«Él es el hombre de esta casa», dice mi mamá cuando mi hijo de un año y medio hace algunas cosas que en nuestro comportamiento presupone acciones «solo de hombres». Generalmente, solemos reÃrnos y ahà lo dejamos todo, sin medir segundas lecturas, sin reparar en lo contradictorio que podemos ser los seres humanos. Y digo esto último partiendo de lo que ella me ha enseñado no solo consciente sino inconscientemente.
Se trata de la movilidad de patrones y la asunción de roles supuestamente preestablecidos; enti%