Andrés Castellanos


Gritos desde el silencio

Afuera de la galería

cada noche duerme un hombre, uno más.

Un hombre duerme a tres metros de su foto,

a un paso de nuestra inacción.

Andrés Castellanos.

Las personas sin nombres, los que transitan o deambulan. Los desposeídos de sus virtudes juveniles porque el tiempo no se detiene a observar las arrugas y las hebras blancas de cabello que van surgiendo. La tercera edad se anuncia como el tiempo de la calma y la sabiduría, pero ¿hasta qué punto es valorado por la sociedad? Sin lugar a dudas, se requiere de sensibilidad para analizar estas cuestiones del envejecimiento y las problemáticas a la que se enfrentan, en un mundo cada vez más cambiante y dinámico, en el cual se precisa tomar conciencia del valor que tiene el cuidado de la ancianidad. 

En este sentido, resulta atinada la propuesta del joven creador villaclareño Andrés Castellanos con la exposición personal Sedimentos. En ella se puede vislumbrar dos enfoques: por un lado, se exponen una serie de personas mayores vulnerables y desprotegidas, donde la soledad, los recuerdos anhelados u olvidados de épocas que ya no volverán y los abandonos familiares. En contraposición, retrata las risas ingenuas, el movimiento de cuerpos que bailan, siendo el símbolo del sublime ocaso de una vida fértil y enérgica, de luz en las almas. Basta decir que, llegar a esta edad en plenitud de las capacidades físicas y mentales es una fortuna.  

Esta exposición es la representación de lo que somos capaces de ver en nuestra cotidianidad, y a veces sufrimos de impotencia por no poder hacer más, principalmente, aquellos que ahora son parte de los espacios públicos como las calles. Personajes anónimos que podrían ser familiares, vecinos, conocidos o tú que estás en camino, porque es el ciclo natural de la vida humana: nacer, desarrollarse, envejecer hasta morir.

Castellanos indaga sobre el tema de la longevidad desde una visión antropológica y sociológica de la Cuba actual, reconocida por su población en ascenso al envejecimiento. Del trabajo excesivo, de las carencias materiales y afectivas, el aislamiento social, incluso, la poca consciencia de sus valores históricos en la construcción de que vemos y disfrutamos y que para ellos representó épocas de sacrificios, de trabajo. Por lo tanto, Sedimentos es una contundente crítica social. 

En una suerte de voyeurisme ha sido válido aproximarse a sus actores y lograr captar la crudeza de sus historias cotidianas. Son fotografías realizadas en la gama del claroscuro, que realza con fuerza imágenes tristes y desgarradoras de vidas errantes. Para esta ocasión, ha sido válido la selección del color, ya que permite depurar las escenas de elementos que puedan afectar la visual al contemplarlas. De igual forma, es un medio que sirve para demostrar la seriedad que se requiere para ser abordado. 

Llama la atención un elemento interesante en varias instantáneas, la conexión entre el hombre y el perro. Animal que también suele deambular y entre sus características se encuentra la fidelidad y protección hacia aquel simpatizante. Es por ello que forman un equipo inseparable, de ayuda mutua. Esto me remite a la imagen icónica de San Lázaro.

Sedimentos es la primera exposición personal del artista, inaugurada en la Galería Pórtico de la ciudad de Villa Clara. En estos momentos, se encuentra exhibida en la Galería Ramiro Ricardo del Centro de Superación para la Cultura, de Holguín, como parte del proyecto Babel por el evento Romerías de Mayo. Consta de dos series: La Tercera Ciudad formada por un conjunto de fotografías; y Los Hijos del Sudor, conjunto de expedientes laborales de carácter instalativo como muestra de una vida llena de experiencias y de trabajos. La acumulación de saberes, pero también de cansancio, de frustraciones, de sueños y de energías. 

A pesar de estar ubicada en un espacio verdaderamente reducido, con diversidad de funciones, entre ellas para proyectos curatoriales, la disposición de la muestra estuvo aceptable, dado a que por esta causa bien podría sufrir algunas alteraciones y crearse ruidos conceptuales o formales. No obstante, estos detalles no pudieron minimizar el atractivo y la importancia que lleva en sí, desde la temática hasta las soluciones que Andrés ideó para darle una buena finalidad a la exposición. 

*Fotos de la autoría del artista Andrés Castellanos.