Caja negra


La Caja Negra «tira» la bola 8

Con el compromiso de brindar al espectador un teatro honesto y real, a través de la transdisciplinariedad de las manifestaciones artísticas, el Grupo de Experimentación Escénica “La Caja Negra” celebrará su octavo aniversario de creado el próximo 14 de junio.

Juan Edilberto Sosa, director del elenco, refirió a la Agencia Cubana de Noticias los inicios en el patio de la Asociación Hermanos Saíz en el territorio suroriental y luego en el Cabildo Teatral Santiago con el espectáculo El Deseo.

Señaló que desde la creación el grupo trabaja una estética relacionada con el performance como práctica de lo real y búsqueda de desconstrucción de los personajes, guiados por la escuela clásica y argumentos de un teatro más antropológico, lo cual influye en la forma de abordar las temáticas.

Manifestó la capacidad de adaptación al contexto social cubano, con obras de pequeños formatos con dos o tres personajes, lo que no implica variación en la disciplina de los artistas y en la calidad de las puestas en escena.

Además, destacó la acogida brindada por el público de países como México y de varias provincias de la isla antillana, siendo el santiaguero el más exigente para “La Caja Negra”.

De acuerdo con Sosa, la imagen del grupo para este festejo gira entorno a la bola número ocho del billar y de los conceptos que pueden existir alrededor del juego con cierta teatralidad.

“La Caja Negra” celebrará este nuevo aniversario con la presentación de la obra Porno o fomentar la carne con carne hasta que sepa mejor, y también trabaja en el performance escénico Búnker.


Esplendoroso 2022 para “La Caja Negra”

Esplendoroso es el calificativo que sugiere el resultado del año transcurrido para el Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra, asentado en esta ciudad, período que cerró con tres importantísimos reconocimientos en el currículo de ese joven colectivo teatral.

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Además de los estrenos y las giras en el extranjero, materializados en el período y que son fruto de una labor sistemática que la convierte en una de las agrupaciones de su tipo más activas en esta urbe, 2022 concluyó así para sus integrantes:

CAJA 2La Asociación Hermanos Saíz, en reconocimiento “a los más destacados exponentes de la vanguardia joven cubana en diversas manifestaciones artísticas” y mediante el jurado “integrado por Vivian Martínez Tabares, Roberto Viña Martínez y Yamina Gispert” otorgó el Premio Aire Frío, al joven director de La Caja Negra, Juan Edilberto Sosa Torres, “por la puesta en escena de Ofelia” y en el caso de la categoría Actuación femenina en Teatro para adultos, “entregó dos premios en igualdad de condiciones a Maibel del Río Salazar y a Lisandra Hechavarría, por sus intervenciones en la obra Ofelia”.

Y como colofón de 2022, y fiel a su característica impetuosa pero bien pensada, La Caja Negra estrenó los días 21, 22 y 23 de diciembre, en la Casa del Joven Creador, en calle 13 casi esquina a Manduley, la obra “Psicosis”, con texto y puesta en escena de Juan Edilberto,  a partir del original de Sarah Kane Psicosis 4.48; escenografía de Carlos Javier Alvarez Bravo y Esteban Miguel  Deulofeu; vestuario, Clara Betsy Avila; diseño gráfico, Alejo, y diseño escénico, Yordy Amiot.

CAJA 3Maibel  se encarga del monólogo, respaldada  por voces y música del colectivo. Y como adelanto, decir  que  “Psicosis” estará 20, 21 y 22 de enero en el Cabildo Teatral, en la calle Enramadas, en saludo al Día del Teatro Cubano.

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En Santiago de Cuba “Ofelia” y “…elefantes…” a México con “La Caja Negra”

De manera que esta actuación exitosa y con gran afluencia de público de “La Caja…” viene a ser la antesala de la gira que hará el grupo por Guadalajara, capital del Estado de Jalisco, en México, a partir del 15 de junio.

Lo que está a disposición del público santiaguero con “Ofelia”, es la historia de una mujer que encontró su propósito tras renunciar a los símbolos del patriarcado: hija de todos y madre de todos. En fin, “Ofelia” representa la toma del poder por las mujeres.

Con puesta en escena y dirección general de Juan Edilberto Sosa, presidente de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Santiago de Cuba, y al frente del colectivo teatral, la obra, afirmó Sosa, está inspirada en el texto Máquina Hamlet, de Heiner Muller.

La puesta en escena  tiene una hora y 20 minutos de duración; es una muestra de la combinación de figuras profesionales y colaboradores. El colectivo artístico lo forman 12 actrices y actores pero en “Ofelia” solo participan cinco actores y tres músicos…

El Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra nace el 14 de junio de 2016 y aunque proviene de la AHS y conserva un vínculo muy estrecho con la Asociación, ya hoy pertenece al Consejo Provincial de las Artes Escénicas.

“Esta es una obra pensada  para el patio del Cabildo, y nace a partir del proyecto de colaboración internacional Juntarte donde se integran las artes escénicas, la AHS, el movimiento de artistas aficionados, universidades, el Centro Martin Luther King…

“Tiene música… los actores cantan, se toca en vivo. Y es que la música viene a ser factor determinante”, señaló Edilberto.

Calificó el trabajo de montaje como arduo y dijo que una parte del grupo presentará nuevamente en Santiago de Cuba, la obra “Bonsai” mientras otro segmento llevará a México “Cartografía para elefantes sin manada”.


Desconectados a 969: una experiencia teatral en tiempos de pandemia

La IV Edición del Festival de Teatro Experimental Desconectado a 969 demostró qué tan necesario es seguir creando espacios en función de la diversidad escénica. Este festival deviene en plataforma promocional para aquellos creadores y obras que no suelen circular dentro del ecosistema escénico nacional. Las propuestas que este evento acoge cada año poseen la particularidad de ser pensadas para un espectador más consciente frente al hecho escénico. Un espectador que asume el rol de dialogar como iguales porque la ficción es una convención para el diálogo, pero el convivio es lo esencial.

Crear este festival desde Santiago de Cuba a 969 kilómetros de distancia del principal circuito teatral del país también es un gesto en favor de la integración y la visualización de toda una geografía teatral, que demanda la especialización de algunos procesos frente al público contemporáneo.

El teatro ha mutado en los últimos treinta años hacia una escena abierta y terrenal. Una escena como espejo de los problemas más inmediatos y personales. Donde lo teatral es un puente, una mirada, un relieve simbólico. A lo anterior, hay que sumarle la intervención de las nuevas tecnologías y los medios audiovisuales dentro de la escena. Una escena que se expande en el ciber-mundo y descoloca el lenguaje tradicional, una escena que ha evolucionado de la mano del espectador.

La ausencia de estrenos en la cartelera teatral cubana y el estado de excepción provocado y prolongado por la pandemia, hizo que el comité organizador del evento, diseñara una edición online del festival. Para muchos creadores e investigadores, este tipo de iniciativas no les son funcionales ni orgánicas. Para muchos, la brecha que se está creando entre lo virtual y la presencialidad no es justa ni saludable para el teatro. Pero no es la primera vez que el teatro se somete a una prueba por la supervivencia, y al igual que los humanos estará obligado a mutar y a permanecer.

Otros creadores ven en los nuevos medios un sinfín de posibilidades expresivas y comunicativas. Ven en las bondades tecnológicas, otras herramientas para llegar a diversos públicos y re-simbolizar la escena para hacerla permanecer viva. Esta edición del evento provocó a los participantes en aras de crear otras resonancias desde la virtualidad. ¿Cómo expandir mi contenido? ¿A dónde coloca el espectador la mirada desde un dispositivo móvil? ¿Teatro para internet? ¿La escena, el hombre o la interacción?

La idea fue hacer que los creadores pensaran en el contexto inmediato del público que estaba situado tras el teléfono móvil u otro dispositivo. Que cada uno buscara la manera de que su obra pudiera ser entendida y compartida desde distintas plataformas y formatos. ¿Cómo hacer circular la obra por estos nuevos escenarios? Los materiales que integraron el programa oficial se caracterizaron por un diseño flexible, experimental, arriesgado, interdiscipliario y teatral. Aun cuando los creadores invitados poseían distintas formaciones, la escena teatral fue el epicentro de la búsqueda. El escenario fue visto desde su multiplicidad más amplia e inclusiva y permitió que se produjeran materiales acordes con las búsquedas estéticas de cada artista. La nueva realidad no fue obstáculo sino propósito; en ella empieza a reorganizarse la producción artística y el ojo del espectador.   

Esta IV Edición del Festival de Teatro Experimental Desconectado a 969 estuvo dedicada al actor y director santiaguero Dagoberto Gainza, quien fuera merecedor del Premio Nacional de Teatro 2021. También a los 60 años del movimiento teatral santiaguero y a los 35 años de la Asociación Hermanos Saíz. Tres pretextos que validan los objetivos de este encuentro: el dialogo intergeneracional, el rescate de la memoria y el papel de la vanguardia.

Colectivos como Fracturas (Santiago de Cuba), Proyecto Adentro (Santa Clara) y Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA (Santiago de Cuba); protagonizaron cada jornada. También es válido resaltar la exposición fotográfica Reflexiones para no decir … del artista multidisciplinar Frank Lahera O ´Callaghan. Esta propuesta nace de una búsqueda en soledad, a la temperatura de la pandemia, y aparece como reloj de bolsillo para recordarnos que el tiempo existe. El individuo está sobre el plato donde come, en la esquina donde estaba el mueble roto, en la cuchara al revés que sale por la boca, o en el sartén sobre el ojo cuando la mirada está perdida. Para Frank, el cuerpo es un recipiente donde todo cabe, como en la casa o en teatro.

Esta edición también sirvió para cambiar la imagen visual del festival. El diseñador Carlos Lloga Sanz nos regaló desde su hacer un concepto más acorde con las ideas que defiende la jornada. A él se le debe el acierto visual de toda la campaña comunicación del evento.

La conferencia inaugural El teatro Experimental en Santiago de Cuba, estuvo a cargo de la maestra Norah Hamze Guilart, quien atesora una experiencia muy singular sobre el teatro en la ciudad. Norah sostuvo una praxis escénica dentro del movimiento teatral santiaguero que le permite conocer desde adentro las particularidades de la creación teatral en nuestra urbe. También se estrenó la serie El ladrillo verde del artista visual y poeta Carlos Gil; el performer Yuri Seoane estrenó varias de sus obras, y Yanoski Suárez (coreógrafo y bailarín de la compañía Ad Livintum) estrenó su obra La Cosecha.

Todos los materiales programados en el festival pueden verse en las siguientes direcciones:  Facebook (@AHSStgo), Telegram (t.me/ahssantiagodecuba), Youtube (ahssantiagodecuba), Instagram (AHSStgo) y (desconectadoa969), Twitter (@AhsStgo). En cada uno de estos sitios permanecerán de manera gratuita para todos los públicos, sirviendo además de repositorio como memoria del evento.

Muchos son los caminos para transitar en lo adelante, para nuclear y promocionar un teatro inclusivo, multidisciplinario y experimental. Un teatro que funge como puente entre distintas expresiones y cuya valía no siempre es bien apreciado desde las miradas más tradicionales. La escena cubana necesita revitalizar estas zonas de la creación y permitir la actualización de nuestros modelos creativos. Hay que conectar nuestras realidades y exponerlas como conquista humana, como conquista del teatro.    


La Bota Rota #2: Dramaturgias para un encuentro

Todos los espacios pueden conducir-nos a la memoria, a la experiencia de un encuentro simbólico. El teatro es un espacio fértil para el encuentro humano, y todo a lo que lo humano nos conlleva. Ver en el teatro la posibilidad de hablar-nos, es ver al teatro como lo que es: la voluntad de lo sensible.

El segundo día de la Jornada Teatral La Bota Rota estuvo normada por la necesidad del encuentro. Véase lo anterior como una finalidad que hoy solo podemos tener desde lo virtual y lo sensible. El encuentro como ruptura ante el encierro y el distanciamiento provocado por la pandemia. El encuentro como arma simbólica. Todas las voces unidas a una misma experiencia que se construyó con la participación de los implicados en el programa. 

La conversación con los integrantes del grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA sobre el proceso creativo en la película Muerte de Narciso, nos permitió conocer las implicaciones simbólicas y técnicas a la que se enfrentaron. Los testimonios de Maibel del Rio Salazar, Ricell Rivero Rivera y Adolfo Guzmán Pacheco, sirvieron para posicionarnos sobre este material, el cual es una aproximación cinematográfica a la obra del poeta cubano José Lezama Lima. Una práctica que el grupo ha emprendido en los últimos años. La poesía (en especial la cubana) es un lugar de introspección para este colectivo, cuyas herramientas no dejan de extenderse por los terrenos del arte.

La conferencia La imagen y la palabra en la obra de Taimí Dieguez Mallo, y la presentación del archivo de la obra La ciudad en mi madre, nos permitió entender algunas de las búsquedas conceptuales de esta dramaturga. Junto a Zulaine Soler García y Gabriela Perera, Taimi Dieguez nos invitó al encuentro con su biografía familiar a través de la intervención pública realizada en La Cámara Oscura de La Habana 2017. Este fue un ejercicio para descubrirnos desde la creación de resortes dramatúrgicos/teatrales/personales. Dispositivos que entonan el sentir de una voz, que también es el sentir del receptor del objeto. La obra de Dieguez es una composición de imágenes familiares que se tejen entre performance y ficción. Su escritura yace en lo vivencial y la acumulación de materiales sensibles. En su hacer, el espectador se encuentra frente a un espejo, un yo revelador de la memoria.

Los integrantes del Laboratorio Fractal nos mostraron diversos puntos sobre el proceso de trabajo de Cuerdas Percutidas (Beca Milanés 2018). Se trata de un montaje a partir del texto homónimo de Elaine Vilar Madruga y cuyo recorrido ha generado discursos que sobresalen al hecho teatral. De ahí la importancia de los materiales compartidos, desde la banda sonora y su video clip hasta una reveladora entrevista a la actriz Ana Patricia Pomares y el dramaturgo y director teatral Raúl Miguel Bonachea. El Laboratorio Fractal apuesta por un arte cromático, vinculante y generador de símbolos. Un arte en el que seamos capaces de buscar-nos/encontrar-nos.   

Otros materiales promocionales como las cápsulas La Bota Rota 2021, al actor Dennis Pérez, del Proyecto Campanadas de Santiago de Cuba, y la Cápsula 5to Aniversario de LA CAJA NEGRA con el actor Alfredo Peña Ortiz, matizaron el día. ¿Cómo el teatro se convierte en respuesta simbólica a la pandemia? ¿Por qué explorar la ausencia desde la concepción del encuentro? ¿Podemos dejar de ocultarnos?   

Se inauguró la expo fotográfica El Plan B es seguir el Plan A de Frank Lahera, imágenes registradas a partir de la documentación de la obra de igual nombre del Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA. Lahera mantiene una cercanía importante con la escena, su trabajo es un desenlace complejo e híbrido del hecho artístico. Aun cuando documente el trabajo de alguien más, impone su ojo crítico y reparador para interpretar el contexto.

Fue el turno también para la narración escénica El despojo del grupo Mascaradas, el cual contó con la actuación y puesta en escena de Osmany Guisado Vargas del municipio III Frente de Santiago de Cuba. Este grupo ha mantenido durante la etapa pandémica una integración importante con los pobladores del municipio. Junto a médicos hacen la pesquisa diaria pero le ponen teatro, le ponen alegría. Llegan al hogar de muchos con un poema, una canción, una escena. Los vecinos observan desde la puerta cómo unos hombres se empeñan en la representación de la esperanza a varios metros de distanciamiento. Los vecinos ven cómo esos hombres no renuncian a la vida, la poesía, el teatro. Es una de las experiencias más conmovedoras en las que el arte teatral santiaguero ha estado inmerso durante los últimos meses. El teatro como respiro. El teatro como sanación.

De Reflejos Teatro se puso la obra Los motivos del lobo con actuación y puesta en escena Arnaldo Sariol Valdés, de Contramaestre, Santiago de Cuba. Fue un espectáculo para la ocasión, que necesita seguir creciendo, pero que tiene el mérito de la voluntad creadora. Los motivos del lobo es una muestra, que amén de su búsqueda temática, también simboliza lo que es el arte para este grupo: un camino sin escarchas y sin cansancio.   

La jornada terminó con las entrevistas a Jose Brito (director) y Elieter Navarro (actriz), de Teatro Adentro, de la provincia Santa Clara, y posteriormente con su puesta Telémaco. Obra que contó con la actuación de Verónica Medina, actriz de gran fortaleza y espíritu intransigente. Para ella, la interpretación es un ritual contra el bagazo facilista del arte. Cada minuto sobre las tablas, es una construcción energética.  

Teatro Adentro es un proyecto que emerge para contar una biografía afectiva entre amigos. Es un proyecto que ahonda en el cuerpo como eje y soporte principal. El cuerpo y los sonidos, el cuerpo y el canto, el cuerpo y la poesía. Herederos de sus maestros, su determinación escénica está en lo experimental, en el gesto contundente y la palabra imprescindible.   

La variedad del programa nos permite asegurar que el teatro cubano posee segmentos valiosos sobre los que vale la pena enfocarse. Propuestas que yacen en distintos huecos/trincheras/olvidos, y que necesitan encontrar-se con otros universos dentro de la isla. Hay que seguir buscando ese teatro cubano en toda la geografía para conectarlo, y luego hacer de ello un ejercicio inspirador.


Una AHS que se mira por dentro, se renueva y crece (+Video)

Creación vs panfleto, movimiento vs estatismo, lucha de contrarios anclados en el quehacer artístico de la Asociación Hermanos Saíz en Santiago de Cuba. Planes modificados por la COVID-19, intenso trabajo en las redes, proyectos sólidos y un hambre insaciable de potenciar el buen arte, ha marcado un año en el que los jóvenes protagonizaron momentos inolvidables para la cultura de la ciudad. Juan Edilberto Sosa es presidente de la organización que agrupa a la joven vanguardia artística en esta “tierra caliente”. El bullicio del local dificultó un poco el diálogo. No obstante, Juan no se inmuta. Bebe sorbos de café y habla sin nervios.   

El año 2020 ha sido atípico. En enero empezamos bien con la conmemoración del natalicio de Martí, el evento Tierra adentro; luego en febrero con el Jazznamá que es con el que mejor me he sentido en los tres años de presidente. Teníamos la brújula de que iba a ser un año grande para la Asociación. Entonces vino el cierre temporal de todas las actividades en el país por la COVID-19. Llegamos a un punto de inflexión en el que había que repensarse; cómo no dejar de existir teniendo una situación como esta.

Aquí tuvimos una buena experiencia porque buscamos la manera de que los miembros de la AHS pudieran estar conectados en las redes y desde ahí irradiar contenidos no solamente al público que iba presencial a nuestras jornadas, sino a otro público mucho más grande. Organizamos conciertos online, programas de televisión con los códigos de Internet como el Creador 2.0, y gestionamos una programación para Internet como la teníamos concebida presencial. Eso aumentó la cantidad de seguidores en las redes sociales, tuvimos que apelar a Telegram, Instagram y llenar esos espacios vacíos. Nos dimos cuenta que esta potencialidad debíamos continuar empleándola en el periodo post-pandemia. La cantidad de materiales que se han producido, pensados desde su génesis para las plataformas digitales, ha sido un paso de avance de la asociación para con el público y los asociados. El ejecutivo pudo reunirse a través de la aplicación WhatsApp; reubicamos a los trabajadores de la Casa del Joven Creador, en función de fortalecer áreas de trabajo como la comunicación, proteger la estabilidad económica y emocional de quienes laboran en la AHS.

Digo que fue un periodo de tregua fecunda porque creció la producción individual de los creadores. El artista joven encuentra, por muy difícil que sean las circunstancias, una forma de documentar con la creación sin panfletos, acciones que salieron bien. Esto nos hace llegar a los 34 años de la AHS con muchas potencialidades. De hecho, ya cuando aquí en Santiago pudimos hacer actividades de manera presencial, decidimos mantener como estrategia de trabajo la programación digital.

archivos de la ahs santiaguera

– ¿Son la vanguardia del arte joven los que integran la AHS?

En la Asociación debe estar la vanguardia del arte. Quizás no sea el más perfecto, ni el más legítimo, ni el más asumido por una institución cultural, pero sí el espíritu de vanguardia, de dialogar, romper y establecer nuevos códigos estéticos. Cuando comenzó nuestra presidencia lo primero que hicimos fue mirar nuestro catálogo y habían artistas que no cumplían con eso. Entonces hicimos una especie de selección de ese catálogo, de reaudición de los miembros hasta el punto que de 168 nos quedamos con 108. No es interés de la AHS crecer en número por crecer, sino que entren los que sean vanguardia y le den prestigio a la Asociación. Una vez hecho esto, fue mucho más fácil mostrar el trabajo de sus integrantes. Algo que nos permitió entender que no había manera de frenar a un movimiento cuando es orgánico y realmente creativo, fue esta etapa de COVID-19.

juan edilberto sosa es además el director del grupo de experimentación teatral la caja negra, con un marcado ascenso en el arte de las tablas.

Hoy tenemos capsulares, documentales, conciertos online, y debe estrenarse el espacio Bitácora Joven, con una versión para la televisión de 57 minutos, y otra para cine de más de una hora de duración, con estreno aquí en Santiago de Cuba. Se ha puesto mucho esfuerzo para visualizar a eso que es vanguardia, a aquellos proyectos que nacen de los creadores y el trabajo de la Asociación en conjunto. Hemos dado un salto de calidad en cuanto al pensamiento de lo que debe ser la organización.

Ahora toca alfabetizar algunos espacios que pueden ser institucionales o no, que puede ser un municipio o poblado, de qué es la AHS. Nos dimos cuenta porque activamos la brigada Una salva de porvenir, que anualmente recorre todos los municipios. Esta vez lo hicimos en una situación muy difícil, cumpliendo las medidas sanitarias y creo que fuimos la única organización que llegó a esos lugares. Tuvimos días enteros de trabajo desde la mañana hasta la noche con ese pensamiento de vanguardia. En la mañana hacíamos talleres, en la tarde comprobábamos los resultados y en la tarde-noche lográbamos que los talleristas vieran algún punto práctico tratado en los talleres, pero escenificado por los jóvenes asociados dedicados a esa manifestación. Eso nos brindó un resultado espectacular.

En otro momento, en las visitas a los municipios nos dijeron que había que bajar la vara de calidad para que jóvenes de esa zona se hicieran miembros de la AHS. Entonces tuvimos que explicarle a esos jóvenes que debían subir la vara y no nosotros bajarla. Hay un pensamiento alojado en algunos sectores que no permite un determinado desarrollo artístico. Por eso, en diciembre iremos con la brigada a todos los poblados en un proyecto llamado La guarandinga, en coordinación con los CDR, la FMC, para darnos a conocer con nuestro teatro, con la trova y llegar a la gente. Otros de los proyectos con buenos resultados es el de la Casona Azul. Son talleres dirigidos al público infanto-juvenil que ofreció clases de teatro, de hip hop, de radio, artes visuales, a partir de la experiencia personal de los miembros de la asociación en instituciones profesionales. La brigada de Instructores de Arte José Martí y Casas de Cultura nos apoyaron con ese proyecto y tuvimos excelentes resultados, no solo con los jóvenes, sino que existió una retroalimentación entre los miembros de la AHS y los instructores de arte.

archivos de la ahs santiaguera

Cuando fuimos en la brigada Una Salva de porvenir a los municipios, intercambiamos con jóvenes con mucho potencial, por lo que brindaremos cursos de formación con un claustro bien pensado, y luego seleccionaremos uno de los proyectos que se presenten para la producción de esa obra, y darle vida.

Hoy tenemos un grupo importante en Segundo Frente, donde queremos abrir una célula, pero esos muchachos necesitan un nivel de formación e información cultural, que hoy no tienen cómo adquirirla en el territorio. Queremos traerlos aquí y ofrecerles buenos referentes de acuerdo a su manifestación.

Recientemente se celebró la 30 edición del Concurso y Taller Antonio Lloga in memoriam. ¿Hay experiencias que quedarán para la próxima edición?

Tenía dos programas, uno presencial y otro virtual, pero suspendimos el presencial debido a la situación epidemiológica. Logramos un canal para podcast, pero aún no tenemos un noticiero radial; materializamos un noticiero con una cantidad de vistas en YouTube increíble, un boletín digital Volante sonoro y todo esto quedará para la próxima edición. Será el centenario de Antonio Lloga y encargamos una serie documental acerca de su vida y obra, así como otro documental relacionado con el Concurso. Incluimos los capsulares Antena Este sobre 10 jóvenes radialistas asociados. Esa serie continuará a partir de la experiencia de la oficina Antonio Lloga, que ya comenzó a funcionar y dejará importantes logros para la Asociación.

¿Cambio de sede, cambio de objetivos?

En estos momentos nos estamos trasladando de sede en la calle Enramadas, cerca de la Alameda Michaelsen. Lleva un nivel de inversión grande. Mientras tanto, mudamos la programación de la AHS en instituciones culturales ubicadas en Enramadas. Es un reclamo histórico, pero que hayan accedido significa que algo bien está haciendo la Asociación, como para decir que puede ser la niña de los ojos de la ciudad.

Juan termina su taza de café.

–¿Tienes otra pregunta? Es que debo ensayar con mi grupo.

–Ya creo que es suficiente. Treinta y siete minutos de grabación es bastante.

Sonríe, me saluda y se va. Es director del Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA, con un marcado ascenso en el arte de las tablas. Termino mi café como quien ha ganado una partida de ajedrez sin fichas.


Escena #4: Cartografía para Elefantes sin manadas (+ fotos y videos)

(performance y memoria)

  • ¿Puede un actor superar sus espacios vacíos a partir de la escena?
  • ¿Puede reconciliarse/salir distinto?
  • ¿Es la escena un espacio medicinal para quienes practicamos este arte?
  • ¿Sanación?

Cartografía para Elefantes sin manada es un texto de la dramaturga cubana Laura Liz Gil Echenique. La obra llega a mis manos para ser leída en la primera jornada teatral Repique por Mafifa 2017. Evento que organizó el Consejo Provincial de las Artes Escénicas en Santiago de Cuba y el Estudio Teatral Macubá, cuyo enfoque era direccionar la mirada teatral a la joven dramaturgia cubana. Recuerdo que me dieron a escoger entre varios textos, pero fue este el que me atrapó de inmediato.

No estaba escrito bajo resortes convencionales, más bien parecía poesía pensada para la escena. Un gran monólogo del cual se desprendía un sinfín de emociones. Ante mi lectura, la historia de muchos amigos que han pasado su vida despidiéndose, añorando el reencuentro y reinterpretando sus recuerdos. Parecía la historia de un gran porciento de la juventud cubana, la que vivieron mis padres, abuelos y la que estarán sentenciados nuestros hijos. La juventud y el desborde de nuestras agonías/frustraciones. La juventud bajo una letalidad miserable/inolvidable.

foto Frank Lahera

Mis primeras impresiones con la propuesta de Liz fueron incontrolables. Las múltiples imágenes e historias que se desprendían en cada página no me dejaban aterrizar un proyecto escénico concreto. Temía que a mis actores les sucediera lo mismo. Teníamos la experiencia de haber tratado con la dramaturgia de Angélica Liddell y un texto cuya construcción escritural eran muy parecidas, pero Cartografía… no me inspiraba a la fabricación del artificio. Entonces decidí hurgar en lo aprendido durante el V Taller de Altos Estudios de Dirección Escénica, organizado por el Laboratorio Ibsen y la Compañía Danza Unidos, en conjunto con el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y la Casa Editorial Tablas-Alarcos.

Fui invitado en mayo de 2017 por Yohayna Hernández González al taller con el director teatral mexicano Aristeo Mora de Anda, líder de la Compañía Opcional. Durante esos días conocí a Laura Liz (que también era participante) y convertí nuestras charlas en un interrogatorio sobre su obra. Desde la primera conversación supe que el texto se trataba de ella, de su experiencia real con una serie de acontecimientos que marcaron su vida. Laura había convertido en poesía el desastre y la ilusión de días pasajeros. Días que bien pueden repetirse como una constante a la que no se puede evadir. Cuando se busca algo, se corre el riesgo de descantar cosas/opciones/caminos. Toda búsqueda conlleva a olvidos. Buscar es también seleccionar.

Cartel de la obra (diseño Frank Lahera)

Laura me dijo que escribió el texto cuando vivió en Argentina. Allí tuvo una vivencia ajetreada, se mudó varias veces, resistió a los apagones eléctricos y a la lejanía. Me dijo que lo peor en esas circunstancias es no saber “qué te llevas” y “qué dejas”. ¿No es esa la máxima de la vida? Noté que el texto en ella emuló como tabla de salvación. Como vínculo con los elementos alrededor de su biografía que no quería dejar/olvidar. Cartografía… es un texto sobre el olvido. Páginas para detener el curso y enumerar las pérdidas involuntarias. ¿Podemos dejar de olvidar?  

El contenido del taller también fue útil para entender el texto, o por lo menos para consolidar la lectura que más me interesaba hacerle. Aristeo Mora es conocido por su teatro experimental, un trabajo que va de lo colectivo a lo colaborativo. La investigación realizada para su obra: Ciudades Imposibles formó parte de los ejercicios trabajados durante la cita. Recuerdo que nos habló de su experiencia al regresar a Guadalajara después de terminar sus estudios en España y cómo se cuestionaba por qué era tan difícil sentirse parte de aquella ciudad. De su necesidad de explorar los sistemas de inclusión y exclusión que regían cualquier urbe. De cómo su encuentro con la ciudad y su arquitectura necesitó una interpretación lejos de la ficción teatral.

foto frank lahera

El taller nos mostró distintas vías para crear dispositivos escénicos e interpretar la memoria. Mecanismos que permiten otra relación con la ciudad y sus residentes como objetos de estudio. El trabajo con el archivo y su utilización como interferencia en la historia oficial en todos sus niveles y la idea de hacer teatro como herramienta de diálogo, acción y pensamiento fuera del marco del arte, fueron los preceptos asumidos como mi mayor aprendizaje.

Ese taller modificó la manera que tenía de interpretar la realidad desde la escena. Durante esos días ejercitamos como compartir una investigación desde diversos formatos, haciendo de ello un encuentro teatral. El taller Visualizador de ciudades Imposibles representó un enlace vital con nociones estéticas e investigativas que luego terminarían por definir mi proyecto de puesta en escena.

foto Frank Lahera

Al organizar el proyecto de Cartografía… con el Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA, surgió un segundo espectáculo: Polígrafo. Pero este no pudo ser representado, los organizadores del evento no entendieron las razones por las cuales la función solo permitía 15 espectadores. Un ejercicio donde el público se convertía en performance sin entender su condición de espectador. Un concepto al que volveremos, ahora que quizás sea obligatorio reducir el número de personas en salas teatrales y espacios de representación. Lo cierto es que Polígrafo es de esos proyectos destinados a salir cuando la obra del creador ha avanzado en el tiempo, antes es inentendible/cuestionable/absurdo.

foto Frank Lahera

El texto de Laura corrió con más suerte, mis actores se involucraron en el proceso desde sus propias biografías y materiales imprescindibles. El juego del teatro se convirtió en el juego de sus vidas.

La lectura colectiva de la obra transformó el escenario en un tratado sobre la soledad/la distancia/la memoria familiar/el tiempo como imposible y las posesiones materiales. Es el último día en una casa con la que tienes una conexión familiar/energética/emotiva, es el último día que estarás entre esas paredes y tienes la necesidad de revivir situaciones, elegir “qué te llevas” y “qué olvidarás”.

foto Frank Lahera

Los actores entraron y salieron de escena con sus propias pertenencias, sus padres y amigos. Nuestros ensayos fueron comprender un cuestionario de una veintena de preguntas diseñadas para vivir sobre las tablas. ¿Si te encontraras en esa situación qué harías? Cada actuante tuvo que vivir durante 50 minutos una historia real, una historia donde mostraron sus deseos y miedos. La propuesta como en otras anteriores del grupo, también cuestionaba el hecho teatral en sí mismo. Había un marcado interés por mostrar al teatro como un espacio de supervivencia real.

Las complejidades más angustiosas en este trabajo yacen en la elección de cada actor para vivir un suceso real ante los espectadores. El primero de los tres actores, José Alfredo Peña Ortiz, escoge pasar esa noche con sus amigos, e invita a cuatros compañeros de la infancia, trae su guitarra y su ropa friki, trae su mochila llena de recuerdos que evidencia la amistad, algo que repiten sus cuatro invitados. La actriz Maibel del Rio Salazar escoge a su madre, la persona que más significa para ella y lo muestra, su canción preferida, el biberón donde tomó leche hasta los 25 años de edad. El último actor, Alexis Martí Veranes, prefiere estar solo. Una elección que lo desnuda frente a su mayor conflicto. Trae pocas cosas con él, no tiene nada de valor ni a nadie para despedirse, su elección es su única posibilidad. En esencia, la selección de cada uno es un reflejo profundo de sus vidas, de sus tribulaciones, de sus dudas. Estas elecciones convierten a la obra en un acto de sinceridad absoluta. ¿Autoficción?

La verdad es utilizada para conducir al público por una historia que sucede en el momento, que se construye mientras el espectador se replantea su relación con sus amigos, sus padres, consigo mismo, pero sobre todo su relación con el teatro. Un elemento significativo en el trabajo del grupo, la preocupación ideo-estética sobre el imaginario colectivo que se tiene sobre el teatro.

¿Qué te gustaría cenar en una noche como esa? Les pregunto durante el trabajo investigativo. De la respuesta nació el final de la obra. Una comida confeccionada por todos, una mesa donde se comparte por última vez. El público sabe que es el final pero que la acción no va a parar, es real, nadie dejará sus platos para saludar, para recibir los aplausos. El público se retira, mientras en la mesa, la teatralidad de la vida hace de la obra, un ejercicio humanamente hermoso.