacionales.

Eres uno de los uno de los directores del grupo poético-teatral-musical RolleX, ¿cómo entender el acto performativo cuando se tiene a la comunicación de la poesía como el primer escaño de sentido?

Cuando el acto poético se enfrenta al espectador, ¿qué resortes se disparan en ti?

cortesía del autor

Ya hace más de dos años que existe RolleX. Alex Díaz Jr., mi primo, y yo, lo dirigimos y todo el tiempo expandimos, a través de los medios a nuestro alcance (espectáculos, talleres, redes sociales, etc.) el concepto de neorrepentismo, un término que acuñara hace años Alexis Díaz-Pimienta en ese ensayo investigativo para eternas consultas que es Teoría de la improvisación poética.

En este libro se definen las proyecciones de una nueva generación de improvisadores formados gracias los Talleres Especializados de Repentismo en todo el país a partir de la década del 2000 y que, por otra parte, aparecen en su total dimensión gracias a puestas en escena que, ya de por sí, engloban las otras manifestaciones artísticas; el repentismo en medio de un diálogo interdisciplinario. Debo decirte que un espectador amante de la poesía, cuando tiene la oportunidad de disfrutar de cerca un arte tan antiquísimo de la oralidad como es la improvisación poética, devuelve enseguida, con sus reacciones a flor de piel, con sus gestos, con su risa, en los casos favorables, una adrenalina muy agradecida, muy generosa, que los escritores —después del acto solitario de la escritura— desconocemos de una manera tan tangible.

Hay más gente que ama la poesía de la que suponemos. Por supuesto, habrá algunos que disfruten más la llamada poesía culta y otros la llamada poesía popular, ambas expresiones legítimas de la cultura. Si a nuestros espectáculos, con fines poéticos que oscilan de un lado a otro, les agregamos dosis de acompañamiento musical (con músicos, instrumentación y géneros variopintos), dosis de teatro y algo de performance, además de la proyección de un corto audiovisual en torno al desarrollo de una acción poética, entonces el favor del público es mayor, la buena vibra y la energía que recibimos de vuelta superan las expectativas.

Pocos momentos, por no decir ninguno, son tan gratos (tan gratos y tan arriesgados) para un hacedor de versos, para un repentista, en suma, que ese acto creativo de protagonizar un espectáculo cuya trama suceda en versos, tanto desde la declamación (que es lo típico) como desde la improvisación.

Tu libro Mundo pañuelo fue publicado en 2016 por el sello español Guantanamera, y en 2018 fue traducido al idioma inglés bajo el título Small World. ¿Cómo ha resultado la experiencia de apreciar tu poesía en una lengua para la cual no fue originalmente concebida? ¿Sientes que la poesía trasciende la experiencia limitada de un idioma?

Lo he recibido con alegría y extrañeza, consciente de que definitivamente la poesía es políglota y al mismo tiempo tiene muchas capas intraducibles, o que habría que traducir en bloque y no literalmente. Se precisa un rigor, una sensibilidad y un conocimiento de la lengua que merece muchísimo respeto. Los lectores que desconocemos otros idiomas y queremos leer a Flaubert, Dostoievski, Brecht o Cesare Pavese, los amantes de esas grandes cimas de la literatura, dependemos de los grandes traductores del francés, del ruso, del alemán o del italiano.

Small world, según me han explicado algunos conocedores del inglés, no significa precisamente “mundo pañuelo”, ni siquiera como una interpretación de la idea global del poemario. Es una aproximación y, diría, una traducción quizás más en serie que en serio. De cualquier modo lo agradezco y me siento honrado de haber visto, antes de lo que suponía, mi primer libro traducido, ¡vaya honor!, ¿no?, con unas luces y sombras todavía intraducibles para mí.  

tomada del perfil de facebook de roly Ávalos díaz

¿Cómo construyes, desde lo emocional, lo espiritual y lo racional, tu propio ejercicio creativo?

De tantas maneras, querida Elaine. Trabajo mucho con la nostalgia, los sueños, las pesadillas, los recuerdos que obsesionan y atormentan, inmediatos o lejanos, las supersticiones, los miedos, los símbolos, secuencias cinematográficas y bandas sonoras, la violencia del paso del tiempo, los textos y las vidas de los otros. Trabajo con el dolor, los destellos y los espejismos. Así, con esa masa informe y aparentemente intangible, construyo mis universos, soy un dios por un rato cada día, arquitecto de mi propio infierno o paraíso. Emocional y espiritualmente me involucro y, sobre todo, incubo, bendita fiebre, la materia incognoscible con la que me conecto de forma subterránea, así escriba sobre mi vecina de enfrente o en torno a cualquier asunto trivial o vida ajena íntima.

Me apoyo de la buena o la mala memoria, esa que modifica las reminiscencias. El subconsciente es un pozo bastante hondo. Suelo anotar ideas, pasajes descriptivos, frases u oraciones que escucho o me llaman la atención y alimentan la obra que ande pariendo. Los canales de inspiración me atacan por la espalda, se me insinúan de sinuosas maneras o se me desnudan nítidamente. Después tengo que sentarme a trabajar con ello, sudar esa orfebrería y conseguir un arte final publicable.