¿Qué joven artista al menos una vez en su existencia no ha escuchado sobre las Romerías de Mayo o se ha visto incentivado a participar en dicho evento? Es que las Romerías, este evento importante para el país, la región y el orbe, sirve de plataforma para el arte, el pensamiento y la hermandad, gracias a la sensibilidad de miles de almas que se abrazan a favor del amor y la defensa del patrimonio, levantando bien alto esa manifestación de solidaridad entre todos.
Como joven artista recuerdo la primera vez que conocí el evento, me encontraba en la ciudad de los parques en el mes de mayo y lo que vi me lleno de tanta emoción que me prometí estar –no sabía cómo– en su próxima edición. Corría el 2013 y apenas comenzaba mis andanzas en el ámbito de la creación. Por arte de magia o casualidad de la vida encontré una convocatoria que me daría un posterior regalo: el Festival Internacional de Fotografía Autodidacta FOTOFEST, al que fui seleccionado y participé con dos de tres fotografías que había presentado al tema: “El Impacto del Hombre en el Medio Ambiente”, posibilitándome estar en medio de esta importante cita a la que tanto deseaba contribuir con mis emergentes creaciones.
Así continué en relación con el festival nacional organizado por la Asociación Hermanos Saíz, y cada año comencé a involucrarme con todos los eventos posibles. Ya las Romerías de Mayo era parte de mí. En 2015 presenté a través de Babel la intervención pública Objetivos, con el apoyo de amigos y colegas del medio de las artes visuales del patio y de estudios –pues me encontraba cursando el primer año de la FAMCA de la filial oriental– un proyecto multimedial donde el parque Calixto García servía de locación. Fueron unos días de mucho apoyo y trabajo, aunque la lluvia no permitió que se ejecutara tal como se había concebido, aun así las huellas en la memoria ha quedado como inspiración, pues una vez más dicho evento servía de espacio de experimentación.
En la próxima edición, en 2016, nuevas inquietudes me llevan a ser parte nuevamente de Babel, donde la intervención El Patio de mi casa no es… me traslada en esta ocasión a las puertas del Centro Provincial de Arte en la zona más transitada de la ciudad. Fotografías, interacciones, miradas y sentidos compartidos son las motivaciones de la misma, creándose una galería al aire libre, nutriéndose de un mayor contacto entre espectadores y las obras.
El tiempo no se detiene y en un abrir y cerrar de los ojos llegó el 2017. Esta vez con varios colegas: Carlos Gil Calderón y Rafael Borges Hernández, reunidos todos en el Proyecto FRACTURA, presentamos nuevos proyectos, en múltiples formas y espacios, entre los que se encuentran las intervenciones públicas Fobia, Una Silla y Tú, y Realidades Paralelas, este último una experimentación con las técnicas del videomapping y la instalación, en los alrededores del parque central.
En 2018 nuevamente FRACTURA lleva a cabo acciones buscando más contacto con los transeúntes al crear espacios de interacción entre artistas y público, fusionando literatura, música, artes visuales y performance. Fue hermoso ver el poder de convocatoria que tuvo, al visualizarse en casa rincón de la ciudad amigos que leían sus textos poéticos mientras ejecutábamos acciones performáticas en la calle. Una de las piezas que mas llamó la atención fue Refugio, donde Carlos Gil Calderón ejecutó uno de mis performances.
Este año que avanza íbamos a realizar otras intervenciones, en esta ocasión con otros amigos, todos entusiasmados por volver a visitar y encontrarnos con sus buenas energías, pero no desmayamos el entusiasmo pues ya contamos hasta las horas aun cuando nos espera un año completo, pero los días pasan “en un abrir y cerrar de ojos”.
No podemos perder esa oportunidad de reencontrarnos en sus parques llenos de artistas, el estar en medio de esas risas, colorido, música, movimientos y aprendizajes, de esas enseñanzas que nos deja este evento cada vez que llegamos y que queda grabado en el actuar, haciéndonos más humanos, más comprometidos con nuestro tiempo y la misión que nos toca ejercer como creadores, pues las Romerías de Mayo, sin que quede duda, es eso y más, es una escuela viva, la oportunidad perfecta de superarnos constantemente.
En lo personal debo agradecer siempre al Festival de Juventudes Artísticas por la oportunidad de visualización y socialización, no solo de mis trabajos, sino el de todos mis colegas, que juntos hemos hecho lo posible por contribuir a nuestro arte cubano. Gracias siempre a Romerías de Mayo por el espacio del arte y los artistas jóvenes.