Arte Cubano
Praxis y arte a golpe de fe
Arte y religión son dos palabras que han acompañado al hombre desde la primera mancha de pintura en una cueva hasta el último bloque de piedra de cada catedral. Hoy en día no romantizamos con la magia, ya hacemos ciencia con los conceptos más rebuscados de teología. La historia está llena de obras que toman como motivo central la imagen divina, debido a que el arte como la religión son manifestaciones de la subjetividad humana intrínsecas a la praxis cultural.
Si se analiza la historia del arte, no son pocos los artistas que han tomado como motivo temático la religión y la han trasformado en su centro creativo. Interesados por la unión del arte y lo divino el 15 de diciembre de 2022 el Centro Cultural y de Animación Misionera San Antonio María Claret (Parroquia Santísima Trinidad) inauguró el XXI Salón Nacional de Arte Religioso, que por suerte de fe y buena voluntad reunió nuevamente a artistas de toda Cuba para realizar obras de arte con un enfoque religioso.
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Este evento, que cuenta con numerosas ediciones y gran prestigio dentro de la isla, se abrió paso después de dos años de ausencia del panorama artístico-visual santiaguero debido a la ovid-19. Romper la inercia y retomar un evento de tanta importancia fue una acción que se agradece. Muchas personas e instituciones en momentos de crisis se escudan en causas externas para mantenerse en una zona de confort. Esta comodidad les impide volver a vivir y solo se sientan al margen de la ventana a soñar con lo que podría ser y no fue. En este sentido el Centro San Antonio María Claret demostró que el arte y la fe llevan sacrificio, y que la voluntad es el primer paso, pero el compromiso y la dedicación son el camino.
Resulta llamativo para muchos que en un evento artístico organizado por una institución eclesiástica el término religioso sustituya al de sacro. Claro está, todo proceso va más allá de una mera casualidad o error de concepto. El arte sacro y el religioso no significan lo mismo, como muchas personas erróneamente creen. Aunque ambos conceptos están vinculados por la representación de motivos religiosos, existen diferencias marcadas, no por el objeto o proceso artístico en sí, sino por la posición que asumen los creyentes o practicantes de una religión con respecto a la obra de arte. En este sentido, hacer un análisis sociológico es importante debido a que la diferencia entre el arte religioso y sacro está dada por un contrato social entre diferentes personas que convergen en un determinado sitio de adoración.
El arte es recontextualizado constantemente y lo que en algún momento llegó a ser una obra de gran relevancia histórica, la evolución de la praxis artística y contextual de la sociedad, puede hacer que no sea tan relevante en otro periodo. Esto ocurre con la danza de conceptos que relacionan el arte sacro y el religioso. En algún momento una obra que fue asumida socialmente por creyentes o practicantes con un carácter litúrgico y de adoración religiosa, en otro contexto o momento histórico puede ser que no tenga dicho carácter. O viceversa, una obra de arte puede comenzar teniendo socialmente una visión de arte religioso y terminar recontextualizado la visión social hacia un motivo de arte sacro.
Los contextos cambian y la visualidad del ser humano se readapta a las circunstancias que viven; de esto no está exenta la religión y todas las características tanto visuales como conceptuales que la representan. Cuando analizamos una obra artística que se denomina “sacra” tiene como característica fundamental que es un objeto litúrgico y que busca la belleza divina. A diferencia del arte religioso, que no es motivo de culto o de adoración por los fieles o practicantes de una creencia determinada.
Después de dilucidar de forma breve algunos motivos por los cuales las piezas presentadas en las exposiciones anuales que hace el Centro Cultural y de Animación Misionera San Antonio María Claret son denominadas arte religioso en vez de sacro, podemos decir que la institución nos aporta no solo un espacio para exhibir arte, también para conceptualizar y aprender. Este Centro tiene gran relevancia en la praxis artística santiaguera debido a los eventos culturales que realiza, los cuales van más allá del propio Salón.
Después de un periodo de crisis, no solo pandémico, también político y económico, la visión del cubano ha asumido paradigmas diferentes. En ese momento de reclusión las redes sociales alcanzaron mayor preponderancia con respecto a la presencialidad debido al ostracismo que confinaba a las personas en su casa. Este fenómeno puede ser que haya influenciado en la cantidad de personas que asistieron al Salón de Arte Religioso, que a diferencia de otras ediciones no contó con tanto público, lo que no quiere decir que el espacio no se haya llenado con los interesados en saber las novedades del arte religioso en Cuba.
Un aspecto a destacar es la poca participación de artistas en comparación a ediciones anteriores. La provincia de Santiago de Cuba reunió un total de 40 creadores de forma mayoritaria, a los que se le unieron artistas de Holguín, Villa Clara y La Habana. La pregunta es, ¿qué paradigma ha cambiado en la praxis cultural y en la asistencia a eventos en los santiagueros?
Las letras “n” y “o” en conjunto son una palabra atinada a la praxis de librar responsabilidades y no crear compromiso. Este Salón demostró que decir “no se puede” porque estamos llenos de carencias, no es lo apropiado, cuando la resiliencia puede preponderar a golpe de fe y de sacrificios.
Amplia participación tuvo la fotografía como manifestación artístic. Y para el que crea que tomar una foto es solo mirar a través del objetivo, presionar el disparador y sonreír con el resultado, están en un grave error. La fotografía va más allá del sonido realizado por la cámara al cerrar el diafragma, ella lleva estudio y habilidad con el equipo. Y para el que a estas alturas crea que esto es poco, una buena foto no está formada por la habilidad del fotógrafo solamente, también es importante el cerebro detrás del ojo que permite crear conceptos nuevos.
Dedicarse al mundo de la fotografía no es más fácil que al de la pintura, como muchos afirman. Es válido destacar el auge que esta manifestación ha alcanzado en la provincia de Santiago de Cuba en los últimos salones de arte, y como era de esperar, este no fue la excepción.
Entre los fotógrafos presentados al certamen se encuentra la joven artista Arlena Sera Ramos con su obra titulada Huellas: Juan: 316. Una obra impresa en papel mate que goza de una gran carga visual y conceptual. Este trabajo galardonado con una mención representa no solo las huellas de la religión, también las experiencias de vida y la postura que uno asume ante ellas. La pieza sin dudas es un trabajo bien logrado que lastimosamente no se llevó más premios.
El artista holguinero Aníbal de la Torre Cruz presentó la fotografía titulada Cada cual con su cruz, colocada curatorialmente al lado de la obra del artista santiaguero Marlon René Aguilera. Este expuso dos piezas impresas en papel mate pertenecientes a la serie Cuestión de Credo. La primera de ellas titulada Advocación, representaba a Jesús en un primer plano fuera de foco, lo que aumenta la preponderancia del segundo plano con la imagen de la Virgen situada en regla de oro. La otra foto presentada por el artista se titulaba Alaguema no debes mojarte.
Otras de las fotos exhibidas fueron las tomadas por los artistas habaneros: Ruslán Martínez Kolodiy y Jesús Delfino Villa. El primero con la obra titulada Instrumento digital, galardonada con una mención. A su vez Delfino presentó la pieza fotográfica de la serie Alas, con el título homónimo.
Al evento se presentaron artistas como Carlos Javier Álvarez Bravo con la representación de la Virgen de la Caridad del Cobre, en una pintura realizada en la técnica mixta y titulada Más que una plegaria. Esta obra es un cuadro con un formato piramidal de base ovalada en la que el artista representaba la iconografía de la Santa con colores dorados en su ropaje. A su vez, el artista habanero José Luis García Cortés exhibió la obra titulada Santo Rostro en la técnica de temple sobre madera en un formato de 47×42 cm. La pieza representa el rostro de Cristo con un trabajo pictórico que nos recuerda al arte realizado en La Edad Media, donde la yuxtaposición de planos y la falta de perspectiva dan la sensación de estar frente a una obra de arte realizada en otra época.
Una de las piezas que denotaba dentro del conjunto expositivo por su peso conceptual fue Primeros Auxilios de Reynaldo Pagán Ávila. La pintura es un juego con el espectador, donde resalta la cualidad humana de buscar consuelo en la religión solo en situaciones difíciles. Con la técnica de acrílico sobre lienzo y un formato de 60x 46 cm, el artista representaba la imagen de un Cristo en sustitución de la típica hacha en la caja roja de vidrio frágil que se usa en caso de incendios. Con la frase “Usar solo en caso de emergencia”, el artista cuestiona la religión, y cómo es asumida por los que la tienen como filosofía de vida.
La obra fue galardonada con el Premio Colateral de Consejo Nacional de las Artes Plásticas. Sin dudas un reconocimiento bien merecido a esta pieza que cuestiona la naturaleza humana con respecto a la religión. Este no fue el único reconocimiento que el artista guardó en sus bolsillos, la pintura titulada Hecce Homo, realizada en acrílico sobre cartulina con una dimensión de 45x30cm, fue galardonada con el Premio Colateral del Consejo Provincial de las Artes Plásticas.
Destaca también la participación de Othmar Josef Gisler con las obras Santa María de la Caridad y La Esperanza. Ambas piezas realizadas en acrílico sobre lienzo y con la técnica del puntillismo. El humor gráfico estuvo a cargo de Ramón Emilio Pérez López (Chicho) con las piezas El papa ayuna y En la unión está la fuerza, que Dios nos U.N.E. A su vez, el artista Wilkie Villalón de León, estudiante de la academia de arte Joaquín Tejada, presentó la pieza titulada Umbral. La instalación realizada en PVC, algodón y en la técnica de origami contaba con gran acabado visual. Esta obra fue galardonada con una mención del Consejo Provincial de las Artes Plásticas y con el Premio Colateral del Centro Loyola Santiaguero.
No solo estos fueron los artistas que participaron en la exposición realizada en la sala número uno del Centro San Antonio María Claret. Entre los nombres del catálogo se encuentran creadores visuales como Evelio Ramos Pérez, el holguinero Oscar García González o la habanera Rita V. Valdés, quien fue galardonada con el premio colateral del Instituto Pastoral Enrique Pérez Serantes.
La instalación estuvo representada con las piezas Héroes Inocentes de Alberto Paz Smith y Fe, de Luis David Carles Rodríguez. La primera es un trabajo de gran factura visual, donde el elemento de la cruz que formaba la obra tenía sobre ella rostros de niños fundidos en metal. Esta pieza fue galardonada con una mención del Consejo Provincial de las Artes Plásticas.
TóPop de nuevo en Certamen Primera Base
El grupo holguinero de música alternativa TóPop nuevamente forma parte de los jóvenes talentos que cada mes de marzo concursan en el Certamen Internacional Primera Base del Festival Havana World Music que promueve el proyecto Fábrica de Arte Cubano.
Sensualidad y barroquismo en las pinceladas de Amelia Peláez
El primer mes del año trae a la memoria el lenguaje de flores y vitrales traducidos al lienzo. Barroca e intimista es su huella pictórica –en un perfecto binomio de ensamble– y que por estos días inunda mis recuerdos en los que era estudiante de Historia del Arte y las pupilas seducidas por el equilibrio de formas me redescubrían el fascinante universo pictórico de Amelia Pélaez.
Más de un centenar ha transcurrido desde aquel enero de 1896, 125 años del nacimiento de una de las más reconocidas artistas de la plástica cubana, la de severidad ascética y grávido arte.
Estudió en la Academia de San Alejandro, y fue discípula de Leopoldo Romañach. Se estableció en París y asiste a la Ecôle Nationale Supérieure de Beaux Arts y a la Ecôle du Louvre y toma cursos de dibujo en la Grande Chaumiére. Su estancia en Europa fue néctar en la cristalización de su estilo a su regreso a Cuba en 1934.
Desde su casa en la Víbora, convertida en taller, Amelia descifra los entresijos del mundo de la plástica que realmente le pertenecían. Por ese entonces, el arte cubano estaba inmerso en un proceso de ruptura con los cánones academicistas. Hacia 1936 expone sus óleos que exhiben bodegones. Frutas y flores traslucen la intensidad del trópico, en el que se hace menos austera la influencia cubista y más tangible la unidad estilística.
En 1938 incorpora a sus naturalezas muertas elementos de la arquitectura tradicional cubana que solidifica en las posteriores décadas. Una línea sinuosa va dibujando balaustres, volutas en las columnas, mamparas, mediopuntos, arabescos, rejas de ventanales… la arquitectura decimonónica traducida al lenguaje plástico moderno. Alrededor de 1950 comienza a trabajar en la cerámica, ejecuta murales y trasciende su creación artística los límites de lo infinitamente palpable.
Es esta Amelia la de la línea barroca que se enrosca hasta el infinito en la constante amenaza de una huida –al decir de Graziella Pogolotti– la de un estilo personal inconfundible, moderno y cubano. Tan distintiva y magnánime su línea negra, tan intimistas y placenteras sus escenas domésticas. Va de las frutas al azulejo, de la riqueza ornamental a los planos geométricos, de la profusa composición cromática al exacto equilibrio de luminosidad.
Traducida la carnalidad de sus signos al lirismo lezamiano se proclama que: “Para huir de eso que se ha llamado hijos engendrados por la noche de Picasso, Amelia ha preferido el expresionismo abstracto, después se multiplicó el nombre de cubismo, para habitar lo que Picasso ha engendrado de día y frente al Mediterráneo”.
Sus personajes son objetos en el que “la columna se hace árbol y la fruta casi escultura en un mundo plástico donde lo vegetal y lo arquitectónico se confunden, dándose empaque de palmera al capitel corintio, en tanto que la piña cobra la elocuencia del mascarón de proa en una columna rostral.” Así expresó Alejo Carpentier sobre ese torbellino de formas de su universo creativo que alcanzó el punto álgido por la sensualidad y barroquismo.
Al conmemorarse el aniversario 125 del nacimiento de la renombrada artista, la historia del arte cubano señala el camino. Piedra angular de una vanguardia estética, Amelia Peláez, es hoy la memoria viva de vestigios pictóricos, como afirmara María Elena Jubrías, “gustó de encontrar lo diferente sin perder la unidad del decir propio”. Va en cada pincelada su inconfundible arte, como subterfugio y adeudo de vida.
Unidos por un mismo ideal
Subían y bajaban del lomerío con las palabras en forma de verso. Alegraban las noches en el corazón del parque Serafín Sánchez Valdivia o en una esquina de cualquier calle. Proponían esculturas con dimensiones llamativas. Daban vida, color y sonidos bisoños a la quieta ciudad.
En su mayoría, olían aún a escuelas habaneras o villareñas. Consumían expresiones artísticas renovadoras; discursos desafiantes para algunos, alarmantes para otros. Eran capaces de arrastrar a unos cuántos curiosos, y a otros ya convencidos de la valía de la oleada de jóvenes con muchas ganas de hacer y que poco a poco rompieron filas para integrarse al contexto cultural espirituano.
“Como en el resto del país, los artistas jóvenes estábamos agrupados en la Brigada Raúl Gómez García, la Brigada Hermanos Saíz y el Movimiento de la Nueva Trova. Mas, como resultado de la lógica en el desarrollo como creadores llegó la necesidad porque lo fue así, una necesidad de unirnos todos como Asociación Hermanos Saíz”, recuerda con detalles Carlos Manuel Borroto, protagonista de aquel contexto.
Desde hacía meses, se hablaba de esa fusión, no bien aceptada, según la memoria colectiva de los protagonistas de aquel contexto, por todo el gremio por los temores propios que genera lo nuevo. Sin embargo, tras largos debates en busca del bien común, se aprobó, el 18 de octubre de 1986, en el Encuentro Nacional de Jóvenes Escritores, Artistas y Técnicos de la Cultura.
“Fue el momento en que se materializaba y fortalecía el sistema institucional de la cultura. Por tanto, el mecanismo para el intercambio estaba también”, rememora Juan Eduardo Bernal Echemendía (Juanelo), otro de los testigos de aquel nacimiento.
La nueva generación siempre con muchas cosas por decir no cedió espacio y aprovechó cada instante. El diálogo directo con los diferentes públicos siguió en el centro del colectivo que guitarra, pinceles y cuadernos en mano; no sabían lo que significaba la palabra conformación.
“Las más jóvenes generaciones siempre son vistas con la expectativa de qué va a pasar y nosotros no escapamos a ello. No obstante, recuerdo que se nos respaldó desde la Unión de Jóvenes Comunistas, el Partido y la Dirección Provincial de Cultura. En aquellos primeros instantes, teníamos muchas carencias: no existía la editorial, el Teatro Principal era cine; ni imaginar con emisoras municipales o un canal de televisión, por lo que no parábamos en el interior de las recién creadas instituciones. Todavía en industrias como el Central Uruguay y en centros de acopio en alta mar deben recordarnos, porque nos íbamos a esos lugares por días para compartir nuestras creaciones y nos uníamos a sus diarismos”, describe Carlos Sotolongo, otro de los miembros del primer ejecutivo de la filial espirituana de la AHS.
En muy poco tiempo, otra prioridad tocó las puertas de la organización: una sede para que se convirtiera en guarida segura de tanto quehacer.
“Estaba en nuestros debates hasta que pasados unos años de la constitución de la AHS nos entregaron la vivienda, ubicada en la calle Céspedes, que desde entonces es la Casa del Joven Creador. A la par de esa preocupación siempre estuvo la de ejercer un diálogo constante, propio del cambio histórico protagonizado por la juventud. Y como ha sucedido en muchos otros momentos, no siempre encontró oídos receptivos del otro lado. Pero nosotros no nos cansábamos y volvíamos una y otra vez”, insiste Juanelo.
Como en la ciudad del Yayabo, en Trinidad el empuje arrollador de la juventud de los años 80 dinamizó los múltiples espacios donde el pensamiento se acomodaba con beneplácito.
“Recuerdo con añoranza aquellos días en que la ciudad era un centro cultural. La AHS es un oasis artístico, donde lo nuevo se mezcló con lo viejo y se compartió con el pueblo. Tanto así, que desde que nos entregaron como sede la casa ubicada en la calle Jesús María, se convirtió en el espacio de creación para artistas de la plástica, el escenario del Teatro Gaviota, donde también sucedieron peñas, talleres… Y contamos siempre con la ayuda de quienes ya tenían una obra consolidada”, cuenta Carlos Enrique Sotolongo, presente en cada uno de aquellos primeros instantes.
Sin percatarse el tiempo pasó y a su mismo ritmo, se sumaron otras nuevas voces al grupo fundador de la AHS en predios espirituanos, quienes por edad fueron cediendo su vida activa en la organización. Mas, la mayoría no ha dejado de estar en las propuestas con aires bisoños.
“En la AHS nacieron muchas de las principales personalidades que hoy representan nuestra cultura. Lo que entonces fue un sencillo cuaderno, moldeado en un taller, hoy es un referente. Al igual, sucede en el resto de las manifestaciones”, opina Rigoberto Rodríguez Entenza (Coco), a quien se le encuentra siempre por la Casa del Joven Creador de Sancti Spíritus.
De esa efervescencia inicial, se ha bebido a lo largo de estos 34 años de vida. Eventos como el Voces cruzadas, único espacio de su tipo en el país para mirar desde la ciencia a nuestros medios de comunicación, y el Lunas de invierno, el más importante de la filial espirituana por unir a todas las manifestaciones artísticas con propuestas para los espacios públicos son dos ejemplos de un quehacer consolidado con el talento y compromiso para encauzar inteligentemente el arte cubano.
“La Asociación se parece a su tiempo y cada joven es capaz de transformar su entorno en la manera que le es posible”, reflexiona Liudmila Quincoses, la espirituana con mayor período de tiempo en el ejecutivo provincial de la organización.
En el centro del lente
Muchos de los trazos de esta historia llegan por vez primera en formato de documental, gracias a la idea original, dirección, edición y postproducción de Alexander Hernández Chang. Resulta el mejor regalo al cumpleaños de la AHS en tiempos de COVID.
Entrevista con más de 10 protagonistas de estos 34 años se cruzan en un discurso ágil sostenido en fotos que nos devuelven momentos únicos a lo largo de esta historia.
No en vano su título, Memorias de Juventudes, nos toma de la mano desde aquel año 1986 hasta el quehacer actual y con el impacto de las células de Jatibonico y Trinidad.
La Comisión de Género de la Uneac y la AHS de Sancti Spíritus iniciará a partir de este mes, una serie mensual de conversatorios de 10 minutos diseñados en el proyecto "Formar ciudad: espacios interactivos". No te lo pierdas desde su perfil en Facebook. #UneacSanctiSpiritus#Uneac#CubaEsCultura #Cuba????????
Publicada por Unión de Escritores y Artistas de Cuba – UNEAC en Miércoles, 14 de octubre de 2020
Su premier se soñó con la apertura de la Casa del Joven Creador de Sancti Spíritus, finalmente reparada, después de más de dos años con la presencia de fuertes laceraciones constructivas, y en su interior un centro documental, donde además de atesorar bibliografía de interés para su membresía resguardará en una publicación impresa esta historia.
La actual situación epidemiológica de la provincia obligó a dilatar la celebración por todo lo alto. Mas, un día, no muy lejano, la casona de calle Céspedes abrirá esplendorosa sus puertas para retomar su vida y devolvernos la magia de un grupo juvenil que cree fielmente en que la cultura salva, a pesar de los molinos de vientos.
Oralitura Habana, un año después (Parte I +Videos, fotos y tuits)
Hace un año, Oralitura Habana era el sueño de unos cuantos jóvenes guiados por el experimentado Alexis Díaz-Pimienta. El objetivo era realizar un gran encuentro entre los cultores del verso oral improvisado para que a su vez se mezclaran con artistas de otras manifestaciones.
La cita ocurría en La Habana, la capital cubana que ha sido testigo de tantos eventos multitudinarios y que ha arropado a exponentes de todas las artes.
Bitácora de una travesía poética
Llegó septiembre, y del 25 al 29 de ese mes, el universo improvisado giró alrededor de la poesía oral.
El Centro Hispanoamericano de Cultura fue la sede inaugural del evento. Ese colonial edificio frente al Malecón le abrió las puertas a Oralitura Habana con la exposición de Tres “Guayabeando”, protagonizada por los Lutiers “Guayabos”. Cada instrumento fue intervenido por un artista visual diferente, y una vez más quedó demostrado que la música con las artes plásticas hacen un binomio maravilloso para homenajear a ese instrumento cubano protagonista de los guateques tradicionales.
Y este fue uno de los lujos hermosos de #OralituraHabana2019. La exposición de los lutiers Guayabos. Una hermosa obra acompañada de décimas de muchos improvisadores cubanos. ¡Gracias!
Publicada por Oralitura Habana en Sábado, 26 de septiembre de 2020
Desde que se estaba gestando la idea de hacer este evento, la Asociación Hermanos Saíz asumió un compromiso vital para que Oralitura Habana pudiera nacer. Por eso la sede central fue el Pabellón Cuba, donde ocurrió el primer concierto para el público.
Tony Ávila y su grupo, junto a Alexis Díaz-Pimienta, mostraron la magia que tiene la décima oral improvisada para fusionarse con la música. Canciones y décimas hicieron que el público capitalino disfrutara de un concierto irrepetible.
????¡Oralitura Habana sigue de cumpleaños!???????? Hace un año Oralitura Habana era el sueño de unos cuantos jóvenes guiados…
Publicada por Oralitura Habana en Sábado, 26 de septiembre de 2020
Otra de las alianzas de lujo que regaló este evento de improvisación oral fue con el teatro. En la Casa de la Poesía de La Habana Vieja se estrenaron muchos repentistas como actores de teatro. Este grupo sui géneris, bajo la dirección de David Riondino, llevaron a las tablas escenas improvisadas de “El Quijote” como homenaje al gran Cervantes.
En el Primer Encuentro de Improvisación Poética también se realizaron talleres impartidos por prestigiosos maestros de la cultura cubana. Digna Guerra, directora del Coro Nacional de Cuba, demostró cuán importante es la afinación para los repentistas. Osvaldo Doimeadiós otra vez desbordó su pasión por la actuación e intentó transmitir ese mismo sentimiento en su clase magistral. Virgilio López Lemuz habló sobre la décima escrita, sus características formales y su historia. Y Alexis-Díaz Pimienta, con su taller de Décima Oral, logró hacer que hasta el más tímido participante se lanzara a improvisar, demostrando una vez más que el repentista nace, pero también se hace.
Hoy recordamos el Choque de Improvisadores de #OralituraHabana2019.
???? Hoy recordamos el Choque de Improvisadores de #OralituraHabana2019, y lo hacemos con "Un encuentro", un cortometraje documental filmado durante el espectáculo donde la directora e investigadora Eugenia Marina Andreani rescata ll clima de camaradería y respeto en las controversias y contiendas poéticas???? Sin dudas, una de las propuestas más novedosas que mostró el Primer Encuentro de Improvisación poética fue este Choque de Improvisadores, una batalla entre freestyler y repentistas.El escenario, convertido en rin de boxeo midió el calibre de cada improvisador, dos bandos, dos géneros, que pese a las diferencias que parecen tener, son manifestaciones muy similares, ambas usan como materia prima las palabras, las rimas, las conjugaciones poéticas para transmitir un mensaje e intentar vencer con puños de versos a su adversario. Por primera vez el Pabellón Cuba, uno de los escenarios más importantes para el arte cubano, fue testigo de un espectáculo como este, en el que el público fue el principal juez y abanderó como equipo ganador a los repentistas, los seis poetas involucrados son experimentados jóvenes que siguen manteniendo bien el alto la poesía oral improvisada en Cuba.???? Pero no dejes de ver este corto, y déjanos saber tus impresiones.#OralituraHabana #uniVERSOImprovisado #décima #improvisaciónpoética #repentismo #Cuba #rap #freestyle #hiphop
Publicada por Oralitura Habana en Lunes, 28 de septiembre de 2020
Una de las propuestas más novedosas que mostró esta cita fue el Choque de Improvisadores, una batalla entre freestyler y repentistas. El escenario, convertido en ring de boxeo, midió el calibre de cada improvisador: dos bandos, dos géneros, que pese a las diferencias que parecen tener, presentan manifestaciones muy similares, puesto que ambas usan como materia prima las palabras, las rimas, las conjugaciones poéticas para transmitir un mensaje e intentar vencer con “puños” de versos a su adversario. Por primera vez el Pabellón Cuba, uno de los escenarios más importantes para el arte cubano, fue testigo de un espectáculo como este, en el que el público fue el principal juez y abanderó como equipo ganador a los repentistas, experimentados jóvenes poetas que siguen manteniendo bien el alto la poesía oral improvisada en Cuba.
En Oralitura Habana no podía faltar el guateque tradicional, por esa razón los participantes se trasladaron hasta Madruga, uno de los escenarios donde más se improvisa en Cuba. El Central Boris Luis Santa Coloma otra vez reunió a algunos de los mejores exponentes del verso oral improvisado. Poetas como Luis Quintana, Héctor Gutiérrez y Yoslay García cautivaron a los que desafiaron la lluvia para disfrutar de la tradición cubana.
???? Desde el lente de… Eugenia Andreani✌️ Eugenia, nos recuerda momentos acompañada de amig@s, el espectáculo en el…
Publicada por Oralitura Habana en Jueves, 24 de septiembre de 2020
Oralitura Habana ofreció poesía en diferentes formatos, desde España llegó Zenet, uno de los más importantes músicos que hoy defienden la canción de autor, además premio Cubadisco 2019. La Sala del Teatro Bertolt Brech acogió el último concierto abierto al público y, de nuevo, la décima sazonada con Pimienta se fusionó con la canción.
Para confraternizar entre los invitados del evento se prepararon los Decimódromos, una especie de descarga entre todos los artistas que cada noche ocurría en el Delirio Habanero, ese mágico lugar con vistas espectaculares de la capital. Sin dudas los Decimódromos fueron de los momentos más recordados por los que acudieron al encuentro, primero de su tipo en Cuba, pues fue el momento de romper el guion y hacer fluir el arte, de subirse a escena y regalar poesía en todas sus variantes: décima, rap, spoken word, canción…
Decimódromo Oralitura Habana 2020
Decimódromo Oralitura Habana 2020
Publicada por Oralitura Habana en Domingo, 27 de septiembre de 2020
Para celebrar el primer año de este proyecto poético, su comité organizador preparó una programación especial en sus plataformas digitales. “Haremos un viaje en el tiempo y revelaremos momentos curiosos que usted no vio. Otra vez Oralitura Habana te invita a ser parte de este uniVERSO Improvisado”, comentó Alex Díaz Hernández, uno de los directores del proyecto.
???? Si aún no nos sigues en todas nuestras redes sociales, este es el momento de hacerlo????. Ayuda a nuestro uniVERSO Improvisado a ser más global ????. Oralitura Habana produce materiales diversos en Instagram, Telegram, Facebook y nuestro Canal Oralitura en Youtube.¡Solo te tomará un minuto seguirnos ????!Aquí te dejamos los link de todas nuestras redes sociales ????Instagram: https://www.instagram.com/invites/contact/?i=1r7mq22625mmv&utm_content=6bih2xfTelegram: https://t.me/Oralitura_HabanaYoutube: https://www.youtube.com/channel/UCnIGw_0-MH_oWvVJ5FUYBFAFacebook: https://www.facebook.com/oraliturahabana/¡Muchas gracias!#OralituraHabana #uniVERSOImprovisado #décima #improvisaciónpoética #repentismo #Cuba
Publicada por Oralitura Habana en Domingo, 26 de julio de 2020
Hecho en familia (+Video)
A la larga, la historia del arte cubano tendrá que reconocer que en los tiempos de la COVID-19 los artistas avileños se han crecido y mostrado el mejor de sus artes.
No haré la enumeración de cada ejemplo. Solo quiero detenerme en el video clip “Cuando tú me miras”, de la canción del cantautor Yoan Zamora. Audiovisual estrenado por el cantautor quien fuera miembro de la AHS y su vicepresidente en la célula provincial avileña.
Este es un trabajo casero, hecho desde la hegemonía familiar, que se llevaría una ovación a voz de encuesta. Y es que en su concepción, tiene una visualidad que atrapa y seduce. Continúa en la línea de la estética de vanguardia casi impuesta por los jóvenes realizadores de la Asociación, aunque sin muchos malabarismos ni efectos especiales.
También es una obra que se inscribe en el homenaje personal del artista, al aniversario 34 de la organización vanguardia de jóvenes artistas, a cumplirse el 18 de octubre de este año.
Si bien la canción no se me presenta entre las mejores composiciones del joven cantor, por tener una estructura predecible y un estribillo con características demasiado “pegajosas”, se deja escuchar y hasta se queda impregnada en la memoria del oyente.
Pero permite que sea visualizada con dignidad, decoro, y ciertas metáforas que conviven con la genialidad.
Partamos de que el trabajo está montado, en casi su totalidad, sobre los tonos grises, y algunos sepias. Esto crea no solo una atmósfera como histórica (una ciudad, el clima, una calle) o por momentos onírica (la lluvia, bosque, neblina, paraguas), sino que, además, permite que la fotografía asuma el papel protagónico que merece. Y así refuerce la carga semántica que ya tiene (una mujer acostada sobre un fondo blanco).
El espectador no se distrae con otros elementos dentro de cada composición, sino que se su limita a descodificar cada uno de los fragmentos de películas que conforman la obra (miradas, esperanza, desconsuelo, expectativas).
Además de las escenas en las que el Yoan cantautor interpreta el tema. Cámara muy bien realizada por su hija Lya Adriana.
Porque un video clip no solo nos regala un correlato paralelo a la historia que cuenta la canción, sino que, además, podría solo ofrecernos una ilustración de dicha letra. Y, en este caso, es lo que ocurre aquí.
No lo hace de manera pasiva. Sus ilustraciones nos mueven el intelecto, nos lleva a comparar, a buscar en nuestros archivos vivenciales. Porque todo lo que vemos se parece a lo ya vivido y queremos descifrar cuánto.
Sin embargo, las imágenes de una margarita que es deshojada por unas manos, una vista cenital de un paso de peatones abarrotado, la lluvia que cae sobre diferentes superficies, un semáforo que pasa siempre a verde, una mano que acerca la aguja de un tocadiscos al vinilo, entre algunas otras, conformarían una de las tantas historias que se podría leer y que es la que sigue: la vida pasa para todos a consecuencia de nuestros actos y decisiones.
Mirar es un acto que se decide llevar a cabo o que no. Se hace para un determinado propósito y, casi siempre, le precede a las ansias cognitivas de un sujeto.
La mirada es también comunicación no verbal.
En ese sentido, la atmósfera intimista que consigue este audiovisual nos llena de cierta melancolía y como que nos deja hacer un viaje introspectivo hacia el centro de nosotros mismos. ¿Añoramos el pasado? ¿Nos asusta el presente?
Con una mirada podríamos salvar al prójimo. Por una mirada, muchos estarían dispuestos a darlo todo.
La edición, a cargo del propio Yoan Zamora, está basada generalmente, en el corte directo. Aunque, en varios momentos, sigue la pauta de los cortes musicales para puntualizar algunos acentos de la canción y dinamizar el tempo ritmo de la misma.
Los cortes son precisos. Y, salvo en el minuto 1:26, donde la tomas donde el cantante se ve como detrás de un filtro oscuro que le antecede a otro de tono sepia y pareciera un error de revisión, el resto del material está elaborado con gracia y buena técnica.
Muy bien me parece el no pocas veces utilizado recurso del final circular. Recuérdese que en la primera escena del clip aparece una muchacha acostada sobre un demasiado blanco y se ve una sombra que huye de su cuerpo hacia la esquina inferior derecha. Me atrevería asegurar que un intercambio de la escena final, donde se ve la mano jugando a tocar a la muchacha, por esta inicial, sería más efectista y sugerente.
Y creo que para cerrar, la misma escena, pero en el plano donde la mano ya se retira. Principio y final de un suceso. Abre y cierra con una acción que pareciera detenida durante el tiempo que dura la canción.
Por lo pronto, este video clip de factura casera, a manos de la familia de Yoan Zamora, el cantautor avileño, sirve como muestra de que el arte en tiempos de COVID-19, cura y enaltece.
Desnudo sobre el lienzo
Un sinfín de imágenes que responden a la magnitud de las emociones y conflictos del ser humano, sus desaciertos e inconformidades y una realidad cuestionada a través del lenguaje pictórico caracterizan la obra de Asniel Herrera (Chuli), joven cultivador de lo figurativo y abstracto del lienzo, uno de los más notables representantes de la nueva generación de artistas camagüeyanos, quien con pasos firmes se instaura hoy como promesa plausible en las artes plásticas de nuestro país.
Con el uso de las bondades de las nuevas tecnologías y su impacto en la sociedad contemporánea, unido a su tradición en el arte del pincel y del dibujo –destreza autodidacta adquirida–, Chuli logra crear una muestra ingeniosa y simbiótica, matizada por la experimentación que tanto profesa y ama.
Con este joven de 33 años, graduado de Instructor de Arte en la Universidad de Ciencias Pedagógicas de Camagüey y miembro de la filial principeña de la Asociación Hermanos Saíz, tuve la oportunidad de conversar en compañía del aroma del buen café.
Amor a segunda vista…
Era el niño que dibujaba corazones y flores en el aula, sin referentes en las artes plásticas ni aspiraciones serias. A los 15 años matriculé por puro embullo a la recién instituida Escuela Nacional de Instructores de Arte (ENIA) con la idea de instruir y acercarme al mundo de las artes plásticas, hasta entonces desconocido por mí.
Fue una época de mi vida en la que aprendí a ser consecuente con el arte y a ser deudor de mis maestros y de quienes cultivaron en mí el deseo de crear y enseñar. Así descubrí que quería ser artista y definirme como tal.
Una explosión sobre el lienzo…
Intento variar mucho mi trabajo, por lo que la experimentación hace que mis obras no se parezcan unas a otras, aunque después del “Proyecto Cielo” he logrado entrelazar todo lo que he venido haciendo a lo largo de estos años. La abstracción, lo figurativo, la expresión y mi amor por los grandes maestros clásicos de la pintura me desnudan y me disparan sobre el lienzo, y es esa sensación lo que ha creado una ideología estética que hoy distingue mi quehacer como artista.
En el caso de la fotografía siempre me he decidido por una imagen que me impacte y haga un balance entre el discurso de quien la toma en aquel momento y el discurso contemporáneo sobre el mismo tema y ese es el vínculo que quiero crear entre los autores clásicos y quienes marcan hoy su presencia en la web mediante la publicación de imágenes.
Bajo el mismo cielo….
El proyecto “Cielo” fue una idea que me cayó del cielo literalmente, una idea muy humana y naturalista con la que entendí la necesidad de encontrar un punto de convergencia e inflexión entre el internet y la pintura.
Era un intento de romper esas fronteras que nos separan a pesar de estar bajo el mismo cielo, el punto de contacto de toda la Humanidad con el deseo infinito de igualdad.
Para materializar este proyecto en 2012 utilicé las redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram, el correo electrónico y mi blog personal, solicitando a distintas personas que me enviasen fotos, sin parámetros técnicos, del cielo; del lugar donde vivían, tomadas en distintos momentos del día y en cualquier condición climática.
En un mes llegué a tener más de 120 fotos de los cinco continentes con la identidad del sitio y el autor adosadas. De ese total escogí 30 y así conformé la muestra, reproduciendo en lienzo y óleo lo que otros captaron con sus cámaras.
Así nació un proyecto con el cual logré el Premio Visuarte del Festival Internacional de Artes Visuales Contemporáneas de Cienfuegos, y el Premio único en el XXVIII Salón de las Artes Visuales Fidelio Ponce de León que organiza el Consejo Provincial de las Artes Plásticas de Camagüey, y se expuso en la XII Bienal de la Habana en 2015. Gracias a este proyecto tuve la oportunidad de recibir una residencia de artistas latinoamericanos por tres meses en China que coincidió con Meet in Beijing, el principal encuentro anual de las artes en esa capital, además de exponer en Colombia.
Esta muestra global me abrió las puertas para que me conocieran en el mundo del arte internacional.
El arte fuera del habano-centrismo….
Complicado, esa sería la palabra para definir la situación de la comercialización y promoción del artista plástico fuera de la capital habanera. Para insertarse en el panorama artístico del país es necesario lograr una visibilidad que lamentablemente en otra provincia no es loable.
Creo que para mejorar el futuro de las nuevas generaciones de artistas plásticos en Camagüey y en el país depende mucho de la educación que proviene de las Academias de Arte y de la unión de los Consejos de Artes Plásticas en cada región, con el fin de estimular a los estudiantes y que confluyan con los artistas consagrados y con los eventos de artes plásticas que se desarrollan en las principales galerías de cada territorio.
En tiempos de pandemia….
El año comenzó con una exposición personal “Como yo Puedo”que se realizó el 19 de marzo en la Galería Galeano de La Habana, luego llegó la Covid-19 y la galería cerró sus puertas, pero esto no significó que el público no pudiera disfrutar de mis obras. Las plataformas digitales, como medio de comunicación, me sirvieron una vez más para fusionar la pintura y el internet y brindar mi arte de una forma virtual y con mayor acceso.
La pandemia me llevó hacia la creación de una nueva serie de 12 autorretratos con formas diferentes de expresión facial, mañas inconscientes que hacemos cuando estamos en casa por costumbre o identidad personal. También me enfoqué en la realización de videos a través de Instagram, titulados “Amigos from home”, ya son siete los capítulos en los cuales artistas plásticos, ya sean cubanos o no, que viven en cualquier país del mundo, grabamos de forma online el proceso creativo de nuestros propios autorretratos.
Ahora mismo estoy trabajando en la publicación del catálogo de mis últimas exposiciones en La Habana, “Crónicas Sentimentales” (2018) y “Como yo puedo”, con la editora de “Arte Cubano”, un libro de 120 páginas, bilingüe, y con una documentación de cuatro textos críticos de mis obras más relevantes.
La AHS y yo….
En mis 10 años como instructor, aún sin pertenecer a la Academia de Artes de Camagüey Vicentina de la Torre y sin contar con un carné del Registro del Creador que te acredita legalmente como artista y con el que puedes acceder a la compra de los materiales y exponer en una galería comercial, la única organización que me podía abrazar en aquel entonces era la Asociación Hermanos Saíz. En 2008 me convertí en miembro de la filial principeña y gracias a ella, en 2012, pude oficializarme en el Registro del Creador.
La AHS trazó mi camino, fue donde realicé mis primeras exposiciones, me ayudó a promocionar mi obra dentro y fuera de la provincia y me dio la posibilidad de que el país me adoptara como artista profesional.
Pertenecer a la Asociación es sin dudas el primer paso para cualquier joven artista, seas de la Academia o no, es un diapasón gigante para todo aquel que desee comenzar su carrera en el mundo de las artes en general.
Liesther Amador: «Soy un insatisfecho superviviente»
Conocí la obra de este joven al azar, mientras realizaba las correcciones del catálogo de la exposición de arte contemporáneo cubano La Tierra Dada, que organiza la Asociación Hermanos Saíz. Su obra Tiempo Muerto, merecedora del Premio Post-it 2019, que se otorga a creadores menores de 35 años, despertó mi curiosidad en primera instancia y me dispuse a indagar más sobre el concepto y la historia de esas fotografías en las que las personas, como árboles, sembraban sus cuerpos en la tierra.
La obra de Liesther Amador González (Ciego de Ávila, 1983) navega entre los medios expresivos de la pintura, la fotografía, el dibujo, la instalación, el site specific work, la intervención en el paisaje y el performance. La realidad del artista y su entorno se convierten en materia artística, un registro documental. En su discurso, lo individual, lo familiar, el tiempo, la tierra y lo vivencial son asumidos como puntos de equilibrio, que podrían tensar un hilo conductor entre cada una de sus piezas. Podría decirse que hay una especie de radiografía interior en cada ellas, la búsqueda incesante de alguien que escarba en la tierra, como quien escarba en su conciencia, hasta encontrar su raíz.
Háblame de los inicios. ¿Cómo descubriste las artes visuales? ¿Cuándo sentiste que era el camino?
Desde niño me gustó pintar, tenía habilidades para dibujar, modelar con plastilinas o fango. Mis padres se encargaron de cultivarlas con regalos (crayolas, lápices de colores, acuarelas, etc.) y sobre todo con elogios. Siempre me estimulaban a participar en concursos. Recuerdo que esas primeras “obras” eran motivo de orgullo en sus conversaciones con amigos o visitas.
Mi madre se empeñó inagotablemente en conservarlas en carpetas que aún andan por casa. La motivación es la base de la formación vocacional, sobre todo en la niñez donde la fantasía puede ser incitada y conducida. Nada más serio para un niño que sus juegos a ser adulto. Allí es donde deben actuar con cautela maestros, padres o tutores, pues hay mucha fragilidad también, un descuido o mal manejo puede marcar el rumbo, desvirtuándolo o simplemente matándolo.
Con esa mesura la asumieron todos en mi familia y cuando mis preguntas sobre técnicas de dibujo se fueron complicando (cómo sacarle un destello de luz al parabrisas de un carro que ese momento dibujaba), buscaron ayuda en el único artista (el pintor) que había en mi pueblito.
Así comenzó a ponerse maduro mi juego y el objetivo fue prepararme para las pruebas de ingreso a la Academia deAartes. En aquel entonces (1998) tenía la opción entre Camagüey o Trinidad, las dos a más de 150 kilómetros de mi Jicotea natal. A vencer los miedos de la “desprotección”, hacer sacrificios sentimentales y materiales también estuvieron dispuestos mis viejos, pues yo tenía en aquel momento 14 años, 130 cm de estatura y la situación económica era dura para mi familia y toda Cuba.
Aunque podría decirse que el artista visual se va formando sobre la marcha, a partir de su propia sensibilidad y los intereses que marcan sus inquietudes artísticas, el proceso de formación académica siempre deja una huella importante. ¿Qué particularidades marcaron tu etapa como estudiante?
Así llegue a la Academia de Artes Plásticas “Oscar Fernández Morera” en Trinidad un día de octubre de 1998, con un miedo terrible a una realidad ajena totalmente, pero convencido de que ese era mi lugar.
La formación académica no define la condición de artista. Es un error recurrente en la institución cubana del arte catalogar desde allí. Ser artista es una actitud ante la vida, no es cuestión de acumular habilidades técnicas o erudición teórica para vencer un plan de estudios, pero no se puede negar que esta formación va a marcar para siempre y allanará el camino de quien decida empeñarse en el arte.
En principio, hay incontables trillos para la creación visual, y la academia viene con algunos a ponértelos en la cara, desde metodologías probadas por años en la tradición. Estos, en mi experiencia, son los cimientos donde se sostiene todo, aun cuando el arte desdibuja sus fronteras, se expande a una infinitud de disciplinas, facturas industriales o virtuales, metodologías conceptuales de distanciamiento total del artista en la realización de la obra, etc., aun cuando todo esto es asumido desde hace tiempo por las instituciones del arte.
Mirando mi camino transitado desde la distancia, puedo afirmar con total responsabilidad que una academia de arte o cualquier escuela no dependen del confort o la cobija de la instalación, sino de la calidad del claustro que la estructura.
La Academia de Trinidad donde estudié y en la que se formaron artistas que ya tienen un lugar en la historia de arte cubano, fue descrita en símil por el destacado crítico y curador Gerardo Mosquera, como una “escuela de África” por sus condiciones insalubres…; eran las ruinas de un Cuartel de Dragones del Ejército español, pero era un verdadero oasis para la enseñanza.
Allí, un claustro heterogéneo en maneras de asumir y experimentar el arte te mostraba caminos técnicos e ideoestéticos, y te exigía su tránsito, pero en esencia había asumido como método fundamental darte la libertad de la experimentación, el incentivo y el respeto a la individualidad creativa, sin descuidar ponerte en la conciencia códigos del compromiso social del arte.
En esos planes de estudio recuerdo y reconozco cuánto me marcaron ejercicios que buscaban introducirnos en investigaciones cuya praxis nos exigía la inserción en el medio sociocultural. Esa marca no se ha borrado, por el contrario, crece aún. Recuerdo a profesores como Luis Blanco, Tony Gómez, Alain Fernández, Mario Guerra, Papito, Duffay, Acebo, Alejandro Bastida que, entre otros, habían asumido la enseñanza desde la experiencia que la producción artística contemporánea exigía.
Estos métodos tenían su base en el comportamiento de la producción del arte cubano durante los años ochenta, signados por dos problemáticas ideostéticas: la asimilación crítica de los resultados de autoconciencia del arte llevado a cabo por las vanguardias durante el siglo XX y el replanteo de sus roles sociales para nuestra situación cultural. Estoy seguro que de allí venía todo.
Es muy grato recordar esa etapa hermosísima de mi vida, pero me entristece el hecho de que esa Academia no exista para nuevas generaciones, por una decisión con un análisis que creo fue poco profundo por la gran implicación cultural y social que tenía ese centro para una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, pues su función iba más allá de la formación de artistas visuales de la región central del país, esta servía de contraparte al peligroso mercadeo de arte para la feria (candonga) al que una ciudad turística se expone permanentemente.
¿Quién funciona ahora como contrapartida a la seudocultura? ¿Quién eleva o muestra como estandarte, verdaderos valores artísticos al foráneo? ¿Quién le brinda otros referentes al público trinitario que está siempre expuesto a la deformación que genera ese mercadeo?, incluso, y por qué negarlo, ¿quién eleva la competencia, la calidad en cuestiones técnicas o creativas para ese mercadeo mejor que esos estudiantes de arte? En eso debió pensarse; otros problemas pudieran pesquisarse por especialistas en temas socioculturales, estoy seguro. Pudiera parecer que padezco del sentimiento del trinitario ausente, pero no es así, el problema es de talla mayor cuando hasta el edificio con alto valor patrimonial que albergaba a la escuela, queda en el abandono.
¿Cuáles son los principales referentes que crees que han influenciado tu obra y tu visión del proceso creativo?
La lista sería extensa, te mencionaré algunos que considero son los más cercanos, el orden de los nombres de estos referentes no responde a una mayor o menor influencia, indistintamente todos con mayor o menor evidencia están en mi trabajo: Antonia Eiriz, René Francisco, Eduardo Ponjuan, José Bedia, Joseph Beuys, Bill Viola, Spencer Tunick, Marina Abramovic, Santiago Sierra.
Como ves, son diversas mis referencias, algunos marcan por su actitud o postura ante el arte y su finalidad, otros en la manera que abordan desde el arte determinados procesos culturales o sociales, otros desde los contenidos conceptuales o temáticos que emplean o emplearon. Creo que esos son los tres caminos fundamentales que marcan mi interés por ellos.
El nacimiento de una obra visual a veces requiere de un punto de calma, de soledad, de búsqueda interior. La variedad de aristas en tu creación da la impresión de una exploración constante. ¿Qué es lo que más disfrutas en el proceso creativo de una obra?
No siempre una obra nace desde ese punto de calma, soledad o de búsqueda interior. En mi caso hay obras que han nacido en el punto de ebullición de un proceso en esencia contrario. En mi trabajo casi siempre hay una dosis de accidente, creo que constantemente cedo un poco del control, lo mismo a las personas con las que trabajo o colaboro, o a los materiales y técnicas que empleo; ese riesgo me excita y creo que enriquece el proceso y el resultado.
Además, nunca hay un control total por parte del artista sobre la obra que genera. Siempre hay un otro, otras realidades para la obra, tan simple como que el espacio donde se exhibe o se genera va a condicionarla y ya en eso dejamos de tener el control total, por ponerte un ejemplo.
También hay de soledad y búsqueda interior, pues suelo ser autorreferencial, o exhibir algunos de mis traumas, eso tiene que ver con un principio ético que asumo como máxima, ser sincero, por eso mi discurso se hace directo, sin adornos, a veces en forma documental; encuentro la poesía allí.
Leyendo a Martí me he dado cuenta que se puede ser directo, duro en el discurso y no perder esa poesía. Eso no está en el empaque de la obra, la llamada superficie o atmósfera, sino en el subsuelo de donde nace.
El arte está lleno de fórmulas y trucos factuales que actúan en el subconsciente del individuo, eso no se puede negar o desechar, pero una obra no puede ser en esencia eso, pues será solo adorno, telenovela para hacer llorar a las amas de casa o simplemente un objeto para el mercado fácil.
La historia del arte está llena de ejemplos de esos artistas cuya obra no ha sido valorada en su momento, han sido censuradas o motivo de burlas por sus contemporáneos simplemente por poner una dosis justa de sinceridad, sin embrago eso son los que han corrido las fronteras para el arte.
En las obras de esos nombres que te menciono como mis referentes está ese condimento esencial que es la sinceridad –también de embeleco, claro– y de cierta manera todos han asumido los riesgos que esto implica, pero tienen el beneficio de trascender y eso es algo que todo artista intenta, pero pocos lo logran.
Lo familiar, las raíces…se muestra como un sitio recurrente en toda tu obra. ¿Qué impulsos te interesa expresar en este sentido?
Ya te mencionaba anteriormente de dónde vengo. Mi familia es numerosa en un pueblito pequeño, y eso genera una especie de núcleo poderoso que me ha condicionado el carácter a un sentimiento de sobrevaloración familiar. Mis tías tienen derechos de madre y los primos nos criamos como hermanos. Aclaro, nada es perfecto por la diversidad de caracteres, pero fue riquísima para mí, esa fórmula. De eso quizás venga todo.
La creación de un artista parte de motivaciones, de experiencias cercanas o ajenas, pero este tiene la responsabilidad de ahondar, no quedarse en la epidermis del asunto. Uno trabaja sobre lo que más conoce, lo que más siente o padece, entonces mi familia es una mina riquísima de materias primas.
Martí decía, “insértese a la raíz el tronco” y las mías están muy prendidas a ese núcleo familiar. Los que cultivamos plantas sabemos que al trasplantar un árbol hay que cuidar de no dañar sus raíces, siempre hay que dejar parte del sustrato natal para que sobreviva al adaptarse al nuevo terreno, por eso regreso permanentemente a mis raíces, para no marchitarme, creo que no soy capaz de adaptarme totalmente a este nuevo terreno.
En la base de la sociedad está la familia por lo que es común denominador a todos, es tema universal recurrente en la historia del arte, entonces es fácil que esos microrrelatos que expongo se conviertan en universales.
La pintura, el performance, la instalación, la fotografía, el videoarte… todo un universo de experimentación que gira en torno al arte contemporáneo, y lo define. Por lo general una arista no es comparable con la otra. ¿Qué intentas expresar desde cada una? ¿En cuál te sientes más satisfecho?
No encuentro preferencias por ningún medio de los que he usado. Creo que un artista, joven o viejo, debe conservar la capacidad y el deseo por la experimentación, y eso es lo que he hecho.
Creo que hay medios idóneos para cada idea y mientras más capacidades y herramientas un artista acumule, mejor. Uno tiene que ejercitar permanentemente ese instinto para elegir caminos, modos de hacer, porque puedes convertirte en estanque o en un soñador que esperando los recursos ideales para hacer la obra nunca la produzcas porque nunca lleguen. Aún soy alguien en formación, eso es todo.
Soy un insatisfecho superviviente, quisiera producir el doble y superior en calidad. Entonces permanentemente siento que la mejor obra es la que estoy por hacer.
¿Qué enseñanzas te deja tu experiencia como profesor de Dibujo y Pintura de las Academias de Artes Plásticas Raúl Martínez (de Morón) y Raúl Corrales (de Ciego de Ávila), labor que realizaste por casi una década? ¿Consideras que es importante que un artista se vincule a la faceta pedagógica como un ejercicio más de creación?
Te confieso que en principio tome el magisterio como un juego de ego y rebeldía. Llegar en impositivo a él marcó esa postura adolescente. Yo quería seguir mis estudios en el ISA, pero las circunstancias económicas y la salud de mi madre no me lo permitían y como única opción impuesta por el servicio social me dieron impartir clases en la academia Raúl Corrales en Ciego de Ávila, que coincidía su inauguración con mi graduación en 2002.
Fue un choque violento, pues para nada el sistema que imponía la novata dirección de ese centro se asemejaba al que yo había vivido como estudiante en Trinidad: incomprensión de prioridades en los planes de estudio, baja preparación por parte de algunos profesores en asignaturas fundamentales y complementarias para la especialidad, arbitrariedades que lastraban la movilidad creativa de los estudiantes y otros problemas que por ética no puedo mencionar; un choque generacional, subvaloraban y subestimaban a esos tres chiquillos “rebeldes” recién graduados (Regüel Altunaga, Jeosviel Abstengo y yo).
La rebeldía me dio por jugar a ser el profesor que me hubiera gustado tener, que no era más que una mezcla de las características de esos que te mencioné anteriormente. Y me enamoré de ese juego, descubrí que tenía vocación para dar clases, sentía una satisfacción enorme con la evolución de mis estudiantes, dispuse casi todo mi tiempo a esa labor y por un período no lo sentí como una pérdida, pues para enfrentarse a un grupo de adolescentes estudiantes de arte hay que dosificar las energías para que no te falten para estar en superación permanente, pues exigen, cuestionan y si de pronto te conviertes en su referente, es mucho peor, pues eres como el líder de una banda deliciosamente peligrosa y eso sí que requiere de ajustar la responsabilidad, la ética y el autocontrol.
Realmente lo disfruté muchísimo y poco a poco el empeño no fue demostrar nada, porque me gané el respeto, incluso el cariño de algunos de esos profesores que reconocieron sus lagunas y se superaron.
Yo crecí como profesional, como persona, dejé de jugar al profesor y lo fui, pero no dejé de ser ese rebelde, irreverente ante lo mal hecho, la mediocridad, y seguí tropezando. Un día me di cuenta que no podía cambiar un sistema simplemente porque la dirección no lo entendía y mis prioridades empezaron a cambiar, entonces decidí dejarlo, pero te declaro que en algún momento volveré a enfrentar un taller como profesor, pues me encanta esa profesión. Desde mi experiencia, tienes dominio real del conocimiento cuando logras enseñarlo y eso se logra en el ensayo ante ese discípulo que te enseñará tan bien como el mejor profesor.
Recientemente obtuviste el Primer Premio en el Post-it 2019, muestra-concurso dedicada al arte cubano contemporáneo para creadores menores de 35 años. La obra premiada fue Tiempo muerto. Coméntame un poco sobre ella.
Es una serie que vengo realizando desde 2016. Tiempo muerto en la cultura agrícola –principalmente en la cañera– se le denomina al período comprendido fuera de la zafra (corte, recolección y procesamiento artesanal o industrial del fruto). Este apelativo queda como rezago de un período neocolonial donde el desempleo, la escasa demanda de fuerza laboral y la desprotección salarial eran sinónimos de desventura entre campesinos y obreros. Paradójicamente, esta denominación determina el intervalo de siembra y cultivo, el tiempo de germinación, de renacer asistido y natural de los cultivos.
Hago este preámbulo a la raíz cultural del término para pulsar sobre este contrasentido simbólico que determina uno de los contenidos metafóricos sobre los cuales se establece esta obra, que además asienta sus bases discursivas en paradojas culturales y sociales como: modelo de éxito, realización personal o colectiva, fama, felicidad, sacrificio, reconocimiento social, etc… respecto a la realidad de cada individuo o grupo que acepta construir estas escenas, literalmente sembrados en el contexto que los define o que ellos mismos, como entes activos, condicionan.
Hay un marcado interés biográfico en esta investigación. Aunque no se exhibe en su totalidad, lo hago evidente a través de algunos datos personales, de tiempo y lugar que componen el título individual de cada fotografía o video, porque es principio la voluntariedad, la identificación y conciencia con y sobre la idea.
Todo individuo o grupo está marcado por utopías, algunas comunes —estas utopías son esos emplazamientos sin lugar real, que mantienen con el espacio real de la sociedad una relación general de analogía directa o inversa—. Estas intervenciones proponen la construcción de ese tipo de emplazamiento.
Más allá de los hechos fotográficos, se generan acontecimientos, performances rituales donde la experiencia y las relaciones entre individuo/grupo/artista se desdibujan en el intercambio, en la cooperación de construir espacios heterotópicos que intentan situar al hombre en reflexiones filosóficas y/o psicológicas sobre su condición. En cada escena hay una experiencia de vida asociada directamente al contexto.
Tiempo Muerto propone desde la fotografía una búsqueda en la relación entre el individuo y su circunstancia, pretende la construcción de monumentos fotográficos, apuesta por una operatoria donde lo territorial y la territorialidad poseen el mayor protagonismo. Ambos conceptos guían su mirada hacia el espacio físico, pero también incluye las relaciones sociales que tienen lugar en su interior.
Has realizados diversas exposiciones personales y colectivas, te has desempeñado como curador en otras. Desde tu punto de vista, cuáles son los principales retos que debe sobrepasar un artista visual cuando decide exponer su obra.
Aprender a aceptar la crítica negativa, aprender de ella tanto como de la positiva. Aprehender lo bueno de los dos criterios, pues ambos son peligrosos, eso es saber extraer de la paja el trigo limpio. Ser consciente de que cada exposición es un reto del que tienes que salir airoso, por respeto a ti y al público que asiste. Ser valiente como un guapo que llega a la cola de la cerveza y dice “¡Ahora compro yo!”, porque una vez que estas allí no hay segunda oportunidad para esa obra, porque la dejas sola y no vale un “yo quise hacer, pero…”, simplemente la obra es lo que está y ella debe imponerse con todas las calidades posibles, por respeto.
Hablar de uno mismo es un ejercicio difícil para un artista, pero también podría ser un ejercicio de autorreconocimiento necesario. ¿Qué rasgos crees que definen a Liesther?
Creo que soy alguien con “paciencia de asiático”, que “aprende a esperar” y a seleccionar con la cautela de un cazador los momentos, las ideas para hacer lo que me gusta. Soy un artista que entrena para esperar, que experimenta y juega con los medios que dispone, de allí la gama de maneras que te encuentras en mi dossier.
No creo que pueda definirme con claridad, como lo puede hacer alguien diciendo que es “el pintor de las tejas”, o “el de los remos y botes”. Esa definición no la tengo y créeme, no me interesa.
¿Qué experiencias artísticas te gustaría tantear en el futuro?
Exponer en un circuito de arte que me exija un nivel superior.
Bloguerías de Mayo: Adaptarse es el camino del éxito
Las Romerías de Mayo han sido un espacio de vanguardia en su comprensión del arte y la cultura como elementos fundamentales para el desarrollo de la nación cubana. Ese criterio de vanguardia ha facilitado la incorporación a sus jornadas de manifestaciones, tendencias y lógicas de pensamiento avanzados que han tenido reflejo en el reconocimiento que hoy poseen entre los jóvenes artistas e intelectuales cubanos los múltiples eventos que estas aglutinan.
Una característica que es consustancial al siglo XXI es la relación de los seres humanos con la tecnología, negarse a comprender este vínculo sería un suicidio para cualquiera que pretenda tener una experiencia de desarrollo individual o colectivo. Quizás por eso las Romerías abrieron desde hace siete años un espacio de interacción para conocer ese espacio constante de lucha de sentidos que hoy constituyen las redes y que sería ingenuo soslayar. Para conocer aún más sobre las Bloguerías de Mayo, el Portal del Arte Cubano se acercó a Luis Ernesto Ruiz Martínez, uno de sus fundadores y más fieles defensores.
–Desde hace algunos años eres parte de la organización de este evento a través de un espacio de reflexión sobre la blogosfera en las Romerías de Mayo, y aunque quizás ya pasaron los años dorados de los blogs, en sus inicios fueron muy polémicos, ¿cómo asumieron su abordaje en aquel entonces? ¿Era necesario hablar de comunicación y hegemonías en un festival de juventudes artísticas?
Fue un reto enorme porque era un momento en que todavía el temor a lo nuevo, a lo que podía generarse en escenarios virtuales y al qué dirán, movía las decisiones y las formas de hacer de muchos. Muchas instituciones estaban ajenas al empleo de las tecnologías para gestionar la comunicación con sus públicos y propiciar un debate alrededor de un tema polémico, aunque ayudara a la solución de sus problemas.
La apuesta por la tecnología, los blogs y las redes sociales ya había tenido un primer intento en 2011 dentro de Romerías de Mayo. Dos años después, Alexis Triana y el Comité Organizador el evento, aceptaron mi propuesta de retomar aquel intento y convertirlo en un nuevo evento llamado Bloguerías de Mayo que, si bien al principio se centraba en blogueros del país, fue poco a poco abriendo horizontes para incorporar periodistas, profesionales, docentes y estudiantes de la comunicación y activistas de redes sociales, que más o menos resume a los que convocamos hoy.
La hegemonía sobre los medios de comunicación silencia, muchas veces, los esfuerzos de la izquierda mundial por consolidar sus esfuerzos. El Festival interpretó que ya en Holguín estaban creadas las condiciones para sumar estos temas a su convocatoria.
–Mucho ha avanzado la penetración de internet en Cuba desde 2013 cuando se inauguraron las bloguerías, ¿consideras que sirvieron de antesala para la horizontalización que ha supuesto el diálogo constante que generan redes sociales en Cuba desde que en 2015 hubo un acceso masivo a la red de redes?
Poner sobre la mesa de debate, un tema tan polémico como los blogs, las redes sociales y la comunicación en aquel momento, era bastante arriesgado. Las primeras ediciones trasladaron hasta Holguín a algunos de los blogueras más reconocidos en aquellos momentos, y no solo del oriente del país.
Creo que salimos airosos de esa prueba y eso posibilitó que el espacio fuera abriendo sus aspiraciones, pasando de una convocatoria para el debate en paneles, a uno que además de ello, permitiera el acceso a internet a los delegados participantes, de modo que les fuera menos complejo actualizar sus blogs, perfiles personales e incluso, canales institucionales de medios de prensa o instituciones representadas en el Festival. En un momento en que todavía la Wifi de ETECSA no estaba disponible en la ciudad de Holguín, las Bloguerías activaba una conexión gratuita para los participantes, en coordinación con Cubarte y el Ministerio de Cultura.
–¿Cuánta complejidad entrañaba organizar un evento que muchas veces requería conexión y condiciones que si bien ahora no son las óptimas en aquel momento eran más difíciles de resolver? ¿Cuánto ha cambiado eso actualmente?
La complejidad, en las primeras ediciones, era un serio problema. En 2014 nos propusieron montar campamento en la Biblioteca y fue lo mejor que nos ocurrió. Junto con ello nació la idea de instalar un pequeño “laboratorio” para que los participantes pudieran actualizar directamente desde el mismo lugar en que sesionaban los debates.
No existía la Wifi de ETECSA y los precios de instalación de la conectividad que la idea reclamaba, no permitía hacerlo realidad. Comenzamos con el enlace que la Dirección Provincial de Cultura podía ofrecernos. Y salió mejor de lo esperado. Año tras año fuimos mejorando, con el apoyo de instituciones de la provincia y del país que, desde el 2015, se sumaron a la organización del evento.
¿A quién recurrían cuando la logística fallaba?
A muchos amigos de los organizadores, de los propios delegados, de las personas que nos habían tendido la mano antes y a quienes poco a poco, logramos enamorar de un espacio para debatir y conectarse responsablemente a internet. Siempre contamos con el apoyo de las principales autoridades del territorio.
–Sé que has tenido un estrecho vínculo con el periódico “Ahora!” de Holguín, el cual es probablemente el más avanzado en el trabajo del periodismo hipermedial en el oriente del país, ¿formaba/forma parte de la práctica de “Ahora!” incorporar los saberes devenidos de las bloguerías? ¿Puedes hablar de alguna experiencia particular?
Siempre tuvimos, y seguimos teniendo, el apoyo de muchos periodistas del “Ahora!” en el trabajo de redes sociales en el territorio. Varias veces han estado en los paneles compartiendo sus experiencias o desde los blogs y las redes sociales sumados al debate o a la promoción de cada edición. En más de una edición, los de “Ahora!” han redactado, editado y publicado desde el espacio de Bloguerías de Mayo. Desde allí se hicieron, para bien de todos, muchas de las transmisiones en vivo en sus redes sociales.
–¿Cuáles han sido los mayores aprendizajes de la organización de las Bloguerías? ¿Te sirvieron luego en otros desempeños profesionales?
En primer lugar, conocer a mucha gente que ama lo que hace y sabe lo que quiere, descubrir que falta mucho por aprender en materia de comunicación en sentido general, y digital en particular. Las experiencias compartidas cada año por los delegados participantes y el público asistente van sumándose a nuestros propios saberes, enriquecidos con los colectivos en que habitualmente nos desempeñamos profesionalmente.
Destaca en los últimos tres años, además de los paneles y la conectividad, asumir dentro del evento la realización diaria de un noticiero realizado de conjunto entre la ACN, Cubadebate y la Unión de Informáticos de Cuba (UIC), para reflejar las principales acciones de las Romerías, con el protagonismo de los otros dos coordinadores de Bloguerías (Carlos Parra -Presidente de la UIC en Holguín, y Juan Pablo Carreras-fotorreportero de la ACN en Holguín) y participantes el evento.
Para esta edición, matizada por el aislamiento social, el reto será el Panel “Las tecnologías salvan” para intercambiar sobre el empleo de las tecnologías en estas complejas condiciones en que no se detiene la comunicación digital. A través de la Plataforma de videoconferencias de la UIC (https://conferencias.uic.cu/bloguerias/), varios periodistas, comunicadores y activistas de las redes sociales dialogarán sobre el tema.
–¿Como ves esa experiencia desde la distancia?
Adaptarse es el camino del éxito, Bloguerías… ha tenido que adaptarse en cada edición, a las condiciones “ambientales” en que se desarrolla. Esta vez también lo ha hecho, para bien. Hace varios años veníamos ensayando cómo hacer las cosas “virtualmente” y este 2020 nos puso en un escenario donde lo físico tenía que esperar. Esperemos que aprobemos el examen riguroso que nos impuso la vida y volvamos a vernos el próximo año.
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Participar en un evento teórico por primera vez siempre causa dudas. Las dudas aumentan cuando el evento es virtual, plataforma escasa en Cuba, donde el acceso a internet no es fluido. Sin embargo, cuando es un evento de prestigio y de energía como el Congreso de Pensamiento y Premio Memoria Nuestra de las Romerías de Mayo, vale la pena intentarlo. La idea original de muchos participantes era recorrer la alegórica L Periquera de Holguín, subir la emblemática Loma de la Cruz y andar gregarios entre debates intelectuales, artes y acontecimientos, pero la actual pandemia de la COVID-19 redujo el escenario a un grupo de WhatsApp. El evento ha recibido una veintena de ponencias, incluyendo las de jóvenes que nunca han asistido personalmente al evento.
Dayana Hernández Velázquez se siente nerviosa. Para ella este evento es un reto y espera impaciente su ponencia virtual. Es estudiante de quinto año de la carrera de Estudios Socioculturales, en la Universidad de Granma. Había intentado anteriormente participar, pero no había sido aceptada. En esta edición clasificó con una investigación que tributa a su trabajo de diploma sobre “Las manifestaciones de violencia de género en el noviazgo en residentes universitarios de la Universidad de Granma”.
“Me siento motivada por esta situación tan diferente, a pesar de la pandemia que nos azota, los jóvenes podemos hacer cosas que nos interesan y distraen a pesar de estar en nuestras casas”, afirmó al Portal del Arte Cubano. Asimismo, sobre los aportes de los debates y ponencias a su vida estudiantil nos expresa: “Creo muy positivo interactuar aunque sea virtual con otros investigadores y sus resultados. Además del conocimiento que me aporta en campos académicos y profesionales donde pienso insertarme al graduar”.
Otro ponente, también estudiante, es Jean Carlos Kindelan Duliep. Tiene 20 años y cursa Relaciones Internacionales en La Habana, su ciudad natal. En su carrera en los últimos años se ha hecho énfasis en la diplomacia cultural y les exhortan a dominar la cultura cubana como puente con otras naciones, por eso tenía muchas expectativas y las Romerías de Mayo le parecía una excelente oportunidad. A pesar de que el teclado de su teléfono está roto, envió diferentes audios sobres sus ponencias e intercambió con los demás participantes.
“Siempre me ha interesado la crítica e investigación, en especial la investigación de procesos históricos y culturales o la revisita de algunos artículos, como es caso de mi ponencia sobre Calibán, de Roberto Fernández Retamar, pues considero importante volver a fenómenos de nuestra historia y cultura y redimensionar en las actuales circunstancias. Los artículos y debates que he podido leer, aunque sea semipresencial, me afirman que no estaba equivocado. Este es un evento importante y he aprendido mucho. Mi principal aspiración es conocer e interactuar en la próxima edición con jóvenes que están construyendo y reedificando nuestro panorama cultural”, asegura Kindelan Duliep.
Una de las ponentes más activas es Laritza Rodríguez Cintra. Es Licenciada de Historia del Arte por la Universidad de Oriente, y actualmente se encuentra en Jamaica. Desde allá no dudó en participar e intercambiar en este evento. “Siempre he estado motivada por la investigación. Me apasiona la idea de profundizar en temáticas que muchas veces pasan desapercibidas ante la generalidad. Del mismo modo estoy acostumbrada a exponer mis trabajos investigativos, pues no tiene sentido el conocimiento que no se comparte. Nunca había participado en el Memoria Nuestra porque tengo poco tiempo en la organización y supe de la existencia del evento cuando me inicié en la AHS. En ese momento no estaba vigente la convocatoria y tenía que esperar. Pero cuando el jefe de sección de crítica e investigación me convocó, no lo dudé, y aquí estoy”.
A Laritza le apasiona su tema de investigación sobre el estilo arquitectónico Art Decó en Guantánamo, su ciudad natal. El trabajo es una valoración de los elementos arquitectónicos representativos del estilo en residencia privadas, a nivel de fachada, y en algunos elementos de decoración interior, y “para este evento me enfoqué en algunos elementos propios de fachadas e interiores como divisores de crujía, los plafones para lámpara y la herrería.”
Esta joven investigadora se siente muy motivada y satisfecha con el desarrollo actual del Memoria Nuestra. Así lo afirma vía WhatsApp: “Este intercambio online ha sido muy provechoso. Lo que más me ha llamado la atención es la cantidad de ponencias presentadas, a pesar de las limitaciones que existen a causa de la calidad del servicio de internet en Cuba. Los jóvenes investigadores están realmente motivados, el debate ha sido sostenido. Desde tempranas horas de la mañana se envían y reciben chats. Todos hemos asumido esta modalidad online muy en serio. ¡Ni hablar del debate de las ponencias! Preguntas complejas e interesantes respuestas. Las cuales mueven el pensamiento de los ponentes. Salieron a la luz aristas que dan para otras ponencias. Es impresionante, me siento muy orgullosa de participar en este evento”.
José Antonio García Pérez y Celia Molina Sánchez concibieron la idea de su investigación en un diplomado de periodismo en Ciego de Ávila. Así fue cómo surgió: “33 años de historia: un acercamiento al panorama cultural avileño desde el contingente de la Asociación Hermanos Saíz”.
“Aunque no he participado en otras ocasiones, la reputación del concurso lo precede”, afirma Celia. “Conocí más sobre el certamen hace dos años cuando un avileño obtuvo uno de los premios. Eso me motivó a investigar cómo participar, y esta edición virtual nunca la vi cómo menos que las anteriores, pues las redes sociales han cobrado vital importancia para la promoción y socialización del conocimiento, así que no había razones que me llevaran a menospreciarla.”
Su trabajo fue de los primeros en ser expuestos virtualmente y de los más debatidos cuando inició el evento el día 4 de mayo. Sus intenciones son representar y salvar la memoria e historia de la organización, así como su proyección e importancia en la atmósfera cultural local. José, por su parte, nos explica que su investigación es bastante ambiciosa y pretende abarcar al máximo el rol de la AHS en su ciudad, que tuvieron que hacer un reajuste conceptual para el evento, pero están complacidos con la presentación. Para Celia, “la principal ganancia son los contactos que nos llevamos de la experiencia, los cuales siempre están dispuestos a colaborar con la investigación según sus ponencias.”
Los criterios y opiniones de estos jóvenes demuestran una experiencia exclusiva y favorable. Así los debates digitales abren una nueva opción muy poco explorada. Facilitando el intercambio y la retroalimentación intelectual. La relación espontánea entres los jóvenes y la tecnología ha sido una gran ventaja. Así como el sentimiento de camaradería y amistad expresado por los más veteranos en estas lides, pero bisoños en esta modalidad virtual. Es casi seguro que estos jóvenes estarán en las próximas ediciones en la ciudad de Holguín. Así en palabras de Yuleidys Gonzáles Estrada, una de las productoras de esta edición: “Estos muchachos ya son un logro y un nuevo ingreso a la comunidad nuestromemoriana”, aseguró.