“A mis hermanos”, nuevo tema musical dedicado a los hermanos Saíz

Este domingo en el programa del videoclip cubano Lucas, el cantautor de Las Tunas Amaury del Río estrenará su primer videoclip A mis hermanos. Una canción inspirada en las figuras de Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, los hermanos, cuyo legado representa hoy la vanguardia artística de la juventud cubana.

«Es una canción que le hice a Luis y Sergio por encargo de la Asociación Hermanos Saíz, a la que pertenezco desde hace ya más de ocho años. No fue ningún problema escribir acerca de una organización y de dos jóvenes que dieron su vida por algo en lo que creían.

«Es una historia bastante conmovedora. Simplemente alguien que sea capaz de dar su vida por una causa, quitando ideologías de por medio, ya tiene un mérito grandísimo para pasar a la historia; fue lo que hicieron Luis y Sergio en San Juan y Martínez, asesinados y baleados por la dictadura batistiana», refirió el artista a Tiempo21.

Una letra conmovedora que dice mucho con lo suficiente, caracterizada por la poesía y la forma de hacer de Del Río.

«La canción también trata de extrapolar un poco lo que nos toca hacer como jóvenes de hoy, es decir, en mi caso, lo que hago son canciones; es mi manera de decir las cosas. Traté entonces de utilizar, de extrapolar un poco la corta vida y todo lo que ellos realizaron hacia lo que nos corresponde a nosotros como jóvenes de estos tiempos.

«Para mí lo más importante es estar cerca de la familia, apoyar a mis hermanos en todo lo que puedan hacer y cantando, aunque maten. Además, esta canción va a estar acompañando toda la campaña por la muerte de los Hermanos Saíz», expresó.

Asimismo, un arduo proceso de producción vivió el video A mis hermanos que llegó, incluso, al Turquino.

«Fue un proceso hermoso también la grabación de este vídeo porque visitamos lugares que representan la historia de Cuba como nación. Estuvimos en La Demajagua, en el sitio donde cayó Martí en Dos Ríos e hicimos la escalada épica al Pico Turquino; grabamos también ahí en la explanada donde está el busto de Martí a 1974 metros de altura y desde allá, desde Granma, que fue por donde subimos. Luego nos fuimos hasta Pinar del Río para culminar la jornada por la muerte de los Hermanos Saíz que lleva a cabo la Asociación y también para seguir grabando el vídeo.

«Ahí recorrimos comunidades intrincadas de difícil acceso; también acudimos a la Casa Museo, que fue donde vivieron los hermanos en San Juan y Martínez. Realmente resultó una experiencia maravillosa que demandó un gran esfuerzo físico y una energía increíble, por la exigencia que nos estaba pidiendo el productor del videoclip, Claudio Visual, y por todo este proceso de ir a lugares históricos, subir el Turquino y además cantar allí», concluyó el trovador.

Amaury del Río exhortó, asimismo, al público a compartir esta tarde de domingo el estreno mundial del videoclip A mis hermanos, con la canción disponible ya a través de las plataformas digitales en su canal de Telegram.


Jesús Ricardo Pérez Cecilia ofrecerá su primer concierto en la capital

El joven cantautor Jesús Ricardo Pérez Cecilia ofrecerá próximamente su primer concierto en la capital de todos los cubanos, el día 12 de este mes, invitado por la prestigiosa Casa del Alba Cultural y el apoyo del Proyecto Canto de Todos.

«Significa una gran oportunidad como artista», comenta el también vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz en Las Tunas. «Es mi primera presentación oficial en La Habana y, sin dudas, un escenario importante para dar visibilidad a mi trabajo. Compartir mi obra en un lugar de esta índole es toda una responsabilidad que intentaré asumir de la mejor manera posible, pues ofrezco siempre al público el corazón a través de mi arte».

Interpretando temas musicales de su autoría, desde sus comienzos hasta el presente, pretende plasmar diferentes vivencias a través de canciones como Pedazo de lluviaHorizontes blancosDespertarComplicidad y otras. Él busca mostrarse «sincero y auténtico ante el espectador, y ambientar el espacio con melodías agradables».

jesus trovador las tuns 1En diálogo con 26 informó, además, que está en proceso de creación de un videoclip para su sencillo Pedazo de lluvia, labor en la que interviene la realizadora Waldina Almaguer. Ese proyecto se desarrolla de manera simultánea con Luna Creciente, espacio habitual donde se presenta en la Casa del Joven Creador de Las Tunas, los terceros viernes de cada mes.

Jesús Ricardo Pérez Cecilia es un joven martiano, apasionado a su trabajo, afable e incansable, que ha hecho de la trova una filosofía de vida, una manera de ser útil a la sociedad.


¡Ponle re-play!

Según los pocos medios digitales que tienen información al respecto, la música electrónica llega a Cuba alrededor del 2004 gracias a un grupo de realizadores de un documental. Resulta sorprendente la poca visibilidad que parece tener este género en nuestro país, cuando lo cierto es que cada vez son más los jóvenes que no solo consumen este tipo de música, sino que además son capaces de crearla. Conformarse nunca es una opción, así que queda de parte de los interesados abrirse camino para lograr un mayor alcance y escapar del desconocimiento. PlayArte se ha vuelto entonces un refugio para ellos.

Entre los días 24 y 25 de agosto se celebró en Santiago de Cuba el 11no Festival de Música Electrónica “PlayArte”. Este espacio forma parte de la programación de verano de la filial santiaguera de la Asociación Hermanos Saíz, y su objetivo es llevar una descarga de 24 horas de este género hasta una playa de la provincia. En esta ocasión la playa Caletón Blanco fue la designada para reunir a la bohemia y llevar a cabo el festival.

La fusión se propagó por toda el área. Desde temas clásicos hasta ritmos afrocubanos, bandas sonoras y secuencias que nuestros oídos perciben como conocidas, nada escapó del poder de las controladoras y su capacidad de recontextualizar las pistas. Piango DJ, DJ Alan, DJ Voight-Kampfff, DJ X, NONYMUS y MAGNUS fueron los principales protagonistas del festival.

La sección de música decidió dar un espacio también para un grupo de raperos que se están encargando actualmente de elevar el prestigio de este estilo en el territorio suroriental. Ellos son J.A.S.P. y Yoel Cipriano (Ole Rimas), ambos integrantes del Duo My Toska, el Dr KO, y el joven Mr. Jart, quienes estuvieron compartiendo producciones de su autoría e incluso fueron protagonistas de una batalla de freestyle. Otro elemento a destacar fue que el festival abrió sus puertas al apoyo de negocios locales como D’CANO y El Cafetazo, quienes llevaron hasta Caletón Blanco sus ofertas gastronómicas al público y compartieron juegos de participación enfocados en el saneamiento ambiental.

Si bien asistieron muchos jóvenes que ya frecuentan este festival, también fueron muchos los que se acercaron por primera vez y, de un momento a otro, terminaron saltando junto a la muchedumbre en medio de la arena. Otra vez quedó demostrado de que Santiago de Cuba es fiel portavoz de las nuevas voces de la música, quienes están aportando a nuestro contexto cultural nuevas formas de crear, y que seguramente en un futuro no muy lejano serán claves representantes de lo que significa la nueva música cubana. La opinión pública no dejó lugar para las dudas: PlayArte es un festival que debe permanecer.


La Guasotrovancia, más allá del río

Prueba de sonido o una presentación necesaria

Juntar la personalidad musical de Azucena (Annalie López), Pedro Antonio Sánchez, Audi Vargas y Yoyi (Jorge Barrett), es la resultante de una fórmula a base de esencias guantanameras y cubanas con flow a mundo. Conga con changüí, kiribá y sones, aires rockeros, funky, bossa, bolero y rumba resultan entre los ingredientes fundamentales del tal coexistencia. Sabrosura con sentimiento, bomba y un swing tremendo son el resultado en escena  de esta cofradía con la que coincidí los primeros días de agosto en la jornada de La Canción Política en Guantánamo.

Foto: Juan Carlos Travieso

Hace algunos años tuve la oportunidad de conocer las canciones que por entonces firmaba Pedro Antonio Sánchez Zapata, Pedrito, cuando era estudiante de Letras en la Universidad de Oriente, y despuntaba junto a otros muchachos muy jóvenes, en una nueva promoción del panorama trovadoresco santiaguero alrededor del  2010  aproximadamente y durante los siguientes años. El tiempo se ha encargado de confirmar la relevancia que tuvo en su formación tras la guitarra, el trasiego entre las ciudades Guantánamo-Santiago con todo el reservorio musical de ambas. Después a la usanza de los bardos de siempre su ruta continúa un periodo por Camagüey, hasta asentarse posteriormente en La Habana.

Con ella, me crucé  allá por el 2016 en las inmediaciones de la Casa del Joven Creador en Guantánamo cierta vez que asistí a un evento de hip hop, entonces era conocida como Annalie López. Luego tuve noticias de Azucena cuando ya su obra mereció varios lauros en el circuito de la música y el audiovisual desde La Habana,  pues la negrita de losotrodía como en epíteto se autodefine en  uno de sus versos, para dicha propia y del panorama actual de la canción cubana logró visibilizar su trabajo en los medios nacionales. La coincidencia en su tierra natal el 2023 y el año en curso permitieron acercarme a su peculiar hacer, lo mismo en conciertos a cielo abierto o teatros, que al estilo de la guitarra y la voz en espacios más íntimos.

A la música de Audis Vargas recién llego, tuve la suerte de conocerle a su vuelta a la tierra natal este agosto, en ocasión de realizar junto a sus cohabitantes de guitarras y canciones más que un concierto, el show de La Guasotrovancia. Después conectamos entre los pasillos y las descargas en el hotel, tan importantes como los mismos programas oficiales de los eventos. Audis es de los trovadores con mayor sentido de la musicalidad que he conocido en tiempos recientes, de los que se disfruta no echar a correr las canciones sino gozarse el tempo natural de estas, un guitarrazo informal en su compañía se transforma en un momento de aprendizaje. Tiene una energía tremenda con o sin guitarra, y verle ofrece la sensación de estar frente a alguien con un vasto canal musical más allá de cualquier etiqueta.

Esa noche  en  concierto escuché a los muchachos invocar teléfono en escena del otro lado del WhatsApp a Yoyi, Jorge Barrett Bayeux. Una videollamada y el momento  nos remitió al rol de la diáspora eterna entre los músicos y artistas de todas latitudes. “Aquí solo falta Yoyi pero está con nosotros”, dijeron. Con él tuve comunicación semanas después gracias otra vez a la telefonía móvil y ante mi iniciativa de una conversación a voces, fue el primero en contestar interrogantes y comentarios.

Desde los primeros minutos intuí que aquella presentación eslabonaba significaciones sociomusicales ancladas a zonas importantes de la música cubana hoy como manifestación plural. Con  zonas no solo me ubico en referentes geográficos sino en resultantes discursivas (lírico-sonoras) que si bien parten de raíces muy distinguibles asidas al oriente cubano, se hibridan además con el concepto trashumante de la canción que a su paso asimila elementos múltiples de toda la insularidad,   hasta maridarse con sonidos de muchas partes del orbe, sobre todo, ciertas músicas de Latinoamérica y el Caribe, pero donde prevalecen de manera arrolladora esos sonidos raigales inherentes al trovasonear primigenio entre sones, nengones, kiribá, changüí y rumbas en lo fundamental.

Foto: Juan Carlos Travieso

La Guasotrovancia además, tiene puntos de contacto con otros proyectos que en decenios recientes han sentado pauta para generaciones de músicos y públicos, en los que las formaciones se sostienen a partir de una estructura semiabierta, donde sus miembros fluctúan entre la creación colectiva y el desarrollo de sus carreras individuales, a la par que acontecen evidentes confluencias de una a otra.  Creo que en este sentido los referentes apuntan a casos como Habana Abierta, Interactivo o La Trovuntivitis, salvando los conceptos musicales que les distinguen y diferencian a unos de otros, los contextos e historias inherentes al nacimiento y desarrollo de cada caso en particular. Lo que sí está claro es el afán aglutinador que manifiestan estas agrupaciones y a la vez ese don por dejar volar lo individual.

En realidad vale anotar que este hecho o cofradía entre indiviualidades de la música es tan longevo como nuestros más representativos momentos en la historia musical cubana. El fin de aglutinarse varios hacedores de canciones siempre fue, además de lo lúdico, un mecanismo de preservación  y apoyo gremial. Recordemos a los grandes y casi primigenios trovadores a inicios de la anterior centuria coexistiendo entre el trovar según canónico modelo de voz y guitarra, en paralela mutación hacia los primeros tríos, cuartetos, sextetos y septetos soneros en los que, evidentemente hubo mucho más que sones. Sindo Garay, Manuel Corona, Alberto Villalón también incursionaron con éxito en la guaracha. María Teresa Vera integró el Sexteto Occidente, por solo citar trovadores icónicos que supieron muy bien bailarse el son. Desde entonces las aperturas son múltiples y coincidentes.

De vuelta a los muchachos del Guaso, a ese hecho aglutinador debo reconocerle también otro nexo común con la Canción Cubana Contemporánea, término aportado por Joaquín Borges-Triana para englobar a esa zona de la canción de autor  que desde los 90´ a la actualidad ve la emergencia de piezas asociadas a un estilo que permiten ser escuchada-bailadas o viceversa, y que acoge creaciones disímiles, desde lo más lírico a lo más gozoso, sin deslindarse de los más raigales códigos texto-musicales distintivos en la canción trovadoresca cubana.  Audis Vargas invitaba en algún momento de la presentación al ¨meneo inteligente¨  en clara referencia a la dualidad comentada.

Foto: Juan Carlos Travieso

¡Se destapó  La Guasotrovancia!

Lo que sería la reseña a un concierto, se trasmutó en diálogo vía virtual con sus integrantes para dar lugar además de mis percepciones, al testimonio de los guasotroveros. Azucena, Yoyi y Pedrito obraron de voceros a través de un chat del que los cuatro integrantes estuvieron pendientes. Mientras se armaba el diálogo por partes, Audis y yo hemos ido tejiendo hilos hacia el futuro cercano. Aquí vamos a voces, coros, guitarras, percusión y todas las músicas que a la vez sean descubiertas por el lector.

-¿Cuándo y dónde surge La Guasotrovancia? ¿Ustedes remontan los orígenes al contexto guantanamero y los pasos iniciales de cada uno?

Yoyi. Formo parte de la Guasotrovancia desde sus inicios, todo comenzó con Barra Abierta, un proyecto de jóvenes que iniciaban en la AHS de Guantánamo, una banda que vistió las canciones que componíamos y tocábamos, claro, estábamos en crecimiento.  Las jornadas de La Canción Política fueron un espacio para lograr que nos desarrolláramos como movimiento, en la edición 40 hicimos el tema del aniversario titulado Guasotrovero; hay un video colgado en Youtube que muestra los rostros de Barra abierta.

En ese momento ya se reconocía a La Guasotrovancia,  fue como destapar el pomo, jóvenes haciendo música cubana, la trova mezclada con ritmos de nuestra región. Considero que desde antes éramos guasotroveros porque en los eventos de la AHS que se hacían en el país participábamos Audis Vargas, Pedro Antonio Sánchez, Annalie López Caballero y un servidor, como somos de Guantánamo, conocido como El Guaso por el río, las otras provincias nos identifican como guasotroveros.

-Azucena. En mi caso, comencé haciendo coros en Barra Abierta, por ahí fue donde conocí a Yoyi, a Pedro y Audis, quien me dio entrada en la agrupación. Tiempo más tarde inicio mi proyecto independiente, sin embargo, el que no estuviera ya en la nómina no quiere decir que no trabajara con ellos. Barra Abierta nos daba un espacio como trovadores de la Asociación, aun no existía como definición La Guasotrovancia pero recuerdo que las primeras canciones que yo hacía en serio, corresponden a ese momento y ya nosotros nos reuníamos. O sea, que inconscientemente no era un proyecto como tal pero teníamos la oportunidad de hacerle coros a Barra Abierta, por ejemplo Yoyi, Pedro y yo le hacíamos coro a Audis, y después él a nosotros, y así sucesivamente. También coreábamos los temas de la agrupación, que tenía montadas canciones de Audis.  La Guasotrovancia fue un proyecto que nació de ahí sin darnos cuenta.

Hubo un tiempo más tarde, en Santa Clara, recuerdo que presentamos unos pitching  del proyecto y a partir de ahí tomó fuerza el reconocer en sí La Guasotrovancia. Pienso que los integrantes iniciales y actuales somos  nosotros cuatro,  los de nuestra generación.  La Guasotrovancia, se acuñó  como tal en Santa Clara con la presentación mencionada. Pedro y yo nos conocemos hace mucho tiempo, guantanameros los dos, aunque él se fue para Santiago a estudiar, fue el primero que salió de Guantánamo a otra provincia, lo veíamos poco pero a veces me aparecía con Barra Abierta en la Universidad de Oriente.

Pedrito. Cuando se decidió nombrarle como Guasotrovancia, ya en ese momento yo no vivía en Guantánamo, me había ido a estudiar a Santiago. De hecho no estuve en la grabación de la canción fundacional ni en el video de Guasotrovero, que no era en lo absoluto la primera canción pero sí la que promovía un concierto importante como parte de la 40 edición de La Canción Política. De todos modos creo que La Guasotrovancia no surge ahí, la génesis estuvo en el momento en que nosotros nos unimos y empezamos a tocar juntos. Recuerdo que Yoyi y yo nos conocíamos porque estudiamos juntos en la primaria y en la secundaria.  Los dos estábamos aprendiendo a tocar guitarra y luego fuimos al pre, Yoyi estudió en un politécnico de electricidad, y empezó a hacer canciones; en mi caso entré a la Vocacional. Esa inquietud de componer todavía no la tenía y empezó porque él me animó.

Ahí empecé a escribir las primeras canciones, luego coincidimos con Yuri García que era un trovador contemporáneo con Audis, y le preguntamos cómo era aquello de ser trovador, nos remitió al reparto Caribe con alguien que resultó ser el propio Audis Vargas, y fuimos hasta su casa. Le hicimos la misma pregunta, qué hacía falta para ser trovador. Teníamos una onda muy inocente. Audis nos preguntó si teníamos temas propios, y le cantamos los nuestros, tres o cuatro, seguramente malos (risas).  Cuando escuchó dijo: bueno, ya ustedes son trovadores.  Fue una especie de ¨Yo, Audis Vargas, los nombro trovadores y tal¨ y salimos de allí con una alegría e ímpetu tremendos.

Luego comenzamos a asistir a la AHS a las peñas de trova, y movidos por el ambiente nos aprendíamos las canciones uno del otro, nos hacíamos coros en ocasiones. Audis tuvo un dúo que se llamaba Ébano, con Aliosky Ramírez Kindelán, cantautor de Guantánamo que actualmente reside en La Habana. Más tarde nació el proyecto llamado Barra Abierta que ya te han comentado Annalie y Yoyi. Al principio funcionaba con un concepto de complemento, porque no teníamos guitarrista ni bajista o percusionista sino que rotábamos  en los temas de cada uno para acompañarnos, después empiezan a entrar músicos, que tomaron esa función. Hasho, Hasiel Mesa Peregrín era el rapero, especie de director no musical, porque en materia de arreglos casi siempre Alioski y yo hacíamos los intentos, pero Hasho era como especie de teólogo de la parte conceptual, esa era su dirección. 

Audis y Hasho eran los mayores. El segundo había estudiado informática en la universidad de Moa, y venía con toda una cultura general muy rica. Con todo eso surgió Barra Abierta. En un primer momento a nivel de cantautor, Audis era la figura referente, luego cuando partió a La Habana, Barra Abierta siguió acompañándonos a todos indistintamente.

Después es cuando voy para Santiago, ciudad que cambió mi vida, entre la universidad y conocer a Reinier, Ruslán y a Noelito, que en mi opinión, tanto como Audis, Annalie y Yoyi, son las influencias más importantes que tiene mi música.  En Santiago creamos la Chagotrovansia que ahora mismo no recuerdo si fue antes o después que la Guaso, porque la primera fue un nombre que se le ocurrió a la poeta Anisley Díaz Boloy. Empezamos a hacer conciertos en Santiago y yo iba menos a Guantánamo, me reunía con los muchachos pero no estaba tan activo dentro de la Guasotrovancia como sí estuve con parte santiaguera.

Ya digo, la proyección estaba desde muchos antes, cantautores que se acompañan entre ellos, con conceptos de música popular bailable, de música tradicional. Los que iniciamos a cantar y hacer esa música juntos fuimos Audis, Annalie, Alioski, Hacho y yo, digamos que como cantautores.  De instrumentista estaba Randi Jorge Malet, tuvimos a un baterista llamado Adrián, Luis Ernesto, Robert, y algún otro que haya pasado.

-¿Dónde residen los elementos musicales y extramusicales que dotan de autenticidad a La Guasotrovancia?

Azucena. La Guasotrovancia se nutre de nosotros mismos. En mi caso por ejemplo tengo la influencia de mis padres, me remonto a mi niñez en que mi papá escuchaba en casa desde tango con canciones de Gardel y Le Pera, Roberto Carlos hasta Sabina, Serrat, que en la radio ponían a Ana Gabriel, Juan Gabriel, Braulio. Luego más tarde, en el grupo Barra Abierta empecé a conocer la trova. Había escuchado mucho a Drexler, a Serrat no tanto, también Pablo es una de mis influencias, a mi papá, ¡que tiene unas canciones! y el impulso que me ha dado en la música ha sido casi todo, mi madre también pero más él.

Al conocer a estos trovadores, algo nuevo para mí, comencé a armarme de valor para tocar aún más la guitarra; me leía un libro y hacía canciones sin ni siquiera haberle escuchado la música. Tenía los referentes que te mencioné pero del entorno nacional no conocía a más nadie, entonces a partir de los eventos fui viendo a otros trovadores y relacionándome. Empecé a escuchar otras músicas pero siempre me ha interesado parecerme a mí misma, aunque siempre existirán influencias nunca intenté parecerme a nadie. Pienso que de donde soy, cuando uno es arraigado es celoso con esa cuestión, por ejemplo, siempre me llamó la atención el changüí, mucho la rumba, que no es oriunda de Guantánamo pero me interesaba todo lo que tuviera que ver con clave e instrumentos de percusión como el cajón, las cosas que tuvieran bomba, siempre me sentí atraída y si no escuchaba eso en un tema, y Yoyi lo puede decir, sentía que no podía tocar (risas). Eso ya no me sucede pero fue así. En cuanto a mi influencia, pienso que en la clave, está la clave de todo.

Al nosotros mezclarnos se dio un engranaje perfecto pues somos amigos, socios, cada uno se sabe las canciones de los otros. Las influencias foráneas siempre han estado, a mí me gusta el blues, el funky, el soul, el rap, trova, reggae, el raggamuffin, el bossa nova, siempre hemos estado abiertos, y me tomo la atribución de hablar por todos, y a la vez el changüí, nengón,  la conga, todos esos géneros siempre tendrán influencias en nosotros de alguna manera, no quiere decir que mañana no hagamos otros.

Pedrito. Voy a dar mi criterio sin la pretensión de intrusismo y pasar por musicólogo, creo que hay un sonido digamos de iniciación que tiene que ver con diversas fuentes como Habana Abierta, José Oliva, también con una zona de música pop que estaba en boga cuando éramos adolescentes; todo eso junto a Silvio, Pablo, y un poco de rap que se ponía mucho en la AHS en esos años, pero sobre todo hay mucho referente de la música de Kelvis, Vanito, Josué Oliva, Vivanco.

Luego cada uno tomó caminos distintos. Yoyi y Audis se fueron a México, primero Audis estuvo en La Habana; en mi caso como se ha mencionado me moví a Santiago, Annalie se quedó un tiempo en Guantánamo y después pasó un tiempo en México, regresó y se ubicó en La Habana; y un grupo de influencias inesperadas llegaron a nuestras vidas.

También hay mucho de la gente de nuestra generación, creo que en muchos sentidos le debemos a otros cantautores contemporáneos, hablo de Ramón David, de Frank Martínez, Reinier Fernández, Ruslán Fernández, Jorge Noel Batista, Manuel Leandro Sánchez, Charly Aliaga de Bayamo, del Gato, Enrique Téllez, Daulin Aldana, hablo de Amauris Gonzáles Muro, Santa Massiel, Yuris Giralt, Pedrito Velis, Carlitos Abreu. Todo ese sonido de gente de nuestra generación era muy cercano para cada uno y siempre que alguien te enseñaba una nueva canción te llenabas de eso, era muy común en esa época que nos veíamos en todos los festivales.

 Había un grupo de voces que en aquel momento tal vez no lo entendíamos, pero estábamos haciendo algo distinto a lo anterior, a La Trovuntivitis, Habana Abierta, Interactivo, todo lo que fue con aciertos y desaciertos, y que ha dado por resultado lo que somos. Nos define el hacer música con una propuesta textual que reflexione o que divierta, que vaya a extremos sentimentales, pero con una base rítmica, sin la grandilocuencia de la canción trovadoresca. También hay elementos de la timba, de la música popular bailable, de la música urbana, de toda esa proyección de guarachar que ya estaba en todo lo que nos influenció, en el son, en el changüí, kiribá, en la conga, la rumba, lo africano con todo lo que se mezcló está ahí.

-¿Se propusieron mantener alguna premisa o conceptos estéticos en particular?

Yoyi. Yo creo que la máxima ha sido apoyarnos para engrandecer nuestro trabajo en el escenario, no era una ruleta musical, desde los comienzos cada uno aportaba algo al juego de vivir y disfrutar las canciones que hacíamos, coros, tocábamos la percusión y nos acompañábamos las canciones desde el alma, algo que era también importante, las hacíamos nuestras.

Somos diferentes dentro de la actuación, cada uno tiene una manera, forma de proyectarse y también diversas maneras de componer. Cuando coincidimos, la conducción  musical es decisión de todos y eso nos hace crear una atmósfera bien rica y diversa tanto en las presentaciones individuales y como grupo.

Pedrito. Respecto a las premisas, yo creo que éramos muy inocentes, teníamos claros algunos detalles, como por ejemplo nosotros no queríamos tocar guitarra sentados, queríamos estar de pie, nos parecía que eso era importante, y eso tiene que ver con la proyección de otros géneros como el rock and roll, y el  performance  de la misma timba. Ahora me parece que era una idea inocente respecto a todo lo que significaba, queríamos ser profundamente originales, cosa normal en todos los artistas, teníamos la pretensión de hacer canciones que cambiaran a la gente, al mundo, era una época en la que no nos preocupaba grabar, no teníamos afán de trascendencia ninguno, no teníamos grandes pretensiones. Eso vino después.

Azucena. En cuanto a la estética de La Guasotrovancia surge a partir del sello que cada cual tiene, ninguno de los cuatro nos parecemos, y eso es lo que me parece genial, pues tenemos una estética diferente y por ahí va. Nada es planificado del todo, como ves estamos geográficamente distantes pero mantenemos un grupo por whatsapp muy fluido, si Pedro hace un guaguancó lo acompañamos como te mencioné,  o si Yoyi toca un changüí o Audis un bembé, si yo vengo y toco una balada, una rumba, un funky. Nosotros estamos abiertos a los géneros, hacemos más del oriente del país pero también nos paseamos por toda Cuba en cuanto a musicalidad. En el caso de Audis, tiene una influencia del funky muy abierta y eso nos cuadra. Cada uno de nosotros nos diferenciamos y a la par funciona nuestra confluencia porque nos gusta y admiramos lo que hace el otro.

-¿Quiénes fueron los iniciadores?

Yoyi.  Los iniciadores creo que no se contabilizan porque éramos parte de un compendio de artistas que estábamos en una ciudad como Guantánamo. Cada uno continuó su camino musical y solo nos fortalecimos los que teníamos la convicción de estar comprometidos con nuestra canción.

-Cuéntenme de la distribución de roles y liderazgos entre los miembros actuales.

Pedrito. Los miembros actuales somos Audis, Annalie, Yoyi y yo, creo que por una cuestión de afectividad, de respeto por la música que hace la otra persona, porque sí; creo que no hemos sacado a nadie del proyecto, fíjate que yo no estuve al principio y me incluyeron de forma natural. Después en el grupo por whatsapp empezamos a soñar, crear y armar ideas, que se han ido materializando en la medida de lo posible.

Líder como tal no tenemos, Audis dice algo que me parece muy importante, y es que cada miembro de la Guasotrovancia tiene sus poderes, sus dones, y sabemos cada cuál cuales son y en función de eso, dejamos que la persona más eficiente en determinada actividad lidere en ese momento. Ya sea en gestiones o en escribir proyectos, o realizar arreglos, o en mantenernos unidos, algo que parece sencillo pero no, y debo reconocerle ese don a Annalie, que siempre escribe en el grupo y se ocupa de aglutinarnos porque la vida es complicada. No hay un líder pero cada uno tiene un liderazgo.

-Cada integrante encauza una carrera en lo individual que evidencia frutos, ¿cómo coexisten esas diversas personalidades en la música en un solo proyecto?

Azucena. Nosotros somos los líderes, los iniciadores, el todo del grupo, todo el mundo tiene la misma palabra, no hay descuerdo entre nosotros, pienso que por eso se ha prolongado el proyecto, y seguimos haciendo una obra individual y colectiva porque cada cual puede dar su criterio. Somos parte del proyecto y tenemos nuestra carrera individual, cuando nos juntamos es una fuerza mayor, porque cuatro lenguas pueden más que una, y pienso que eso fortalece al grupo y al trabajo de cada uno.

Pedrito. La coexistencia es natural, creo que en principio no teníamos claro la importancia de lo que hacíamos juntos, con una fuerza y un poder para ser efectivo para ser un hito de la canción y a la vez, para ser efectivo a nivel comercial, para ser exitoso. En los años más recientes hemos llegado a la conclusión de que tenemos una oportunidad como proyecto, algo distinto a nuestras carreras individuales, y que vale la pena intentarlo, ver qué pasa, darlo todo en ese sentido. Es sumamente concretar cosas porque estamos lejos, porque todo lo económico es complicado, no tenemos manager ni productor, ni apoyo institucional que se evidencie a nivel monetario, es difícil pero ahí vamos. Hicimos un primer concierto en el que creo firmemente que participamos los cuatro aunque Yoyi no estuviera presencialmente, y eso significa que se puede. También hay otros proyectos en camino.

Yoyi. Siento que la esencia de La Guasotrovancia es que los cuatro tenemos un trabajo individual. Eso se pone en evidencia por la idiosincrasia de cada uno, la manera en que nos hemos desarrollado en el crecimiento musical, la composición. En esas particularidades se fortalece nuestro trabajo y en la amistad. El arte nos une aunque estemos fuera de nuestro circuito, nos fortalece, y reitero la palabra porque es lo más importante para todos.

-Todos los miembros actualmente no residen en Cuba, cómo se aglutinan para el trabajo colectivo con Azucena y Pedri en La Habana, y Audis y Yoyi en México.

Azucena. Nosotros todos no vivimos en Cuba pero como ya mencioné tenemos un grupo por Whatsapp muy positivo (le da una entonación prolongada), eso es fuego a diario, nos comunicamos a diario, tan siquiera para enviarnos mínimo un stiker, reímos, intercambiar lo que estemos haciendo en cuestión musical y así nos mantenemos al tanto en lo que tratamos de coincidir  cada cierto tiempo.

-¿Proyectos de Fonogramas?

Yoyi. Hemos tenido varios proyectos de fonogramas, sería bueno agrupar canciones de nuestro trabajo. Hay videos y canciones en las redes sociales que dan fe de ello. Respecto al trabajo a distancia que hacemos  deseamos proyectarnos juntos en algo más grande de estudio, ya hace falta un disco de La Guasotrovancia y materiales tenemos.

Pedrito. Nosotros tenemos una idea que la venimos manejando hace tiempo que es hacer un EP, con arreglos y producción de Daulin Aldana, una canción cada uno, o sea cuatro temas. Empezamos a trabajar en la canción de Annalie, en la mía, y eso está a medio camino digamos,  espero lo podamos realizar, creo que es una propuesta necesaria; y además de eso tenemos fonogramas individuales. En mi caso tengo el proyecto discográfico al oído, con arreglos y producción de Luis Barbería, ya se terminó el proceso de pos producción y  estamos ultimando detalles para hacer el lanzamiento. Annalie se ganó la beca El reino de este mundo y  tiene en inicios su disco, lo va a arreglar y producir Daulin Aldana, excelentísimo cantautor, multi instrumentista,  arreglista y productor camagüeyano. Yoyi tiene varias grabaciones, él ha sido muy centrado en eso y siempre estamos al tanto de las cosas que va grabando. Audis se encuentra también en ese proceso ahora creo que a través de Topete.

Azucena. Nosotros hemos grabado varias canciones sueltas, por ejemplo, en Azucenas, Yoyi me hace coros; también tenemos la canción Guasotrovero que fue idea de él, ahí está la voz de Audis que ya entonces andabag por México; Pedro por Santiago y no le pudo poner voz, aparecemos los otros tres. También hubo un tiempo que grabamos unas canciones agrupadas como  De Trova y Tal y quedaron en la radio de Guantánamo.  Audis registró entonces una canción titulada Ciudad libélula, dedicada a Guantánamo; no recuerdo cuál hizo Yoyi; yo grabé Portal de sueños, una de las primeras cuatro canciones que hice. Ese proyecto debe estar guardado en la radio, teníamos muy jóvenes las voces pero sí existe.

Hay otras canciones, las individuales las unimos como proyecto, y también nos visibilizamos así. La Guasotrovancia no solo es lo que podamos hacer los cuatro juntos en un estudio sino también lo que hace cada uno como proyecto, como trovador, y cómo podemos brindar las canciones que hacemos. Tampoco contamos con un financiamiento para hacerlo posible.

Ah mira sí, la Guasotrovancia en algún momento tuvo otro integrante, Jorge Serpa de la Hoz, un habanero que vivió  promedio de tres años en Guantánamo, fue breve su paso con nosotros, y recuerdo que estuvo en un proyecto en los estudios Areíto de la EGREM, Santiago, en el que dentro de otra pretensión podíamos grabar como la Guasotrovancia. Recuerdo que entramos a estudio con unas canciones y lo que nos entregaron fue algo de muy mala calidad. Era una beca y las personas no entregaron lo que debían, fue algo muy decepcionante.

De nosotros entrar en un estudio y grabar las canciones en conjunto sería genial lo que no hay es presupuesto. Pero tenemos la suerte como proyecto de presentar lo que tenemos cada uno. Ahora Pedro grabó su disco que todavía no ha salido; yo firmé con la EGREM recientemente, todavía no tengo mi disco pero ya firmé con una disquera. Y todos tenemos grabaciones sueltas, Audis, Yoyi, Pedro, yo también.

-Sitios de aquí y allá donde la gente pueda guasotrovar.

Pedrito. Ahora mismo sitios de presentación en el que estemos todos no es posible, Annalie y yo coincidimos en La Habana; Yoyi y Audis en México pero en estados diferentes, Yoyi en Veracruz y Audis en el DF. No hay un sitio en que nos estemos presentando los cuatro, pero estoy seguro que habrá alguno.

Como Guasotrovancia creo que solo he estado en este concierto reciente en La Canción Política. Hemos hecho presentaciones juntos pero no como esta de ahora.  Hay una mezcla de La Guaso con la Chagotrovancia a nivel afectivo y hubo un concierto importante que debo mencionar, en el que estuvimos Yoyi y Yo junto a Ruslán y Reinier que lo hicimos en la Sala Dolores, se llamó La cocina mágica.

Azucena. Mi actual trabajo con Pedro claramente es producto de la Guasotrovancia, porque estamos en La Habana y surgimos de ahí. Eso parte de la amistad que tenemos y la unión previa a la misma Guasotrovancia. Claramente nosotros estamos aquí y nos toca mantener ese espacio.

De momento no estamos juntos en la proximidad física, pero a Pedro y a mí en La Habana nos pueden encontrar bastante a menudo, y eso forma parte de lo que somos como grupo. Ahora recién estuvimos reunidos en Guantánamo en La Canción Política, y pensamos muy pronto hacerlo en el DF y ver cómo fluye La Guasotrovancia fuera de Cuba. Yoyi ha estado fuera mucho tiempo; Audis entra más frecuente y nos unimos pero igual, aunque no estemos los cuatro siempre en el mismo espacio físico, siempre todos vamos a ser un pedacito de ella.


«Repentista para toda la vida»

A los tres años de edad no siempre los niños son capaces de formular oraciones completas o les cuesta comunicarse adecuadamente con sus padres porque no entienden todo lo que ellos intentan expresar con su incipiente lenguaje.

Antes de los tres, en la mayoría de los casos, es más difícil aún. Sin embargo, a la edad de dos años y medio un gallito de Cienfuegos cacareó su primera décima. El Kíkiri de Cisneros lo llaman desde entonces.

Hoy, con 22 años, ya no necesita aprender de memoria las décimas que le escribía su papá o recordar con colores la estructura de cómo “pegaban” los versos octosílabos.

Foto: Argel Ernesto González

El Kíkiri es un joven delgado, de aproximadamente un metro con ochenta centímetros, que camina como si llevara en sus hombros el peso de cada décima que ha recitado en veinte años.

En sus recuerdos siempre fue repentista. Defiende el verso improvisado, incluso, llevado a una nueva vertiente, el neorrepentismo. Es esta una mezcla en la que, guitarra mediante, confluyen la décima y la canción trovadoresca.

Al Kíkiri de Cisneros lo conocen más por este nombre artístico que por el que su madre le puso: Marcos David Fernández Brunet. Según dice, “yo crecí siendo el Kíkiri, y me enteré que era Marcos David después.”

Fue su madre, precisamente, quien nunca dejó que el niño repentista perdiera la esencia de ser también Marquitos. La vida es mucho más que escenarios y canturías. Detrás de todo eso está la escuela, crecer, la universidad, un alquiler en La Habana. “Isabel Brunet es la persona que tengo en todos los momentos de mi vida”.

“Mi madre y mi padre se separan cuando tenía quince años y les agradezco a los dos que nunca me sentí solo en ningún sentido. Pasa algo, levanto el teléfono y, en dondequiera que esté, aparecen los dos juntos. Eso no dejará de ser así”.

Cuando niño su papá era un símbolo, esa persona a la que quería parecerse, hacer décimas como él –y lo sigue siendo–, aclara. “Cada vez que hago una presentación lejos de él y la puede ver en videollamada, me dice: Oye, por aquí y por aquí no. Se pasa la vida corrigiéndome en todo y tengo la suerte inmensa de que lo haga”.

Su padre no ha sido el único guía en el camino de la improvisación. Agradece a Jorge Sosa y Alberto Vega Falcón, los profesores del taller de repentismo al que llegó con cuatro años cuando no sabía aún leer ni escribir.

“Todavía tengo mucho que agradecerle a Lázaro García, y a los hermanos Novo, quienes fueron los encargados de empezar a echarme un poquito de trova adentro y, por supuesto, a mis otros padres Nelson Valdés y Ariel Barreiro, que han sido los encargados de que me se presente con trovadores”.

Otra de las personas importantes en la vida del Kíkiri es esa a la que físicamente se parece muchísimo, aunque sus carácteres difieran: su hermano, Daniel Alejandro Fernández Brunet, un apasionado del arte como él.

“Mi hermano y yo nos amamos con la vida, discutimos, salimos, lo hacemos todo juntos, y de verdad que es de las personas a las que más amo y cuido. Eso será siempre así”.

Daniel no aprendió a hacer décimas, pero sabe cuando un verso está bien o no. Es otro de los pilares familiares que sostiene a Marcos. Hasta en los escenarios a veces lo ayuda con un pie forzado o una idea que luego el Kíkiri lleva a versos octasílabos.

“Siempre quise ser repentista. Desde que tengo uso de razón es lo primero en mi vida. Mi papá me enseñó a rimar, que para mí en ese momento era hacer que las palabras pegaran. Llegué a aprenderme de memoria 72 décimas que él escribió para mí. Estaban en una libreta roja que aún se conserva en casa.”

Al Kíkiri hacer décimas le salía natural. Comenta que cuando empezó la escuela pasó trabajo para redactar textos en prosa, porque, en su cabeza, estaba ya arraigada la estructura de los diez versos octasílabos.

Siempre le gustó la historia y el arte. Comenzó la Universidad estudiando Historia y Marxismo, y luego se trasladó para la carrera Historia del Arte, que cursa actualmente en su segundo año.

Aunque es estudiante universitario, desde los 17 años es miembro de la empresa de la música como artista profesional. Esta profesionalización es producto del premio por ganar el concurso Eduardo Saborí de repentismo con 15 años.

“Quiero vivir haciendo repentismo. No sé si eso representará vivir o mal vivir pero creo que no le puedo fallar a lo que me enseñó mi familia. No deseo hacer algo que no me guste por tener un poco más de dinero. Es mi decisión. Entonces, ahí estaré; no tendré la mejor casa ni el mejor alquiler, pero tengo lo que puedo, hago lo que quiero, y con eso me siento superfeliz”.

Vivir sin utopías nos hace más parecido a los animales y, como humanos, tenemos la capacidad de pensar, de tener sueños, sentimientos. Un alma que no sueña divaga por la vida sin un sentido real. “Creo que el reto que siempre me he puesto es no dejar de ser el mismo que salió de Cienfuegos, aquel que nunca quiso salir. Me identifico mucho con el niño de seis o siete años que fui”.

“Quiero tener treinta, cuarenta, cincuenta años, la edad a la que pueda llegar, pero con el mismo sello del muchacho aquel que pasa por las calles, por los escenarios regalando décimas y haciendo feliz a todo el que las acepte”.

-Si no querías salir de Cienfuegos, ¿por qué lo hiciste?

“A veces la vida no es como uno quiere, y la capital representa una buena oportunidad para todo muchacho de provincia. Así tuve que salir, mochila al hombro y con los sueños cada vez un poco más lejos. A veces me duele a llegar al fin de semana y no irme para la tierra a abrazar a mis padres, pero que todo sea por el objetivo de crecer en todos los sentidos”.

Según comparte, la Asociación Hermanos Saíz le ha permitido ser un joven de su tiempo. Le enseñó que el repentismo no solo es para los escenarios de personas mayores, sino que dentro de los públicos jóvenes cabe la improvisación,  ya sea en presentaciones para televisión, en festivales, cruzadas. Donde quiera que se presente puede estar el repentismo.

-¿Crees que te pareces a los jóvenes de tu tiempo?

“Creo que sí, por lo menos al círculo que uno se crea en el que se incluyen jóvenes del gremio, trovadores o no. Tengo amigos de todos los credos, con distintos pensamientos, y creo que el respeto es lo más importante. Algunos van a fiestas a las que no voy, y eso no quiere decir que ellos no le presten atención a lo que hago.

“Muchas veces encasillamos a las personas y sí, cada uno se desenvuelve en su entorno, que influye mucho, pero no es que no escuchen lo que está al otro lado. Aunque venga del repentismo también voy a fiestas y bailo, aunque lo haga mal -ríe-. Cuando entré al preuniversitario me chocó que venía de escuchar trova, repentismo, y ahí se escuchaba otro tipo de música”.

-¿Cómo te integras al grupo de preuniversitarios donde están los reguetoneros y reparteros?

“Es una cuestión de respeto al gusto de cada cual. Aquí todos hemos necesitado en algún momento de la vida irnos a un lugar donde te desconectes de lo tradicional”.

La décima es su vida, la que le ha permitido tener a los amigos que son también familia, a los del barrio y a los que nunca pensó conocer. Ha sido lo que lo ha salvado en momentos de su vida personal donde, a punto de estallar, encuentra en ella un refugio para desahogarse y aliviar.

También lo llevó a ganar importantes competiciones, entre ellas el concurso internacional de repentismo y controversia; y lo condujo hacia el camino de la Asociación Hermanos Saíz con 16 años.

Desde ese entonces se reconoce como otro hereje soñador que, con su voz y versos, ha dejado una parte de sí y de la AHS por todo lo largo y ancho de la geografía antillana.

“Creo que el amor a lo espiritual siempre va a existir, aunque a veces la misma sociedad y los caminos que se transitan sean complicados, aunque el arte se vaya dejando de lado por cuestiones tangibles, siempre va a hacer falta. En las mismas presentaciones veo que cuando las circunstancias no son buenas, el público disminuye.

“Pese a esto, el que asiste a una presentación que hacemos, lo agradece, y transmite a otros su experiencia. Siempre sacaremos tiempo para poner atención a las personas, a su sentir. Estaremos allí, rodilla en tierra, para regalar arte; nuestra esencia”.


«No me imagino haciendo algo que no esté relacionado con el arte»

A Christopher Simpson el arte le viene en los genes. Hijo único de dos artistas visuales, de su padre, Luis Simpson, heredó el gusto por la música anglosajona. «Mi papá es melómano, es fanático, sobre todo, del rock británico de los 60, y es una persona a la que siempre acudo cuando tengo dudas sobre alguna banda. También siempre ha estado vinculado de diferentes maneras con las artes, pues fue fundador del grupo humorístico Los hepáticos».

Por otra parte, su madre, Marod, además de desempeñarse en las artes plásticas, estudió música de pequeña, específicamente guitarra, e inspirado en un cuadro suyo, Elevación del silencio, Christopher nombra a su grupo Elevación.

Esa influencia quizá determinó que «nunca me haya visto haciendo nada diferente que no tenga que ver con las artes en sí o con la música». Y le ha dado rienda suelta a esta aspiración a partir de sus múltiples inquietudes artísticas. En un momento de su vida deseó dedicarse al cine, anhelo que ha logrado materializar, en cierto modo, al realizar cada uno de los audiovisuales de su banda. Asimismo, ha participado en los diseños de portada de sus discos, y, como le gusta mucho la caricatura y su madre, además de ser artista visual, es sicóloga, pues fue el ilustrador de Descubriendo el ADN de la pareja, libro publicado por ella.

La imagen como expresión de la personalidad artística

El nombre de Elevación no es la única alusión a las artes visuales que se aprecia en la banda dirigida por Simpson. Esta manifestación igualmente cobra vida a través del maquillaje de los músicos, sello performático e identitario del grupo.

Fue en 2021, en el primer concierto en vivo de la agrupaciόn, en el teatro Sauto, cuando por primera vez se maquillaron, para establecer una especie de analogía con el nombre de su disco En la línea. A partir de esto, se realizaron líneas en el rostro que manifestaran lo que cada uno quisiera expresar, para crear, de este modo, su propia identidad. «Por ejemplo, yo me hago la raya en el ojo derecho porque soy zurdo, y se dice que en los zurdos el hemisferio del cerebro que más trabaja es el derecho. Este recurso es simplemente una expresión del ser, que puede ser interpretada de la manera en que uno desee» y, además, sirve para identificar el trabajo de Elevación y separarlo de otros que puedan realizar sus integrantes de manera independiente.

Por otro lado, la banda también se distingue por su vestimenta negra, elegida por cada uno de acuerdo con su personalidad artística, «y yo siempre con mi sombrero, estética que vengo usando desde 2014».

Compartir el arte: una necesidad

Uno de los elementos que define la carrera de este joven músico son las colaboraciones con otros artistas. «A pesar de que sobre el tema existen opiniones diversas, puesto que hay a quien estas no le agradan porque prefieren mantener la pureza de su discurso artístico, hay personas a las que como a mí me gustan mucho porque simplemente veo interesante la propuesta de otro artista, sea mediático o no, y siempre antepongo la necesidad de compartir el arte con otros. Además, ver la música de uno interpretada por otra persona es algo muy bonito y le da un plus a tu propia obra».

Y como Christopher vive en un constante proceso de creación, su desbordante iniciativa ha hecho que no espere a que se le acerquen para hacer trabajos conjuntos, sino, todo lo contrario, él siempre lleva la delantera.

Esto lo ha llevado a colaborar con todo tipo de artistas: desde Jotabarrioz, Adrián Berazaín y Abel Geronés, con los que regularmente, fuera de materiales fonográficos, comparte en conciertos; hasta el repentista y escritor Roly Ávalos; el grupo Ron con Cola, que desarrolla sonoridades completamente diferentes a la de Simpson, pues su estilo es más pop rockero; Alex Duvall, que se desenvuelve en la música urbana; o Eddy Suárez, influencer cubano radicado en Estados Unidos. De hecho, su disco Intermezzo es una prueba de ello, ya que se compone casi en su totalidad de colaboraciones.

En este sentido, Christopher relata que solo le faltaría por colaborar con un salsero o un timbero, lo cual le encantaría, pero no se le ha presentado la oportunidad. No obstante, el joven artista no cesa en su afán de explorar nuevas sonoridades sin estar precisamente ligado a su banda, que ya tiene un sello sonoro más marcado. En este empeño, también desarrolla trabajos conjuntos con algunos integrantes de Elevación, como es el caso de Jorge Saénz, su mano derecha en la agrupación y coautor de varios de los temas de esta.

La melodía de la versatilidad

«La versatilidad viene de la creatividad, o sea, es un proceso en que todo está combinado en tu vida. La creatividad comienza desde el surgimiento de una idea, la cual uno va desarrollando de muchas maneras. Esa idea se puede traducir en una canción, en un arreglo musical, en una propuesta de disco o de single; y, a su vez, ese single se traduce en una portada o en un videoclip que necesita el tema musical para poder ser promovido. Es decir, una sola idea puede generarte esa versatilidad, partiendo, primeramente, de hacerte las siguientes preguntas: ¿tenemos los recursos para hacerlo?, ¿tenemos el personal o todo lo que hace falta para poder ejecutar esa idea?, ¿cómo puedo suplir esas necesidades con la mayor autonomía posible? De ahí viene la versatilidad. Y, por supuesto, en el momento en el que se empiezan a dominar lenguajes que van más allá de lo que uno estudió, entonces ya se es capaz de poder ejecutar esas formas de arte con más conocimiento, fluidez y confianza. También la práctica de esa versatilidad me hace seguir siendo versátil».

Es que a Christopher Simpson lo mismo lo vemos como violinista, pianista, productor musical, vocalista, director de una agrupación… Por ello, aspira a que todas sus personalidades artísticas se fundan en un solo ser y que el público se interese por conocer su obra desde estas diferentes escenas. 

Por si fuera poco, asimismo lo hemos visto como conductor del programa televisivo Música sí, lo cual, en palabras suyas, representó un desafío, porque, pese a que a le gustan los retos, toda nueva experiencia genera como mínimo alguna tensión. Y, en su caso, esto ocurrió primeramente cuando, además de tocar el violín, empezó a cantar, puesto que se cohibía, al sentir que se estaba exponiendo mucho al público. Igual le pasó con la conducción, en la que se hallaba aún más al descubierto, «porque en la música al menos te escudas detrás de una melodía o un performance»; pero cuando se habla se tiene que lidiar con la forma de pensar sobre un referido tema, con las muletillas, cuidando las repeticiones, ya que, aunque existe un guion de base, el presentador siempre le incorpora su impronta y él, como músico, investigaba para poder emitir sus propios criterios. Sin embargo, esta vivencia le sirvió de entrenamiento, ya que la conducción es algo que no descarta hacer en el futuro.

Para este creador innato, el hecho de tener la posibilidad de desarrollarse en diversas áreas del escenario musical y de poder trabajar con tantas personas le ha permitido desplegar todo su potencial, al siempre buscar —y encontrar— formas de traducir y mostrar todo lo que lleva dentro.


“Tú no sientes”: la mayor de las alegrías para Ron con Cola

Cada año la Asociación Hermanos Saíz hace entrega del Premio Colateral en los Cuerda Viva. Este año el reconocimiento fue para Ron con Cola, agrupación que en este último tiempo se ha mantenido activa defendiendo la música alternativa, la cual les ha brindado muchas alegrías, entre ellas las nominaciones a la presente edición de este certamen. El Portal del Arte Joven Cubano conversa con Frank Pedroso, su director.

Tú no sientes fue la canción que les regaló la nominación en la categoría de música alternativa en la presente edición de los Cuerda Viva. ¿Coméntanos sobre esta nominación y qué significó para ustedes?

Justamente así. Eso significó un cierre a todo un año de promoción de esa canción, que nos dio mucha alegría y fue el colofón al reconocimiento por parte de la crítica.  Además, la melodía ha calado en nuestros seguidores, en nuestro público, y que sin duda alguna será una de las más recordadas de Ron Con Cola.

Fue muy bonito sentirse reconocidos por la organización que nos ha llevado de la mano durante tanto tiempo, y a la que pretendemos seguir asociados hasta que la edad nos separe.

¿En que se encuentran trabajando actualmente, o que sorpresas se vienen cocinando próximamente que el público pueda conocer?

Este año ha sido de nominaciones y de premios, ahora nos encontramos trabajando exactamente en nuestro próximo EP, que lo venimos anunciando hace un tiempo. Ya está casi terminado; con cinco canciones nuevas, contando La Foto y El Final que son temas que ya hemos lanzado. Tendremos tres composiciones más, posiblemente una cuarta, y llevemos el EP a seis. Seguiremos trabajando y, por supuesto, que hay conciertos en el aire, presentaciones, videos y esperamos cerrar el año por todo lo alto.

Frank, para ti como director de la agrupación, qué ha sido lo más difícil a la hora de dirigir y mantener la constancia en un grupo con tanto talento como el que tienes.

Sin dudas lo más difícil a la hora de conseguir la constancia en la banda ha sido la lucha contra el éxodo de músicos. Este es un fenómeno que no solo afecta a nosotros, lo que en nuestro caso es difícil lograr mantener el sonido de la banda cuando los músicos cambian con cierta frecuencia. Dirigir ha sido mi tarea, la he aprendido con el tiempo; digo que soy de esos casos raros que empezó dirigiendo una banda cuando normalmente el ciclo de un músico es formarse en una, desarrollarse y aprender, para después armas su propio proyecto. Por circunstancias, por ser rapero y demás, comencé dirigiendo mi propio grupo, lo que me ha llevado a un proceso de aprendizaje y de maduración como director, que aún no termina, porque creo que uno se mantiene en constante aprendizaje.

Sin dudas Ron Con Cola ha sabido ganarse el respeto y la admiración de su público. La misma banda que fuera fundada por Lin Fernández y Frank Pedroso hace ocho años y que hoy se mantiene más vigente que nunca, derrochando talento y defendiendo la música alternativa en una Cuba que apuesta más por la música tradicional.


Esnel Cruz, un trovador académico

En su primer concierto, Esnel demostró en Ciego de Ávila su versatilidad como músico y su buen gusto para componer canciones

Desde las seis cuerdas de la guitarra, tocadas como si fuera un bajo, Esnel Cruz Pérez (Vertientes, Camagüey, 1995) se expresa con una versatilidad agradable. Aunque su voz todavía no está todo lo entrenada que mereciera para asumir la defensa cabal de sus canciones, estas parecen defenderse por sí solas y resultan muy agradables al oído.

El hecho de que su primer concierto como trovador lo diera en la Casa del Joven Creador, sede de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), no es fortuito. Desde hace rato esta organización de vanguardia husmea y encuentra verdaderos talentos en el mundo artístico de Ciego de Ávila.

Por ello, Esnel le confiesa a Invasor, minutos antes de su concierto, “estoy optando por el crecimiento a la AHS en este 2024. Creo que puedo tener algunas posibilidades de crecer en ella. Y eso sería de mucha importancia para mí”.

Licenciado en Música de la universidad de Camagüey, este joven músico imparte clases de contrabajo en la escuela elemental de arte Ñola Sahíg Sahínz de Ciego de Ávila. Y lo de la academia se le sale hasta por la manera de ejecutar la guitarra y de cubrir el cuerpo de la misma con una felpa para que el sudor no dañe su madera.

Luego de 46 minutos en escena y tras ocho canciones de su autoría, ya Esnel consigue cautivar al público asistente compuesto, generalmente, por jóvenes.

Las letras de sus composiciones giran en torno al amor, a la gratitud, y van colmadas de mensajes positivos, como en el caso de Juntos por siempre, donde el trovador se declara agradecido por la compañía de un ser que siempre está a su lado dándole aliento.

El agradecido, un tema comprometido con la existencia y de agradecimiento por las pequeñas cosas de la vida, hizo conmover al público por su candidez y el estribillo, bastante pegajoso.

Concebido como un espectáculo que incluye, a intervalos, temas movidos y otros para meditar, el concierto alcanza momentos climáticos con temas como Nadie mejor que yo, Con tu luz, y otros dedicados especialmente a la mujer.

A la mitad de su recital, el trovador agradeció a la organización de jóvenes artistas porque “cuanto otros cierran puertas, esta entidad las abre. Y estoy muy agradecido”.

En medio de la celebración de las jornadas por el 13 de agosto, la AHS en Ciego de Ávila continúa su trabajo de sacar lo mejor del arte juvenil en una ciudad que puja por la tradición.


Sobran los Motivos con Santa Massiel

Para la trova no hay manuales. Esencia de la cultura musical cubana los trovadores legan la guitarra y la voz, el pensamiento en síntesis de las generaciones. Un país necesita de sus trotamundos, de esos que ensillan las ideas y unas veces con furia, otras con dulzor, entonan y desenfundan la verdad. A Santa Massiel, mujer de verso y canción ensortijados en sus cabellos la avistaba de lejos, horizonte allá de alguna pantalla, noticia su nombre, músicas en boca de otros trovadictos. Ante el hallazgo de su presencia en el programa de la más reciente edición de La Canción Política en Guantánamo, supe que dejaría de ser una experiencia ajena para hacer de ello uno de mis motivos de trovar.

Es el cuatro de agosto, nueve de la noche, centro cultural Danza Fragmentada, escenografía minimalista: una guitarra se ubica al centro del universo. El público que llega se acomoda a cielo abierto entre banquetas de madera y sorbos de café. Aunque es festival el ambiente es íntimo, todos los sentidos dialogan con la mujer que de pronto acuna las cuerdas. Y es que el discurso de Santa traza particulares sendas en el universo trovadoresco femenino. Ella arpegia una tradición a los lenguajes lírico-sonoros de sus particulares decires. Ya lo dije alguna vez en una de esas coincidencias a la distancia: las palabras de Santa Massiel son sus propias canciones ¿o viceversa? Todo el fuego en la canción que digo es aforismo que devolver/ este acto final, que devoraré.

Santa Massiel define sus esencias a partir de personalísimas interpretaciones de diversos géneros y estilos de la cancionística insular en lo fundamental, con paralelos aconteceres asidos a lo guarasonero sin que ello resulte un primer plano sonoro. La selección de su repertorio salvaguarda y actualiza una canción de trovadoresca raigal.

Los primeros acordes y convite de voz apelan a la canción y el bolero, abriendo los primeros tonos del amplio abanico por donde pasea el estilo de Santa Massiel, suerte de diálogo de afluentes que entrecruzan cantares de muchas y añejas zonas de trovasones cubanos donde lo más canónico se hibrida al lenguaje postmoderno. Los registros vocales, su impronta entre las cuerdas y trastes abanican posibilidades inagotables donde el bolero-cha, soneos, feeling asoman sin desespero aires rapeados en convivencia con reasimilaciones congueras, junto a frases músico-vocales donde la clave cubana aparece para dar paso a sonidos universales.

Massiel abraza al auditorio con inmediatez, lo alcanza sin estridencias, tan solo con la palabra que arropa el instrumento y su presencia. De vez en cuando lleva en préstamo el concierto del otro lado de la escena, el auditorio corea algún estribillo, completa alguna frase o juega rítmicamente con las melodías.

En una de esas canciones, la rapsoda dejó de ser única presencia en escena para hibridarse al tres con Alejandro Almora y Ernesto Castillo entre la caja y los bongoes. Por un lado, la base rítmica se confía en algunos temas a las cubanísimas posibilidades en la ejecución de bongoes, casi siempre en función de acompañamiento lejos de toda acrobacia sonora, elemento donde a mi juicio radica el virtuosismo de Ernesto, en el don de matizar las bases rítmicas maridándose al sentido comunicativo y los conceptos de la protagonista. Es en la caja donde el percusionista en sobria comunicación con Massiel, en determinados momentos exhibe su mayor espectáculo.

Mientras tanto, la presencia de Alejandro a manos del tres habla de una intención de validar la propuesta del formato en una de las más auténticas zonas de la musicalidad cubana, y es que el tres, de sus emporios raigales en la sonoridad de la llamada música campesina y su hegemonía en sones y trovas apegados a la tradición, demuestra su ductilidad para trascender y afianzar sus posibilidades tímbrico-armónicas ya en el acompañamiento o como instrumento solista en las más actuales formas del cancionero joven.

Los motivos del poeta signaron la presencia de Roberto Fournier, quien ya sostuviera anteriores cofradías en espacios de Santa Massiel en Ciego de Ávila. Con varios volúmenes publicados, la de Fournier es una voz necesaria entre la joven poesía cubana. Con actual residencia en Santiago de Cuba, el poeta de origen guantanamero trae consigo siempre a flor de labios algún verso punzante que uno no llega a imaginar antes de su performance.

Entre los invitados de la noche hubo especial espacio para la muy jovencita Lucía Travieso, quien honra su apellido con la traviesa inteligencia de sus primeras composiciones, las que para bien ya son razón de buenos comentarios con cierta dosis de asombro en el gremio de la canción. Lucía es una adolescente con sapiencia anticipada, sus textos contienen una madurez que preludian a una próxima grande de la trova.

Santa Massiel tuvo a bien hilar en su convite la savia de representantes de varias generaciones y geografías, lo cual señalo por los disímiles ingredientes músico-líricos en la imbricación de discursos polisémicos y en armonía a la vez con el epicentro del concierto.  Desde Las Tunas con una zona intimista de la Nueva Trova, llegó Richard Gómez, quien apela a conexiones muy espirituales en su decir que musicalmente trasiega la Isla y la América del Sur. Desde el olimpo de la canción mexicana trajo su voz Andrea Dubois, cuando ella canta, la noche y la congregación a cielo abierto le reverencian.

Otro fenómeno de relativa joven aparición en nuestra escena musical del que en próximas fechas debemos dialogar se unió a los motivos de Santa, me refiero a los integrantes de la Guasotrovancia. Pedro Zapata, Annalie López (La Azucena) y Audis Vargas, guantanameros por la isla y el mundo son de esos sucesos a los que hay que prestar oídos. Cada uno de ellos tiene un trayecto notorio, un hacer en sus carreras y juntos conforman un necesario tsunami. En la noche del 4 de agosto hicieron el ventu voz y guitarra con la anfitriona en los compases finales como ilustración de las interconexiones sonoras Oriente-Centro-Occidente que hicieron de esta una ocasión para atesorar entre los motivos memorables de actual canción trovadoresca cubana.  

En cierta oportunidad, kilómetros y vida on line mediante, expresé que la trovadora de origen y largo arraigo en el centro de la Isla apuesta en su oficio por echar al suelo las bisagras de cualquier cartografía con una delicadísima poética que, a ratos se desarma del instrumento a  la voz que en murmullo arrolla, hoy que del brazo de su guitarra cruzamos las melodías, reitero la lluvia de sus girasoles:

Mira como riego girasoles/ mira como rifo tu querer ay ay/ mira como tocan las campanas/ para ir a dormir cuando vas a pasar/ que tanta palabra me disocia/ tanto desamor para un velero/ y yo que no doy, fío ni presto/ rezo porque un día seas ola/ ayer, ayer fuimos luz para no perder/ tal vez, tal vez, nuestro tiempo dejó de ser/ mañana atardeciendo voy bajando/ pagando la colina de tus besos/ no encuentro qué me salve de este invierno/ así que mejor lo doy por hecho/ seré, seré lo que siempre te hará nacer/ tal vez, tal vez, fuimos luz para no perder/ donde te encontré ha pasado algo/ algo que hoy espanta hasta lo cierto/ algo que intenta errar mi canto/ y no es cosa fácil de lo advierto/ mira como riego girasoles(…)

Que si vienes por aquí yo me voy pállá/ si canto para ti conga nacerá.


Acordes de la canción política

La Jornada de la Canción Política, el evento más longevo de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en el país, celebra desde este jueves su edición 48 con un enfoque especial: la influencia de la nueva trova en la producción audiovisual cubana, tema que no solo resuena en el ámbito musical, sino que ha dejado huella indeleble en el cine de la Isla.

En tal sentido, el evento honra el aniversario 65 del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos y los 55 del grupo de Experimentación Sonora. También es homenaje imprescindible a los cinco jóvenes muertos el 4 de agosto de 1957 a causa de una explosión durante la lucha insurreccional.

Conciertos, peñas, recitales de trova y poesía, paneles teóricos y actividades extensionistas a comunidades se encuentran en el programa del evento, en el cual confluyen también otras artes, y que en 2024, igualmente, reconocerá los 55 años de vida artística de Lorenzo Cisneros Hernández (Topete), fundador del evento y del movimiento de la Nueva Trova en la provincia más oriental de Cuba.