Alexander Jiménez del Toro


Lo importante es resistir: «Piedra de Sacrificio»

 

Lo importante es resistir parece sentencia filosófica, pero es poesía. Y es que la poesía es raíz y sustancia y, al mismo tiempo, Piedra de Sacrificio. Punzón que atraviesa el alma del individuo y su realidad. Bien lo sabe Alexander Jiménez del Toro (Las Tunas, Cuba, 1987), quien construye desde la sagacidad del artista un discurso poético capaz de remover las fibras más profundas del hombre.

Piedra de Sacrificio su más reciente título, premio Pinos Nuevos (2020), publicado por la editorial Letras Cubanas es un poemario vibrante. Escrito con un lenguaje sencillo, preciso, pero con un ímpetu arrasador en cada imagen poética. A ratos filosófico, reflexivo, angustiante, este libro es un espejo de la sociedad y de cómo vivimos (sobrevivimos) en ella. 

La piedra es símbolo. La piedra que es fuerza y resistencia y también inmovilidad. La piedra en el camino del hombre, que como Sísifo repite una y otra vez un sacrificio absurdo. La piedra como metáfora de la sociedad que nos aplasta. No importa:

Lo importante es resistir

como andamios en la resaca de los días,

declarar que estás vivo, que la vida es más

que una habitación en penumbras.

Lo importante es la familia,

los amigos y sus granos de mostaza,

mirar con los ojos limpios

el incendio de los mares…

Y si la piedra es símbolo, el sacrificio es signo. Parece que este mundo nos ha signado el sacrificio, el trabajo como legado. Así lo decretan estos versos:

Fuimos sembrados aquí

como las semillas

de un árbol

que reparte sus frutos en la noche.

Pero hay esperanza, y esa esperanza es la poesía, el verso sincero y visceral. Piedra de Sacrificio es un libro construido desde lo personal y desde ahí nos revela todo el entramado social que nos envuelve y nos supera. Escrito con la sinceridad del hombre y la belleza del artista, Alexander Jiménez confiesa que este texto es casi una autobiografía poética y bien puede ser la de cada uno de nosotros. Su lectura es caminar descalzo por las ruinosas catedrales del miedo y entender, al fin, que el sacrificio consiste en vivir en las palabras.