Annalie López


Annalie López, verdad y equilibrio

Annalie López libra una auténtica lucha para fluir en la música con el cimarronaje que la acentúan entre los jóvenes cantautores cubanos. Si fuera deportista, practicara el salto con garrocha, y justo ahora la veríamos sobre el listón, suspendida por el impulso de su portentosa voz, sin la posibilidad de la caída a pesar del efecto de gravedad de lo cotidiano y de los cercos de la moda cultural.

Alguien puede ver la imagen de acción con la pértiga relacionada con su mudanza desde Guantánamo a La Habana, debido al lastre del “fatalismo geográficoâ€. Lamentablemente, pasa. También se le ha de reconocer la habilidad gimnástica para alcanzar la justa velocidad en una carrera de resistencia y de libertad.

Dueña del apartado de canción contemporánea en el concurso Cuerda Viva ─por segundo año consecutivo─, la cantante y compositora antes nominada a los Lucas por el videoclip Azucena dibuja un universo entre acordes de guitarra y la palabra tocada con sinceridad, en los registros profundos para cada verdad de lo humano.

Annalie visitó Camagüey hace unos meses, invitada a la jornada de trova Canto adentro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) La misma muchacha involucrada en un proyecto para sanear el río Guaso, de su tierra natal, llegó a compartir y aprender con humildad.

En la Casa Madiba ofreció el primer concierto junto al santaclareño Yordan Romero. Al caer la tarde prendió las luces del espacio, con sus metáforas de La cena, donde promete “amar con la música del marâ€; y confirmamos, como dice en otra canción, que cuando abre la garganta danza su alma.

Otra noche, en la Galería Alejo Carpentier invitaría al coterráneo Pedro Sánchez para entonar Hermandad, el poema de Regino Boti que en la Casa Madiba hizo a capela, para recordarnos que “hay un alma sensible en cada cosaâ€.

Adiós soledad, Sin clave no hay rumba (la canción dedicada a la bisabuela), Sácalo pa´fuera y Azucena, entre otras canciones, disfrutamos entonces, como ahora agradecemos su vuelta a la ciudad a través de este diálogo con Adelante.

─Del festival Canto adentro, ¿qué tomas y qué dejas en función de tu obra?

─Un reencuentro con amigos que no veía hace algún tiempo. Nuevos amigos. Nuevas experiencias. Un intercambio muy bonito y mi primera vez en Canto adentro.

─Quienes defienden la canción de autores cada vez son más raras avis. Por el lado de lo comercial andan en desventaja, y por el otro, son menos debido a la migración. ¿Qué te hace persistir con tu poética?

─Soy una mujer de Fe y mi gran empeño es no dejar de hacer. Todo está difícil y a la vez siento que debo insistir mucho porque creo en lo que hago.

─Ganaste por segunda vez el Premio Cuerda Viva, ahora con la canción Victoria. A veces las categorías tienden a encasillar. ¿Qué entiendes tú por canción contemporánea? ¿En qué cuerda prefieres que se te reconozca?

─Entiendo que la música se mueve desde la transformación de las políticas sociales, por ejemplo, el soul, el jazz, el blues, la clásica, el reguetón, el reggae, la trova. Es un fenómeno aún nuevo y con tela para cortar. El reconocimiento no siempre está, pero cuando llega es bienvenido. Sí me gustaría ser nominada en otras categorías. También confieso que Cuerda Viva es uno de los proyectos más justos en Cuba hoy.

─Llevas desde el 2015 tu carrera. Ya has madurado canciones y tienes para un disco. ¿De qué depende tu primera producción discográfica?

─Estoy en eso. Recientemente fui galardonada con la Beca Ignacio Villa de la AHS. Consiste en la grabación de un fonograma con la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, EGREM. De no ser así estuviera inventándome cómo hacerlo.

─Hay un panorama diverso en el mapa de la canción cubana actual. Tiene los colores según las geografías, pero tiene más. De tus contemporáneos, y otros, ¿a quiénes escuchas? ¿A quiénes sigues?

─Escucho a mi papá Aldo López. Están en mi reproductor Audis Vargas, Jorge Barrett, Josué Oliva. Realmente escucho todo lo que sea bueno a mi oído, desde Guantánamo hasta Pinar del Río. Puedo decir lo mismo de la música foránea: Amy Winehouse, Lady Gaga, Gregory Porter, Shakira, Jorge Drexler, Joaquín Sabina, Juan Luis Guerra y muchos otros, siempre se encuentra música nueva.

─De Guantánamo te has asentado en La Habana. ¿Qué espacio real te ofrece la capital?

─La Habana no me ofrece un espacio real, no, pero salgo a buscarlo y espero encontrarlo pronto. Cuento con amigos e instituciones como la AHS que me dan apoyo.

─A la par, en las redes, hemos visto tu despliegue con dibujos. ¿Desde cuándo descubriste este otro talento? ¿Defíneme la convergencia de los colores en ti, tanto musicales como de las artes plásticas?

─Pinto hace mucho. En ese entonces tenía 10 u 11 años. Hice pruebas, tuve profesores de dibujo, de manera particular. Canto desde menos edad. Recuerdo que tenía 5 años y me gustó escucharme. Hago canciones gracias a mi papá que me dijo un día: “Ana, ponte para las cancionesâ€. Recuerdo que tenía cerca de 12 años cuando le pregunté: ¿Papi, y las canciones son inventadas o hay una fábrica de canciones?â€â€¦ Me dijo que las dos y así comenzó todo.

─En tu proyección y también en el contenido de tus temas, eres sensual y defiendes la mujer sin estereotipos. ¿Te enmarcas en alguna corriente de enfoque de género, de feminismo o cómo lo asumes?

─Considero que soy muy espontánea y machista en algunas ocasiones, sí me gusta ser sensual, es algo que va de mi mano. Lo que siempre sí voy a estar del lado de la verdad, el equilibrio, sea el género que sea.

 

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