El Abrevadero, café del arte joven holguinero, en la Casa del Joven Creador de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), sirvió de escenario a las agrupaciones raperas de toda la isla para conversar y debatir acerca de la realidad del movimiento del Hip Hop cubano: nuevas tendencias, producción y eventos, en el marco de la Jornada de Hip Hop Rapdicando.
El panel, moderado por el investigador y profesor universitario Danilo Guerrero, abordó fundamentalmente los modos de producción y promoción de las agrupaciones raperas cubanas desde sus inicios hasta la actualidad.
«El Hip Hop se afianza en la cultura alternativa cubana en un momento muy difícil de la historia de la isla, la década del 90 y el comienzo del “Período Especial”, cuando la gente comienza a buscar otros tipos de lenguaje, porque era una época donde el mensaje debía ser, necesariamente, directo, había que hablar claro las cosas para intentar buscar una solución», afirmó Danilo.
El rap se convierte en sus inicios en una forma necesaria de expresión y muchas veces llenaba el alma de sus seguidores. Entre sus principales temas se encontraban la pobreza, la discriminación, la marginalidad, las desesperanzas y una contenida «ira» pues eran marcados como «marginales».
A diferencia de la actualidad, en los años 90 e inicios de los 2000, el rap se afianza en la isla y es unos de los géneros más radiados; hubo mucha aceptación general en Cuba, fundamentalmente por una agrupación que en sus inicios no era aceptada y hoy representa parte del rap cubano escuchado mundialmente: Orishas. Es también una época donde empiezan a proliferarse estudios alternativos de grabación y nuevas maneras de producción.
Pero… ¿qué pasa hoy con las dinámicas de producción y promoción de las agrupaciones raperas en la isla? Según Danilo Guerrero, también realizador radial de espacios musicales, las agrupaciones raperas cubanas deben buscarse vías propias de promoción y producción; hay que crear los espacios propios para este movimiento y para la promoción del género en la isla; se debe asumir el rap cubano como un género propio dentro de nuestro ámbito musical, pues a diferencia de otros géneros, este trata temas de la realidad social mediante un discurso directo, alejado de rebuscamientos y refinamientos que entorpecen el mensaje que queremos hacer llegar al público, a las comunidades…
La década de los 90 fue un período de expansión del Hip Hop: Cienfuegos, Camagüey, Santiago de Cuba, Guantánamo reafirman un modo de hacer que desborda los marcos de La Habana, donde se toma como punto de partida para el movimiento del Hip Hop cubano la celebración del Primer Festival de Rap Cubano en el barrio de Alamar, auspiciado por la AHS, y por el Ministerio de Cultura, en Habana del Este, donde participaron diez agrupaciones y un público joven que desbordó el ámbito de la plaza donde se desarrolló el evento. Aunque Alamar pudo organizar otros festivales, el intento terminó como otros «por falta de recursos», aunque se diseminaron los espacios para hacer Hip Hop por toda la isla.
«En sus inicios sí existió un movimiento de rap cubano, pero actualmente son artistas haciendo rap. Un movimiento gira alrededor de una agencia que represente a estos artistas, que a su vez implica productores, promotores, equipo de prensa y a este movimiento debe sumarse las comunidades para las cuales ofrecemos nuestro arte. Si comparamos las escenas de Hip Hop anteriores y las de ahora, vemos que el “movimiento” rapero en Cuba es un “desastre”; debemos lograr atraer al público como se hacía antes… y los principales protagonistas somos nosotros: los artistas tienen que tratar de hacerse de público mediante un arte comprometido y buscar nuevas vías de producción y promoción del Hip Hop cubano, no podemos sentarnos a esperar que una agencia o institución nos proponga la realización de un evento o determinada actividad», puntualizó el músico Malcom Junco.
Aunque existe una «Agencia Cubana del Rap», no son todos los que están en ella, sino los que tienden a ser un poco más comerciales y «dicen las cosas» con más sublimidad. Actualmente se convoca al rap en eventos como Lucas y Cuerda Viva, los dos espacios más conocidos dentro de la farándula musical cubana, pero jornadas como esta marcan un arte legítimamente rapero que intenta romper convencionalismos y mirar desde otros puntos de vista el movimiento rapero de la isla.