Alicia Alonso


«Matria» en Santiago de Cuba (+Video)

No hay forma más bella de ver a los espíritus que cuando los cuerpos danzan. Sobre esa premisa llegó el fotógrafo Gabriel Dávalos a Santiago de Cuba, quien después de un largo período de documentación fotográfica a diferentes bailarines de agrupaciones como El Ballet Santiago, Danza Teatro del Caribe y el Ballet Folclórico Kokoyé, quedaron establecidas las imágenes mostradas en la exposición “Matria”. La misma fue inaugurada en la otrora Plaza de Armas, hoy parque Carlos Manuel de Céspedes, uno de los lugares de mayor significado de la ciudad.

La exposición “Matria” es una muestra itinerante que ha estado presente en diferentes ciudades como Matanzas, Santa Clara, y posteriormente será inaugurada en Camagüey y La Habana. Según su creador, “Matria” es la confluencia de un grupo de almas que simboliza ese sentido de Patria hecha mujer y que siempre está dialogando con cada uno de nosotros, como esa suerte de camino que recorremos sobre esta existencia. La inauguración de la misma ocurrió con una velada cultural con la Banda Provincial de Conciertos y las agrupaciones Ballet Santiago y la Compañía Folclórica Kokoyé.

Gabriel Dávalos es periodista de profesión, con una amplia trayectoria de trabajo como fotorreportero y publicista. Se ha especializado en la fotografía danzaría. La cual le ha ganado un importante reconocimiento en el mundo de la danza por haber captado con su lente a muchas figuras cimeras de esa manifestación artística en Cuba. Donde siempre existe una mirada multidisciplinaria al captar a estos hombres y mujeres que danza en lugares tan inverosímiles o comunes de nuestra realidad. Por esta labor sostenida ha obtenido varios reconocimientos nacionales e internacionales. Donde destaca el premio Anna Pavlova Ballet Photography Contest, uno de los reconocimientos más importantes que se les otorga a los fotógrafos especializados en danza.

“Matria” en Santiago sigue esa misma idea, pero con los paisajes de esta oriental provincia, donde los edificios y lugares del centro histórico destacan, amén de que se puede visualizar otros lugares emblemáticos de la urbe santiaguera. Estos paisajes conforman una convergencia precisa con los captados en estas fotografías. La curaduría y el diseño museográfico estuvieron muy acordes con el espacio escogido, logrando una integración con la realidad. Una idea que siempre tiene en cuenta “Matria”, a opinión de su creador.

Las fotos son variadas y muestran la versatilidad de los hombres y mujeres escogidos que representan las formas en movimiento, tomadas para eternizar la danza como un lenguaje universal de los seres humanos. El gran valor de “Matria” es cómo ha podido converger la fotografía y la danza en espacios tan comunes como parques y plazas de gran concurrencia de los principales epicentros culturales de Cuba. Ello posibilita una mayor interacción con el público que asiste comúnmente a estos espacios.

Gabriel Dávalos, como creador de esta muestra integrada por 12 piezas, quiso ampliar su lenguaje artístico para hacerlo más inclusivo con respecto a los momentos en que habitamos, donde el coronavirus ha imposibilitado la presencia de un gran cúmulo de personas en las galerías convencionales.

Considero que “Matria” estructura conceptos y lenguajes legítimamente inclusivos y que siempre llaman a la reflexión personal, ya que concibe el culto a la belleza en las futuras generaciones de cubanos. Es un digno homenaje a la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso en el año de su centenario.

Podemos afirmar, entonces, que la exposición tuvo un gran éxito en Santiago de Cuba, porque logró su objetivo de comunicar a un gran público la belleza por la fotografía que enaltece a la danza a través de los bailarines de diferentes compañías danzarías de la Ciudad Héroe de Cuba.


Fiesta de la Cubanía: la cultura como escudo y espada de la nación.

“Sin cultura no hay libertad posible”

Fidel Castro Ruz

 

La XXVI Fiesta de la Cubanía que tuvo lugar en la patrimonial urbe bayamesa  ha sido génesis de un nuevo capítulo en la celebración tradicional, convirtiendo la atípica edición en un trascendente espacio que desde escenarios virtuales, desafió las limitaciones por la actual crisis sanitaria que enfrenta el país.

Dedicada al aniversario 125 de la caída en combate de José Martí, al centenario del natalicio de las cubanas Celia Sánchez Manduley y Alicia Alonso, y al primer aniversario de la desaparición física de la Prima Ballerina Assoluta, el festejo incluyó como espacio principal la realización de la XXVIII edición del Evento Teórico Crisol de la Nacionalidad Cubana.

foto de la autora

Sirvió también la festividad como homenaje al aniversario 40 de la instauración del Día de la Cultura Cubana, a los 126 años del natalicio de Miguel Matamoros, los 30 de la fundación del Consejo Provincial de las Artes Escénicas de Granma y la creación de los Centros Provinciales de Cine, al 90 cumpleaños de Omara Portuondo y al aniversario 60 de la creación del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC.

Durante la apertura se realizó el recorrido del revólver Colt 38 –utilizado por Celia Sánchez Manduley y el pelotón femenino Mariana Grajales– desde el Museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes hasta el Teatro Bayamo. El objeto patrimonial tuteló la ceremonia inaugural que contó con la presencia del Primer Secretario del Comité Provincial del PCC Federico Hernández Hernández; Francisco Alexis Escribano Cruz, gobernador de la provincia; Abel Prieto Jiménez, presidente de Casa de Las Américas; Ernesto Limia, vicepresidente primero de la Asociación de Escritores de la UNEAC, y Lorianne Rodríguez, directora de Cultura en Granma.

«Formar consumidores críticos, cultos e inteligentes constituye el único camino para combatir la crisis cultural contemporánea acentuada por el uso de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones», expresó el Presidente de Casa de las Américas Abel Prieto Jiménez, al intervenir en la primera jornada de la Fiesta de la Cubanía.

La conferencia inaugural “Cultura y nación ante los desafíos del presente”, estuvo a cargo de Abel Prieto, que refirió claros elementos de la crisis cultural y la industria hegemónica del entretenimiento como enemigos viscerales de cubanía. El culto a lo pueril, el desinterés por la historia y la política, la cultura chatarra, el dilema de las redes sociales y la sutil manipulación de sus usuarios han creado un espacio de negación de la ciencia, sumado a la actual pandemia y el efecto en los núcleos de resistencia cultural.

El Presidente de Casa de las Américas subrayó además, que el poder de las plataformas privadas es mayor que el poder de los estados, actualmente la estética del show ha contaminado la información, los medios hegemónicos han maquillado sus modelos para seducir y crear un esquema de amnesia inducida en la cultura. El papel que antes jugaban grandes literatos como Émile Zola, Tolstói, Jean-Paul Sartre, está siendo sustituido por youtubers e influencers que inducen a una inevitable hipnosis mediática.

foto de la autora

Sobre estas amenazas al binomio cultura-nación, el ciberbullying, la fragmentación del conocimiento, el consumo cultural y los imperativos de formar consumidores críticos y conscientes reflexionó el público presente en interacción directa con el prestigioso intelectual, y en el que se destacó la significación de la Fiesta de la Cubanía como espacio que salvaguarda la memoria histórica en medio de una guerra mediática que pretende fragmentar la cultura cubana.

Abel Prieto también intercambió con participantes del Evento Teórico Crisol de la Nacionalidad Cubana durante la segunda jornada del festejo, y se presentó el libro de su autoría Símbolos, fogatas y hechizos infernales.

El evento propició un aguzado debate científico que tuvo como premisa la impronta de la mujer en los procesos históricos y culturales en Cuba y Latinoamérica, enfatizando en las luchas independentistas y revolucionarias hasta la actualidad. Se realizaron conferencias virtuales del Dr.C Pedro Pablo Rodríguez, investigador titular del Centro de Estudios Martianos; la Dra. Luisa Campuzano Sentí, quien dirige el Programa de Estudios de la Mujer en Casa de las Américas y Miguel Cabrera, crítico de danza e historiador del Ballet Nacional de Cuba.

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Se desarrolló un panel online a través del Canal Videos Crisol –habilitado para transmitir en redes sobre lo acontecido en la fiesta– con representantes del Frente Feminista de ALBA Movimiento en Venezuela, Argentina y Colombia, profesoras de la Universidad de Granma y la directora de la Casa de la Nacionalidad (institución que auspicia el evento).

La XXVI Fiesta de la Cubanía –que aconteció del 17 al 20 de octubre– contempló también la inauguración de la XXXII Jornada de Cine Cubano e Internacional con la presentación de audiovisuales realizados por el Proyecto Picacho, y se agasajó asimismo a miembros de la filial de escritores de la UNEAC que cumplieron aniversarios cerrados de creación literaria.

foto de la autora

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En estricto cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias que exige el actual contexto epidemiológico del país, se realizaron presentaciones teatrales, inauguración de exposiciones de artes plásticas, se develó –como es habitual cada año– una escultura en cera policromada del músico y compositor cubano Miguel Matamoros, y durante el acto se amplificó un mensaje de voz de Martha Beatriz Matamoros Audinot, nieta del trovador santiaguero.

Las jornadas de celebración concluyeron tras haberse lanzado la convocatoria de la XXIX Edición del Evento Teórico Crisol de la Nacionalidad Cubana, próximo a celebrarse en 2021 y dedicado esta vez al centenario de Cintio Vitier, bicentenario de Francisco Vicente Aguilera y a los aniversarios 60 de la Campaña de Alfabetización y de “Palabras a los Intelectuales”. En la mañana del 20 de octubre, en homenaje a los 152 años de la interpretación por vez primera del Himno Nacional, se rememoró en acto solemne el patriótico suceso con la habitual Ceremonia de las Banderas.

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La Fiesta de la Cubanía, en singular edición, llevó su eclecticismo artístico a su máxima expresión. La Ciudad Monumento, ícono de rebeldía, reafirma su identidad cultural y su compromiso con los más genuinos valores sociales. El desafío al recrudecimiento del bloqueo y el enfrentamiento a una epidemia global no han provocado sino el fortalecimiento de la unidad, el hacer de la cubanía nuestro baluarte principal, el patriotismo como esencial arma, y la cultura como escudo y espada de la nación.


En Granma, fiesta virtual de pensamiento científico

A 152 años de la interpretación por vez primera del Himno Nacional, aquel 20 de octubre, sobre los adoquines de la otrora Plaza de la Iglesia Mayor San Salvador de Bayamo (hoy Plaza del Himno) llega la Fiesta de la Cubanía. El año 1994 marca la génesis del festejo de cubanía, a propuesta del entonces Ministro de Cultura Armando Hart Dávalos, con motivo del histórico suceso que marcaría para siempre la historia de la Patria.  

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Premio Nacional de Danza 2020: Johannes García

Desde 1998 se genera por parte del Consejo de Artes Escénicas de Cuba (CNAE) el máximo galardón Premio Nacional de Danza. Este valora el recorrido por la obra de toda la vida, los representantes más meritorios en la danza cubana de acuerdo a su obra, aporte y  relevancia. Su entrega es anual, tras el criterio de un jurado especializado en el Arte Danzario.

Entre la lista de laureados se encuentran: Alicia Alonso, Ramiro Guerra, Fernando Alonso, Eduardo Rivero, Rogelio Martínez Furé, las llamadas cuatro joyas (Aurora Bosh, Mirtha Plá, Josefina Méndez y Loipa Araujo), entre muchos otros de gran relevancia en los hallazgos de la danza cubana.

La fecha de entrega de este premio figura el 29 de abril, a propósito del Día Internacional de la Danza, pero en esta ocasión en medio de la pandemia Covid-19 obligó a posponer su entrega, al igual que múltiples intervenciones.

Este 22 de julio en la sede habitual del CNAE fue concedido el Premio Nacional de Danza al Maestro, Director y Coreógrafo Juan Jesús García Fernández, con nombre artístico Johannes García. Este lauro fue valorado por los también premios de danza: Alberto Méndez (presidente del jurado), Isabel Bustos, Santiago Alfonso, Manolo Micler y Miguel Iglesias, además el diseñador Gabriel Hierrezuelo y el periodista José Luis Estrada Betancourt.

Johannes García, maestro de gran relevancia en la danza folclórica cubana, en 1961 entra en el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba (CFNC), acompañado de la savia y referencia de figuras como Rodolfo Reyes, Santiago Alfonso, Alberto Alonso, Roberto Espinosa, Roberto Blanco, Eugenio Hernández Espinosa, Adolfo de Luís, Nelson Door, entre otros.

En dicha institución alcanzo en breve tiempo la categoría de Solista, más tarde los niveles de Primer Bailarín y sus desempeños como coreógrafo. También en 1980 debido a su trayectoria en este espacio fue nombrado director del CFNC, institución por excelencia, que indaga en los acervos culturales de la danza cubana.

De muy joven fundó y dio origen a múltiples espacios y movimientos culturales, entre ellos la Escuela para Bailarines de Cabaret en Cuba, con sede en el Teatro de la Central de Trabajadores de Cuba, el Conjunto Folclórico Universitario, la Comparsa de la FEU (1969-1991).

El recorrido inquieto de este creador lo lleva ya en septiembre de 1992 a crear su propia compañía profesional de nombre “Compañía de Danzas Tradicionales de Cuba JJ”, espacio formador de una estética y estilo en medio de la danza folclórica, el cual es y ha sido base para muchos intérpretes del baile y la danza folclórica cubana.

Los pretextos y objetivos de esta compañía es indagar en el panorama de nuestra cultura popular tradicional, los cantos, bailes y toques de las diferentes manifestaciones que integran nuestras huellas y herencias culturales.

En su repertorio resaltan obras como Deidades Cubanas, Alegoría al Machete, Aquí estamos, Música Popular, Polirritmía, Afrocubanizate, Recuerdos de la Rumba, Casa  de Vecindad, África del Caribe Soy, Cimarrón, La otra Rumba de Papá Montero y, la obra más reciente, Arará

Sin dudas un premio que tributa a la alegría, el respeto, a la labor de toda una vida. Le decimos desde el Portal del Arte Joven Cubano ¡Muchas felicidades! Le damos las gracias por compartir y dejar tantas huellas en la danza y la cultura cubana. Su fuerza tributa emociones y sentido en la creación de todos los tiempos.


Nuestra Alicia

En blanco y negro pasan las imágenes. Su figura mítica y delicada de cisne se alza sobre el escenario. Es toda gracia. Esa es Alicia Alonso. Pero la muerte no entendió de belleza y hoy nos ha arrebatado a nuestra inconfundible y única prima ballerina assoluta.

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Diálogos con la danza por siempre

A mi amigo Geovanny Montero, quien me tentó a mirar y encontrar el tesoro que alberga.

Diálogos con la danza.

Una de las estrategias que lleva a cabo el Centro Provincial del Libro y la Literatura de Pinar del Río es promocionar –persistentemente– y tratar de acercar al lector en peñas, ferias y otros espacios culturales, a aquellos títulos existentes en las diferentes librerías de Vueltabajo. Y, por supuesto, uno de ellos es Diálogos con la Danza, de Alicia Alonso.

Antes bien, no constituye exactamente el eje de estas notas la muy reciente presentación del texto de la Prima Ballerina Assoluta, en la Casa de Cultura Pedro Junco, de Pinar del Río[1]. Sin restarle mérito a dicha eventualidad, nos inquieta algo más, algo que nos puede tentar toda la vida: hurgar y redescubrir los méritos de Diálogos con la Danza, el magnífico libro que Alicia regalara en fecha tan temprana como 1986 y que hace nueve años devolvió en edición ampliada la Editorial Letras Cubanas.

Por supuesto, a cualquiera se le escaparía una carcajada al escuchar o leer semejante cosa, ¡pensar un libro a nueve años de su lanzamiento![2] Sin embargo, el acto no tiene nada de descabellado, y sí de muy necesario, de imprescindible, ya que se trata de una obra de inmenso valor cultural y artístico, útil no solo para bailarines cubanos sino del mundo, un material de consulta indispensable para todo teórico e investigador de la escena.

Redescubrir, ubicar este texto es esencial, pues en muchos casos no se tiene conocimiento de su existencia o no se está bien claro de la amplitud de su contenido, del cual el lector puede apropiarse y comprender mejor los vericuetos de la danza.

Diálogos con la danza cuenta con el récord nada más y nada menos de seis ediciones (tres cubanas, una argentina, otra española, y una mixta entre México y nuestro país); cosa que raras veces alcanza un volumen relacionado con la teoría del arte u otra materia en el contexto actual. No obstante, la calidad de la obra se impone y lo merece.

Portada de Diálogos con la danza. Editorial Letras Cubanas, 2010.

Desde que accedemos a las primeras cuartillas de este libro descubrimos dádivas incontables en vista de que tiene la cualidad de no circunscribirse a lo biográfico, lo cual de por sí lo hubiese hecho interesante, pues estaría contado desde la primera persona, sino que abre su espectro para develarnos los vínculos que ha sostenido la Prima Ballerina Assoluta cubana con grandes personalidades de la danza y el arte, con cuestiones esenciales de la técnica, tradición y teoría de la danza.

Todo un saber que Letras Cubanas agrupa y que vio la luz por primera vez en artículos escritos por Alicia o entrevistas que se le ha realizado y que han sido publicadas en revistas y periódicos de Venezuela, Cuba, EE.UU, España, Portugal, Brasil, Chile, entre otros países.

El amplio volumen de 435 cuartillas se ofrece, según nuestra mirada, en seis partes. La primera de todas, que hemos llamado Exordio, encierra tres paratextos, Envío editorial, por parte de Letras Cubanas; Como un rayo de luz, de Dulce María Loynaz (1902-1992) y Al lector, de Alicia Alonso(1920), que nos dan cardinales y legitiman el contenido de Diálogos con la danza.

Por ejemplo, en Como un rayo de luz[3], Loynaz, tomando como referente palabras de la reconocida danzarina moderna Isadora Duncan (1878-1927), lúcidamente compara a una interprete danzaria con un rayo de luz que se posa en una flor y nos propone una atendible contemplación del oficio de la bailarina y la danza: “El baile es un arte independiente del arte dramático; es un arte puro, casi un rito. La bailarina no es una actriz, es una sacerdotisa, lo ha sido al menos en otros siglos y otras civilizaciones. Es una luz que se mueve, que se desprende de su propio foco, esto es, de su persona, y puede vivir por unos instantes sin asirse a nada… Ningún otra artista lo consigue en la tierra, ni siquiera el poeta” [4].

También Dulce María en Como un rayo de luz, realiza una analogía, una muy justa equivalencia entre el virtuosismo de Ana Pavlova, la más grande bailarina de ballet de todos los tiempos, y Alicia Alonso. De ahí que ha sido muy sabio por parte de Letras Cubanas, incluir en la sexta edición de Diálogos…, la reseña que publicara en el ’40 la Loynaz, pues más que un atisbo literario, funciona como perfecto introito que valida una vez más la figura de Alicia Alonso y su saber, que late en Diálogos con la danza.

Desde luego, si en Como un rayo de luz Dulce María Loynaz define la calidad del arte de Alicia, esta, la Alonso, en Al lector, un prólogo a la edición cubana de 2000, que se incluye en el volumen ampliado de 2010, con extrema sencillez y profundidad nos invita y muestra el amplio caudal de saberes con el que se encontrará y del que se podrá apropiar el lector al recorrer las páginas de Diálogos con la danza.

Así es que los tres exordios que presentan el contenido de Diálogos…, lejos de ser un exceso editorial, son tres necesarios abordajes que se complementan y nos seducen a la lectura del libro firmado por nuestra Alicia Alonso.

Como los actos que componen una pieza de ballet clásico, así Recuerdo y Reflexiones, Textos mínimos, Diálogos con la prensa y Galería de fotos, son secciones que albergan propiamente el saber acumulado durante más de 70 años de vida artística de Alicia Alonso, quien, sin caer en un lenguaje petulante o retórico, nos acerca a pasajes de su vida, su participación en numerosos eventos, concursos artísticos, ofrece su criterio sobre el repertorio y la enseñanza artística de danza entre otros pormenores.

Una las mencionadas secciones y que más no seduce es Recuerdo y Reflexiones. En esta, la Directora del Ballet Nacional de Cuba abre sus memorias al conocimiento y el debate.

Por ejemplo, el primer artículo que abre el libro[5], Primeros recuerdos, primeros pasos en la danza (1981), con extrema síntesis Alonso revela, desde la comicidad del tono con que cuenta, aspectos medulares y poco abordados de su vida personal y artística.

Uno de estos relatos nos muestra cómo después que fueran donadas a la Sociedad Pro-Arte Musical un par zapatillas de ballet y a ninguna de las estudiantes de danza le sirviera, estas fueran exactamente de la talla de la niña Alicia, quien desde entonces quedó prendida con el regalo recibido, tal como sucedió con Cenicienta.

Otro de los sinceros relatos de Primeros recuerdos…, se centra en el momento en que Alicia bailó frente a la gran bailarina argentina Antonia Mercé y olvidó una parte de la obra que interpretaba teniendo que improvisar el resto de la pieza y curiosamente fuera felicitada por su danza o las razones por las que la Mercé tiempo más tarde la identificó entre una multitud frente a su camerino, por dos detalles: nunca olvidó la pieza que bailara la niñita Alicia, y fundamentalmente porque los rasgos físicos de aquella eran muy perecidos a los suyos.

También, la sección Recuerdo y Reflexiones destaca por su riqueza artículos como Sobre la escuela cubana de ballet (de suma importancia para aquellos que deseen conocer los principios que sustentan la Escuela Cubana de Ballet), El ballet romántico, Defender nuestra identidad, El clasismo hoy y mañana, Apuntes sobre Giselle, Fokin en la memoria, Antony Tudor: el creador, el maestro, George Balanchine: el gran músico de la danza, Conversaciones sobre tema y variaciones.

En otras secciones del libro como Textos mínimos y Diálogos con la prensa se muestran interesantes artículos y reseñas como Antonio bailarín de España, En la muerte de Rudolf Nureyev, Danzar por los Orígenes, Disciplinar el talento y De una patria que baila; en el caso de la primera y de la segunda sección Bailo luego existo, Lo inagotable en la danza y La técnica como naturaleza y respuesta emotiva.

Cierra Diálogos con la danza la copiosa sección Galería de fotos, en que gentilmente se reúnen una amplia gama de imágenes de la Prima Ballerina Assoluta acompañada por reconocidísimas personalidades del arte como el eminente pianista Arthur Rubinstein, el pintor Pablo Picasso, la poetisa Dulce María Loynaz, el tenor Placido Domingo, el escritor Alejo Carpentier, el pintor Wilfredo Lam, el sabio y antropólogo Fernando Ortiz, el poeta Nicolás Guillén.

Asimismo componen esta sección retratos de Alicia acompañada por mandatarios como Fidel Castro Ruz, el ex rey de España Juan Carlos, el expresidente chino Mao Tse-tung, y figuras eminentes de la danza como el crítico inglés Arnold Haskell y los excelentes bailarines y coreógrafos Antonio Gades, Ígor Youskévitch, Maurice Bejart, Antony Tudor, Alicia Márkova, Anton Dulin, Margot Fonteyn.

De igual manera, componen Galería… momentos especiales en que Alicia interpreta a Giselle, a Odette en el Lago de los cisnes, Dido abandonada o La Diva María Callas, etc.

Diálogos con la danza no es un libro fácilmente superable. Sus muchas ediciones no se deben a que su autora sea quizás la bailarina más afamada y técnicamente perfecta del siglo XX, sino a que esta extraordinaria mujer se superó más allá de la expresividad de su cuerpo: convirtió la palabra en vehículo para, como tal como lo hacían los antiguos maestros con sus discípulos, legarnos una fuente inagotable de saber, dejarnos ver más a través de la luz de sus pensamientos.

Alicia no sólo se ha posado en escena, tal como un rayo de luz lo hace sobre una flor, sino que ahora, con la marca de sus días sobre cuartillas, se inscripta para bien en nuestras almas. Diálogos con la danza ha sido el excelente vehículo para lograrlo.

[1] Diálogos con la danza, de Alicia Alonso, fue presentado por el autor de estas notas el 22 de agosto de 2019, en la Casa de Cultura Pedro Junco.

[2] Fue presentado por primera vez el 30 de diciembre de 2010 en el Museo de la Danza, en La Habana.

[3] Una reseña que se publicara en 1948 y que motivó a que se le entrega a Dulce María Loynaz el Premio Cervantes (1992), se incluye en la tercera edición y en la del 2010 de Diálogos con la danza.

[4] Alonso, A. (2010) Diálogos con la danza, editorial: Letras Cubanas, La Habana, Cuba.

[5] Estimamos que Letras Cubanas ha realizado un pormenorizado y de tremenda calidad en la edición y corrección de todos los artículos, reseñas y entrevistas que se agrupan en el texto.


El Ballet en Cuba: Apuntes históricos desde Cúpulas

(Publicado inicialmente en La Jiribilla, versionado para el Portal del Arte Joven Cubano)

Su visibilización entre los títulos que estuvieron a la venta en el Pabellón Cuba, sede la Asociación Hermanos Saíz, en el recién concluido Festival de las Artes, y su creciente presencia en diferentes librerías del país, me han convocado a un acto de reconciliación conmigo mismo. He aguardado demasiado en comentar uno de los materiales más interesantes que haya leído sobre la danza, la cultura cubana en general y, por eso, mediante estas notas, hago un ejercicio de justicia donde propongo al lector un acercamiento El ballet en Cuba: apuntes históricos, de Miguel Cabrera.

El volumen de 364 cuartillas, publicado en 2012, es una de las propuestas más atractivas entregadas por la Editorial Cúpulas, de la Universidad de las Artes de Cuba, quien para esta edición colaboró con Ediciones Aurelia.

En ese sentido, remarcamos que El ballet en Cuba…, tiene tanto mérito como hecho poligráfico como por su contenido. Cuando estamos en presencia u ojeamos este título, nos seduce su belleza física, su acabado. Podríamos referir que goza de una de las mejores facturas que podamos encontrar en un libro de estos tiempos nacionales. Sus gruesas cuartillas de papel cromado y su resistente cubierta nos auguran que el libro puede ampliamente resistir el paso de los años.

La selección de colores y la ilustración es un trabajo exquisito. En la portada, como resumen, se encuentran nada más y nada menos que las imágenes de tres importantes bailarinas de todos los tiempos: Fanny Elssler, en el centro Alicia Alonso en sus primeros años como bailarina, y Anna Pávlova. Las figuras de estas grandes presiden la rica gama de fotos, litografías, grabados y dibujos de calidad, que versan de presentaciones o personalidades relacionadas con el ballet cubano, o que son parte de él; ampliando nuestras lecturas y compresiones sobre esta práctica danzaria y sus creadores.

Pero si nos seduce la probada factura del material que entrega la Editorial Cúpulas, mucho más lo hace el texto, el sustancial contenido que lega al mundo de la danza el historiador del Ballet Nacional de Cuba, Miguel Cabrera (1941).

Tenemos la entera certeza que esta obra será fundamental en el ámbito de la danza, y que sobrarán en el mundo aquellos que quieran adquirir este inestimable escrito pues, con una escritura muy clara, en él quedan rigurosamente registrados en 11 capítulos: El nacimiento de una tradición; Coppelia y Pávlova en la República neocolonial; Grandeza y Limitaciones de la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical de La Habana; Alicia, Alberto y Fernando: la gran simiente; Las Cuatro Joyas; Dos Ilustres Herederas: María Elena LLorente y Martha García; Las Tres Gracias; La presencia masculina: consolidación de una estirpe; El Ballet Nacional de Cuba en su gloriosa brega (1948-2011); Valoraciones de la crítica mundial y la Sección de Documentos, los teatros, fechas, personas con que se relacionaron en su visita a Cuba personalidades del ballet como la ardiente Elssler o la inigualable Pávlova.

Además, se profundiza y corroboran datos, se saca a la luz una información acuciosa –creo con mayor profundidad en el siglo XX y XXl–  sobre los primeros intentos de crear una academia de ballet en Cuba (aunque no tuviera el interés de preparar a artistas profesionales), por la Sociedad Pro-Arte Musical de La Habana; y la formación en este lugar de la mano de Igor Yavorski, de tres figuras esenciales para nuestro ballet: la entonces Alicia Martínez del Hoyo (después Alicia Alonso) y los hermanos Fernando y Alberto Alonso. Así como la posterior formación en el extranjero de estos que, en el caso de Alicia y Fernando Alonso, integraran las filas de la recién fundada compañía American Ballet Theater, en la que consolidarían su técnica y fama de mano de maestros eminentes como Mijaíl Fokín, George Balanchine o Antony Tudor.

También el texto, del Doctor en Ciencias Miguel Cabrera, muestra cómo se hizo realidad el sueño de la conformación en 1948 de una compañía Ballet Alicia Alonso, y en 1950 de una academia con el interés de formación de profesionales de ballet, a cargo de la tríada Alonso (Fernando, Alicia y Alberto).

De igual forma, nos muestra la frustración de este empeño durante la tiranía de Batista (1952-1959) y su posterior realización, revitalización y desarrollo a partir del triunfo de la Revolución.

Por todo lo mucho que aportan, son imprescindibles para todo estudioso de la danza y la cultura, para el interesado en general, las entrevistas que el historiador del Ballet de Cuba realiza a los Alonso, a las Cuatro Joyas del ballet cubano (Loipa Araújo, Mirta Plá, Aurora Bosch, Josefina Méndez), a la mezzo soprano y la soprano del ballet (María Elena Llorente y Martha García) y las Tres Gracias (Ofelia González, Amparo Brito, Rosario Suárez), quienes ofrecen datos de carácter autobiográfico sobre la trayectoria del Ballet Nacional de Cuba y la Escuela Cubana de Ballet; casi imposibles de obtener en otros materiales, ya que muchas de estas figuras lamentablemente no se encuentran entren nosotros o están en diferentes geografías del mundo.

Así también, nos resulta interesantísimo, aunque rompe con el carácter diacrónico de la historia, el artículo relacionado con la presencia, fuerza y virilidad de muchos bailarines cubanos que han sido reconocidos a nivel mundial como Jorge Esquivel, José Manuel Carreño o Carlos Acosta.

Asimismo, entre otros tesoros que guarda la antología, está una detalladísima lista de los estrenos y presentaciones del Ballet Nacional de Cuba y, a manera de anexos, que complementan perfectamente la compilación, una serie de documentos que están relacionados con su historia. ¡No podría ser más exquisita esta obra que nos entrega Miguel Cabrera!

Si bien nos hubiese gustado tener información más amplia acerca del surgimiento de pequeños esfuerzos locales en función de la enseñanza del ballet antes del triunfo de la Revolución en provincias como Pinar del Río, Villa Clara, Camagüey, Holguín; datos sobre el desarrollo histórico de compañías como el Ballet de Camagüey, el Ballet de Santiago de Cuba, el Ballet del Teatro Lírico de Holguín o las influencias, cambios en la enseñanza y las Escuelas Provinciales de Ballet en Cuba. Después de todo, son parte del universo, del fenómeno del ballet en Cuba.

Estimamos que El ballet en Cuba: apuntes históricos, junto a excelentes títulos como Grandes Momentos del Ballet Romántico en Cuba, de Francisco Rey Alfonso o El Ballet y su mundo, de Roberto Méndez, es un volumen esencial para el arte del ballet y quienes lo amamos, una investigación seria y amplia que se puede reconocer como la primera en su tipo en historiar diacrónica y sincrónicamente el ballet en nuestro país.

Estamos seguros que en el futuro habrá otras investigaciones que miren el fenómeno con otra perspectiva, tal vez con aquella de quien toma distancia temporal del fenómeno. Sin embargo, sabemos que el texto que nos entrega Miguel Cabrera, es y será un referente obligatorio para el estudio serio del ballet en nuestra nación. Ahora, a varios años de su presentación, una y otra vez nos queda disfrutar y aprender de El ballet en cuba: apuntes históricos.

*Maestrante en Estudios Teóricos de la Danza
 

Alicia Alonso también es una cátedra iberoamericana de danza

El escritor Alejo Carpentier aseguró que “Alicia Alonso pertenece a la excepcional estirpe de bailarinas que han dejado —a veces no más de cuatro, de cinco veces por siglos— un nombre egregio en la Historia de la Danza”. No tuvo duda al definirla así, pues ella es un símbolo de exquisito talento artístico y de humanidad que causa la admiración de quienes la conocen o de instancias como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la cual acaba de crear una Cátedra Iberoamericana de Danza con el nombre de la reconocida artista.

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Celebró Cuba Día Internacional de la Danza en el Gran Teatro de La Habana

Por: Ismael Francisco

Agrupaciones cubanas celebraron el Día Internacional de la Danza en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, donde destacaron el Ballet Nacional de Cuba (BNC), Danza Contemporánea de Cuba (DCC), el Folclórico Nacional y las también compañías Lizt Alfonso y Acosta Danza.

El 29 de abril se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de la Danza, instituido por la Unesco en 1982, para ponderar el natalicio del maestro y creador del ballet moderno Jean-Georges Noverre (1727-1810).

La Unesco otorgó a Cuba la sede de las celebraciones este año.