Chucho Valdés


¡Buen provecho!

Es miércoles y sé que es día de engordar, de llenarme de libras sin cargo de conciencia, de ponerles más peso a mis neuronas y cultura general. Disfrutándolo. Sirviéndome sin miramientos, con cierta gula espiritual, ignorando que ya avanzó la noche y que tan tarde no se recomienda coger un plato en la mano. Pero llegó la hora de El potaje (Cubavisión) y no logro resistirme a una provocación así.

No hay nada más rico que un potaje, ya sea de frijoles negros o colorados, judías, chícharos, garbanzos o lentejas, si está bien hecho, claro está. Depende de la pericia del cocinero, de sus mañas para dar el toque final, de los ingredientes, para que sea más que legumbres cocidas en abundante agua y un poco de sal. Que a los cubanos nos gusta espeso, con alguna «sorpresa» que le asegure sustancia y que los granos no sean, como decía mi abuela, «cascaruses».

De escoger bien a los invitados estelares (desde los maestros hasta los más noveles e igualmente voces sobresalientes en el panorama musical cubano) se ha encargado un equipo de audaces jóvenes que decidió presentar este nuevo proyecto para nuestro verano televisivo, encabezado por Maytte Jacobo (dirección general), Liliam Pérez (producción general), Dianelis Hernández (conducción y guion), Yentsy Rangel (musicóloga) y Michel Herrera (asesor musical).

Se trata de un programa (son diez en total) que clasifica dentro de la Redacción de Musicales (como era de esperar al proponer un recorrido por aquellos géneros o estilos que han obligado a que el mundo ponga sus ojos y oídos en este archipiélago), aunque es, más bien, de corte didáctico. Y sin embargo, El potaje apareció para demostrar que la enseñanza no tiene por qué estar divorciada del entretenimiento y el goce, sobre todo a medida que han pasado las emisiones y madurado como concepto.

El de este mismo miércoles, por ejemplo, me dejó con ganas de más. Fue el dedicado a la cancionística cubana, a ayudarnos a entender cómo en todos estos años, después de echar profundas raíces, ella ha ido llenándonos el pecho de emociones, gracias a intérpretes de la altura de Bola de Nieves, Esther Borjas, César Portillo, José Antonio Méndez, las inolvidables muchachitas de Aida Diestro (Elena, Omara, Moraima y Haydée), Lourdes Torres…, muchas veces acompañados, a guitarra o a piano, por ilustres como Adolfo Guzmán…; un recorrido que tuvo como pun-
to culminante a nuestra enorme Marta Valdés, autora de Palabras, pieza antológica que nombró a tan especial programa.

En estos 27 minutos que se fueron volando, se agradecieron las sabias consideraciones y consejos de la Musicalísima, Beatriz Márquez, y verla cantando Qué será mañana o Es soledad, cuando quedó grabada por Ian Padrón en el DVD Espontáneamente, que a su vez nos regala un momento mágico, único, tan emotivo que hace un nudo en la garganta, como aquel de Este amor que se muere, junto a Juan Formell y Jorge Aragón en el piano.

La musicalísima estuvo de invitada/ Tomada de Juventud Rebelde

Pero en Palabras hubo otros instantes sublimes similares: Ibrahim Ferrer y Omara Portuondo con Robertico Fonseca en Quizás, quizás, quizás; Pablo Milanés y Chucho Valdés en La felicidad; la misma Marta y Haydee Milanés en el Sin ir más lejos que se registró en el DVD Palabras con la complicidad de fuera de series nombrados: Ernán López-Nussa, Enrique Plá, Jorge Reyes, Roberto García, Yaroldi Abreu y Nam San Fong… Ejemplos extraordinarios de nuestra cancionística que se mostraron para apoyar los acertados criterios de Annie Garcés en su rol de intérprete, y de Rodrigo García Ameneiro, devenido ya un magnífico acompañante, quien sabe que el secreto del éxito en ese rol estriba en no intentar lucirse en lo individual, sino en el trabajo de conjunto, en la complicidad, imprescindibles para comunicar, para llegar al alma.

Uno de los aspectos que más llama la atención de El potaje es, definitivamente, la rigurosa labor investigativa, de búsqueda de archivos históricos que se desarrolla con el objetivo de que el televidente constate la manera que surgió un subgénero del jazz como el afrocubano, digamos, desde que apareciera una pieza como Tanga, de Mario Bauzá, y se armara el binomio de Dizzy Gillespie y Chano Pozo hasta nuestros días, pasando por figuras del calibre de Armando Romeu, Frank Emilio Flynn, Carlos Emilio Morales, Emiliano Salvador, Joaquín Be-
tancourt y Opus 13, Bobby Carcassés, fundador en 1980 del festival Jazz Plaza…, sin olvidar, por supuesto, al «todos estrellas» que aglutinó el maestro Chucho en Irakere, capaces de entregarnos un Bacalao con pan que motivó otras de las ediciones ya transmitidas y que convocó al set a un trío de lujo: el impresionante flautista Orlando Valle «Maraca» y otros dos exponentes de primera línea en la actualidad: el mencionado Michel Herrera (saxofón) y Adrián Estévez (piano).

Tenía que ser el Bárbaro del Ritmo el protagonista de la primera entrega de esta temporada, denominada Bonito y sabroso, que convocó para abrir a otros dos «monstruos», el premio nacional de Música (al igual que la Márquez), Joaquín Betancourt, y al todoterreno Alain Pérez, para que disertaran sobre la Jazz Band y cómo el Benny le sacaba lasca a este tipo de ensemble que hizo tan suyo.

Tampoco podía faltar alguien que continúa siendo escuela: Juan Formell, a quien se le rindió merecido homenaje en Permiso que llegó Van Van, donde les tocó lucirse desde la «teoría» a César «Pupi» Pedroso con sus inconfundibles tumbaos, a Samuel Formell, digno heredero de su padre y de Changuito; y a Yadiel Bolaños, quien con su bajo asegura la sandunga necesaria en La Tabla.

Verdad que desde el punto de vista de la estructura (en el sentido de encontrar la armazón que más se presta al medio televisivo), del ritmo, de la eficiencia del montaje (que ya sí es muy notable en el caso de Palabras), Bonito y sabroso y Permiso que llegó Van Van pudieron haber sido mucho más impactantes. Mas lo que sí resulta innegable son sus valores como justos testimonios, la manera en que muestra lo que somos y a dónde hemos llegado, gracias a que quienes han venido detrás siempre han mirado hacia esos grandes referentes nuestros, a aquellos que nos han traído hasta aquí. Es ese el principal consejo que una y otra vez reiteran los invitados de El potaje: estudiar a los fundadores, a los creadores, a los que plantaron bandera; ver qué hicieron, por qué han sobrevivido sus nombres, por qué aún permanecen vivos sus legados.

Con su pegajosa música de presentación firmada por Cimafunk y fotografía de Alejandro Callejas, bastaría con esa enseñanza para aplaudir un proyecto como el que nos ocupa, el cual, sin embargo, ha querido ir por más: en el diseño gráfico de Adrián Berazaín; en la gracia y la soltura con que los protagonistas de las emisiones toman sus instrumentos y demuestran in situ lo que acaban de definir; en algunas de las secciones que lo distinguen como El reto y Los ganadores…

En el primer caso, El reto, los virtuosos convidados al programa ponen la base al tema que lo nombra: Bacalao con pan, por ejemplo, o Palabras, para que desde sus casas los televidentes se embullen y canten, improvisen o hagan sobre esta lo que más les motive, siempre buscando entrar entre los que elegirá El potaje, cuando envíen a través de las redes sociales sus contribuciones musicales con las cuales se completará el tema que será presentado en Los ganadores, en la edición siguiente. Original manera de conseguir la interacción con los espectadores y de mover El potaje, para que no se «pegue».

Lo fundamental es el resultado: realmente asombroso. ¡Mira que hay talento en Cuba, caballeros! Claro, tremenda pincha tienen que realizar Michel Herrera como asesor musical, y un diestrísimo y probado editor como Henry Ramírez, para primero montar las pistas y mezclar los sonidos antes de poner las imágenes, pero por esa maravilla que se obtiene, lo afirmo, vale la pena.

En fin, que levante la mano el cocinero al que un potaje no le haya quedado alguna vez aguado y/o desabrido, pero la Asociación Hermanos Saíz hizo muy bien en apoyar esta idea, que secundó RTV Comercial. Ahí, en el set, se ven a gusto intercambiando, complementándose, sus Maestros de Juventudes, sus miembros que se apoyaron en ella para dar el gran salto y aquellos que ahora mismo sueñan con también prestigiar con sus obras la cultura cubana. Que me digan goloso, pero ese manjar no me lo pierdo yo.

*Tomado de Juventud Rebelde


Funk Cimarrón (+ audio)

Un “Dios, negro, americanoâ€, como lo llamase Fito Páez en Festival Internacional de Cine Pobre Gibara 2018. No pudimos tenerlo en 2019, en el evento de música alternativa más grande que vive la provincia Ciego de Ãvila cada año; incluso puedo sincerarme, pensé, después que creciese lo suficiente su estándar artístico, jamás podríamos verlo. Muy mal juzgué el poder de convocatoria que tiene nuestro Piña Colada y su organizador, Arnaldo Rodríguez. Pero incluso, lo mejor planificado, comprende margen de error, nadie previó una pandemia, y sí, pareciese en otra realidad una comedia negra.

Este 2020, después de intentar seguirle a Romerías de Mayo, al Festival Internacional de Cine Pobre en Gibara en su edición 2019; y pensar que no sentiría más angustia, el Covid-19 no permitió la celebración del Piña Colada 2020 y con él, tampoco su apertura, en voz de CimaFunk. Sigue la provincia más al centro de la isla careciendo de un buen funk cubano. Nos conformaremos por ahora con una vista digital de su obra y la esperanza de que la AHS en Ciego de Ãvila, como la de Holguín en sus Romerías, nos acerque en un futuro próximo, posible, al cimarrón que ha demostrado compromiso con la institución, a la cual se asocia.

En 2018 no existía más que de Los Boys y «Me Voy… pa’ mi casa» no era una frase tan popular entre el cubano común como ¡Ay, dios mío!, efecto adverso al de los dos años siguientes, el fenómeno del funk cimarrón había electrificado no solo La Habana, sino desde el Cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí. Destacando en sus siguientes audiovisuales, una saga de Daniel Arévalo conectada por la dirección de arte y la aparición de personajes recurrentes, con una selección de vestuario acorde con la tendencia de su música. Dicha saga comprende las canciones «Me voy pa’ mi casa», «Ponte pa’ lo tuyo» y «El potaje».

El Café Barquito de la sede avileña –a propósito, sería un buen lugar donde podría replicarse la presentación favorecida por NPR Music en su modalidad audiovisual llamada Tiny Desk Concert–, donde tuvo la posibilidad de estar el artista junto a su grupo, con el estreno de futuros sencillos como «Cocinarte». En un espacio que han compartido Sting, exvocalista de The Police; el rapero Shaggy y la británica Adele. Con el proyecto de patio que labora la Asociación en Ciego de Ãvila, o, la no primeriza coordinación con el Hotel Rueda o Patio de Artex, tomaría la ciudad dos bocanadas del intérprete, con la posibilidad de dos presentaciones de distinto formatos.

En el «negocio» de un amigo emprendedor, negocio de esos que pluralizan la audiencia de nuestra cultura, copiando información a memorias flash, discos duros y CD; puedo recordar a un señor de avanzada edad, que aparte del reguetón quería copiar, a pedido de su nieto, esa canción «…y si tú quieres me voy pa’ la tuya». El señor era del municipio Florencia. Para que sepan, este municipio no tiene ni discoteca y cuenta con una sola entrada a Ciego de Ãvila y otra a Sancti Spíritus, mediante carreteras que conectan con otros municipios, además, no comprende vías directas a ninguna de las cabeceras municipales, ni a la Carretera Central, ni Autopista, ni Circuito Norte. Y hasta ahí ha llegado la música de Cimafunk.

El cantante ya es internacional y Billboard lo recomendó como música para ser música escuchada en 2019. Al primer trimestre de 2020 ha colaborado con figuras de los más altos estándares de la cultura musical cubana como Omara Portuondo, Chucho Valdés, La Orquesta Aragón, Juana Bacallao, “El toscoâ€, Pancho Amat, Roberto Carcassés, director de Interactivo; Alexander Abreu; y con otros de la cultura internacional, como el Latín Grammy, peruano-americano, Tony Succar, la banda soul de New Orleands The Soul Rebels, Tarriona Tank Ball y el argentino Fito Páez.

Han sido tres Trovándote, peñas de ocasiones especiales. Y recuerdo, desde el concierto de Kamankola en marzo de 2019, motivo de su gira nacional, que Michel Pérez Abreu, conductor habitual de los eventos de la Asociación, rifaba el CD «Antes que lo prohíban» a quien adivinase que Cimafunk era el artista alterativo más promocionado del momento.

Muchos los estábamos esperando, pensando que ese momento… ya venía llegando.


Gourmet, la nueva era de Orishas (+Video)

Cuando pareció que Orishas se disipaba en los proyectos personales de sus integrantes, el legendario grupo cubano de hip hop ingenió el reencuentro con los aromas de su buena música. Casi diez años de receso terminaron por sofreírse en Gourmet, 5ta. producción discográfica del trío conformado por Yotuel Romero, Roldán González y el Ruzzo; de momento, la carta de presentación que presume de inaugurar una nueva era en la trayectoria de la banda. [+]


De los Valdés Brother`s

La realización fonográfica Valdés Brother`s, constituye la ópera prima de los hermanos Leyanis & Jessie Valdés, concebida bajo el sello de Producciones Colibrí en 2016. Ellos llevan ya algunos años insertados en el ámbito profesional jazzístico de nuestro país, a partir de la realización de diversos conciertos, shows y presentaciones en los espacios habituales al jazz capitalino y sus festivales.

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