Ahs avileña
Calibaneando en la AHS de Ciego de Ãvila
Un miércoles a la hora que mataron a Lola, y en medio de un frugal apagón, se daba la peña Calibaneando en la Casa del Joven Creador, sede de la AHS en Ciego de Ãvila. Pero más especificamente en el café Barquito, donde ni café pudimos degustar.
Esta es una peña que desde la creatividad de Miraima GarcÃa, musicóloga, y Damián Betanzos, periodista y Miembro de Honor de la Asociación, se propone catapultar el debate cultural y darle agua al dominó de lo artÃstico con argumentos de peso.
Por eso, en esta tarde de septiembre, aunque la ausencia de Miraima por contratos laborales, se hizo sentir, se le dedicó por entero a desmembrar la realidad cultural de la ciudad de los portales.
El momento era más que oportuno para saber del pensamiento cultural de los tres invitados, delegados al 4to. Congreso de la AHS a celebrarse en el mes de noviembre. Santa Massiel Rueda, trovadora y presidenta de la organización avileña; Cleilys Aurora BenÃtez, músico y vicepresidenta; y José Ãngel Guevara Tamarit, realizador audiovisual.
Desde la sinceridad oportuna de Damián, y con el carisma de los invitados, la peña fue discursiva y colmada de buenas intervenciones.
Aquello tenÃa la pinta de una asamblea provincial de miembros. Y con nada que envidiarle a los debates que se suscriben a un congreso. Aunque faltaban los que no debÃan faltar, los decisores, los de la cultura. Y una buena parte de la membresÃa.
Con parafraseos de nuestro Fidel, sobre el arte de la libertad y la invitación siempre oportuna de revisitar a los grande de la literatura cubana como José Martà y Fernández Retamar, la tarde se fue volviendo intensa.
Es importante entender que la peña quiere ser ese puente discursivo entre artistas y funcionarios de la cultura. Pero, por desgracia, no se ha logrado que la invitación pase al plano fÃsico y lograr, asÃ, la presencia de todos. Mas servirá para mucho que esa peña nunca muera.
Siempre se consigue que los miembros asistentes puedan transmitir sus ideas y opiniones, y los gestores de varias manifestaciones artÃsticas expresen más de una genialidad.
Peñas como esta hay que tomarlas en serio. No deberÃan faltar en la agenda de todo trabajador del sistema de la cultura porque se habla de lo mal hecho, de lo perfectible y hasta soluciones se escuchan, como tambores de guerra.
Se habla del papel del intelectual en la gestión cultural, en el mantenimiento de la sociedad, en la construcción de un paÃs.
Se habla de las formas de defender la identidad del avileño, y de no permitir que la juventud sea el corcho a la merced de las tormentas.
Se habla y se respira cubanidad artÃstica. Amor por la canción de autor, por las instituciones que tienen o deben intervenir en ese proceso arduo y bello que es el de generar saberes. También, de alguna forma, se empuja a un paÃs.
Los jóvenes creadores de la AHS avileña están seriamente comprometidos con el arte y la cultura que son, que los identifica, y por las que son capaces de perder el sueño. Siempre ansÃan llegar a la meta suprema de todo creador: el público.
Se habla de la familia cubana como célula de la sociedad y que en estos momentos vive un desquebrajamiento más que visible y que, por ello, se corre el riesgo de perder el arte, de trascender culturalmente.
Se habla, también, de nuestros miembros, que han decidio marchar de Cuba para lograr sus sueños. Asunto que duele. Y preocupa.
Calibaneando, más que una peña, se podrÃa volver como el coliseo para las soluciones, desde la juventud comprometida con el momento histórico que les toca vivir.
AHS se escribe en presente
Pareciera que en 2022 la Asociación Hermanos SaÃz (AHS) en Ciego de Ãvila ha hecho magia para traer a las carteleras alrededor de 14 eventos, reinventar jornadas, crecer en membresÃa, mantener espacios fijos, transformar la Casa del Joven Creador en área colateral de muchÃsimos otros certámenes y hacer del trabajo comunitario disfrute y no “comodÃn”.
Esta es solo una enumeración apurada que se me antoja al filo de un año complejo en el que se exprimieron presupuestos, se convocó hasta el cansancio y se presentaron, la mayorÃa de las veces, sin que mediara remuneración alguna, pero, sin dudas, hay muchÃsimo más detrás del empuje de la vanguardia artÃstica de la provincia.
De algún modo, ya nos hemos acostumbrado a que esta “tropa” ponga el arte y la satisfacción de hacer primero que la economÃa doméstica, por eso, Santa Massiel Rueda, presidenta de la AHS en el territorio, insiste en que el apoyo, el acompañamiento y la sensibilidad deben nacer aquà y no llegar desde la capital, donde está enclavada la sede de la organización.
Sin dudas, 2022 nos devolvió una Casa del Joven Creador vital que abrió sus puertas siempre y sin excusas, con luz eléctrica o sin ella, con más o menos público, con lluvia o con frÃo. Apenas arrancaba enero y ya Estrofa Nueva traÃa el sabor de la poesÃa y la buena música para homenajear a José Martà y, en marzo las propuestas fueron un deleite y en un ejercicio casi de “malabarismo” sucedieron dos grandes certámenes: Trovándote y Somos Abril.
De Trovándote habrá que decir que continúa reinventándose y siendo puerto seguro para la canción de autor. Contra cualquier pronóstico los trovadores llegan, transforman la ciudad en una fiesta e irradian la tradición desde el centro del paÃs en un espacio de aprendizaje y común disfrute. Asimismo, Somos Abril, en su primera edición, fue un digno regalo a la memoria de Yosvany Abril, ese incansable artista que puso el teatro de tÃteres avileño en el mapa nacional y dedicó sus últimos esfuerzos a llenar las lunetas de la sala Abdala con público adolescente.
En abril fueron Expo-tatoo 2022 y la Jornada por el DÃa Internacional de la Danza los certámenes que acapararon la atención. El primero, logró reunir a 10 tatuadores y la piel fue lienzo para seguir deconstruyendo estereotipos, mientras que el segundo trajo danza al espacio público de la ciudad y logró una conjunción armoniosa con los estudiantes de la Escuela Elemental de Arte Ñola SahÃg SaÃnz.
Cuando el ritmo parecÃa descender, lo espacios fijos mantuvieron en alza la cartelera, siendo Décima Cuerda una sorpresa que cada mes unió modernidad y tradición para hacer del verso improvisado “cosa de muchachos” y no patrimonio exclusivo de quienes peinan canas.
En un pestañazo llegó el verano y fue detonante para la vida cultural de la ciudad. La AHS abrió con la jornada La casa por la venta y, con un ajetreo como de hormigas, labró un camino dorado en el que sus asociados asumieron un rol pedagógico.
Teatro, cerámica, literatura, música y artes plásticas encontraron seguidores, creándose un movimiento inquieto alrededor de la Casa del Joven Creador que trastrocó la rutina, justo lo necesario para la continuidad y la renovación. El cierre de estos dos meses intensos fue Caleidoscopio, que convidó a resumir en dos dÃas todo lo hecho en julio y agosto.
La jornada ¿Por qué luchamos?, dedicada al aniversario 65 de la muerte de Luis y Sergio SaÃz y las celebraciones por el natalicio de Fidel Castro Ruz removieron sentimientos en agosto, mientras que el Simposio Música y Juventud, del Festival de Música Fusión Piña Colada, encontró cobija bajo el techo de la Casa del Joven Creador.
Diferentes centros educacionales y comunidades del territorio fueron destinos trazados en el cronograma del cantautor Raúl Torres en suelo avileño, al que se le unió una guerrilla cultural que fue “in crescendo” con la batuta de la vanguardia artÃstica.
Con este espÃritu recibieron octubre y con él a Todo por el Arte, que aunó a trovadores de la talla de Leonardo GarcÃa, Ariel Barreiros, Michel Portela y Nelsón Valdés. La literatura, el diálogo y el trabajo comunitario fueron otros “aderezos” que cumplieron con la expectativa hacer coincidir la mayor cantidad posible de manifestaciones. Reprogramar las actividades por la falta de energÃa eléctrica fue parte del dÃa a dÃa, pero no excusa para suspender.
Un punto de inflexión fue la desaparición fÃsica este año de dos de sus Miembros de Honor. Hablamos del escritor Arlen Regueiro Mas y de José Rolando Rivero, también escritor y artista visual, quienes con su empuje y talento protagonizaban muchas de las peñas y espacios en cartelera. Es imposible el olvido y concordemos en que el mejor homenaje es continuar su obra, por eso, el taller de escritura creativa Brisa Nueva camina seguro, ahora, liderado por Lioneski Buquet.
Los últimos meses fueron más dinámicos y la etiqueta #NoPodemosParar no ha sido solo válida para el algoritmo de las redes sociales y para desplegar toda una campaña comunicacional alrededor del trabajo de la AHS, sino lema y perspectiva para esta organización que hace rato marcó su mayorÃa de edad. Con esta certeza y compromiso, TÃteres al Centro y la Cruzada Cultural Siguiendo la Trocha subieron la parada.
En noviembre regresaron los tÃteres y no importaron los teatros cerrados para materializar un ambicioso cronograma de actividades, que fue desde las principales plazas de la ciudad hasta sitios de difÃcil acceso. Seis dÃas de marionetas quedaron reducidos a tres, pero esto no opacó la magia de la cita, que se confirma como imprescindible y aplaudida.
Las comunidades que a lo largo de la Trocha de Júcaro a Morón disfrutaron de los tÃteres volvieron a atestiguar arte del bueno con la Cruzada Cultural Siguiendo La Trocha, uno de los proyectos más ambiciosos de la asociación. En siete dÃas la Brigada Luis y Sergio SaÃz fue de La Caoba, en Venezuela, a Tuero, en Morón, para comprobar que hay comunidades a donde no llegan ni los instructores de arte ni los promotores.
Es en esta lÃnea donde Santa Massiel Rueda reflexiona: “cuando terminábamos una actividad los aplausos eran en ristre y hasta los adultos querÃan llevarse a casa un libro, aunque fuera infantil. Hay mucho por hacer, el trabajo comunitario no puede ser palabra vacÃa, deber ser acción y compromiso. Me siento satisfecha de que los jóvenes asociados lo comprendan y lo asuman”.
Pero si todo esto parece poco, recordemos que los avileños brillaron nacional e internacionalmente con su participación, por ejemplo, en la Primavera Teatral, en Granma; en el Festival de la Canción PolÃtica, en Guantánamo; en el Mejunje Teatral, en Villa Clara, y en el Primer Congreso Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado o, incluso, pensemos en los muchos premios y reconocimientos que llenaron sus vitrinas, entre ellos, los de Santa Massiel y los de los escritores Leonel Daimel GarcÃa y Lioneski Buquet .
En sus filas hay muchachos que ostentan hoy una doble membresÃa, al haberse aprobado recientemente su paso a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, lo cual, si bien no es un hecho inédito, marca un hito en los últimos tiempos.
Al final del 2022 llegan con la insatisfacción de no haber visitado las comunidades fuera de la lÃnea de la Trocha de Júcaro a Morón y con la certeza de que el poco presupuesto disponible para programar, que es lo mismo que soñar, limita y acorta horizontes; no obstante, lo dicho aquà demuestra superación, luz larga y ensalza la creación como el principio y el fin de todos los esfuerzos. Probablemente, también, un anuncio de lo que viene porque 2023 será un año de congreso y ya sabemos que AHS es acción y presente.
Por muchos años felices
Con un crecimiento en su membresÃa y la entrega de los carnés concluyen las jornadas por el 13 de agosto en la Casa del Joven del Joven Creador avileña. No todo está dicho. Hay mucho todavÃa por hacer.
Se les dio la bienvenida en un patio rebozante en juventud a los jóvenes de la vanguardia: René Rivas Hernández y Bárbaro Toranzo BarrabÃen, en Teatro; Carlos A. Beckford Alarcón, en Danza; y Yeinier Delgado Abreu, en Música. Este último, uno de los responsables de hacernos pasar bien en esta noche de repentismo e improvisación.
Fue la noche de un 13 de agosto especial que no solo sirvió para respetar la tradición repentista con la peña Décima cuerda, de Rainer Nodal y sus compinches, sino, también, para no olvidar que hace 65 años dos jovenes revolucionarios fueron asesinados bajo la dictadura de Batista, por el soldado Margarito DÃaz, apoyado por el cabo Pablo A. Zayas.
Nadie imaginarÃa que ese asesinato serÃa el detonante para que en 1986 se creara la Asociación Hermanos SaÃz. Hogar la joven intelectualidad cubana. Asidero de obras de bien con el sello del amor por Cuba.
En esta peña se hace de todo lo que tiene que ver con el repentismo y la tonada de la tierra. Pero también se aman los colores de la bandera y cada uno de los sabores de una luna en cuarto creciente.
En este sitio se agradece la tradición cultural y familiar. Porque desde el apego familiar Rainer Nodal hinchó sus venas con la décima improvisada y el olor a tierra mojada. Igual que Yeinier Delgado. Y muchos otros. Eso es tradición cultural. De la buena. Porque hay otras tradiciones que son dañinas y no espacio.
La Asociación Hermanos SaÃz en Ciego de Ãvila también es una familia con apegos culturales y que trasciende criterios personales, gustos estéticos, e idelismos. Como debe ser.
El arte es libre y soberano. Como nuestra bandera.
La jornada del 12 no estuvo menos tradicionalista que esta última.
Sin querer desencajar con el dolor de un paÃs que llora las vÃctimas del incendio en Matanzas y el recuerdo angustioso de esos dos jóvenes asesinados en el pasado más lejano, asà como la ausencia de nuestro Fidel en su 96 cumpleaños, se puso a vibrar la cuerda de los corazones alegres.
Y todo vibró, entonces, con la magia y la sabidurÃa de la vanguardia artÃstica.
A primera hora tuvimos a la periodista de Invasor y jefa de la sección de Audiovisuales, Arletty White Morales, a cargo de la presentación de un documental ¿Por qué luchamos?, de Danny González Lucema, ante un público no todo lo numeroso que querÃamos, pero sà joven y dedicado, como fueron los alumnos del taller de creación teatral que se imparte por estos dÃas veraniegos en la Casa del Joven Creador por parte del guiñol Polichinela y otros artistas.
Hablar de ese hermoso documental de 32 minutos que nos acerca a la vida y obra de los hermanos Luis y Sergio SaÃz mereciera más espacio. Y no tan noticioso.
Pero fue una tarde hermosa y cargada de cierto dolor que gravitaba en el ambiente, a pesar del tiempo y de las ausencias. Me contaba Arlenys Pardo Pérez, la programadora de la Casa, una vez terminada la presentación: “Aunque ya se haya puesto otras veces, aquà produce siempre la misma sensación y ese sentimiento de admiración a los hermanos SaÃz. Es curioso que los muchachos que sà lo veÃan por primera vez mostraron esa misma sensación y lo atesoraron con deseoâ€.
Ahà estaba la magia del sentido de la historicidad que denotaban Marx y Engels en su sistema filosófico genial.
Ahà está el sentido del momento histórico del que también nos hablaba Fidel.
Es la misma humanidad. Golpe a golpe. Arte con arte.
Uno de nuestros miembros de honor, Damián Betanzos Hernández, tuvo a bien presentar el libro Cuerpos que yacen dormidos, compilación de la obra de los hermanos SaÃz, por Luis A. Figueroa Pagés, autor también del libro Juventudes.
Con el lenguaje fluÃdo, caracterÃstico en Damián, la invitación a la lectura fue lanzada vehementemente consiguiendo que algunos de los presentes poseyeran el libro ávidos por su lectura.
Versos que asumÃan una dimensión otra desde la organicidad y el sentimiento, desde la pasión y el candor. Algunos en el público echaron a llorar. A otros se nos hizo un nudo en la garganta.
Y al término de la jornada los actores del taller de creación teatral hicieron una lectura expresiva de algunos de los poemas de este libro.
CrecÃa la admiración por la vida y obra de estos jóvenes.
Hermosa labor.
Siempre se tuvo claro que no se podrÃa hacer todo lo que se ambicionaba, y que cada acto estarÃa cargado del sentir de la membresÃa. Y asà fue. Los jóvenes artistas de la AHS en Ciego de Ãvila miraron este 13 de agosto con luz de gigante y la esperanza tatuada en la mejilla.
En este dÃa de aniversarios hubo en nuestra Casa, arte del bueno, del joven.
Por un Martà que nos llena el alma
Inaugurada expo que se acurruca feliz en el espacio que más amaba nuestro José MartÃ: el imaginario infantil. Recuérdase: para los niños trabajamos porque los niños son los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo.
La galerÃa de la sede avileña de la Asociación Hermanos SaÃz fue el lugar adecuado. El artista aglutinador de los talentos reunidos fue el plástico y escritor Yasmani RodrÃguez Alfaro. La expo «El Hombre de la Edad de Oro» reúne a nueve niños en edades comprendidas entre los seis y 18 años.
La técnica es variada, pero sigue los pautas de la pintura y el dibujo, con temperas, acuarelas, lápices de colores, crayones, y hasta papel pegado a modo de calcografÃa.
No solo impresiona por la edad de los artistas, sino también por la visualidad tan hermosa con la que cada uno expresa a MartÃ, asà lo asegura Yasmani: “son trabajos hechos en tiempos de Covid-19. Los niños recrean su visión que tienen de MartÃ, el Martà que imaginan, que se vuelve paisaje, espÃrituâ€.
Eso me hace recordar la manera en que Gastón Baquero querÃa que Martà fuera recordado y asimilado por el pueblo de Cuba. Desde adentro y con libertad de expresión. Como debe ser.
De nada servirÃa entonces, dice él, reproducir bustos como piedras en el camino, o repetir espectáculos cada año, con niños que apenas comprenden de lo que se trata. De muy poco vale repetir frases y versos que aún no brotan del deseo más genuino porque son como impuestos.
Algo de razón tendrá el poeta y periodista Baquero que también fue martiano.
En esta oportunidad, Yasmani, que es Instructor de Arte solo de ejercicio, se propuso honrar al Maestro para estos dÃas de Estrofa nueva en su edición XVIII. El otro espacio cultural en donde MartÃ, estoy convencido, pondrÃa asiento seguro para no perderse ni una canción, poema u obra de arte visual.
Y es que Estrofa… se erige desde la humanidad martiana y, cual faro, guÃa a la caballerÃa artÃstica y juvenil por un sendero más que hermoso, proletario y servidor.
Pero lo hace desde la poesÃa, la buena canción. Desde el abrazo oportuno de la vanguardia artÃstica que no descansa en promover y crear. De eso se nutre: promover y crear.
Yasmani cuenta: “el trabajo con los niños es complicado. Hay que educarlos en un gusto, enseñarlos a encontrarse, darles las herramientas para que aprendan a expresarse, pero sin imposiciónâ€.
Los trabajos de esta expo ya estaban casi terminados desde hacÃa tiempo. Pero los avatares de la situación epidemiológica no permitÃan su inauguración. Y ahora, por motivos más que obvios, no estuvieron los artistas. Pero era el contexto y la oportunidad más que certera.
Orgulloso del resultado final, a Yasmani le brillan los ojos: “todo esto ha sido parte de mi labor, y de otros, como Instructor de arte en la Casa De La Cultura José Inda Hernández. Es el resultado de los talleres que venimos realizando, solo que sacado del ámbito de una casa de cultura. Es también el producto de la vinculación entre las instituciones culturales porque trabajo en la casa de la cultura, pero soy miembro de la Asociación Hermanos SaÃz, y ¿dónde mejor para expresarme?â€.
De estas 14 piezas me llama la atención las de los pequeños Viensay RodrÃguez González, de seis años, y de Cristian López Agüero, de nueve.
Las primeras dos obras de Viensay tienen todo el encanto infantil. A manera de collage, con recortes de papel pintado y acuarela, vemos a un Martà que camina por un paisaje bastante erosionado, con alguna planta y una palma. Hay un sol que resplandece, ilumina y mata, y una gran flor roja a la izquierda del caminante.
Lo más expresivo de esta obra son los ojos del MartÃ. Grandes, expresivos, tiernos. Se roban la atención del espectador y nos arrancan hasta una sonrisa cómplice.
Seis años es poco tiempo para dominar la mano con que se dibuja, el rasgar, pegar, componer. Pero Vinsay lo sabe hacer resueltamente quizás con la ayuda merecida de su instructor preferido.
Su otra imagen versa sobre una pionera feliz de pie frente a un rosal. Detrás se ve la casa o la escuela. Pero vuelve a llamar la atención lo expresivo de los ojos, grandes, bien abiertos, cautivadores.
Aunque no se percibe directamente la figura del Apóstol, se podrÃa entender que esta pieza es continuación de la otra y que la niña está esperando la llegada de MartÃ. Por eso los brazos abiertos con los que parece recibir la tan agradable visita.
Los otros dos trabajos son de Cristian López Aguero y son más simbólicos que representativos de la vida y obra martiana. Aunque una flor y una estrella, en un fondo azul como lavado, de acuarela, tienen toda la intención de ser motivos martianos.
Los trabajos me recuerdan a la monotipia. El dominio del trazo que tiene Cristian le permite que las figuras salgan lo más bellas posibles y casi perfectas. Lo que aparentan de imperfección, en el mismo trazo, es producto de ese pincel que deja huellas libres y soberanas. Indómito pincel que recauda aplausos y permite elogios.
Dos flores, dos estrellas, sobre un fondo azul. Resultan hermosas combinaciones y más aún cuando el artista tiene apenas nueve años.
El resto de las obras están a la altura del imaginario infantil. Recrean el hermoso propósito de honrar a MartÃ, quien siempre pensaba en los niños y su bienestar.
Hay un Martà a caballo cruzando un rÃo, descalzo y con montañas de fondo.
Un Martà que adora la palma y la bandera cubana y de deja bañar por la luz del patriotismo.
Hay un palma con bandera en su copa, y un sol en medio de tanto oscuro.
Hay escuelas donde el fantasma del Apóstol es guardián.
Hay verdes de paisajes con muchas flores y un aire desatinado que mueve las banderas y hasta las angustias.
Hay muchos Martà que nos llenan el alma.
Hermoso gesto el de Yasmani de ofrendar al Maestro. Genial el apoyo de la AHS avileña que no lo dudó ni un milÃmetro e hizo lo necesario para que el suceso se diera y magnÃficamente.
Aportó un espacio gratificante y con la presencia de otros artistas como maestros y alumnos de violÃn y viola, de la escuela vocacional de arte Ñola SahÃg Sainz. Todo en casa y con Martà en el alma.