cÃrculo de tiza
La integración cultural, premisa de la AHS villaclareña en este aniversario
Con motivo de su 34 cumpleaños, la Asociación Hermanos SaÃz en Villa Clara acogió a sus nuevos integrantes y despidió con especial afecto a quienes arriban a los 36 años de edad, durante una velada homenaje que tuvo lugar en el Centro Cultural “El Bosqueâ€, de la ciudad santaclareña.
Arte joven y ruralidad cubana en una sola espiritualidad (+ GalerÃa de fotos)
–¡Vámonos ya, muchachos!– dice el chofer y arranca la Girón que este domingo de agosto amaneció muy temprano frente a la Casa del Joven Creador de Santa Clara.
Minutos después, alguien les ruega a los literatos que, por favor, aborden el ómnibus destino a Cifuentes, de una buena vez. Con los fumadores la orden es precisa: ¡arriba, suelten los cigarros y súbanse los nasobucos!Â
–¿Y los rockeros?– pregunta también el chofer
–Aquà –se escucha a mis espaldas– Más pá’ lante recogemos al otro, te aviso–dice el guitarrista de CÃrculo de Tiza.
–Falta el Tanque –explica una joven y se cuelga de la puerta– Por allá viene–dice haciendo señas al aire con sus brazos.
Mi teléfono vibra reflejando el nombre de un amigo que está en la guagua, pero que evidentemente no me ha visto
– Dori, ya vamos a salir, ¿dónde estás metÒa?
–Aquà estoy sentada–. Y saludo a mis amigos narradores con la mano en alto, como quien da la lista.
Ya desde el fondo de la guagua, se escuchan las bromas y las risas del selecto grupo, cuando…
–¡Tanque, al fin, mijo! –reprocha alguien.
–Mira, con ese pelo cuadra’o. ¡Chofe, despega que el viaje es largo! –reclama impaciente.
El chofer arranca otra vez la guagua Girón que, en efecto, despega con una tripulación de lujo hacia las lejanas tierras de la periferia villaclareña. Suman una veintena de jóvenes artistas, desafiando en buena lid una pandemia para contagiar de arte joven el verano cuasisombrÃo a que nos condena este año la covid-19, y que era mucho menos prometedor para quienes viven a unos 30 o 40 kilómetros de la cabecera provincial villaclareña.
La vanguardia que se siente montuna
El Proyecto Monte Soy buscaba desde un principio diluirse en la realidad cotidiana de esos, los protagonistas de la ruralidad cubana. Comenta Lisandra Vega Ocaña, productora de la AHS en Villa Clara, mientras damos ruedas dejando atrás la vida citadina. “Lo que propusimos fue pernoctar en estos pueblos, convivir con las personas y hacer muchas más presentaciones en diferentes escenarios.â€
Argumenta la joven que esto no fue posible por problemas de logÃstica y por las condiciones sanitarias actuales, pero ninguna de estas limitantes impidieron que se llevara a cabo. En un principio se realizaron coordinaciones para poder actuar en lugares abiertos, sin que esto se convirtiera en motivo de aglomeración pública, y en su segunda edición pudieron actuar en Casas de Cultura y CÃrculos Sociales, cumpliendo con todas las medidas de aislamiento establecidas para ese momento.
Con respecto a los requisitos para la transportación de pasajeros, se conformaron brigadas de hasta 25 jóvenes, en las que estuvieran representadas las diferentes manifestaciones del arte.
“En esta brigada tenemos talento de las artes visuales, la literatura, la música y el teatroâ€, explica la productora. “Además, se espera que los proyectos artìsticos vayan rotando en las siguientes ediciones de Monte Soyâ€, sostiene el presidente de los asociados, Yatsel RodrÃguez, quien explica también que cualquiera que sea el paquete de propuestas que se conforme siempre estará pensado en favor de llegar a los pueblos más periféricos de la provincia.
EspecÃficamente, aquella jornada de fin de semana la vanguardia artÃstica villaclareña tenÃa como destino los Consejos Populares Mariana Grajales y Mata, asà como la comunidad Wilfredo Pagé; del municipio Cifuentes en la central provincia. “Antes visitaron en el municipio de Remedios y sus localidades Viña, Buena Vista y General Carrilloâ€, explicó el presidente de la AHS, Yatsel RodrÃguez.
En una Diana fue escogida lejos del azar, sino por las condiciones sociales y la demografÃa que circunscribe y determina a sus habitantes: “Son lugares complejos, por el mapa sociopolÃtico que tenemso acáâ€; explica ya en tierra cifuentense Lisandra Tristá Contreras, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas en ese territorio.
“En el caso de Mata asistimos a una comunidad que tuvo serias afectaciones por la pandemia, devenido en largos perÃodos de confinamientoâ€, agrega la funcionaria integral de la UJC en Cifuentes, Yunisley DÃaz Sánchez mientras Teatro Drippy prepara el escenario para la presentación de “El flautista†en la sala de la Casa de Cultura de esa demarcación.
Ambas muchachas coinciden en que, para los niños, adolescentes y jóvenes de este lugar intrincado, tiene un significado especial tener al alcance de sus manos y de sus sueños, el talento de los integrantes de la Asociación Hermanos SaÃz, pero, además, “aporta un grupo de conocimientos culturales muy importantes para el público en general.â€
Un espectáculo especial para un público agradecido
En efecto, Drippy abre el espectáculo con una puesta sencilla y minimalista. Convida a los niños a cuidar del medio ambiente y a la higienización de la ciudad en que viven. Esta versión, de la original “El flatutista de HamelÃn†corre a cargo de su director artÃstico José Brito Cordero, quien explica que la obra en general fue pensada a propósito de los tiempos que corren, pero sobre todo con un diseño escenográfico que permite llevarla puertas afuera de la sede habitual de Drippy.
Para la ocasión, ellos apuestan por la sencillez, que para nada es sinónimo de simplicidad. Mas bien “El flautista†es una entrega de ingenio creativo. El trabajo con tÃteres, la música original, el histrionismo y dominio de la escena por parte de los actores devienen en una puesta didáctica y oportuna.
Esa mañana la música y la poesÃa también llegaron a los niños de Mata y sus familiares por medio de Teatro la Rosa. Al finalizar su presentación, el actor Dorian DÃaz de Villegas explicó emocionado:
“Canto para ellos temas de Teresita Fernández fudamentalmente, porque considero que los jóvenes y los santaclareños, sobre todo, tenemos una responsabilidad con ese legado, además de la responsabilidad que como generación tenemos con el arte a modo general; de demostrar que muchos jóvenes están identificados con su momento histórico.â€
Después de los trabalenguas y adivinanzas que entrelazaban las inolvidables canciones de Teresita Fernández, nos encontramos posando para fotógrafos emergentes y sus cámaras de cartón. El juego consistÃa en leer para ellos fragmentos de canciones de Silvio RodrÃguez o versos de la Loynaz es escritos al dorso, en tanto ellos y ellas guiñaban un ojo, apuntaban a nuestro rostro y sacaban su instantánea de “mentiritasâ€.
Es esta una iniciativa del Proyecto Callejas, que confecciona libros y tarjetas artesanales para regalar. Andrés Alejandro Castellanos DÃaz, fotógrafo y jefe de la sección de Artes Plásticas de la organización en esta provincia central argumenta que Callejas es un Proyecto Cultural Editorial que reside en Trinidad, Sancti SpÃritus. Sus integrantes manufacturan diversos formatos en los que puedan ser contenidos las artes, pero con propósito muy marcado en la poesÃa. “Para Monte Soy diseñamos una estructura en cartón con un visor y añadimos textos.â€Â
Amanda y Yanis, casi unas adolescentes, fueron las primeras en sumarse a esta iniciativa, porque según ellas mismas comentaron, les encantan las selfies y los retratos.
Toda persona tiene un niño interior que quiere el amor de los demás, por eso siempre es un placer innombrable trabajar para ellos. Porque saben querer, agrega Alicia Santos Canalda, a cargo de la Especialidad de Teatro en La Casa de Cultura Provincial Juan Marinello. SonrÃe satisfecha de haber aportado un rato de juegos, intercambio de sapiencias y didactismo a la primera mitad de nuestra jornada.
“Es un gusto traer nuestros proyectos artÃsticos hasta los sitios que habitualmente no puede llegar la AHS; sobre todo porque se trata de un público especial, muy sano, que no solo se apropia de nuestros mensajes desde su ruralidad; sino que además agradece mucho nuestra presenciaâ€, afirma Dorian, ya montados en la guagua, dando rueda hacia Pagé.
Elevar el alma hasta las montañas
Antes de Wilfredo Pagé, llegamos al pueblo Mariana Grajales, en donde es fácil adivinar la otrora huella del bagazo en las paredes y la nostalgia de las personas por la melaza. En fin, una realidad socioeconómica deteriorada por la reconversión de aquella, su central azucarera.
El literato de 21 años Reinier Pérez Pérez ofreció sus impresiones para el Portal del Arte Joven Cubano acerca de la experiencia que ha vivido durante el fin de semana monte adentro. “Este tipo de actividades tiene un gran valor simbólico y cultural porque permite acercar la producción cultural de los jóvenes villaclareños a regiones del paÃs que por estar alejadas de la capital provincial se dificulta el acceso a la gran cultura.â€
Al menos fue evidente el empeño durante la intervención de que fue objeto el CÃrculo Social de Pagé. A ese espacio abierto al que acudió un público ordenado, pero muy diverso. Asà que la Brigada Monte Soy realizó un espectáculo completo, que abrió nuevamente Drippy, seguido de más propuestas para infantes y adolescentes. Declamaron sus poemas hondos y compartieron textos picarescos los poetas y los narradores.
Desborde de creatividad también hicieron los raperos con sus improvisaciones, asà como los cantautores de CÃrculo de Tiza, que paradójicamente regalaron temas de música country a la ruralidad cubana. Pero… ¿qué debe tener en mente un joven artista cuando decide llevar su arte a contextos como este, tan alejados del centro cultural que suponen las capitales de provincia?
Para Reinier Pérez la respuesta es inmediata. “Siempre el escritor es un ser social y lo primero que tiene que tener en cuenta es que escribe para la sociedad, no puede predisponer su obra un público determinado, sino ser digno de la página. Es complejo traer hasta aquà formatos del arte como es la poesÃa que durante mucho tiempo ha estado alejada de lo comercial.â€
“Cada vez más los grupos de teatro incorporan a su repertorio obras con una escenografÃa ajustable a diferentes espacios y contextos, sin complicaciones técnicas o conceptuales, para llegar hasta las comunidades rurales y pueblos apartados que además tienen una espiritualidad y una forma diferente de dialogar con el arteâ€, sostiene el guionista y actor de Drippy, José Brito.
Abdel Abib González de Hondoso, rapero conocido en la ciudad como El Tanque, considera que este tipo de intervención cultural debe intencionarse más a menudo, puesto que permite un mayor alcance a la música inteligente, comprometida, de contenido social, “y les dejamos la duda de que existe otra música diferente de la que ellos están acostumbrados a escuchar.â€
AsÃ, Andrés Castellanos DÃaz, fotógrafo del Proyecto Callejas, afirma que durante la concepción de los sueltos para esta actividad decidieron incorporar todo tipo de textos poéticos que no fueran poemas para niños expresamente, sino que “decidimos publicar poesÃa, sin ningún tipo de condescendencia para con ese público, porque ellos pueden hacer sus lecturas sobre cualquier tema correctamente tratado y argumentado. Se seleccionaron diez poemas de autores distintos y se hicieron cinco cámaras con fragmentos de cada uno.â€
También, Elieter Navarro Hidalgo, actriz de Drippy, encuentra gratificante la experiencia de “traer a las personas algo diferente a su cotidianeidad.â€
“Abren su mente y dejan volar su imaginación de un manera menos habitual en los niños de la ciudad, es una inocencia otra, quizás por su modo de vida. Espiritualmente aporta mucho, me ayuda a crecer como ser humano, a ser más humilde, a volver a ser niña y creer.â€
Más allá de las poéticas y conceptos que defienden uno y otro proyecto, o los artistas individualmente; todos coinciden en que, si bien la riqueza material es dependiente de otras circunstancias, la espiritualidad y las artes son inherentes al ser humano. “El arte eleva la espiritualidad de las personas –afirma la especialista de teatro Alicia Santos– llevándolas a un nivel por encima de carencias económicas u otras diferencias objetivas, lo que nos permite reconocernos como iguales.Â
“Y de cierta manera es un acercamiento más bien para estimular a ese público, para que se acerquen al arte y lo tomen como un sentido de vidaâ€, afirma serio, detrás de sus hondos espejuelos un joven poeta. “En definitiva, es la gran meta de este tipo de actividades.â€
Esa suerte de contrapunteo que la riqueza espiritual una vez intencionada logra entablar con las carencias materiales. Y defendiendo esa premisa las diferentes brigadas de Monte Soy continuarán actuando para los pobladores de comunidades como Mata o Viña, reeditando estas jornadas de risas, sueños y canciones compartidas.
«Lo que nos interesa es llevar un mensaje, sin recetas» (+ video)
En el centro de Cuba, especÃficamente en la cosmopolita y siempre animada ciudad de Santa Clara, la canción de autor es asidero para novedosas sonoridades. Cada viernes en la tarde noche, el dúo CÃrculo de Tiza se da cita en la casona sede de la Asociación Hermanos SaÃz en Villa Clara para compartir con su público el gusto por la música rural de Norteamérica.
VÃctor Daniel Évora Mendoza y Yasmany López Cuella (El Baby) se conocieron en agosto de 2004 mientras planeaban el acto del primer egreso del Programa Especial de Instructores de Arte en el paÃs. Emergieron intereses profesionales y el gusto por arquetipos como Santiago Feliú, Carlos Varela y Polito Ibáñez. También por el rock and roll y el country. Â
En septiembre de 2007, poco después de graduados como instructores de arte, fundaron el dúo a guitarra y dos voces CÃrculo de Tiza, que les ha hecho crecer como músicos hasta convertirse a profesionales. Y es que VÃctor y Yasmany coinciden hasta en la fecha de nacimiento: 10 de mayo de 1985. Quizá por eso en su repertorio es difÃcil determinar la autorÃa de una y otra pieza.
—¿Componen a cuatro manos?
—VÃctor: Solo un tema, Pacto de humo, que se estrenó hace 11 años. Él tiene sus composiciones y yo tengo las mÃas — responde mientras fuma un cigarrillo. Â
“Yasmany abarca temas diversos, resaltando más lo existencial, y yo tengo una inquietud más acentuada hacia las canciones sociales. En el plano personal compuse mi primera canción a los 14 años, pero realmente comencé a sentir que surgÃa algo nuevo dentro de mà cuando llevábamos un año con el dúo, que montamos mis primeras composiciones y pude sentirme cantautorâ€.
En su repertorio en general, estos músicos recrean el panorama musical de los pueblos periféricos (o sea, del campesinado) de Estados Unidos y Canadá, sustentado en géneros como el folk country, el blues, el funk y el rock-pop, aunque según hacen constar ellos mismos; «con reminiscencias de lo que aportó para el Movimiento de la Nueva Trova en Cuba, los elementos del llamado rock nacional, en Argentina y el reggae en Jamaica».Â
Te hablo, por ejemplo, del swamp rock, este rock and roll que resalta la guitarra y la voz. Además, trabajamos el blues, el reggae de Jamaica nos llama mucho la atención y recurrimos también al funk conocido en los años 70 en Cuba como pastillaâ€, explica Yasmany y VÃctor argumenta: “Es una lÃnea que desde la canción de autor trabaja elementos de esos géneros, pero últimamente estamos centrados en explorar diversas variantes del country; por ejemplo, la balada country y el bluegrass. Actualmente vamos por el camino de la experimentación alternativa, por ejemplo, te puedes encontrar el reggae, con rock alternativo, con el country. Â
Y aunque esta se ajusta al formato de banda (bajo, guitarra, guitarra eléctrica y teclado fundamentalmente), CÃrculo de Tiza hoy dÃa está integrado solo por sus dos fundadores, VÃctor y Yasmany, quienes protagonizan junto a otros trovadores el espacio Cañasanta a la Hora de los Mameyes en la Casa del Joven Creador de la ciudad santaclareña. Allà ofrecen desde hace siete años esta lÃnea de composición rara frente a un público mayoritariamente de miembros la joven vanguardia artÃstica del paÃs.
 —Defienden esta música de habla inglesa preferiblemente, ¿pero cantan todos sus temas en español?
—SÃ, casi todos, excepto algunos cover —contestan casi a dúo y se rÃen.
Entonces presumo que no soy la primera en acotar la paradoja. “A mucha gente, sobre todo extranjeros que nos escuchan a dos cubanos sin banda y cantando country en español, creo que “no les da la lista con el billete†explica Yasmany sin dejar de reÃr. Luego se ponen serios, pues lo que hacen constituye “un retoâ€, sostiene VÃctor.
Pienso también en el hecho de cantar country en una plaza frente a otras sonoridades como la timba, la guaracha, el punto; y otro folclor, digamos, caribeño, latino, afrocubano.
—¿Han pensado en la experimentación con mezclas cubanas que les permitan acercarse más al público hispanohablante?
—Yasmany: En ese sentido, especÃficamente nosotros hemos tenido que lidiar con los cuestionamientos de cerca de por qué no componemos música cubana, y siempre explicamos que defendemos la música cubana en todas las instancias que haya que hacerlo, pero nuestra lÃnea de trabajo es otra, sin que esto constituya una camisa de fuerza para la experimentación futura con los ritmos predominantes o representativos en nuestro paÃs.
—VÃctor: En nuestras canciones hay mucho rejuego de palabras, doble sentido, frases que escuchamos en la calle. Son guiños a la cultura cubana más popular. También en la sonoridad nos hemos acercado a nuestras raÃces campesinas.
“Por ejemplo, tenemos un country bluegrass, Pieles de corderos, que es una chota, una descarga a los cornudos, ya que trata sobre prejuicios hacia los hombres que consienten el adulterio femenino; y al final incorporamos unos compases del punto cubano. Es un homenaje que quisimos hacer a nuestro folclor; pero también representan las dos orillas: lo cubano y lo extranjero desde su ruralidadâ€.
“Observamos la realidad, la gente, sus expresiones y todo eso lo incorporamos a nuestro repertorio,†explica Yasmany, con aire evocador. “Nosotros nacimos en el campo, en pequeños pueblos alejados de la ciudad cuya ruralidad está impregnada de un folclor muy hermoso tanto en el habla como en la forma sana de ver la vida. Subyace la poética del lugar de donde venimos en nuestros temas, que a veces contienen dicharachos propios del campesinado nuestroâ€. Â
—Me comentaban que no les interesa el verso fácil y que les gusta mucho abordar contenidos sociales ¿Cómo se ven dentro del movimiento de la canción polÃtica actual?
Lo que nos interesa es llevar un mensaje, sin recetasâ€, me contesta VÃctor con rapidez, y su amigo lo apoya casi sacándole las palabras: “Sencillamente planteamos un punto de vista y la gente lo digiere como mejor entienda. Y las etiquetas no nos interesan mucho. Â
“El ser humano trata de etiquetar, de engavetar o encuadernar las cosas; pero tratamos, en la medida de lo posible, de estar por encima de eso y crear sencillamenteâ€.
—Entre los temas que abordan está presente también la religiosidad…
—VÃctor: Abordamos temas reflexivos, las preguntas existenciales que se hace el ser humano, y dentro de esto la relación con Dios, como un referente; tanto si las personas creen que existe como si no.
—¿Cuáles son los desafÃos actuales de CÃrculo de Tiza?
—Yasmany: No hemos abandonado el sueño de tener una banda —responde con los ojos chispeantes—. De hecho, las grabaciones del disco que estamos haciendo ahora van acompañadas por instrumentos reales, gracias a la ayuda desinteresada de algunos amigos músicos. Â
—Por último, lo primero: ¿por qué CÃrculo de Tiza?
—VÃctor: Es una obra de teatro de Bertolt Brecht que se llama El CÃrculo de Tiza Caucasiano, inspirado en el cuento chino El cÃrculo de tiza; y a su vez da nombre a una canción de Carlos Varela. Todo esto se mezcla con la mitologÃa escandinava, que refiere aquel cÃrculo de sal que protege a las personas de buena voluntad de las malas acechanzas.
Yasmany: También tiene que ver con la lectura que nosotros le damos a esa frase. Un CÃrculo de Tiza puede ser efÃmero. Es como el cÃrculo de la vida, que también es frágil. Como mismo se puede borrar de un plumazo un trazo de tiza, se puede borrar la vida de un ser humano.
VÃctor: Y estamos empeñados en que dentro de ese cÃrculo solo entren los buenos seres humanos, la gente de buen querer, la buena voluntad. La paz, la esperanza y el amor. Sobre todo, esas tres cosas. Â
Asà el repertorio de ambos —de CÃrculo de Tiza, al fin y al cabo— aboga por temáticas de valor universal; el amor, la libertad, la patria, la nostalgia y la crÃtica social. Estas pasan por la subjetividad de los creadores, cosmovisiones y sensibilidad artÃstica que tributan a la construcción de un discurso de lo cotidiano que se funde en sentimientos y proposiciones más generales.