Giselle LucÃa Navarro Delgado
Siete poetas cubanos en el Festival Internacional de PoesÃa de MedellÃn
El Festival Internacional de PoesÃa de MedellÃn, uno de los más grandes y prestigiosos del mundo, llega a su trÃgesima edición, con el propósito de difundir la poesÃa, una de las más genuinas expresiones de nuestra naturaleza humana, justo en el difÃcil contexto actual, en el que conviven el miedo, la muerte, la lucha contra la pandemia y los conflictos polÃticos. Iniciada el primero de agosto, la jornada poética culminará el 10 de octubre de 2020. Durante 70 dÃas, más de 200 invitados de 103 paÃses, de todas las regiones del mundo, compartirán su voz en defensa de la paz y la cultura.
El amplio programa incluye, además de las lecturas individuales de los poetas participantes, entrevistas, conversatorios, conciertos, paneles, cursos y talleres, que por primera vez podrán ser disfrutados desde cualquier lugar del mundo, con una plataforma digital con capacidad para albergar 500 mil espectadores, quienes tienen la posibilidad de interactuar con los poetas y artistas invitados.
En esta fiesta poética planetaria participarán siete poetas cubanos. El domingo 13 de septiembre, a las 19 hora de Cuba (18 horas de Colombia), estarán compartiendo su obra los poetas Nancy Morejón (Premio Nacional de Literatura y directora de la Revista Unión), Luis Lorente (Premio La Gaceta de Cuba 2020), Antonio Herrada (Premio del 30 Festival de PoesÃa de MedellÃn), Martha Luisa Hernández Cadenas (Beca de Creación Prometeo 2020), Giselle LucÃa Navarro (Premio David de PoesÃa de la UNEAC) y Karel Leyva Ferrer (Coordinador General del Festival Internacional de PoesÃa de La Habana y Presidente de la Sección de PoesÃa de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba).
El lunes 14 de septiembre, a las 15 P.M. hora de Cuba (15 pm hora de Colombia), realizará su lectura el poeta Alpidio Alonso Grau (Ministro de Cultura de Cuba y director de la Revista Amnios de PoesÃa), quien transmitirá al evento un saludo en nombre de los poetas cubanos y disertará sobre la misión de la poesÃa y la responsabilidad de los poetas ante los grandes desafÃos de nuestro tiempo.
Los recitales se transmitirán por el canal de YouTube del Festival de MedellÃn (revistaprometeo), del Ministerio de Cultura de Cuba y sus plataformas de promoción en Facebook (festivalpoesiamed), asà como en la página del Festival Internacional de PoesÃa de La Habana. Podrán encontrar una selección de la obra de estos autores, y del resto de los poetas invitados a la jornada poética, en la página www.festivaldepoesiademedellin.org. Simultáneamente estará circulando la edición especial de la revista Prometeo, con un amplio dossier de todos los poetas presentes en la edición virtual del Festival.
Recordemos que el Festival Internacional de PoesÃa de MedellÃn mereció en 2006 el Premio Nobel Alternativo de la Paz, por una amplia labor de imparto internacional y por demostrar cómo la creatividad, la belleza, la libertad de expresión y la comunidad pueden florecer y superar, incluso el miedo y la violencia más profundamente arraigados. Este galardón es, según Fernando Rendón (poeta, director del Festival, quien ha dirigido esa titánica y hermosa labor desde sus inicios), un reconocimiento al papel histórico de la poesÃa en oposición a la cultura de la muerte, que tiene su origen en las autoritarias esferas del poder transnacional.
El intercambio con los poetas desde las plataformas online también ha generado nuevas experiencias, un nivel de complicidad y hermandad, que ni siquiera el aislamiento social ha podido evitar. El acto de compartir la palabra y que esta atraviese las fronteras, incluso en las circunstancias actuales, demuestra la fuerza de la poesÃa en su función social, como vehÃculo de paz y unidad entre los pueblos.
Carlos Paz y los instintos endémicos: «Soy un cantautor que siente lo que dice»
Conocà la obra de Carlos Paz Mauli (Santa Clara, 1985) a partir de su álbum debut, Endémico, estrenado recientemente en las plataformas digitales, por la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), como resultado de la Beca de Interpretación Ignacio Villa que convoca cada año la Asociación Hermanos SaÃz.
Este joven cantautor es graduado del nivel medio de percusión por la Escuela Vocacional de Arte Olga Alonso y, posteriormente, de Instructor de Arte en la especialidad de Música. Su obra se mueve en una sinergia creativa que abraza la diversidad. La trova, la música tradicional cubana, y otros géneros foráneos como el rock and roll, góspel, blues, funk y el country, son aristas que convergen en el cuerpo de este disco, bordado por los instintos sonoros de sus creadores, en un espacio donde también la poesÃa transita, como es el caso de la musicalización del poema Encuentros, de Carilda Oliver Labra.
Con la colaboración de destacados músicos del contexto nacional y la energÃa de los nuevos comienzos, la búsqueda y la reinvención de las raÃces, inicia su camino Endémico, dando fe de que el terreno del arte joven en Cuba conserva su vitalidad, y la música, más que una expresión creativa, es un viaje, en el que nunca estamos solos.
La música, más que una pasión, es una especie de sensibilidad que traemos al nacer, casi por instinto. ¿Cómo fue ese encuentro con lo sonoro? ¿Cuándo supiste que era el camino que querÃas emprender?
Resulta interesante. Mi madre me dice que yo no podÃa escuchar la radio, apenas sonaba algún tema dice que comenzaba a bailar en la cuna, asà que la música al parecer venÃa incluida en el paquete (sonrisas). En Manaca Iznaga, Trinidad, donde crecÃ, creo que allà conscientemente fue que entendà que la música era lo mÃo. A raÃz de una fuerte influencia del movimiento de artistas aficionados que emergÃa en mi entorno, pude presenciar desde niño varias fiestas populares de grupos aficionados, músicos empÃricos, sin formación académica, pero con una bomba y unas espuelas que te hacÃan bailar y escuchar música toda la noche (risas).
Es tÃpico de mi zona las parrandas campesinas, las tonadas, el punto libre, el punto de limones y el punto espirituano, el son tradicional y la controversia poética que se desarrolla entre dos o más personas de manera espontánea, es algo increÃble. La percusión fue la manera más rápida de canalizar mi sentir, mi mundo interior, o de expresarme, ya que era muy divertido desde entonces crear y reproducir ritmos. Fue asà que inició todo.
Eres graduado de la Escuela Vocacional de Arte Olga Alonso de Santa Clara, en la especialidad de percusión, cómo recuerdas esa etapa. Háblanos del proceso de formación de un percusionista en el nivel medio de enseñanza artÃstica en Cuba.
En la EVA Olga Alonso tuve el privilegio de recibir clases de talentosos maestros. A pesar de la dura situación de los años 90, siempre me esforcé por obtener todo el conocimiento posible del claustro de profesores de esa gran institución. La percusión me ha servido de base para la vida musical, para hacer arreglos, componer, armonizar. También la guitarra atrapaba mi atención desde la Primaria, pero en ese entonces no le dediqué todo el tiempo que merecÃa ese maravilloso instrumento.
¿Cuáles son esos referentes musicales que han marcado tu creación?
Mis referentes en la música son varios porque soy bien ecléctico. De Cuba me gusta mucho casi toda su música, es muy rica en ritmos y letras. Entre mis referentes nacionales están Sindo Garay, Matamoros, El Guayabero, Benny Moré, Ernesto Lecuona, Bola De Nieve, La Orquesta Aragón, Los Van Van, Isaac Delgado, Frank Delgado, Gerardo Alfonso, Carlos Varela, Interactivo, Leonardo GarcÃa, Dúo CofradÃa, Alain Pérez, Gema y Pavel, Habana Abierta.Â
De los extranjeros, Juan Luis Guerra, JoaquÃn Sabina, Pedro Guerra, Fito Páez, Camarón de la Isla, Concha Buika, Esperanza Spalding, Diana Krall, Ray Charles, Stevie Wonder, Michael Jackson, Dj AVAN, Sting, Cesária Évora, Salif Keita, Richard Bona, Robben Ford y Jimi Hendrix.
Antes de trasladarte para La Habana formabas parte del Cuarteto Isla, un proyecto en el que te desempeñabas como director, compositor, arreglista, guitarrista y vocalista. ¿Cuánto aportó esa versatilidad a tu madurez musical?
El cuarteto Isla fue una gran oportunidad profesional. Experimenté y llevé a la realidad todo lo que me sonaba en la cabeza musicalmente hablando, gracias a la ayuda y entrega de sus integrantes Yadira Soto Arias (voz lÃder y bongós), Javier Sariol Medinilla (voz, tres, requinto) Michel Zada (voz y contrabajo). Allà complementamos un sonido tÃpico, ya que mezclamos la sonoridad de la música tradicional de trÃos y cuartetos con la trova, el blues, el swing, la canción moderna y el trabajo de cuatro voces, o sea los cuatros cantábamos, pero en diferentes estilos. Era una agradable locura sonora (risas).
Este trabajo me dio confianza e impulsó a seguir creando y experimentando con la música, combinarla, mantenerla siempre viva. También fue un entrenamiento fuerte para hacer música en vivo, pues diariamente hacÃamos dos breves conciertos de una hora y media con público diferente cada vez.Â
Siempre en mis sueños y proyectos coqueteaba con la idea de vivir en una ciudad que tuviera más oportunidades para la creación y la música. La Habana fue mi siguiente lugar para vivir, luego que, en 2015, después de una gira por Estados Unidos, cada cual se lanzó a forjar su carrera por independiente.
¿Qué temáticas y géneros abordas en tu creación?
Soy un cantautor que siente lo que dice y dice lo que siente. Estoy muy conectado con el pueblo donde crecÃ, Manaca Iznaga. Estoy atado al campo, la naturaleza, la paz, pero me apasiona escribir de todo: crónicas sociales, historias de ficción, de amor, poesÃa libre y, sobre todo, no me gusta repetirme en la siguiente canción que escribiré. Me gusta investigar, conocer sobre culturas, música y costumbres diferentes, eso me ayuda a mantenerme motivado y tener siempre material nuevo para crear.
Actualmente diriges la agrupación Carlos Paz y Mestizo. Coméntanos un poco sobre este proyecto.
Soy graduado de la Escuela de Instructores de Arte de la primera graduación en Sancti SpÃritus, y por esa etapa que recién llego a La Habana me reconecto con unos de los viejos amigos de la escuela, Pedro Lezcano, excelente guitarrista. Le hablé de mis canciones y las ganas de armar algo en serio. Él me dijo que conocÃa algunos músicos, y asà empezamos a llamar a amigos que le gustara la “pinchaâ€. Algunos se quedaban y otros seguÃan de largo, tú sabes cómo es eso (risas). Asà fueron llegando y quedándose hasta hoy músicos como Roger Rizo (piano, jazzista), Ernesto Sánchez (bajista), Raúl Rizo (percusionista), Florana Padilla González (voz) y Pedro González (guitarrista); estos dos últimos habÃan estudiado conmigo, en la misma aula de Música 3.
Mestizo es una mezcla, una fusión natural cuando sonamos. Confluyen naturalmente jazz, flamenco, rumba, canción, blues y por ahà para allá (risas). Pienso que su concepto sonoro se creó de manera autónoma, a golpe de amistad, gustos musicales y los deseos de tocar lo que sentÃamos, usando mis canciones como base.
En 2016 resultaste ganador de la Beca Ignacio Villa, que otorga la Asociación Hermanos SaÃz, y con el apoyo de la misma grabaste tu primer fonograma, Endémico, con la Egrem, en el que se recogen composiciones que actualmente se difunden dentro y fuera de Cuba. Háblanos un poco sobre este disco.Â
Este disco ha sido resultado de la Beca de Ignacio Villa en 2016, una de tantas oportunidades que ofrece dicha institución de manera gratuita para los jóvenes artistas de Cuba. En el desarrollo cultural de nuestro paÃs, la AHS, juega un papel fundamental en reconocer, apoyar y difundir el quehacer de jóvenes artistas, entre ellos algunos que, como yo, vienen de lugares muy distantes y poco conocidos, pero que nunca han dejado de crear y defender el arte sincero, como bandera e identidad de nuestra cubanÃa.
Endémico es la declaración de la diversidad musical y social que me alimenta desde niño. Yo me nutro constantemente de la música tradicional nuestra y creo que el endemismo de este álbum viene de la raÃz de mis influencias cubanas. En el disco puedes encontrar géneros como el son, el bolero, la rumba… pero que se fortalecen y se complejizan en combinación con el rock and roll, el góspel, el rap o el guaguancó, con temáticas de mi realidad, que es la de muchos de mi generación. La música tradicional y la trova perviven como fuente nutricia en mÃ, pero no dejo de escuchar, estudiar y aprender de otros géneros foráneos como el blues, el funk y el country. Las 10 canciones no tienen nada que ver una con la otra por decirlo de algún modo. En ellas pude plasmar y hablar de mis puntos de vistas como ser social, mis amores, mis frustraciones, sobre la emigración de generaciones de cubanos, la melancolÃa, la fe en el mañana, la historia.
Estas canciones son hermanas, pero con voz propia cada una. No se parecen ni están conectadas entre sÃ, aparentemente. Fue uno de los objetivos de la producción; no querÃamos condenar un disco entero a una sonoridad especÃfica, cuando cada una en sà es una historia, un mundo, un universo independiente del otro. Los temas son de mi autorÃa excepto “Endémicoâ€, labor que comparto con Wilfredo Pomares, y “Encuentrosâ€, musicalizado a partir de un texto de Carilda Oliver Labra. La producción musical estuvo a cargo del maestro Justo Rafael Aboy González, quien hizo un trabajo magnÃfico con las canciones, la orquestación y la dirección musical en el estudio.
Para mÃ, unas de las bendiciones de este proceso es la muestra de amistad, colaboración y presencia de varios de los más prestigiosos instrumentistas cubanos que hacen de Endémico un álbum con denominación de origen. Firman la nómina, entre muchos otros, Gastón Joya (contrabajo), Ruly Herrera (drums), Oliver Valdés (drums), Lino Lores (tres), Nam Sang Fong (guitarras eléctricas y acústicas), Andy Rubal (piano y teclados), Eduardo Ramos (timbal), Eduardo Sandoval (trombón), Alejandro MartÃnez (chelo), William Roblejo (violÃn), Emir Santa Cruz y Jamil Schery (saxofones), Alejandro González y Tonatiut Isidrón (trompetas), Josué Borges (flauta), entre muchos otros. Además de las figuras mencionadas, participan también con carácter de invitados: Alain Pérez en el tema «Canciones», David Torrens en «Arena y mar», Etian Brebaje Man en «Endémico», el trÃo Los Embajadores en «Te espero», y Sady Cruz como voz solista en «Ãmame».
La producción musical de Justo Rafael Aboy (quien, además, hace el bajo eléctrico en todos los temas). Destacan también en los coros Florana Padilla, Yara Castle y Ariel Roig (los dos últimos, responsables de las deleitosas voces del góspel en el tema «FilosofÃa de Juan»); la grabación de Marvin Mustelier; la mezcla y masterización del binomio Daelsis Pena y José Raúl Varona; en la fotografÃa participaron amigos como Iván Soka, Iván Botello Alejandro Askuy, Alexei Hernández y VÃctor Manuel EchenagusÃa; y el diseño de Emilio GarcÃa y Leidy Conde.
Tengo que agradecer a las instituciones que me han apoyado en este momento importante de mi carrera. A la disquera Egrem, que me abrió la puerta de su estudio y me ayuda en la actualidad con la promoción nacional e internacional del álbum. Desde allà siempre estuvieron y siguen apoyándome Mario Ãngel Escalona Serrano, Gretel Garlobo, Yamilet Pro León y Natalie Méndez.
Isla, Mestizo, Endémico… pareciese que en tu creación hay una búsqueda constante hacia la raÃz. En el plano creativo, qué define a Carlos Paz.
De eso se trata. A mi humilde entender, creo que del retorno a explorar e investigar a quienes nos acontecieron, uno como creador va aprendiendo de los que armaron la base de lo que somos, pero, sobre todo, ese proceso te da la cobertura de entender, crecer, y de no repetirte. En la creación trato de ser una especie de fotógrafo, pero con mi propio lente musical.
¿Qué experiencias artÃsticas te gustarÃa experimentar en un futuro?
Pretendo insertar nuestro proyecto en cuanto festival, convocatoria musical y eventos surja, dentro o fuera del paÃs. Creo que es la manera más rápida y saludable de madurar como grupo. Bueno y, sinceramente, te confieso que ya tengo canciones escritas para hacer otro disco, pero por el momento vamos a trabajar fuerte en la sonoridad del grupo, afianzarnos y promocionar Endémico que trae de todo para el disfrute de un público bien variado.
Es primordial destacar el apoyo de mis padres, Ada Belkis Menas Agüero y Nelson Medina Lorente, y mi hermano Heriberto Urbein Socarrás, su sacrificio y amor depositados en mà fueron cruciales para ser quién soy. Ellos son mi ejemplo a seguir. Agradecer a Dios por la oportunidad que me da cada dÃa de hacer música y de contar con la presencia de mi esposa Tanja, y mis hijas Alicia y Monce.
Sobrepasar los lÃmites del sonido
A partir de las redes sociales y de una colaboración para un videoarte pude llegar hasta la obra de este artista, cuya mayor virtud podrÃa ser la de estar siempre en constante movimiento y búsqueda interior.
René RodrÃguez (Trinidad, 1979) es compositor y artista visual, graduado del Instituto Superior de Arte, con una MaestrÃa en Composición. Ha obtenido diversos premios como compositor, entre ellos el Alejandro GarcÃa Caturla de la UNEAC, el Premio por mejor música original en el Festival Broadcasting Caribbean de la UNESCO, Premio de composición en el Festival de la Canción por los 500 años de la fundación de Trinidad, y el Caracol de la UNEAC. Asà mismo obtuvo tres premios de fotografÃa en el 22 Salón de la Ciudad de Arte Contemporáneo de La Habana en 2018.Â
Su obra ha sido expuesta en importantes eventos y festivales dentro y fuera de Cuba. Como fotógrafo ha desarrollado varias exposiciones colectivas y personales.
Desde los inicios ha desarrollado su estética creativa a partir de la música electroacústica en relación con la poesÃa, las artes plásticas, el teatro, la fotografÃa y el cine, inquietudes creativas que han nutrido su sensibilidad y que le permiten ir redescubriendo el mundo con los mismos ojos asombrados y, siempre, desde la humildad.
Desde pequeño comenzaste estudios en el conservatorio de tu provincia natal, Sancti SpÃritus, en la especialidad de piano, incluso formaste parte de un grupo musical infantil llamado Juventud 2000, desde donde empezaste a incursionar en el mundo de la composición musical, pero, qué fue lo que realmente te enamoró de la música.
Comenzar a estudiar desde los ocho años el piano e integrar una banda musical infantil desde 6to grado fue la consecuencia de un primer amor, de una certeza que anteriormente se venÃa enramando. Más que haberme enamorado de la música dirÃa que experimenté un deseo muy fuerte desde niño por descubrir sonidos, puedo afirmar que de manera inconsciente.
De mi primera infancia trinitaria recuerdo que mi abuelo tenÃa un escaparate viejo en el traspatio, en él conservaba un mundo de entonadas herramientas y objetos con los que construÃa artefactos y me inventaba historias. Sin quererlo se convirtieron en mis primeras elaboraciones primitivas como artista. Un sonajero de botellas, hierros de diferente peso y tamaño, trozos de madera y cristal, hilos de pescar tensados, el traquear del café mientras se tostaba, trotes de caballo desde el callejón empedrado, más la fauna sonora del platanal, son algunos de los sonidos que inundaron mi entorno y de cierta forma propiciaron una necesidad. En medio de toda esa amalgama de sensaciones descubrà de a poco con el tiempo, un lenguaje por el cual podÃa conciliar con entera libertad mis emociones.
Durante tus años de estudiante en la ENA, desde tu experiencia como pianista y compositor, integraste varios grupos y lograste nutrirte de géneros tan diversos como el rock, la trova, fusión, pop, los géneros de la música popular tradicional cubana y el jazz. ¿Cómo aportó esta dinámica sonora a tu proceso creativo como compositor? ¿Consideras esto un ejercicio necesario para el proceso formativo de un estudiante de nivel medio?
Es, sin dudas, un camino necesario para cada estudiante en proceso de formación. La interacción con otras fuentes de conocimiento contribuyó a moldear lo que soy ahora. La academia –en mis inicios– fue un poco rÃgida en este aspecto. Los métodos que se manejaban no daban paso a excepciones, dentro del programa, tan imprescindibles como las expresiones populares o tradicionales. No obstante, a estas limitantes le surgieron fisuras inevitables, pues el entorno era más fuerte que los métodos implantados de la escuela europea.
Ya en Nivel Medio la dinámica fue diferente, la interacción con la música popular (el jazz, la timba, la trova y el rock, fundamentalmente, fue bien intensa. A pesar de no formar parte de la metodologÃa habitual en este tipo de academias, de manera natural gracias al contexto y a una necesidad económica devenida de las ganancias que producen ciertos géneros populares, se fomentaron sin duda una serie de conocimientos y herramientas que enriquecieron mi arsenal de variables y estilos composicionales. Este encuentro espontáneo, casi un “quiéralo o no lo quiera†que les toca a todos los estudiantes de Nivel Medio, es fundamental para su formación, porque aporta, redirecciona y define los caminos a seguir.
Durante un tiempo te desempeñaste como profesor en la ENA y el ISA, coméntanos un poco sobre el proceso de formación que tienen los estudiantes de música en las escuelas de arte.
Bueno, siempre he creÃdo que la enseñanza de música en las escuelas de artes es fundamental para el desarrollo de la música cubana. Los aciertos o deficiencias que pueden tener los jóvenes músicos cuando cursan la enseñanza siempre estarán reflejados en su desempeño como profesionales.
Anteriormente hablaba de aciertos, soy defensor de que la música popular cubana en los estudios es beneficiosa para el futuro de los jóvenes músicos, asà como también la de América Latina que muchas veces es olvidada, o desplazada por la preferencia de nuestros ritmos y el jazz. Afortunadamente, estos repertorios están hoy mucho más presentes, sobre todo en las asignaturas de práctica de conjunto. Por otro lado, esto no implica que deje de tocarse la música clásica por ser la base del entrenamiento de todo músico, sin importar su preferencia. Creo que esto no puede perderse de vista.
¿Qué experiencias, obras, vivencias… han marcado tu formación artÃstica?
Es difÃcil definir particularmente una determinada experiencia, creo que el cúmulo de acciones vinculadas al arte han ampliado mis conocimientos. Te comento algunas sin establecer un rango de importancia entre otras. No podrÃa dejar atrás la interacción con los poetas y el canto. La trova desde niño ha sido un eje en el que permanezco rotando hasta el dÃa de hoy. En este sentido debo citar a una persona que fue y es muy importante en mi vida y en mi carrera, un grande de la trova trinitaria: Pedrito González, fundador del movimiento de la Nueva Trova en nuestro paÃs.
Pedrito alimentó la sensibilidad artÃstica en mà a través de las espontáneas tertulias trovadorescas que “accidentalmente†ocurrÃan en la sala de mi casa trinitaria. Con sus canciones, que incluÃan inevitablemente a Manuel Corona (obligadas Santa Cecilia y Longina), Sindo Garay, Eusebio DelfÃn, Silvio RodrÃguez, Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat, entre otros, me cautivó de poesÃa y trova en su totalidad. Como él, también fueron importantes las sonoridades callejeras de aquel entonces en Trinidad, cuando la añeja villa transcurrÃa en una atmósfera apacible, lejos del actual bullicio de visitantes foráneos, denigrante música souvenir y negocios pululantes que laceran la médula espinal de las tradiciones populares. Entre estos sonidos propios, dirÃa entrañales, se destacaban los tambores de algún toque, las canturÃas en la cercana Casa de la Trova, los cantos litúrgicos en la Iglesia de la SantÃsima Trinidad y las peñas que frente a la casa realizaba la orquesta de charanga tÃpica Estrellas del 48 que entre boleros, danzones, sones y chachachá deleitaba con deliciosa cadencia mis oÃdos.
En casa tenÃa un viejo tocadiscos y un grupo de placas con tesoros ocultos que más tarde apreciarÃa en su verdadero valor. En particular obras como Las cuatro estaciones de Vivaldi, algunas cantatas de Bach (como la 121), el segundo concierto para piano y orquesta de Rachmaninov, el tercer concierto para piano y orquesta de Bartok, Manita en el suelo de Alejandro GarcÃa Caturla, Las RÃtmicas y el Ballet La Rebambaramba de Amadeo Roldán, un disco de Jazz con temas relevantes de Duke Ellington, la ingeniosidad al piano de Keith Jarrett, las atmósferas de Pat Metheny, Yellow Jacket y un disco con poemas de Roque Dalton y Thiago de Mello, acompañaron mis vacaciones, las noches y sus amaneceres. Debajo de la almohada mientras escuchaba esos tesoros yacÃa mi imprescindible Dulce MarÃa Loynaz, la edición de su poesÃa completa me abrió las puertas al mundo de la literatura. Asà también entre obras musicales apareció Samuel Feijóo, Wichy, entre otros.
Una de las experiencias que, aunque sucedieron en momentos diferentes de mi vida, marcaron de manera trascendental mi concepción de la creación, fue la simbiosis entre dos grandes de la cultura nacional, el destacado compositor y maestro Carlos Fariñas, de quien tuve la enorme dicha de ser parte de su aula, y el importante realizador y Premio Nacional de Cine Enrique Pineda Barnet, quien me dio la oportunidad de adentrarme de manera profesional al mundo del séptimo arte. Curiosamente, ambos trabajaron en estrecho vÃnculo durante muchos años dando a luz resultados artÃsticos memorables como Soy Cuba y Cosmorama, por solo citar dos ejemplos. De alguna forma esa interacción llegó hasta mÃ, tanto desde la formación-profesión hasta la puesta en marcha de proyectos que articulan la trama de imagen y sonido.
¿Qué géneros musicales son más frecuentes en tus obras?
Nunca me he cuestionado la búsqueda de un género a la hora de componer, principalmente para la música culta o contemporánea de concierto, simplemente direcciono la creación según el objetivo al que va dirigido. No creo que uno sea un objeto de determinado color y textura, creo que nos movemos en direcciones de búsqueda siempre inquietas, aunque sà con un especÃfico centro de atención.
Existen dos direcciones básicas en mi labor creativa: una vinculada a la función del oficio propiamente a través de la exigencia de los encargos, los que deciden por lo general el tipo (género) de música a desarrollar, de tal forma que deriva en una gama amplia de diversos géneros de la música culta o popular; y la dirección personal. Es en esta lÃnea que prefiero no definirme porque considero que (como acontece generalmente en todos los casos) siento la necesidad de caminar, de cambiar, de descubrir, indagar, romper. Todos los elementos antes mencionados que marcaron mi universo en la infancia son la materia prima genérica principal, su uso no está determinado por una decisión consciente sino como un resultado de la misma interacción acumulada por años.
Ahora, sà considero una identificación con la corriente de la música experimental que pretende fundirse a través de la búsqueda de nuevos timbres. Para ello me apego a una plataforma que por sà misma cumple con todos los requisitos para volar en grande a la hora de elaborar, transformar y transmitir criterios artÃsticos: la música electroacústica. Pudiera decir que esta lÃnea resulta ser la más recurrente en mi obra. A partir de esta manera de expresión he coqueteado con géneros como el Jazz, el pop, la música popular bailable, lo incidental o puramente experimental por citar algunos que vienen a mi mente, unas veces consciente –de manera que aporte al discurso audiovisual– y otras veces de forma espontánea, como bombeos intrÃnsecos del alma.  Â
Durante tu carrera has tenido la suerte de coincidir y recibir clases de destacados compositores como Carlos Fariñas, Juan Blanco, Roberto Valera, Calixto Ãlvarez, Tulio Peramo, Harold Gramatges, entre otros, incluso formaste parte del taller formativo de música electroacústica en los tiempos de Juan Blanco (ISA) y tuviste la oportunidad también de generar tres obras allÃ. Háblanos de esta experiencia en particular.
Me agrada mucho responderte esto, porque soy un poco de todas esas sabidurÃas académicas que recibÃ, más la suma de lo que cargamos en el bolso emocional del pasado. Mi desempeño en el arte habla con elocuencia de estas conexiones. Primero te mencionaré un nombre que no incluyes pero que repercutió mucho en mi inclinación por la composición: Amado Touza, mi profesor de Piano en la Escuela Nacional de Arte. Este maestro de la interpretación me enseñó a “componer†de cierta manera mientras ejecutaba a Bach, Scriabin, Debussy, Ravel, Beethoven, Lecuona; lo hacÃa mediante sus charlas que antecedÃan cada lectura, charlas en las que descubrÃa a través del marco histórico, el análisis armónico y estructural, la esencia misma del compositor, su tema, la historia que se propone en cada obra.
Cuando me tocó “cruzar†el camino que separaba la ENA del ISA, el encuentro con las destacadas figuras que mencionas fue como el premio de la primera fase donde indirectamente inocularon en mis entrañas el placer por la creación: Touza, el medio y las circunstancias.
En el Instituto (actual Universidad de las Artes) tuvimos –los de mi aula– grandes privilegios al ser testigos de la sabia de glorias de la composición. Particularmente haber cursado mi carrera bajo la guÃa de Carlos Fariñas fue altamente significativo, tanto asà que todavÃa hoy rebusco y hallo en sus partituras un espacio siempre elocuente de transmisión de conocimientos y alternativas, como si el comprometido maestro y obstinado compositor estuviera vivo a través de sus notas, guiando los pasos como solÃa hacer, con resuelto celo. Fue con Fariñas que me sentà inclinado hacia la música electroacústica. Despojado él de reservas o secretos, me reveló las mieles de la composición como si se las dictara a sà mismo. Fuerte de carácter, recio en su disciplina e inclinado con pasión a la enseñanza, fue y es como una luz para mis pasos en el oficio de la creación.
Recuerdo con mucha nostalgia a Harold, quien me preparó para las pruebas de ingreso al Instituto (curiosamente él fue el primer maestro de Fariñas). A su decir no enseñaba la composición, sino que señalaba las descomposiciones. Incentivaba el fuego interno creativo de cada alumno desde su clase de Audiciones AnalÃticas infundiendo en nosotros, con la dulzura que lo caracterizaba, la formación de criterios a través de la pintura, el teatro, la literatura y la danza. Casi era una exigencia al grupo de los compositores, el autoexamen con respecto al uso de las variables experimentales, las tendencias, los modelos y métodos de la música culta del siglo XX; todo ello para avivar la creatividad.
El apego a una formación integral en relación a la cultura también fue un ejercicio recurrente entre los maestros del claustro, entre ellos Juan Piñera, Roberto Valera y Tulio Peramo con especial interés, estimulaban y observaban esta inclinación en cada prueba de composición, en cada encuentro espontáneo de pasillo. Todos ellos condicionaron un criterio que asumo como baluarte junto a los ya forjados en mi experiencia de vida.
Durante nueve años, formaste parte de la compañÃa artÃstica Creación, realizando trabajo comunitario en la Sierra de los Órganos, con el objetivo de difundir el arte entre los pobladores de la región. Coméntanos sobre este proyecto.
Esta experiencia marcó mucho mi vida en lo emocional y lo profesional. Recién graduado del ISA, después de todo ese cúmulo de enseñanzas recibidas, mi ritmo habitual dio un giro inesperado. Cuando muchos de mi generación siguieron desarrollando su espacio propio dentro de la creación artÃstica, yo preferà tomarme una “pausa†en ese escenario y prestar mis conocimientos a una comunidad rural que al principio veÃa como ajena y que, al término del trabajo, la sentirÃa tan mÃa y cercana a partir de los lazos familiares que establecà dentro de ella. Un amasijo de nostalgias me cobija cuando pienso en esos años.
Aunque en lo aparente rompà el ritmo de búsqueda desde la escritura en el medio composicional, en realidad establecà otro patrón de pesquisa a través de la enseñanza de las artes y su puesta en práctica (aún en terrenos inexplorados como la actuación teatral y la realización de trabajos audiovisuales). Asimismo, alimenté con mayor libertad mis inquietudes por la fotografÃa y el video desde mi afán por archivar historias, las que más tarde serÃan contadas a través de documentales que testimoniaron el intenso trabajo.
Todo esto serÃa inmencionable sin el soporte que fue la compañÃa artÃstica Creación, integrada por músicos formados en nuestras academias de arte y dirigida por Omar Rojas y Manyú Bernal. Creación trazó como meta sembrar –con ambicioso empeño– cultura en un terreno áspero y en apariencia difÃcil de penetrar: una comunidad donde la tendencia al alcoholismo primaba en sus derredores por la ausencia de propuestas culturales frecuentes. En Cabeza, Minas de Matahambre, Creación apuntó con el arma de la cultura y la sensibilidad del arte para dar en el blanco. Asà muchas personas entregadas al ocio, la violencia y el alcohol, cambiaron esa situación por un instrumento musical. También impartimos talleres de pintura, música y teatro para los pequeños de la comunidad y de otras zonas aledañas. A estas clases alternábamos programaciones de cine móvil para niños y adultos. Hasta cada rincón llegábamos en tractor o en carreta, no importaba el medio, solo importaba llegar y hacer la función.
Desgraciadamente, muchas de estas poblaciones serranas padecen de hábitos negativos motivados por el ocio. Aún no es suficiente el sano esfuerzo de las organizaciones del Gobierno y la cultura. La concientización al respecto por los promotores culturales es vital, de no ser asÃ, la globalización cultural –mediante las tendencias comunicativas actuales– propiciará quebrantar principios y valores necesarios para engranar con tino el motor de la sociedad. Como dirÃa nuestro José MartÃ: “La ignorancia mata a los pueblosâ€. Una muestra asÃ, sencilla, donde un puñado de voluntades se unen para llevar luz a través del arte, es un ejemplo de lo mucho que puede hacerse.Â
En casi 10 años se hicieron muchas cosas, no solo talleres, actuaciones de música, de teatro infantil, también se organizaron conciertos y festivales que fueron cimiento de muchos artistas reconocidos hoy en la escena nacional e internacional, y que en ese entonces incursionaron como aficionados al arte. Cabe añadir que lejos de la sensación del aplauso de los grandes escenarios, experimenté una emoción insuperable: el milagro oculto detrás de una sonrisa agradecida.
En diversas ocasiones has incursionado en el teatro y el cine, ¿qué retos debe asumir el compositor musical cuando se enfrenta a estos medios?
Como primer requisito, y dirÃa que fundamental, respetar la obra con el fin de establecer un discurso narrativo equilibrado entre las partes. El compositor debe adaptarse al canon previamente establecido por el libreto teatral o el guion cinematográfico. La música debe apuntalar psicológicamente la trama, pero nunca prevalecer donde no se establece como protagonista sino como parte del engranaje total.
Es imprescindible que haya un orden entre la exposición de los diferentes elementos que componen la escena para apoyar finalmente la narrativa de la misma, he aquà donde radica el desafÃo del ejercicio composicional. Es de por sà un reto negarse a sà mismo hasta cierto punto (sin dejar de serlo) y corresponder estrechamente las exigencias del director. Cuando esta lÃnea de trabajo se respeta, por muy simple que sea el acabado, habrá sin duda un resultado óptimo, el deseado. Fariñas me legó una enseñanza con respecto a esto, él insistÃa en hacer énfasis en la objetividad dramática, pero siempre yendo más allá en busca de una estética más subjetiva y evitando el realismo frÃo.  Â
En medio de tu obra como compositor, despertaron en ti fuertes inquietudes hacia otras ramas del arte. Has incursionado en la fotografÃa, y en el XXII Salón de la Ciudad, organizado por el Centro Provincial de las Artes Plásticas, obtuviste varios reconocimientos, entre ellos el Premio de la Universidad de las Artes, por tu obra “CoreografÃa ideológicaâ€. Desde el 2008 hasta la fecha vienes realizando audiovisuales, en los cuales la música, como elemento predominante, dialoga con lo visual y lo poético a modo de experimentación, recurrentemente en colaboración con otros artistas. ¿De dónde surgen estos impulsos, y cómo se mezclan en tu creación musical?
Como bien te decÃa, el cúmulo de experiencias antes mencionadas, dieron al traste con una serie de herramientas que fui asumiendo como derroteros en mi manera de contar historias (cada obra se debe a un acontecimiento determinado). La articulación entre la música y otras expresiones artÃsticas como la fotografÃa y el video se me hace necesaria una vez que descubro en ellas una manera más de componer: veo a estos medios “externos†como “instrumentos musicales†con los cuales se sustenta el objeto temático de cada obra.
Para explicarme mejor: cuando ejerzo la creación a través de la fotografÃa es imposible no incorporar en ella los sonidos cotidianos que acompañan la instantánea, esto no siempre condicionado hacia la realización de una obra musical, pero sà como inminente acompañamiento. Lo mismo sucede cuando compongo música electroacústica. En este último caso, por lo general, cada sonido utilizado lo trato de forma natural (fijado esto en parte por los fundamentos estéticos de la escuela “concreta†de Pierre Schaeffer), a partir de lo cual implemento una mixtura tras la relación visual que se desprende de cada sonido, a veces utilizada en contraste o contraposición, otras apoyando fielmente lo expuesto.
Uno de los resultados que surgen como consecuencia de esta necesidad de “contar†a través de diferentes fuentes sonoras y visuales son mis electrodocumentales o también llamados poemas visuales. En estos trabajos (con caracterÃsticas análogas al cine documental) dispongo con absoluto empeño unificar estos lenguajes para, a través de los procesos de desarrollo comunes en cada obra, mostrar un resultado artÃstico. Â
¿Consideras que, al nadar entre tantas aguas, tu proceso creativo como compositor musical te permite generar un universo más rico y propenso a la experimentación, teniendo en cuenta que el impulso creativo es único y que lo que varÃa es el modo de manifestarse?
Realmente lo considero una ventaja a mi favor. Partiendo de la música como eje principal, creo que en la gama de alternativas se fortalece aún más el objeto final del arte. Por poner un simple ejemplo: entre los medios expresivos, el tratamiento del timbre siempre ha centrado mucho mi atención. A lo largo de la historia, este elemento no ha dejado de corresponder al desarrollo técnico de los instrumentos y, posteriormente, a los progresivos avances tecnológicos en el campo de la música por computadoras. Hasta el dÃa de hoy, esta búsqueda de sobrepasar lÃmites en la exploración de nuevos paisajes tÃmbricos confluye a la par de los convencionalismos estéticos.
Una de las herramientas fundamentales que articulo en mis trabajos, por este motivo, es la transformación del sonido a través de estos mecanismos de sÃntesis a partir de sonidos acústicos o puramente electrónicos, previamente procesados. No obstante, mis recursos no cesan de inquietud y búsqueda, por lo que no se limitan solo a esta corriente –que de por sà tiene aún mucha tela por donde cortar si de descubrimientos se trata–, sino que toma prestados elementos “ajenos†al mundo sonoro musical para asimilarlos como si fueran notas de un pentagrama, tal es el caso de la fotografÃa y la edición de video, como bien dije antes. Estos últimos elementos fungen como herramientas que aportan, dosifican y sostienen el discurso del material de arte.
Hace unos meses, tras haber colaborado con otros artistas, tuve la oportunidad de trabajar contigo, a través de tu poema “Otra vez en el principioâ€, imágenes del malecón habanero, sonidos ambientales del entorno, la voz de la poeta y otros elementos afÃn a la estructura dramatúrgica del trabajo, pude dar a luz al audiovisual titulado “Adagioâ€. Este material es ejemplo de los excelentes resultados de una colaboración donde la simbiosis entre sensibilidad y sencillez, conspiran en el acabado de una obra, tanto partiendo de la búsqueda de nuevas herramientas expresivas como de la comunión estrecha entre artistas en dinámica consonancia.Â
¿Qué rasgos definen a René RodrÃguez, como artista y ser humano?
Me cuesta responderte eso, pues no me lo pregunto ni a mà mismo. Me considero un ser contemplativo, amistoso, familiar… mi música es resultado de ello. La gran mayorÃa de los procesos creativos intervienen con el fin de fomentar esta necesidad espiritual; lo considero el combustible vital para la armonÃa de las cosas que me rodean. Para darle forma al mundo necesito sentir que cada paso está acoplado a ciertos hilos invisibles que mueven la maquinaria de la vida: la magia de un abrazo, de una sonrisa, el milagro del perdón y del deseo.
Pareciese que tu obra está en constante crecimiento y búsqueda, ¿en el espacio creativo, con qué sueñas?
Creo que con todo, se quiera o no, de forma natural se mantiene en eterno crecimiento. Aun cuando dejamos de caminar, solo lo hacemos en relación a un criterio, bien sea propio o social, más allá de cada postura a través del tiempo se perpetúan inevitablemente ideas y sueños.
Los mÃos en particular surgen casi siempre del espontáneo paso a paso. Creo que la sucesión de eventos del dÃa a dÃa nos depara un mundo de preguntas por contestar o por dejar en blanco (esto también contiene música), muchas de ellas acumuladas en el pequeño closet del alma, amontonadas y alocadas, prestas a brindar su servicio cuando el intelecto lo precise.
¿Con qué sueño? Con soñar siempre. El dÃa que deje de anhelar un proyecto me habré perdido a mà mismo dentro de todo.
Liesther Amador: «Soy un insatisfecho superviviente»
Conocà la obra de este joven al azar, mientras realizaba las correcciones del catálogo de la exposición de arte contemporáneo cubano La Tierra Dada, que organiza la Asociación Hermanos SaÃz. Su obra Tiempo Muerto, merecedora del Premio Post-it 2019, que se otorga a creadores menores de 35 años, despertó mi curiosidad en primera instancia y me dispuse a indagar más sobre el concepto y la historia de esas fotografÃas en las que las personas, como árboles, sembraban sus cuerpos en la tierra.
La obra de Liesther Amador González (Ciego de Ãvila, 1983) navega entre los medios expresivos de la pintura, la fotografÃa, el dibujo, la instalación, el site specific work, la intervención en el paisaje y el performance. La realidad del artista y su entorno se convierten en materia artÃstica, un registro documental. En su discurso, lo individual, lo familiar, el tiempo, la tierra y lo vivencial son asumidos como puntos de equilibrio, que podrÃan tensar un hilo conductor entre cada una de sus piezas. PodrÃa decirse que hay una especie de radiografÃa interior en cada ellas, la búsqueda incesante de alguien que escarba en la tierra, como quien escarba en su conciencia, hasta encontrar su raÃz.
Háblame de los inicios. ¿Cómo descubriste las artes visuales? ¿Cuándo sentiste que era el camino?
Desde niño me gustó pintar, tenÃa habilidades para dibujar, modelar con plastilinas o fango. Mis padres se encargaron de cultivarlas con regalos (crayolas, lápices de colores, acuarelas, etc.) y sobre todo con elogios. Siempre me estimulaban a participar en concursos. Recuerdo que esas primeras “obras†eran motivo de orgullo en sus conversaciones con amigos o visitas.
Mi madre se empeñó inagotablemente en conservarlas en carpetas que aún andan por casa. La motivación es la base de la formación vocacional, sobre todo en la niñez donde la fantasÃa puede ser incitada y conducida. Nada más serio para un niño que sus juegos a ser adulto. Allà es donde deben actuar con cautela maestros, padres o tutores, pues hay mucha fragilidad también, un descuido o mal manejo puede marcar el rumbo, desvirtuándolo o simplemente matándolo.
Con esa mesura la asumieron todos en mi familia y cuando mis preguntas sobre técnicas de dibujo se fueron complicando (cómo sacarle un destello de luz al parabrisas de un carro que ese momento dibujaba), buscaron ayuda en el único artista (el pintor) que habÃa en mi pueblito.
Asà comenzó a ponerse maduro mi juego y el objetivo fue prepararme para las pruebas de ingreso a la Academia deAartes. En aquel entonces (1998) tenÃa la opción entre Camagüey o Trinidad, las dos a más de 150 kilómetros de mi Jicotea natal. A vencer los miedos de la “desprotecciónâ€, hacer sacrificios sentimentales y materiales también estuvieron dispuestos mis viejos, pues yo tenÃa en aquel momento 14 años, 130 cm de estatura y la situación económica era dura para mi familia y toda Cuba.
Aunque podrÃa decirse que el artista visual se va formando sobre la marcha, a partir de su propia sensibilidad y los intereses que marcan sus inquietudes artÃsticas, el proceso de formación académica siempre deja una huella importante. ¿Qué particularidades marcaron tu etapa como estudiante?
Asà llegue a la Academia de Artes Plásticas “Oscar Fernández Morera†en Trinidad un dÃa de octubre de 1998, con un miedo terrible a una realidad ajena totalmente, pero convencido de que ese era mi lugar.
La formación académica no define la condición de artista. Es un error recurrente en la institución cubana del arte catalogar desde allÃ. Ser artista es una actitud ante la vida, no es cuestión de acumular habilidades técnicas o erudición teórica para vencer un plan de estudios, pero no se puede negar que esta formación va a marcar para siempre y allanará el camino de quien decida empeñarse en el arte.
En principio, hay incontables trillos para la creación visual, y la academia viene con algunos a ponértelos en la cara, desde metodologÃas probadas por años en la tradición. Estos, en mi experiencia, son los cimientos donde se sostiene todo, aun cuando el arte desdibuja sus fronteras, se expande a una infinitud de disciplinas, facturas industriales o virtuales, metodologÃas conceptuales de distanciamiento total del artista en la realización de la obra, etc., aun cuando todo esto es asumido desde hace tiempo por las instituciones del arte.
Mirando mi camino transitado desde la distancia, puedo afirmar con total responsabilidad que una academia de arte o cualquier escuela no dependen del confort o la cobija de la instalación, sino de la calidad del claustro que la estructura.
La Academia de Trinidad donde estudié y en la que se formaron artistas que ya tienen un lugar en la historia de arte cubano, fue descrita en sÃmil por el destacado crÃtico y curador Gerardo Mosquera, como una “escuela de Ãfrica†por sus condiciones insalubres…; eran las ruinas de un Cuartel de Dragones del Ejército español, pero era un verdadero oasis para la enseñanza.
AllÃ, un claustro heterogéneo en maneras de asumir y experimentar el arte te mostraba caminos técnicos e ideoestéticos, y te exigÃa su tránsito, pero en esencia habÃa asumido como método fundamental darte la libertad de la experimentación, el incentivo y el respeto a la individualidad creativa, sin descuidar ponerte en la conciencia códigos del compromiso social del arte.
En esos planes de estudio recuerdo y reconozco cuánto me marcaron ejercicios que buscaban introducirnos en investigaciones cuya praxis nos exigÃa la inserción en el medio sociocultural. Esa marca no se ha borrado, por el contrario, crece aún. Recuerdo a profesores como Luis Blanco, Tony Gómez, Alain Fernández, Mario Guerra, Papito, Duffay, Acebo, Alejandro Bastida que, entre otros, habÃan asumido la enseñanza desde la experiencia que la producción artÃstica contemporánea exigÃa.
Estos métodos tenÃan su base en el comportamiento de la producción del arte cubano durante los años ochenta, signados por dos problemáticas ideostéticas: la asimilación crÃtica de los resultados de autoconciencia del arte llevado a cabo por las vanguardias durante el siglo XX y el replanteo de sus roles sociales para nuestra situación cultural. Estoy seguro que de allà venÃa todo.
Es muy grato recordar esa etapa hermosÃsima de mi vida, pero me entristece el hecho de que esa Academia no exista para nuevas generaciones, por una decisión con un análisis que creo fue poco profundo por la gran implicación cultural y social que tenÃa ese centro para una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, pues su función iba más allá de la formación de artistas visuales de la región central del paÃs, esta servÃa de contraparte al peligroso mercadeo de arte para la feria (candonga) al que una ciudad turÃstica se expone permanentemente.
¿Quién funciona ahora como contrapartida a la seudocultura? ¿Quién eleva o muestra como estandarte, verdaderos valores artÃsticos al foráneo? ¿Quién le brinda otros referentes al público trinitario que está siempre expuesto a la deformación que genera ese mercadeo?, incluso, y por qué negarlo, ¿quién eleva la competencia, la calidad en cuestiones técnicas o creativas para ese mercadeo mejor que esos estudiantes de arte? En eso debió pensarse; otros problemas pudieran pesquisarse por especialistas en temas socioculturales, estoy seguro. Pudiera parecer que padezco del sentimiento del trinitario ausente, pero no es asÃ, el problema es de talla mayor cuando hasta el edificio con alto valor patrimonial que albergaba a la escuela, queda en el abandono.
¿Cuáles son los principales referentes que crees que han influenciado tu obra y tu visión del proceso creativo?
La lista serÃa extensa, te mencionaré algunos que considero son los más cercanos, el orden de los nombres de estos referentes no responde a una mayor o menor influencia, indistintamente todos con mayor o menor evidencia están en mi trabajo: Antonia Eiriz, René Francisco, Eduardo Ponjuan, José Bedia, Joseph Beuys, Bill Viola, Spencer Tunick, Marina Abramovic, Santiago Sierra.
Como ves, son diversas mis referencias, algunos marcan por su actitud o postura ante el arte y su finalidad, otros en la manera que abordan desde el arte determinados procesos culturales o sociales, otros desde los contenidos conceptuales o temáticos que emplean o emplearon. Creo que esos son los tres caminos fundamentales que marcan mi interés por ellos.
El nacimiento de una obra visual a veces requiere de un punto de calma, de soledad, de búsqueda interior. La variedad de aristas en tu creación da la impresión de una exploración constante. ¿Qué es lo que más disfrutas en el proceso creativo de una obra?
No siempre una obra nace desde ese punto de calma, soledad o de búsqueda interior. En mi caso hay obras que han nacido en el punto de ebullición de un proceso en esencia contrario. En mi trabajo casi siempre hay una dosis de accidente, creo que constantemente cedo un poco del control, lo mismo a las personas con las que trabajo o colaboro, o a los materiales y técnicas que empleo; ese riesgo me excita y creo que enriquece el proceso y el resultado.
Además, nunca hay un control total por parte del artista sobre la obra que genera. Siempre hay un otro, otras realidades para la obra, tan simple como que el espacio donde se exhibe o se genera va a condicionarla y ya en eso dejamos de tener el control total, por ponerte un ejemplo.
También hay de soledad y búsqueda interior, pues suelo ser autorreferencial, o exhibir algunos de mis traumas, eso tiene que ver con un principio ético que asumo como máxima, ser sincero, por eso mi discurso se hace directo, sin adornos, a veces en forma documental; encuentro la poesÃa allÃ.
Leyendo a Martà me he dado cuenta que se puede ser directo, duro en el discurso y no perder esa poesÃa. Eso no está en el empaque de la obra, la llamada superficie o atmósfera, sino en el subsuelo de donde nace.
El arte está lleno de fórmulas y trucos factuales que actúan en el subconsciente del individuo, eso no se puede negar o desechar, pero una obra no puede ser en esencia eso, pues será solo adorno, telenovela para hacer llorar a las amas de casa o simplemente un objeto para el mercado fácil.
La historia del arte está llena de ejemplos de esos artistas cuya obra no ha sido valorada en su momento, han sido censuradas o motivo de burlas por sus contemporáneos simplemente por poner una dosis justa de sinceridad, sin embrago eso son los que han corrido las fronteras para el arte.
En las obras de esos nombres que te menciono como mis referentes está ese condimento esencial que es la sinceridad –también de embeleco, claro– y de cierta manera todos han asumido los riesgos que esto implica, pero tienen el beneficio de trascender y eso es algo que todo artista intenta, pero pocos lo logran.
Lo familiar, las raÃces…se muestra como un sitio recurrente en toda tu obra. ¿Qué impulsos te interesa expresar en este sentido?
Ya te mencionaba anteriormente de dónde vengo. Mi familia es numerosa en un pueblito pequeño, y eso genera una especie de núcleo poderoso que me ha condicionado el carácter a un sentimiento de sobrevaloración familiar. Mis tÃas tienen derechos de madre y los primos nos criamos como hermanos. Aclaro, nada es perfecto por la diversidad de caracteres, pero fue riquÃsima para mÃ, esa fórmula. De eso quizás venga todo.
La creación de un artista parte de motivaciones, de experiencias cercanas o ajenas, pero este tiene la responsabilidad de ahondar, no quedarse en la epidermis del asunto. Uno trabaja sobre lo que más conoce, lo que más siente o padece, entonces mi familia es una mina riquÃsima de materias primas.
Martà decÃa, “insértese a la raÃz el tronco†y las mÃas están muy prendidas a ese núcleo familiar. Los que cultivamos plantas sabemos que al trasplantar un árbol hay que cuidar de no dañar sus raÃces, siempre hay que dejar parte del sustrato natal para que sobreviva al adaptarse al nuevo terreno, por eso regreso permanentemente a mis raÃces, para no marchitarme, creo que no soy capaz de adaptarme totalmente a este nuevo terreno. Â
En la base de la sociedad está la familia por lo que es común denominador a todos, es tema universal recurrente en la historia del arte, entonces es fácil que esos microrrelatos que expongo se conviertan en universales.
La pintura, el performance, la instalación, la fotografÃa, el videoarte… todo un universo de experimentación que gira en torno al arte contemporáneo, y lo define. Por lo general una arista no es comparable con la otra. ¿Qué intentas expresar desde cada una? ¿En cuál te sientes más satisfecho?
No encuentro preferencias por ningún medio de los que he usado. Creo que un artista, joven o viejo, debe conservar la capacidad y el deseo por la experimentación, y eso es lo que he hecho.
Creo que hay medios idóneos para cada idea y mientras más capacidades y herramientas un artista acumule, mejor. Uno tiene que ejercitar permanentemente ese instinto para elegir caminos, modos de hacer, porque puedes convertirte en estanque o en un soñador que esperando los recursos ideales para hacer la obra nunca la produzcas porque nunca lleguen. Aún soy alguien en formación, eso es todo.
Soy un insatisfecho superviviente, quisiera producir el doble y superior en calidad. Entonces permanentemente siento que la mejor obra es la que estoy por hacer.
¿Qué enseñanzas te deja tu experiencia como profesor de Dibujo y Pintura de las Academias de Artes Plásticas Raúl MartÃnez (de Morón) y Raúl Corrales (de Ciego de Ãvila), labor que realizaste por casi una década? ¿Consideras que es importante que un artista se vincule a la faceta pedagógica como un ejercicio más de creación?
Te confieso que en principio tome el magisterio como un juego de ego y rebeldÃa. Llegar en impositivo a él marcó esa postura adolescente. Yo querÃa seguir mis estudios en el ISA, pero las circunstancias económicas y la salud de mi madre no me lo permitÃan y como única opción impuesta por el servicio social me dieron impartir clases en la academia Raúl Corrales en Ciego de Ãvila, que coincidÃa su inauguración con mi graduación en 2002.
Fue un choque violento, pues para nada el sistema que imponÃa la novata dirección de ese centro se asemejaba al que yo habÃa vivido como estudiante en Trinidad: incomprensión de prioridades en los planes de estudio, baja preparación por parte de algunos profesores en asignaturas fundamentales y complementarias para la especialidad, arbitrariedades que lastraban la movilidad creativa de los estudiantes y otros problemas que por ética no puedo mencionar; un choque generacional, subvaloraban y subestimaban a esos tres chiquillos “rebeldes†recién graduados (Regüel Altunaga, Jeosviel Abstengo y yo).
La rebeldÃa me dio por jugar a ser el profesor que me hubiera gustado tener, que no era más que una mezcla de las caracterÃsticas de esos que te mencioné anteriormente. Y me enamoré de ese juego, descubrà que tenÃa vocación para dar clases, sentÃa una satisfacción enorme con la evolución de mis estudiantes, dispuse casi todo mi tiempo a esa labor y por un perÃodo no lo sentà como una pérdida, pues para enfrentarse a un grupo de adolescentes estudiantes de arte hay que dosificar las energÃas para que no te falten para estar en superación permanente, pues exigen, cuestionan y si de pronto te conviertes en su referente, es mucho peor, pues eres como el lÃder de una banda deliciosamente peligrosa y eso sà que requiere de ajustar la responsabilidad, la ética y el autocontrol.
Realmente lo disfruté muchÃsimo y poco a poco el empeño no fue demostrar nada, porque me gané el respeto, incluso el cariño de algunos de esos profesores que reconocieron sus lagunas y se superaron.
Yo crecà como profesional, como persona, dejé de jugar al profesor y lo fui, pero no dejé de ser ese rebelde, irreverente ante lo mal hecho, la mediocridad, y seguà tropezando. Un dÃa me di cuenta que no podÃa cambiar un sistema simplemente porque la dirección no lo entendÃa y mis prioridades empezaron a cambiar, entonces decidà dejarlo, pero te declaro que en algún momento volveré a enfrentar un taller como profesor, pues me encanta esa profesión. Desde mi experiencia, tienes dominio real del conocimiento cuando logras enseñarlo y eso se logra en el ensayo ante ese discÃpulo que te enseñará tan bien como el mejor profesor.
Recientemente obtuviste el Primer Premio en el Post-it 2019, muestra-concurso dedicada al arte cubano contemporáneo para creadores menores de 35 años. La obra premiada fue Tiempo muerto. Coméntame un poco sobre ella.Â
Es una serie que vengo realizando desde 2016. Tiempo muerto en la cultura agrÃcola –principalmente en la cañera– se le denomina al perÃodo comprendido fuera de la zafra (corte, recolección y procesamiento artesanal o industrial del fruto). Este apelativo queda como rezago de un perÃodo neocolonial donde el desempleo, la escasa demanda de fuerza laboral y la desprotección salarial eran sinónimos de desventura entre campesinos y obreros. Paradójicamente, esta denominación determina el intervalo de siembra y cultivo, el tiempo de germinación, de renacer asistido y natural de los cultivos.
Hago este preámbulo a la raÃz cultural del término para pulsar sobre este contrasentido simbólico que determina uno de los contenidos metafóricos sobre los cuales se establece esta obra, que además asienta sus bases discursivas en paradojas culturales y sociales como: modelo de éxito, realización personal o colectiva, fama, felicidad, sacrificio, reconocimiento social, etc… respecto a la realidad de cada individuo o grupo que acepta construir estas escenas, literalmente sembrados en el contexto que los define o que ellos mismos, como entes activos, condicionan.
Hay un marcado interés biográfico en esta investigación. Aunque no se exhibe en su totalidad, lo hago evidente a través de algunos datos personales, de tiempo y lugar que componen el tÃtulo individual de cada fotografÃa o video, porque es principio la voluntariedad, la identificación y conciencia con y sobre la idea.
Todo individuo o grupo está marcado por utopÃas, algunas comunes —estas utopÃas son esos emplazamientos sin lugar real, que mantienen con el espacio real de la sociedad una relación general de analogÃa directa o inversa—. Estas intervenciones proponen la construcción de ese tipo de emplazamiento.
Más allá de los hechos fotográficos, se generan acontecimientos, performances rituales donde la experiencia y las relaciones entre individuo/grupo/artista se desdibujan en el intercambio, en la cooperación de construir espacios heterotópicos que intentan situar al hombre en reflexiones filosóficas y/o psicológicas sobre su condición. En cada escena hay una experiencia de vida asociada directamente al contexto.
Tiempo Muerto propone desde la fotografÃa una búsqueda en la relación entre el individuo y su circunstancia, pretende la construcción de monumentos fotográficos, apuesta por una operatoria donde lo territorial y la territorialidad poseen el mayor protagonismo. Ambos conceptos guÃan su mirada hacia el espacio fÃsico, pero también incluye las relaciones sociales que tienen lugar en su interior.
Has realizados diversas exposiciones personales y colectivas, te has desempeñado como curador en otras. Desde tu punto de vista, cuáles son los principales retos que debe sobrepasar un artista visual cuando decide exponer su obra.
Aprender a aceptar la crÃtica negativa, aprender de ella tanto como de la positiva. Aprehender lo bueno de los dos criterios, pues ambos son peligrosos, eso es saber extraer de la paja el trigo limpio. Ser consciente de que cada exposición es un reto del que tienes que salir airoso, por respeto a ti y al público que asiste. Ser valiente como un guapo que llega a la cola de la cerveza y dice “¡Ahora compro yo!â€, porque una vez que estas allà no hay segunda oportunidad para esa obra, porque la dejas sola y no vale un “yo quise hacer, pero…â€, simplemente la obra es lo que está y ella debe imponerse con todas las calidades posibles, por respeto.
Hablar de uno mismo es un ejercicio difÃcil para un artista, pero también podrÃa ser un ejercicio de autorreconocimiento necesario. ¿Qué rasgos crees que definen a Liesther?
Creo que soy alguien con “paciencia de asiáticoâ€, que “aprende a esperar†y a seleccionar con la cautela de un cazador los momentos, las ideas para hacer lo que me gusta. Soy un artista que entrena para esperar, que experimenta y juega con los medios que dispone, de allà la gama de maneras que te encuentras en mi dossier.Â
No creo que pueda definirme con claridad, como lo puede hacer alguien diciendo que es “el pintor de las tejasâ€, o “el de los remos y botesâ€. Esa definición no la tengo y créeme, no me interesa. Â
¿Qué experiencias artÃsticas te gustarÃa tantear en el futuro?
Exponer en un circuito de arte que me exija un nivel superior. Â Â
El número 162 de La Letra del Escriba, en forma digital
La revista La Letra del Escriba, revista literaria fundada en el 2000 por el Instituto Cubano del Libro, hasta que se normalice la compleja situación que estamos atravesando, comenzará a publicarse solo en forma digital. [+]
Yeni Turiño: «La guitarra como arco y la canción como flecha»
Una muchacha intranquila, curiosa, siempre en constante movimiento, como las verdaderas hormigas… La primera vez que la vi cantar fue en el Encuentro de Jóvenes Poetas y Cantores en Bejucal, se escuchaba su Tocadiscos y en el público la acompañaban. Luego nos volvimos a encontrar en la Jornada Literaria Mangle Rojo, y de esa semana de largas jornadas de poesÃa nació una hermosa amistad. Â
Yeni Turiño (Santa Clara, 1998) creció respirando la música, entre acordes y sonrisas, y aprendió a ver el mundo desde la claridad de sus propios impulsos. Con una voz sincera y firme, la niña de la trova, pequeña y menuda, se convierte en luz mientras canta.
Las entrevistas siempre son momentos oportunos para recordar y mirar al pasado. ¿Cómo era Yeni Turiño antes de llegar a la mùsica? ¿Cómo fue el descubrimiento de esa vocación?
La verdad es que siempre cantaba o recitaba. TodavÃa en la secundaria querÃa ser maestra, nunca pensé de niña que iba a ser artista. Estuve en ballet y en muchos talleres literarios, pero nunca porque me fuera a dedicar al arte por completo. La verdad es que no sé cómo empecé en la música exactamente, siempre estuvo conmigo.
A los 9 años empecé a aprender guitarra con Anadelkis, una instructora de arte de mi primaria, luego fui a la casa de la cultura y de ahà a estudiar guitarra clásica, no en escuela, sino con un profe muy bueno de acá de Santa Clara.
Como empecé chiquita con la guitarra, no me acuerdo de mi vida antes de eso, siempre estuvieron mis dos primos Yatsel RodrÃguez (trovador) y Dairol López (flautista), y la influencia de ellos dos fue esencial para mÃ. Fue en el preuniversitario cuando decidà que iba a ser trovadora, y que no podÃa hacer otra cosa.
Santa Clara, tu casa, tus raÃces, tu esencia. ¿Qué significa hacer y vivir la trova en esta ciudad?
Es una suerte tremenda haber nacido en esta ciudad. Santa Clara es muy cultural, es una ciudad que te traga, siempre hay algo que hacer: una obra, un concierto, una descarga, una lectura, cuando acaba un festival empieza otro. Hubo personas que me dijeron que iba a bailar en la casa del trompo, y qué suerte que haya tantos trompos acá. Tengo la influencia de todos los artistas de la ciudad, no solo de los trovadores que son quienes me han encaminado por la buena senda.
Además de las relacionadas con el contexto cultural santaclareño, qué otras influencias artÃsticas han marcado tu obra.
El haber estado en todas las provincias del paÃs, gracias en gran parte a la AHS y demás instituciones, el gran número de festivales que existen por toda la isla, me ha dado la posibilidad de conocer artistas de todos los rincones, y creo que además de tener la influencia de mi ciudad tengo la de Cuba entera.
Cada vez que llego de un festival hago una canción, y es que estos festivales, no solo de trova, han contribuido a que sea cada vez más autocrÃtica y a que me lleguen conocimientos de todas las manifestaciones, y de todas partes del mundo.
Hay artistas que componen con cierta regularidad, otros demoran años en terminar una canción. Algunos tienen rituales para componer, otros esperan que la palabra los asalte mientras viven. ¿Cómo es tu proceso creativo?
Cada vez que hago una canción surge de forma diferente. No tengo un método para la creación. Hay textos que cuando los escribo sé que van a ser una canción, hay otros, que se quedan en poesÃa, y no sé cómo los diferencio, es una impresión muy personal que no tengo forma de describir.
Lo que sà tengo claro es que necesito estar en constante movimiento. No puedo encerrarme en mi casa para hacer una canción, necesito renovar mis experiencias constantemente, y estar nutriéndome de otras cosas, por ejemplo, leer, ver pelÃculas… Mi principal fuente de inspiración son las vivencias personales, los libros y el cine, en ese orden.
¿Cómo mujer, qué deseas transmitir con tus canciones?
Para mà no existe una diferencia entre la forma de una mujer para hacer la canción y la de un hombre. Estoy segura que lo que en algún momento escribà lo pudo haber escrito un hombre. Tiene que ver con las concepciones personales de cada artista. Yo, como ser humano primero, como mujer después, quiero transmitir un arcoiris de sensaciones que varÃa en cada persona que escucha la canción. Yo tengo mi mensaje original, este varÃa según la experiencia de cada cual y lo que cada cual quiere escuchar o decodificar de mi canción.
En el marco de los eventos organizados por la Asociación Hermanos SaÃz has recorrido la isla con tu música. ¿Cuánto te han aportado estos encuentros?
A mà me encantan los festivales, y creo que es una forma muy linda de aglutinar a los artistas. De los festivales nacen nuevos proyectos, nuevas inspiraciones, y sobre todo muy buenos amigos que quedan, en ocasiones, para toda la vida.Â
Recuerdo que en el primero que participé fue en el Isla Mágica, en la Isla de la Juventud. Ni siquiera me habÃan invitado a mÃ, invitaron a Carlos Abreu, trovador de Santa Clara que tenÃa una banda donde yo hacÃa los coros. En medio del concierto Carlos me dejó cantar tres canciones que tenÃa por el momento, esa primera vez la guardo con mucho cariño; hace poco tuve la dicha de rememorarlo yendo por segunda vez, pero al Mangle Rojo. Los festivales son experiencias que se van acumulando de a poco, experiencias necesarias para la creación misma. ¡Y que vengan más festivales!
¿El Longina?
El Festival de festivales. Suena un poco regionalista, para mà lo es. El Longina me permitió conocer los festivales por dentro, lo complicado que es llevar a cabo uno. Cuando eres anfitrión de un festival significa sacrificar tus presentaciones, tu descanso, tu divertimento por hacer que los invitados se sientan como en casa, y la verdad que es una tarea hermosa.
Mi primera canción surgió luego de haber concluido el Longina 2016, habÃa vivido tantas cosas lindas que no dudé en hacer una canción. Es una forma resumida de hablar del Longina, porque si me pongo a contar historias no termino.
Desde el 2017, todos los últimos miércoles de cada mes te das cita en el Centro Cultural El Mejunje, espacio donde desarrollas la Peña de la Hormiga Loca. ¿Cómo surge este proyecto? ¿Qué alegrÃas has experimentado con él?
La idea fue de Silverio, luego de que canté una canción de Violeta Parra en una jornada por la no violencia contra las mujeres y las niñas. Me propuso tener el espacio y le dije que lo pensarÃa, entonces empecé a buscar la aprobación de los demás trovadores, no estaba segura de poder hacer una peña con 18 años.
Cuando decidà que empezarÃa tuve que hacer un cronograma de todas las peñas de la ciudad para que no coincidiera con la de ningún trovador, ni con la programación de El Mejunje. Te digo que en Santa Clara no se para. Entonces, tenÃa que ser el último miércoles de cada mes, todos los otros espacios estaban ocupados.
La idea del nombre fue de Alain Garrido, una suerte de padre y de maestro que he tenido, y creo que de todos los trovadores de acá. Se quedó “Peña de la Hormiga Locaâ€, mi laboratorio, invito a cualquiera que me inspire un sentimiento lindo, no solo artistas. El 26 de febrero cumplió tres años. Estoy muy feliz de tener este espacio en mi ciudad y en mi Mejunje de Silverio. (¡Je!)
Una parte de tu obra está dedicada al público infantil. ¿Qué retos supone componer para los niños?
La verdad es que la primera canción que hice para el público infantil y para todo el que tenga alma de niño fue “Canto de hormiga locaâ€, justo cuando Yaily Orozco comenzó a hacer canciones y a trabajar para los niños. Hice la canción para que ella la cantara y terminé defendiéndola yo también.
Hay que tener cierta magia para dirigirse a los niños, algo que me atrevo a hacer, pero me siento más cómoda cuando tengo a Yaily al lado, ella sà que sabe, nació con ese don.
Tengo el reto de seguir componiendo para los niños. Aunque hay que vivir el presente, hay que dedicarle tiempo también al futuro.
Has publicado algunos cancioneros, algunos en colaboración con otros artistas. Coméntame sobre esta experiencia.
Me encanta cuando varios artistas se unen. El primer cancionero que se llama “Para no sentirme extraña†se publicó en 2019 por Ediciones La Piedra Lunar, una idea de Lorenzo Lunar, excelente escritor de la ciudad que me ha apadrinado y la idea del cancionero fue de él. Entonces convocamos a 15 amigos artistas de la plástica y diseñadores, a cada uno le asignamos una de mis canciones para que ilustrasen el libro a su forma. Fue un trabajo hermoso hecho en colectivo, gracias a La Piedra Lunar.
El segundo cancionero fue realizado también en 2019 por el proyecto cultural-editorial Callejas, de Trinidad. Estos muchachos tienen un trabajo muy admirable y es que confeccionan libros manufacturados, sin fines de lucro, y a partir de esas publicaciones realizan conciertos en su ciudad, todo a partir de la colaboración de amigos. Este libro fue compartido con la poeta trinitaria Dayana Margarita Pomares, una amiga hermosa que hice gracias a este proyecto editorial.
Háblame de Tocadiscos, esa canción que luego se convirtió en proyecto y que estrenó videoclip posteriormente.
Otro trabajo en colectivo, y eso es lo que se quiere en este proyecto, la promoción de la obra de un artista en especÃfico a partir de la colectividad. Estoy muy contenta con el resultado del clip. Tocadiscos es una canción que tiene mi propia visión de un cortometraje de José Luis Aparicio. Recién entraba él a la FAMCA y cuando miré este, su primer corto, me dio tanta alegrÃa que quise hacer una canción. La verdad es que esta composición tiene tres vertientes: el corto, la vida real y dos décimas que Aparicio también escribió, de ahà me llegó todo.
Desde el 2017 has estado participando en el Encuentro de Mujeres Cantoras “Ella y yoâ€. A tu juicio, qué caracteriza a las mujeres trovadoras en Cuba.
Es un evento muy lindo que Heidi Igualada y Marta Campos han llevado contra viento y marea y que ha ido creciendo en cada edición. Es un evento de mujeres donde no solo hay mujeres. Lo que se quiere demostrar es que la mujer no es minorÃa en la trova y es que hay un montón en el mundo que desde la canción luchan por sus derechos en paÃses que no los tienen. La mujer trovadora en Cuba es como una guerrera que tiene la guitarra como arco y las canciones como flecha.
Trovadora en el siglo XXI… ¿Cuáles son los principales desafÃos a los que te enfrentas como cantautora en estos dÃas?
Soy el resultado del tiempo en el que vivo, eso siempre lo digo y tengo los retos que van con mi tiempo. Ahora mismo es un reto para mà estar en casa con todo esto de la Covid-19. Nunca habÃa estado tanto tiempo en un mismo lugar y eso me hace sentir bastante mal, te confieso.
Ahora mismo lucho por aprovechar el tiempo al máximo para cuando todo vuelva a la normalidad lanzarme en un montón de proyectos que tengo en mente. Ahora mismo ese es mi reto, imagino que mientras más pase el tiempo más retos me seguirán llegando, pero ¿qué es la vida sin retos?
¿Qué caminos presientes en tu música? ¿Dentro del contexto musical, qué experiencias te gustarÃa vivir, algún sueño por cumplir?
Tengo muchos sueños, y creo que se han ido cumpliendo de a poco. Lo más cercano que tengo es graduarme, que ya me queda poco, luego creo que me lanzo a grabar un disco. También hay un montón de experiencias que quisiera vivir, quizás realizar una banda sonora, seguir componiendo, viajar, tirarme de un paracaidas, uffff, todo lo que me pase por la cabeza y crea que esté bien me propongo hacerlo.
¿Cómo se define a sà misma Yeni Turiño?
Ya lo he dicho muchas veces, soy una hormiga loca bastante cuerda.
«La trova no está ni en la guitarra ni en el cantor»
La sinceridad como recurso para engendrar canciones y una sonrisa estampada en el rostro a modo de bandera. Yunier Pérez GarcÃa, o simplemente GAPE, es una de las voces más desenfadadas del universo trovadoresco actual. Recientemente ganó la Beca de Creación Musical Ignacio Villa y ya se encuentra listo su primer fonograma Oda al plagio, bajo el auspicio del sello EGREM.
––Estudiaste Historia del Arte en la Universidad de La Habana, no obstante, te dedicas a la creación musical y estás muy vinculado a las artes escénicas, además, escribes canciones, lo cual denota una sensibilidad hacia la palabra. Pareciera que la creación se precipita en ti de cualquier forma y, que es precisamente esta mezcla de impulsos lo que te define como artista. ¿De dónde proviene tu instinto creativo? ¿Alguna influencia familiar?
Ninguna influencia familiar, aunque mucho debo a mis padres y mi hermana menor por haberme servido de horcón para poder dedicarme a pensar en las musarañas. Mi instinto creativo, como lo llamas, supongo que nació conmigo y luego fue creciendo a partir de las diferentes influencias estéticas externas y de la educación que recibÃ.
Entonces creo que sÃ, la palabra me atrae de un modo poderoso. De siempre preferà la Historia a la QuÃmica, el Español a las Matemáticas y definitivamente considero que la palabra tiene un poder precioso. Luego la Licenciatura llegó para hacer coincidir con más exactitud las imágenes de mis fantasÃas con las que al fin y al cabo materializaban mis creaciones.
––¿Cuándo supiste que este era el camino que querÃas emprender?
Tal vez esto vaya a sonar poco modesto, pero lo supe desde siempre. Soy un artista y mi razón de ser en este mundo es la de legar a la humanidad algo que un segundo antes no existÃa y que sólo yo puedo extraer de la nada.
––¿Qué géneros y temáticas abordas en tus composiciones musicales?
Me gusta pensar que lo imaginable es mi temática. Tal vez por eso preferà la trova, una música que asimila orgánicamente todos los ritmos y todos los temas, porque su intención es cantar desde el alma con la mente y el corazón, sin tiempo ni espacio preestablecidos, ni mordazas de mercado. La trova se parece a la libertad y eso me enamora.
––Desde el 2011 perteneces a la CompañÃa Ópera de la Calle. ¿Cómo ha sido el trabajo con esta compañÃa que, por mucho, ha logrado cambiar la visión elitista con respecto al género?
Es cierto lo que dices, la Ópera de la Calle fue concebida con el afán de desacralizar y actualizar el género lÃrico, aprovechando las posibilidades de intertextualidad que provee el lenguaje postmoderno para acercarlo al pueblo. Esta fue una de las razones que me hizo gravitar a ella.
En la CompañÃa lo único que he hecho es crecer como artista. He aprendido a dominar mejor mi voz y mis movimientos y a interrelacionarme con el público. He tenido mucha suerte de formar parte de esta familia, la verdad.
––¿Qué crees que deben hacer los artistas de estos tiempos para llegar a todo tipo de público, teniendo en cuenta que aquellos que no van a conciertos y teatros, y que por lo general consumen otro tipo de música para muchos considerada escasa de valores, también pueden sentirse sensibilizado por el llamado arte inteligente?
Te confieso, alguna vez soñé con ser tendencia, y llenar estadios y que me hicieran la ola, y ver filas de muchachas hermosas esperando su turno para recibir un autógrafo mÃo, luego la vida me liberó de ese gran peso y me hizo más feliz.
Creo, amiga mÃa, que la cuestión no está en llegar a todos los públicos más que en sentirse bien con uno mismo. Nada deben hacer los artistas de estos tiempos al respecto: el artista debe sólo educarse para hacer arte y los públicos educarse para apreciar arte. Alterar este orden produce el riesgo de generar un producto empobrecido. Luego si la consecuencia de ello es un arte popularÃsimo, bienvenido sea entonces.
Por otra parte, habrÃa que definir con qué concepto de inteligencia vamos a tratar. Si por inteligente vamos a entender un arte diverso, original y que expanda el espÃritu y el intelecto aun cuando nos haga bailar, pues sÃ, desafortunadamente no prima en el gusto popular tal arte inteligente, sin embargo, me niego a pensar que es la sociedad la que se ha embrutecido. El gusto se crea.
––Tus inquietudes creativas te han acercado al mundo de la narración oral. Has recibido clases de excelentes profesoras como Mayra Navarro y Elvia Pérez, y formaste parte de la CompañÃa Teatro de la Palabra, en la cual también obtuviste algunos reconocimientos. ¿En qué medida crees que los músicos deben desarrollar habilidades histriónicas que le ayuden a desenvolverse en la escena?
Al universo de la narración oral entré por embullo de mi novia. Luego me fascinó. Estos que vivimos, opino, son tiempos de extrema humanización donde mucho han tenido que ver las redes sociales. Se evitan los elitismos y se procura la integración, la visualidad, sentir texturas y olores, todo en el menor espacio y tiempo.
La música no ha podido quedar exenta de ello, de ahà la suma importancia de vincular, sin tabúes, todo cuanto pueda tributar a potenciar el mensaje que queremos transmitir como músicos y artistas. No tiene mucho sentido pasar el dÃa horneando un delicioso pastel para que se nos caiga al suelo al momento de darlo a comer. Â
––Has participado en varias ocasiones en el festival de la trova cubana Longina canta a Corona, que se celebra todos los años en Villa Clara. ¿Qué importancia le concedes a estos eventos y cómo contribuyen al desarrollo de la carrera de los jóvenes trovadores?
Les concedo una importancia literalmente vital, a partir de que contribuyen a la memoria de la trova cubana. El Longina es para mà uno de los más atractivos y relevantes, pero todos los festivales donde los trovadores podemos estar son determinantes.
A través de estos eventos los que cultivamos la canción trovadoresca no sólo ganamos en promoción, también tenemos la oportunidad de reencontrar y conocer a otros trovadores del paÃs y nuevos modos, de primera mano, de hacer la canción. Â
––¿Cómo puedes definir a los trovadores?
Un trovador es alguien que suele valerse de la guitarra para, bellamente, decir cosas. Pero un trovador puede desconstruir todo lo anterior para continuar siendo un excelente trovador, y es que la trova no está ni en la guitarra ni en el cantor; ni siquiera está en la relación entre ambos. Un trovador es también lo siguiente, lo posible.
––¿Qué figuras, experiencias, obras… han marcado tu formación artÃstica?
Mis mayores influencias vienen de la música cubana en primera instancia, de la española, la brasileña, la norteamericana y la francesa. Me fascinan la fuerza armónica y las hermosas imágenes poéticas de la obra de Silvio, la ironÃa y el humor finÃsimo de Joan Manuel Serrat y las disonancias de Chico Buarque, además de la delicadeza que consigue en ciertas creaciones.
No obstante, lo que más amo de los tres es su capacidad de desdoble, de reinventarse en cada canción haciendo parecer que han sido compuestas por personas diferentes. Luego hay millones de otras influencias, aunque ya más dispersas.
––¿Para componer, sigues alguna especie de ritual, o la creatividad salta a flor de piel en todo momento?
Antes me condicionaba más a la hora de crear. Necesitaba regular las persianas para que entrara la luz exacta en la habitación, estar completamente desnudo y una gran cantidad de hojas en blanco, puesto que cada vez que hacÃa una pausa, ya fuera para almorzar o simplemente refrescar un poco, debÃa volver a reescribir desde cero lo hecho hasta el momento.
Hoy, no sé si por oficio o por la presión de lo cotidiano me conformo con algo de tiempo libre y un poco de paz interior. Luego a la musa ya la bajo yo. Algunas veces sale primero la letra, otras la música, pero lo que más me ocurre es que me vienen ambas juntas.
––¿Actualmente cuáles son los principales retos que enfrentan los músicos, en especial los trovadores?
El más importante reto es el de siempre: hacer un arte de calidad, sincero y original. Los demás problemas, que sabemos cuáles son, ya no corresponden tanto a los músicos, menos a los trovadores, son retos de la sociedad toda.
––Recientemente ganaste la Beca de Creación Musical Ignacio Villa, que otorga la Asociación Hermanos SaÃz, y grabaste tu primer fonograma Oda al plagio, bajo el auspicio del sello EGREM. Háblanos un poco de la propuesta estética que traes con este proyecto.
Oda al plagio es mi benjamÃn fonográfico, entonces he procurado presentar a GAPE a través de él. Está conformado por 11 canciones en las que rindo un sencillo tributo a las músicas y músicos que admiro.
En el álbum el escucha podrá encontrar una diversidad temática que transita desde la crÃtica social hasta canciones de amor y desamor. Estoy muy contento con lo que va saliendo hasta ahora.
El diseño de portada fue por parte de los artistas Kike y Katia, y las palabras del disco, que estuvieron a cargo de Tony Ãvila.
Debo siempre agradecer a la AHS y al sello EGREM por el fundamental apoyo, pero también a los Estudios de grabación Pablo Milanés Records, a la ingenierÃa de Giraldo GarcÃa, a la producción de José VÃctor Gavilondo, a los arreglos de Yasel Muñoz y al exquisito trabajo de los músicos convocados.
––¿Qué rasgos definen al artista y al ser humano que viven en el GAPE?
Muchas ganas de cambiarlo todo, respetuosidad, nobleza, autoexigencia, amor por la familia, por el arte y por la vida.
––En el espacio creativo, ¿con qué sueñas?
Sueño con poder hacer siempre lo que amo, que es la música, y vivir humildemente de ella.
La inagotable búsqueda de la belleza
Escuché su música por primera vez el dÃa que estuvo de invitado en el espacio que conduzco en el Centro Dulce MarÃa Loynaz, y confieso que lo que más cautivó mi atención fue la forma en que dialogaba con el instrumento, el modo sutil con que intentaba llegar a cada sonido, como si fuese un tesoro que podrÃa escapársele de las manos en cualquier momento, como si cada vez que se enfrentase a la guitarra tuviese que seducirla para, junto a ella, habitar el espacio de la próxima canción.
Aunque Carlo Fidel Taboada (Matanzas, 1989) transitó por otros caminos, desde el ajedrez hasta sus estudios universitarios en IngenierÃa Civil, y le tomase un tiempo decidirse, la música en él era un terreno inevitable. PodrÃa ser el espejo frente al que se asoma para observar sus propias realidades, desde esa aparente calma con la que persigue incansablemente la sencillez de lo pequeño, lo esfÃmero y hermoso de todas las emociones que envuelve el sonido en las diversas experiencias de la vida.
Trovador, cantautor, músico, guitarrista…, ¿cómo te defines?
Definir cada uno de estos términos es sin duda una tarea para musicólogos e investigadores. En algún momento me he propuesto desentrañar esta problemática y cada vez que emprendo dicha labor, quedo insatisfecho. La verdad no me siento cómodo con ninguna etiqueta. En algunos contextos me viene mejor el término trovador, en otros cantautor y en otros simplemente músico.
Mi esencia es muy trovadorezca, pero no encajo totalmente en ese término. Exploto el máximo de mis posibilidades en la guitarra, es un elemento clave en mi quehacer, pero también lo es la armonÃa, la experimentación, el uso de texturas disonantes, etc. Además, hago orquestaciones para mis canciones. En fin, no me agradan las etiquetas.
Es evidente que la música ocupa un lugar inevitable e importante en tu vida, pero exactamente, qué significa la música para ti.
De acuerdo con mi experiencia y desde mi visión como compositor, la música es un lenguaje para compartir nuestra espiritualidad, existen muchos lenguajes para esto, la religión, por ejemplo, es uno de ellos. El elemento sonoro está en nuestras vidas desde que entramos al mundo, pero nos demoramos un poco en descubrir que los sonidos están estrechamente relacionados con las emociones.
Para mà la música es la mejor forma que he encontrado para compartir mi espiritualidad a través de las emociones que despierta una canción, y digo canción a conciencia. Porque la canción es la manera en que pienso la música, en términos estructurales y desde el punto de visto creativo. Me gustarÃa moverme hacia otras zonas como el trabajo instrumental pero es inevitable para mà ir primero a la canción de forma natural, después entran todos los matices del universo sonoro, cada sonido es bienvenido, no discrimino.
Durante tu infancia y adolescencia tu vida estuvo intensamente vinculada al ajedrez, luego cursas tus estudios universitarios en la carrera de IngenierÃa Civil. Ambos mundos giran en torno de la precisión, la disciplina, la matemática…, elementos que también podrÃan desbordarse en tu creación musical. ¿Cuánto queda del ajedrecista y del ingeniero civil en el Carlo Fidel que hace música?
El ajedrez fue algo que llegó a mi vida en la niñez. Vino de la mano de mi padre que es un ferviente aficionado del juego ciencia. Crecà en la academia de ajedrez de Matanzas, no solo en estatura, también como ser humano. Conocà casi toda la isla en topes y competencias nacionales y pude conocer temprano como la competitividad puede convertirnos en seres tóxicos e infelices. Tuve algunos buenos resultados y parecÃa que mi vida iba en ese rumbo, hasta que decidà estudiar IngenierÃa Civil en la Universidad de Matanzas.
Para ese tiempo ya habÃa escrito mi primera canción (Giselle) y otras que al parecer eran muy malas, porque no trascendieron, de aquellos tiempos solo sobrevivió esa canción. La he intentado borrar muchas veces del repertorio pero a la gente le agrada y además me ha dado muchas alegrÃas, le tengo mucho cariño.
Estudiar IngenierÃa fue una mala decisión, es algo de lo que me arrepiento, era muy joven, a veces repetimos patrones de comportamiento sin ser conscientes de lo que somos en esencia. Del ajedrez queda mucho en mÃ, la disciplina, la certeza de que las habilidades se adquieren con estudio y entrega. Del Ingeniero queda la lección de estar atento a no perder el camino, algo que, peligrosamente, puede suceder en cualquier momento.
¿Cuáles son tus referentes musicales, literarios y artÃsticos en general?
Me es dificil hablar de mis referentes, tengo muchos. Hay muchos músicos que me han marcado pero creo que hay algunos que han llegado a calar profundo en mi espiritualidad, te hablaré de algunos de ellos. Silvio RodrÃguez llegó en mi niñez, por mi madre, cuando descubrà la guitarra, esta me llevó a la obra de Silvio de inmediato. Despúes, cuando empecé a estudiar con profundidad descubrà la obra de Leo Brouwer. Él fue la introducción a esa parte de la música que es casi crÃptica para quien no viene de una educacón musical formal, donde el universo tonal desaparece y son otras los medios expresivos para comunicar. Recuerdo que iba de Matanzas a La Habana solo para los conciertos y las clases magistrales de aquellos festivales que organizaba Leo, a veces no tenÃa claro dónde pasarÃa la noche, pero lo que sà estaba claro era que tenÃa que escuchar esas músicas, me seducÃan.
Otro músico que me ha marcado profundamente es Egberto Gismonti. Gismonti tiene como base de su obra el folclor brasileño, juega con las diferentes formas de su folclor y utiliza elementos provenientes de muchas músicas.
Me gusta mucho Jacob Collier, Marta Valdés, Nick Drake, Damien Rice, Badi Assad, Bartock, Pedro Luis Ferrer y muchos más. En la literatura siento una atracción fuerte por la obra de Digdora Alonso, poeta de mi ciudad, una mujer callada, tranquila. En su obra encuentro la profunda belleza de lo breve, de lo pequeño, de lo inadvertido.
En otras ocasiones has dicho que no sabes qué es lo que te inspira a escribir canciones, en tal caso, sucede que tus perÃodos creativos son fluctuantes y a veces puedes demorar más de un año en terminar una canción. ¿Qué es lo que más disfrutas dentro de ese proceso creativo? ¿Tienes algún ritual que facilite el acto de concebir tu arte?
Realmente no tengo ninguna rutina para componer. Sà tengo la disciplina de sentarme a trabajar, pero cada encuentro con la guitarra y el papel en blanco es un inicio, un bautismo. Sé que a otros les funciona la rutina para la creación, en mi caso no es asÃ. Precisamente el hecho de variar la manera en que estudio genera ciertas sorpresas que a veces se convierten en canciones.
Me gusta torcer las cosas, abrirlas, tentar el azar, hallar el patrón en lo amorfo, todo esto con absoluto sentido lúdico, que es lo que me permite disfrutarlo a sobremanera. Yo decidà vivir en torno a la música porque me divertà muchÃsimo con la guitarra en mis manos, eso es lo que persigo siempre, quiero que sea asà hasta el final, hasta el último acorde.
En 2019 obtuviste el Primer Premio en el XVIII Festival Internacional de la Canción de Autor Abril para vivir, en Granada. Háblame de la canción galardonada y de esta experiencia.
En realidad fueron dos canciones las premiadas. El festival consistÃa en enviar dos canciones y luego, si eras seleccionado para la final, defender las dos canciones ante un jurado integrado por músicos y poetas, asà no solo es premiada la composición, también lo es la interpretación.
Las canciones premiadas fueron “Frente al Espejo†y “Giselleâ€, la última canción que habÃa escrito hasta ese momento y la primera, respectivamente. Ambas canciones son bastante exigentes en la guitarra, en el caso de “Frente al Espejoâ€, tiene pasajes en la voz que también tienen cierta complejidad. La primera es una canción que describe la sensación de tristeza, de depresión profunda, y la segunda es una canción de amor hacia una mujer.
Sé que los premios son solo reconocimientos de acuerdo con las sujetividades de los jurados, pero de algún modo nos hace sentir dichosos, nos legitiman en ciertos ámbitos. Ese concurso me permitió entrar en cierto circuito de la canción de autor en España, conocer a otros cantautores con canciones impresionantes, hacernos amigos. Fue una experiencia maravillosa.
Actualmente cuentas con dos proyectos discográficos: Resiste mi vida y En los brazos del mundo, a la espera del apadrinamiento de algún sello discográfico. Háblanos un poco de ambos proyectos.
Resiste mi vida fue un primer intento de disco. Yo andaba trabajando en la Dirección Provincial de Planificación FÃsica por aquellos tiempos, terminando el servicio social y tenÃa algunas horas ociosas de escritorio. Aproveché y escribà todos los arreglos de ese disco, me sirvió de mucho porque en el proceso tuve que estudiar bastante, además, tenÃa la intención de presentarme a las pruebas del ISA por composición (hecho que no pude concretar por no tener tÃtulo de nivel elemental ni nivel medio), por lo que estaba trabajando realmente duro en el piano y la armonÃa. Al final el disco no se grabó con las condiciones óptimas de sonido y su factura estuvo bastante lejos de los estándares discográficos. También hubo muchas dificultades en cuestiones de producción, lo que al final terminó manchando un proceso que, por definición, tiene que ser esencialmente de gozo.
El segundo disco, En los brazos del mundo, fue una alegrÃa de principio a fin, con algunos momentos tensos en el proceso, claro, pero eso es normal. En general fue muy gratificante el trabajo de mesa y las sesiones de estudio, lo disfrutamos muchÃsimo todos los implicados. Repetà la misma experiencia de escribir los arreglos y esta vez no me preocupé por convocar a super músicos, llamé a mis amigos, a los que sabÃa que se iban a involucrar emocionalmente en el proyecto. Eso es fundamental, porque el resultado del estudio es el trabajo de todos, lo que suena en ese recinto no es propiedad de nadie, es el conjunto y las energÃas de varias personas, si esas personas lo disfrutan, es muy probable que nazca la belleza. Ahà conté con la participación de un ser extraordinario, Noslen Porrúa, una persona a la que le debo muchÃsimo, tanto como el hecho de no haber abandonado la música en un momento crucial de mi vida.
¿Cómo armas el cuerpo de tus discos? ¿Es una recopilación de canciones aleatorias, o todas entre sà cuentan fragmentos de una misma historia?
Trato de que exista una conexión delgada entre los temas, implÃcita. No solo desde lo letrÃstico, también desde el discurso musical. Me gusta que el disco suene sobrio, que no se convierta en un taller de experimentación. Pero no me puedo resistir a la idea de probar algunas bondades que te permite el estudio. No creo que el disco sea una recopliación de canciones lo más fiel posible a la propuesta en vivo, pero tampoco abogo por el exceso desde el punto de vista orquestal. Siento que debe existir un término medio. En el disco En los brazos del mundo hay arreglos para trÃos de cuerda, y percusión, piano solo. Es muy probable que yo no cuente con estos instrumentos en la mayorÃa de mis presentaciones en vivo, pero tanto en el disco como en vivo la guitarra es eje central de la propuesta, por lo que no creo que exista contradicción.
Has vivido la mayor parte de tu vida en Matanzas, tu ciudad natal y lugar donde resides actualmente, un contexto de una vasta riqueza en las diversas manifestaciones artÃsticas. ¿En qué medida crees que la condición de ser matancero ha influido en tu obra?
Matanzas es mi lugar. Es a donde pertezco. Creo que existe una conexión, una raÃz misteriosa que nos conecta a la tierra que uno identifica como suya. Entre esos rasgos comunes que tenemos Matanzas y yo se encuentran la introspección, ese universo puertas adentro. Imáginate, todos mis comienzos están en sus calles, en su bahÃa. Puedo vivir en cualquier otro lugar, pero no voy a sentir ese lazo de serenidad que siento cuando estoy en Matanzas, ese “estar a salvoâ€.
Has estado de gira en España y Argentina, ¿cómo sientes que fue la acogida de tu música en esas latitudes? ¿Estos intercambios culturales que le aportaron a tu obra?
Argentina fue el primer paÃs que visité, he estado dos veces. Es un paÃs maravilloso, existe una cultura de amor profundo por la canción de autor, por el folclor. ImagÃnate, es un paÃs con una enorme extensión territorial, su riqueza cultural es increÃble. Y sucede algo extraordinario, además de tener ese vasto patrimonio musical autóctono han hecho suyo el rock como ningún otro paÃs de Latinoamérica. Fueron pioneros en abordar el rock and roll desde una identidad propia, ahà tenemos a Charly GarcÃa, el flaco Spinetta, Fito Páez, León Gieco, Pedro Aznar, Soda Estéreo, y muchÃsimos artistas increÃbles.
Mi primer viaje fue una aventura personal, recuerdo que coordiné un par de conciertos y me lancé con la esperanza de encontrar otras oportunidades una vez que estuviera allá, estaba completamente solo. En esa oportunidad conocà de primera mano la dinámica de los cantautores de allá, lo difÃcil que es para los jóvenes, los peligros tentadores que existen, los desastres del sistema económico, polÃtico y social, las bondades. Fue aleccionador.
La segunda vez fue maravilloso. Fui con Noslen Porrúa en una gira coordinada por el Centro Pablo de la Torriente Brau. Tuvimos más de 30 conciertos. Cantamos con Liliana Herrero, compartimos escenario con Peteco Carabajal, Teresa Parodi, algo de ensueño.
En el caso de España fue todo a raÃz del concurso. Eso me regaló experiencias tremendas, por ejemplo, cantar en el mÃtico café madrileño Libertad 8, sentir la energÃa de ese lugar. Recuerdo que de más jóven miraba videos de Pedro Guerra cantando ahà y pensaba que ojalá un dÃa yo pudiera dar un concierto en ese sitio. Bueno, pasó.
Lo más interesante de la experiencia de viajar a otros paÃses es lo que uno aprende sobre otras realidades, asà como la percepción que existe de Cuba en otras latitudes. Es sumamente interesante y aleccionador.
Háblame de Atemporal TrÃo.
Atemporal trÃo está integrado por el cantautor Noslen Porrúa, la cantante Jessica Zequeira y yo. Conformamos un repertorio con canciones mÃas y de Noslen. Hacemos trabajo a tres voces y dos guitarras, fundamentalmente. Nosotros tres tenemos una relación muy cercana, Noslen y Jessica son esa familia que uno escoge. Nos conocemos desde hace varios años y prácticamente no podemos estar un dÃa sin hablarnos. También debo decir que esto no es algo muy común dentro de la canción de autor cubana, salvo el colectivo de La Trovuntivitis en Santa Clara, no ha existido un espÃritu fuerte de unión entre cantautores cubanos, al menos en tiempos recientes. Es muy frecuente que los egos aislen a los artistas. Yo he sido vÃctima de mi propio ego. Pero asumo Atemporal TrÃo como una manera de contener a ese peligroso animal que debe mantanerse lejos de nuestra vida, tanto en lo personal como en lo artÃstico.
A finales de 2019 obtuviste el Primer Premio en el certamen Una Canción para Teresita, que convoca el Centro Pablo de la Torriente Brau. Háblanos de esta sorpresa.
Concursé con una canción titulada Nostalgia cuya temática central es la mirada que puede tener un adulto hacia su niñez. De las canciones que he escrito, es una de las que más quiero. En su estructura es arriesgada, tiene una sección instrumental bastante dilatada al final y transita por caminos armónicos poco comunes, realmente me sorprendió que el jurado tomara en cuenta una canción como esta para el primer premio.
Un valor agregado del concurso fue participar en el concierto final. Sentà una energÃa hermosÃsima en el tan querido Patio de las Yagrumas del Centro Pablo de la Torriente Brau. El lugar estaba lleno de público y al final todos terminamos con una canción de Teresita, los niños presentes se sumaron al escenario y todo el público cantó. Fue un tributo verdaderamente amoroso.
Recientemente grabaste tu primer video clip “En los brazos del mundo†¿Qué importancia le confieres al audiovisual dentro de la promoción de la obra de un cantautor? ¿Te sientes conforme con el resultado final?Â
El mundo de hoy es esencialmente para mirar. Gran parte del contenido que se genera va orientado primero hacia lo visual. No creo que que sea algo negativo, simplemente es asà y eso nos obliga a dominar ciertos códigos y herramientas. En mi caso asumo el video clip como un medio expresivo más, no creo que sea una simple herramienta de promosión para el músico.
Me gusta que la visualidad de mi obra tenga mucho de arte, y utilice criterios estéticos creativos. Para este clip le di la libertad al director, Leomar González, de construir una visualidad a partir de su propia interpretación de la canción, muchas cosas cambiaron a partir de la primera propuesta de él, pero al final ambos estuvimos conforme con el resultado.
Fuiste semifinalista del concurso International Songwriting Competition, con la canción No se hablará. Háblame de esta experiencia. ¿Qué importancia le confieres a los concursos y festivales dentro de la carrera de un joven cantautor?
La participación en concursos es algo que he ido descubriendo sobre la marcha. Creo que es una manera de dar a conocer mi trabajo y que llegue a otro de público. También es una manera de incertarse en ciertos ámbitos que son vedados para artistas noveles que no gozan de un cÃrculo de amistades influyentes. Ayudan a que la gente se fije más en la obra, aunque resulta un poco incómodo cuando solo te conocen por el premio, pues es un hecho que el arte muchas veces está contaminado por una jerarquización absurda.
¿Cuál crees que sea la misión del cantautor en estos tiempos?
No me creo una voz autorizada para hablar por todos los cantautores, mucho menos en términos de misión o cuaquier tipo de compromiso estético. Sà puedo hablar de mi próposito. Yo necesito ser sincero, ser real, urgar siempre hasta la última fibra de mi esencia y estar atento a todo lo que sucede fuera, para luego devolver un testimonio, un soplo de amor que vaya directo a la sensibilidad de quien me escucha. Si en algún momento he logrado conmover, entonces en ese instante se ha cumplido mi propósito en este mundo.
¿Dentro del contexto musical, qué experiencias te gustarÃa vivir, algún sueño por cumplir?
La próxima canción. Siempre. Ese es el sueño más grande. Tengo otros “pequeños sueños que también ayudan a vivirâ€, pero la próxima canción siempre será mi siguiente proyecto a corto o largo plazo.
¿Qué rasgos crees que identifican a Carlo Fidel?
Siempre me resulta difÃcil hablar de mÃ. Creo que lo que más me distingue es la inagotable búsqueda de la belleza. Eso, la belleza real, la que obliga a crecer, la que duele.
Daniel Cundari: una vida entre poesÃa y teatro
La poesÃa, en medio de todas las coincidencias, es siempre un terreno fértil al descubrimiento. Los eventos culturales gestan intercambios y diálogos necesarios. Asà nos conocimos, en la pasada Feria Internacional del Libro de La Habana, entre el ajetreo de las lecturas y conferencias. Lo primero que atrapó mi atención fueron aquellas palabras en calabrés, arrojadas al viento con la misma intensidad que un hombre lanza su último suspiro, con la pasión de quien rebusca en su interior hasta sacar la verdad, algo que solo sucede cuando el artista logra fundirse en cuerpo y alma con su obra. La palabra en él es una suerte de escudo, impulso, energÃa, yo dirÃa que es su oxÃgeno.
Daniel Cundari (Rogliano, 1983) es poeta, narrador, traductor, intérprete y performer multilingüe. Ha viajado y actuado en varios paÃses del mundo. Inventor del repentismo cutise, es el ganador más joven en la historia de los premios Lerici Pea, Pericle d’Oro y Genil de Literatura, este último normalmente otorgado a escritores españoles e hispanoamericanos. Ha vivido en China y México. Ahora reside en Barcelona. Entre otros tÃtulos, ha publicado Il dolore dell´acqua, GeografÃa feroz, Nell´incendio e oltre, Poesie contro me stesso, Istruzioni per distruggere il vento, e Il silenzio dopo l´amore.
Un poeta transmite la palabra, su cultura, sus ideas, pero no siempre se entrega en el acto. Con una vida dedicada a la palabra y un montón de sueños apretados en el corazón, este muchacho observa el mundo, desde sus lentes oscuros, desde el silencio, como quien se observa a sà mismo y, mientras, sonrÃe.
En un mundo globalizado en el que pareciese que las identidades locales comienzan a desaparecer, defender su cultura y lengua originaria deberÃa más que un deber, ser una necesidad para todo escritor. ¿Qué rasgos arman la esencia del repentismo cutise?
Para mà el idioma es un instrumento. PodrÃa ser un violÃn, un contrabajo, un sax. Yo escribo en dialecto como un inglés, un japonés o un nigeriano hacen en sus propios idiomas. No hay diferencia. Mi obra se edifica con tres instrumentos. Alejandro Pedregosa, presentando GeografÃa feroz en 2011, dijo que mi poesÃa es tridimensional. El dialecto (en mi caso es el calabrés, pero en Italia tenemos cientos de variedades y hablas) es la lengua de los abuelos: me amparaba siempre en sus casas cuando mi madre me regañaba durante la infancia. El italiano es la lengua de los padres: asignada por el Estado, pedagógica, dirÃa institucional. El español es la lengua de los hijos (aloglota): la aprendà viajando y experimentando, me enamoré de ella, es mi novia eterna. Debo añadir que en Calabria coexisten muchos lenguajes. Entre estos destacan el griego antiguo del enclave de Roghudi, el arbereshe preotomano de la minorÃa albanesa y el occitano de los valdenses. Es un volcán de culturas, un cruce de etnias. Bendigo haber nacido en una tierra ancestral, la más salvaje de Europa, con dos mares mitológicos, tres parques naturales, una hora entre el nadar y el esquiar. La tierra de Gioacchino da Fiore, Bernardino Telesio y Tommaso Campanella, tres figuras claves del pensamiento universal.
Al volver de Granada, en donde me situé para estudiar como autodidacta el arte flamenco, decidà aportar mi energÃa y mis conocimientos al cante improvisado de los pastores y pescadores de Calabria. Fundé el Repentismo Cutise. He dado la vuelta al mundo gracias a él: Serbia, Francia, China, Mónaco, México, Eslovaquia, Alemania y, por último, Cuba, que, con su tradición repentista sobre la décima espinela, para mà representa el culmen, el punto más alto.
El repentismo cutise es una ciencia/espectáculo suscitada por las raÃces del poeta/performer en la que cuerpo y alma se mezclan en un cante jondo y espontáneo. Más vale verlo y escucharlo que contarlo. Cuti es el barrio del pequeño pueblo en que nacÃ, Rogliano, en la provincia de Cosenza.
Por lo general, improviso en la estructura del endecasÃlabo o la octava sobre una temática amorosa o existencial. El movimiento entre la palabra y el gesto produce una danza telúrica, llena de energÃa. Fundé el repentismo cutise en 2012, pero empecé a masticar las técnicas teatrales espontáneas ya desde niño. Hasta la fecha he tenido la oportunidad de enseñarlo en distintas universidades y centros educativos.
Tras haber estudiado en Siena, una parte importante de tu formación artÃstica tuvo lugar en Roma, en España, especialmente en Granada y AndalucÃa, en China y México. En estos momentos resides en Barcelona. ¿Cuánto ha aportado el idioma español a la forma de apreciar y construir tu literatura?
Es un idioma que me permite dialogar con artistas procedentes de todos los continentes. México, por ejemplo, ha influido mucho en mi formación y búsqueda de un lenguaje propio. Un poeta, un artista sin voz no tiene sentido. Mi arte se alimenta mucho de otras culturas como la maya, también de la música, el arte figurativo y literatura de otros paÃses.
Tu poesÃa se articula en gran medida a partir de la mixtura artÃstica de los lugares en los que has vivido y las culturas que han tocado tu sensibilidad. Actualmente, cuáles podrÃas decir que han sido los principales referentes en tu creación.
Mis referentes se llaman faros: Antonin Artaud, Elias Canetti, Carmelo Bene, Yukio Mishima, Catulo, Tirteo, Dante, Baudelaire. Admiro mucho a David Lynch y Jan Fabre, de los contemporáneos. Toda mi poesÃa se refleja en el teatro. He sido y soy un lector omnÃvoro.
Háblame de GeografÃa feroz.
GeografÃa feroz fue publicado en el ámbito del Premio Genil de Literatura de Granada, que normalmente otorgan a un poeta español o latinoamericano. Mi nombre fue una sorpresa. Era el 2011. Llevaba ya varios años en la ciudad de Lorca y de Falla. El sello Genil es una colección prestigiosa, universitaria. El libro, en particular, es un viaje alrededor de mi poética y del mito, con un aparato de “alucinaciones†sobre autores como Dino Campana, Niccolò Paganini, Julio Cortázar y António Lobo Antunes. Este último, el rey de la prosa lusitana junto a Saramago y Pessoa, lo he conocido en Barcelona el pasado mes de noviembre. Fue un encuentro fulgurante porque me conectó con el recuerdo de uno de mis maestros, Antonio Tabucchi.
Además de escribir en dialecto calabrés, en italiano y español, dominas otras lenguas, lo cual te ha permitido traducir y readaptar un conjunto de obras de autores como Roberto Bolaño, Aresti, Celan, Mandelstam, Casariego, Alberti, Kavafis, Trakl, entre otros. Desde tu experiencia, cuáles son los principales retos a los que se enfrenta un traductor en la actualidad.
¿El traductor es un traidor? ¿Traducir es traicionar? No creo. La traducción es un reto como bien dices: hace falta presunción y humildad. PodrÃamos añadir que es una forma de escritura. El traductor es un barquero irreverente, una especie de Ulises, un Caronte que transporta al lector a la otra orilla de la vida.
Istruzioni per distruggere il vento, publicado en 2013, es tu primer libro de narrativa, del cual se ha dicho tiene una marcada huella autobiográfica. ¿Cuánto hay de verdad en ello? ¿Qué puede encontrar el lector en estas páginas?
Más que un libro es un codazo o el cañón de un revólver en la sien con el gatillo apretado, como afirmó Gioacchino Criaco, que en la misma colección, “Velvetâ€, editó sus afortunadas novelas negras, junto al “Boxeador polaco†de Eduardo Halfón. El lector encuentra un puzzle, un rompecabezas absurdo en una tierra imaginaria del sur. Es mi homenaje a la memoria y al Alzheimer, esta enfermedad mezquina que lo destruye todo. Siendo un libro muy peculiar en cuanto a estructura y elementos narrativos, su huella se notará en varios años.
Nell´incendio e oltre es uno de tus libros más intensos, en el cual pudiésemos comprender mejor la expresión del repentismo cutise. Háblanos un poco sobre la estructura y esencia de esta obra.
Fue el primer libro de poesÃa en Italia con QR code. El lector tiene la posibilidad de escuchar el poema y el repentismo con la melodÃa del músico Sasà Calabrese. Está dedicado a un amigo que falleció por Esclerosis Lateral Amiotrófica. Nació como un volumen epistolar entre los dos. Cuando ya empezó a comunicarse solo con los ojos, cerré este trabajo que me concedió uno de los premios literarios más importante del paÃs, el Lerici Pea como mejor poeta. La obra es un buceo dentro del territorio de la enfermedad y de la esperanza.
Il silenzio dopo l’amore es tu último libro, publicado en 2019 bajo el sello FerrariEditore, escrito en italiano. La obra es una metáfora de la mente humana, un diálogo interior que afronta las contradicciones de sà misma. ¿Cuáles impulsos y confesiones se esconden en ese silencio?
Antinovela o contranovela, Il silenzio dopo l’amore es una obra en prosa que se desarrolla a lo largo de una noche interminable. Está compuesta de una sola frase de cien páginas. Se trata de un proyecto a largo plazo que llevaré a teatro bajo la producción Lyriks de Nino Cannatà . Un primer estudio lo realicé el pasado verano acompañado por un contrabajo y un alquimista que incursionó con una evocación del fuego.
La vida un artista está siempre en constante transformación y movimiento, y parte de ese movimiento te ha permitido atravesar el lÃmite de la palabra escrita, asumirla desde la mirada teatral y performática. ¿Qué significa para ti la poesÃa, lo poético, en el sentido más amplio de la creación?
La poesÃa es mi vida. Intento siempre proyectar el sentimiento poético en mi existencia diaria. Durante esa época de cambios he viajado mucho y trabajé en muchos sitios, como watchmaker en Shanghai, bartender en México, sommelier y gourmet en Barcelona. Además, abrà dos locales. Sin embargo, el teatro poético es mi presente y será mi inminente futuro.
Has colaborado con diversos artistas a lo largo de tu carrera, ¿eres de los que crees el oficio del escritor es uno de los más solitarios del mundo o consideras que la palabra, y en especial la poesÃa, contribuyen a crear lazos y hace que resurjan inevitablemente los rasgos más humanos?
El arte es contaminación. La soledad está en el proceso creativo, pero la palabra hay que compartirla con el mundo entero y, si es posible, intentar cambiarlo juntos.
Recientemente estuviste por primera vez en Cuba, para participar en la Feria Internacional del Libro de La Habana y en el X Encuentro de Jóvenes Escritores de Iberoamérica y el Caribe (EJEIC), que tuvo lugar en el mes de febrero. Coméntanos sobre esta experiencia.
Cuba y su pueblo me encantaron. La música, la cultura, el duende de las personas. En la Feria, además, hice amistad con artistas procedentes de otras esquinas del mundo, de TurquÃa, Francia, México, Chile, Colombia, Argentina y los estupendos artistas cubanos. Tuve la oportunidad de conocer un poco sobre la décima improvisada y visitar sitios emblemáticos como Casa de las Américas, la Universidad de La Habana o el Centro Dulce MarÃa Loynaz. También estuve presentando mi último libro. Fue una experiencia artÃstica maravillosa.
Me atreverÃa a decir que más que un dialecto, una cultura, una vivencia, un sueño… tu idioma es el de la poesÃa, la poesÃa come l´unico partito che rimane. A tu juicio qué cuestiones deberÃan ocupar la labor de los poetas en este mundo.
PoesÃa es enigma, luz y oscuridad, vacÃo. PolÃtica y sangre. Vida y muerte animan la escritura y la existencia del ser humano.
“Campesino de la pluma. Escribo para arar mi corazón. No hago otra cosa que salvar algunos brotes de una tierra infestada por plagas. La verdad es que el campesino es siempre un bandolero, un poetaâ€, dijiste en cierta ocasión. Hoy, qué rasgos crees que definan a Daniel Cundari.
Cada uno de nosotros posee y protege su geografÃa feroz hecha por lejanÃas, ausencias, oportunidades perdidas, pero existe también una poesÃa de la alegrÃa y del porvenir. Por esto, dije que un idioma, una lengua, es un instrumento y nada más. Yo puedo escribir en dialecto calabrés o en swahili: lo que importa es el mensaje que transmito. Te digo más, yo casi siempre me esfuerzo para “olvidar la Calabria†mientras que utilizo el instrumento del dialecto.
El teatro resurge siempre en tus impulsos creativos. El teatro es la poesÃa que se levanta del libro y se hace humana, como dijese Federico GarcÃa Lorca. El escritor se desnuda siempre sobre el papel, el actor se viste siempre con sus instintos, el que improvisa se desnuda y se viste al mismo tiempo. ¿Qué rumbos te planteas seguir con el teatro en el futuro?
Sueño con un teatro nuevo. Un teatro de locuras, inteligencia y ternura. Mi idea es sencilla, pero muy intensa y honda. Requiere mucho sacrificio y un estudio escénico/corporal penetrante. Hasta hoy he interpretado sobre todo textos de otros autores. Ya es tiempo de cambios.
La música como crecimiento espiritual
Nos conocimos hace mucho tiempo y, desde entonces, la música resonaba en su cabeza y en todo su cuerpo como una necesaria forma de apreciar el mundo, de dibujar las realidades circundantes y hasta de filosofar. El sonido era esa parte que, aunque él no sospechase, hacÃa que sus pulmones se llenaran de oxÃgeno y su mente alcanzase otra dimensión. Con una vida dedicada a la música, para Marcos Prawl (La Habana, 1984) la creación, más que un modo de expresión, constituye un camino hacia el crecimiento espiritual humano.
Licenciado en Música en la especialidad de Guitarra Clásica, por el Instituto Superior de Arte (ISA), actualmente es profesor de la Academia de EtnografÃa en la Asociación Canaria de Cuba y director de Rondalla TÃpica Cubana, alternando sus facetas de compositor e instrumentista, con la docencia y la investigación. Próximo a terminar su maestrÃa, este joven nos habla sobre las diversas aristas de la música, esa que, para él, pareciese ser más de un estilo de vida, un modo de aferrarse a la sensibilidad del ser humano.
La música vino a ti desde la infancia y llegó a volverse indispensable ¿alguna herencia familiar o simplemente un impulso? ¿Cómo fueron tus inicios?
En mi casa habÃa una guitarra que mi padre dejó antes de marcharse, porque él fue guitarrero de afición, mi hermano y yo la descubrimos a los seis años. Cuando observo mi infancia no puedo evitar sentir nostalgia por las noches de descargas musicales, en los bancos de mi edificio en Alamar, cada vez que se iba la luz.
Eran los comienzos del perÃodo especial, ahà fue donde comenzó mi relación con la música, gracias al guitarrista Julio, un joven músico empÃrico del barrio que me colocó la mano en el instrumento. Luego recibà clases en la casa de cultura de mi localidad con una profesora llamada Nilda. No obstante, tuve que esperar hasta los 18 años para empezar a estudiar en el conservatorio Guillermo Tomás.
¿Qué figuras, experiencias y obras han marcado tu formación musical?
He tenido muchos profesores a los que no podré dejar de agradecerles toda la vida. De mi barrio, de varias academias en La Habana, de otras provincias, otros paÃses, no han sido pocos. Creo que por eso he aprendido a valorar y disfrutar muchos tipos de música de distintas partes del mundo.
No puedo dejar de mencionar a mis profesores cubanos Felicia y César HecheverrÃa, este más conocido como “el lento del Tresâ€, Esteban Campuzano, Mario Güemer Lay, Acela Padrón, Eduardo MartÃn y MartÃn Pedreira; de instrumentos de plectro a EfraÃn Amador y Erdwin Bichot; de canto Amalia Arriaza, Sahily Castillo Suárez y Carmen Collado; de orquestación y composición, Enrique Guerrero, Alfredo Diez Nieto, Luis Ernesto Peña, Rafael Guzmán, Juan Piñera, Roberto Valera y Alemán entre otros.
Entre los métodos que han sido más significativos en mi formación musical se encuentran el de guitarra Isaac Nicola, la escuela clásica española de Gaspar Zans, Dionisio Aguado, Fernando Sor y Francisco Tárrega; la guitarra en la música cubana de Alexis Baxter, todos los métodos de Ignacio DÃaz González, The Jazz Piano Book por Mark Levine, el curso de Romeu por correspondencia, algunos de orquestación de Walter Piston y Aaron Copland, de forma musical y composición de Arnold Schönberg y los libros de armonÃa y análisis de la profesora Iliana Zaida GarcÃa.
Obras musicales son muchas, pero los estilos europeos (renacimiento, barroco, clásico, romántico y otros del siglo XX), que son la columna vertebral de la academia musical en el mundo entero, han conformado de una forma poderosa mi estética y apreciación musical, aunque no sea esta la única influencia. Por otro lado, admiro la llamada música folclórica y tradicional que sigue siendo un campo lleno de riquezas por descubrir, pues esa música no se aprende en la escuela.
¿Qué géneros y temáticas abordas en tus composiciones musicales?
No puedo desligarme de mi formación académica, aprendà a componer música de cámara antes que nada, pero después de terminar el ISA me empecé a interesar por la música popular. Me pasó lo que a muchos colegas, que salimos de nuestra amada burbuja y el mundo empieza a mostrarnos otra realidad, y es entonces cuando entendemos que para comunicarnos con el pueblo, como seres sociales que somos, tenemos que hacer una música más potable, menos conceptual.  Â
Cuando hago alguna canción no puedo evitar la temática social, tengo un compromiso con la historia de la música nuestra, donde cada movimiento, tendencia estilÃstica y creador ha representado de una forma u otra, una época histórica.
Creo en la importancia que tiene conocer el camino recorrido para poder continuar el legado y hacerlo, si se puede, más universal, porque patria es humanidad… pero partiendo de nuestra raÃz, eso no puede desprenderse nunca.
Estoy en una etapa de mi vida donde siento fuerte admiración por los géneros más tradicionales de la música cubana, incluso esos géneros que se dicen que ya no son populares, pero que, en su mayorÃa, contienen una riqueza estética que bien vale traerlos al contexto actual. Es una tarea difÃcil pero apasionante para mÃ.
Eres graduado del Instituto Superior de Arte, con Licenciatura en Música por la especialidad de Guitarra Clásica. ¿Cómo es el proceso de formación en las escuelas de música en Cuba?
El proceso es extenso, de mucha dedicación y necesario. La guitarra se convierte para el estudiante en una filosofÃa de vida. Hay tres niveles fundamentales de largos perÃodos de tiempo: elemental, medio y superior, que están muy bien dosificados a lo largo de doce años o más. Â
Los estudiantes hemos llegado a estar casi ocho horas diarias durante años en una Ãntima relación con el instrumento para alcanzar el mayor nivel técnico de interpretación posible porque el fin es ser un guitarrista concertante y poder interpretar todos los estilos históricos hasta la más contemporánea y virtuosa de las obras. A pesar de esto, desde mi punto de vista por supuesto, sigue faltando la música cubana tradicional. Aunque se están implementando algunos talleres está muy lejos de tener la fuerza necesaria.
HabrÃa que cambiar mucho y nuestras estructuras son aún bastante rÃgidas, seguimos compitiendo contra el mundo académico eurocentrista, sus paradigmas, y a veces perdemos el rumbo, un rumbo que en ocasiones pareciera que lo hemos encontrado pero la brújula no se direcciona del todo. Es necesario enseñarles a las nuevas generaciones las raÃces de nuestra tradición musical para entre todos poder desarrollarlas también desde las escuelas de arte.
Entre las facetas de la composición y la interpretación has escogido también el camino de la enseñanza como una de esas tantas vÃas a las que recurres para crear, más allá de letras y acordes, sembrar la pasión y la sensibilidad por la música en los jóvenes. Ya han pasado 15 años desde que comenzaste a ejercer como profesor de música en la Academia de EtnografÃa de la Asociación Canaria de Cuba, en la que han encontrado una formación inicial muchos jóvenes que luego han ingresado a las escuelas de música y otros, que no siguen profesionalmente en la música, pero han aprendido a apreciar la guitarra de concierto. ¿Cómo ha sido la experiencia de instruir a jóvenes de diversos contextos y edades en el arte de la guitarra clásica?
Dar clases ha sido la experiencia que más me ha marcado en mi carrera. He ido formándome como profesor sobre la marcha y le estoy eternamente agradecidos a la vida y a la Sociedad Canaria, al señor Carmelo González Acosta, al poeta Rafael Orta Amaro y a la investigadora Olivia América Cano Castro, fundadores de la Academia, por confiar en mà durante tantos años.
Tengo la suerte de haber recibido clases de guitarra de grandes maestros durante mi formación, pero el que más influyó en esta vocación es indiscutiblemente el maestro Esteban Campuzano, a él le debo más que mi licenciatura. Por supuesto, me esmero por superarme cada dÃa, porque en el magisterio, cuando crees que todo está dicho aparece un nuevo reto y más cuando los estudiantes no vienen de formaciones académicas o de preselecciones, como es el caso de nuestra academia en la Sociedad Canaria. Â
Sueño con hacer un doctorado en pedagogÃa, o algo asÃ, pero falta para eso aún. Estoy convencido de que la superación metodológica es un obligatorio camino para mejorar cada vez más el procedimiento que empleo en mis clases. Ser profesor me ha enseñado a comprometerme con cada alumno en su aprendizaje al precio que sea necesario, porque es lo que da sentido a la actividad docente, que es compleja y requiere mucha dedicación.
Poco después de comenzar a impartir talleres de música te convertiste en director de Rondalla TÃpica Cubana. ¿Qué peculiaridades tiene este formato musical y cuáles son sus influencias?
La rondalla (además se le conoce como estudiantina, tuna o parranda) es un formato instrumental que también puede ser vocal y hasta con cuerpo de baile, pero los orÃgenes más directos que nos llegan a los cubanos es la influencia hispana que usaban instrumentos de plectro, arco y rasgueo preferiblemente.
La Rondalla TÃpica Cubana es un proyecto que surge en el 2004 en la Sociedad Canaria de Cuba Leonor Pérez Cabrera y está integrada por estudiantes de la Academia de EtnografÃa, asà como egresados de las escuelas de música del paÃs. Esta tradición musical, aprendida principalmente por transmisión oral en la comunidad de descendientes de canarios de gran parte del paÃs, se desarrolla gracias al intercambio cultural de rondallas como: Danza Isleña de Pozas en Cabaiguán, Canarios de Pinar del RÃo, Rumores del Teide en Villa Clara, Los magos de Chambas en Ciego de Ãvila, Rondalla Timanfaya, Rondalla Islas Canarias, Coral Hespérides, Danza Tamarco y Tamarán en La Habana.
También ha sido de gran importancia para el desarrollo cultural y profesional los hermanamientos que se han dado por casi 100 años entre canarios y cubanos, y entre sociedades de beneficencia de diferentes regiones de España y la Federación de Sociedades Españolas en Cuba, donde podemos resaltar los múltiples talleres y clases que han brindado en nuestra Sociedad Canaria prestigiosas agrupaciones de este tipo y músicos reconocidos como: Los Gofiones, Los Sabandeños, Los Cesteros, Parranda de Teror, Bentahod, Los Majuelos, Mestisay, Tsaxiraxis, Benito Cabrera, Josele del Pino, Domingo Corujo de Tejera, Pancho Amat, EfraÃn amador, Ricardo Gallén, entre otros.
Las letras que empleamos pertenecen al cancionero histórico-popular al igual que los géneros musicales y la organologÃa, donde utilizamos varias familias de instrumentos de cuerda pulsada como guitarra, requinto, timple, tres, cuatro, charango, familia de laúdes españoles y percusión menor cubana y canaria, como parte de este último grupo utilizamos también la huesera, la chácara, la pandereta, entre otros. Las técnicas instrumentales, vocales, corales y en ocasiones los empleos de danzas tÃpicas de Cuba y Canarias conforman todo un espectáculo músico-danzario que muestran al espectador un recorrido cultural por el folclor y las parrandas más arraigadas a la tradición campesina de estos paÃses.  Â
Esta práctica tuvo gran auge en la Cuba de finales del siglo XIX y principio del XX, principalmente en el marco las sociedades españolas, también en las zonas rurales. Por suerte en estos momentos está recuperándose esta hermosa tradición musical en varios puntos del paÃs gracias al impulso matriz que significó la agrupación Danza Isleña de Pozas en Cabaiguán, después del triunfo de la Revolución cubana.Â
Como parte de tu trabajo como director musical has tenido que adquirir la habilidad de dominar diversos instrumentos musicales, sobre todo de cuerdas. Entre todos estos podrÃa ser la guitarra aquel que permeó tu sensibilidad por encima de los otros. ¿A qué se debe esto?
La guitarra es la madre. Toda nuestra tradición de cuerda pulsada bebió de este instrumento, además, la enseñanza académica se ha enfocado históricamente en ella y su desarrollo por lógica ha sido mayor, sin embargo, existen muchos instrumentos de cuerda que tienen otros caminos y modos de expresión, por lo que todos son un mágico universo por descubrir, eso lo experimento cada dÃa que me tengo que enfrentar a alguno de estos. PodrÃa mencionar sobre todo al timple, el laúd, la bandurria y al tres.
Integraste por tres años el Coro Polifónico de La Habana, como tenor segundo, bajo la dirección de Carmen Collado. ¿Qué habilidades aportaron esos años a la percepción musical desde la mirada del cantante y compositor?
El tema de los coros es una incógnita profunda para mÃ. Cuando siento un coro cantar no puedo evitar el impacto emocional. Me atrapa la atención y hago catarsis tarde o temprano. Te confieso que siempre terminaba cautivado en los ensayos diarios, que con Carmen eran bien densos porque esta admirable directora nos hacÃa creer que estábamos en Alemania y nos exigÃa como si fuéramos a cantar delante del mismÃsimo Bach.
 A pesar de la tensión y los fuertes ensayos terminé enamorado para siempre del trabajo coral, por lo que de alguna forma trato de usar coros en la música que compongo, donde empleo generalmente cuatro voces y el registro coral a la hora de distribuir los instrumentos musicales y mover las lÃneas melódicas.
No puedo separar de mi gusto personal las estéticas aprendidas, sin embargo, existen muchas formas de que un coro suene bien, aunque sea con otra impostación e intención vocal.
Como cantante me cuesta mucho desprenderme de esa delicadeza y en ocasiones tengo que batirme con mi color de voz para no parecer un cantante de coro cuando debo cantar música tradicional.
En más de una ocasión se han presentado en el espacio televisivo Palmas y Cañas, asà como en otros festivales y eventos relacionados con la música tradicional cubana, dado que la agrupación que diriges es una de las defensoras del punto cubano en nuestro paÃs. No obstante, dadas las circunstancias del propio conjunto musical su repertorio suele navegar entre las aguas de sonoridades cubanas y canarias. ¿Cómo lo desarrollan?
No hay dudas que la música campesina cubana fue un producto de la música tradicional canaria también, pero en Cuba encontró su propio camino y logró un desarrollo envidiable que se separó de sus raÃces hispanas y africanas tanto en el desarrollo de los instrumentistas como en los géneros musicales, el estilo de canto y las danzas.Â
En el caso de las rondallas de ascendencia canaria, estas se quedaron en nuestros campos y es por eso que tienen tantos puntos en común con la música campesina, como si fueran dos hijas de los mismos padres, que se criaron en contextos parecidos y en condiciones similares, pero logrando diferencias claras una de otra. Los instrumentos musicales de cuerda, el uso de la prosa y el verso rimado son los mismos para ambos universos estilÃsticos.
Es por eso que, si tocamos una folÃa, una malagueña o una isa, después podemos hacer una tonada, un son o una habanera, sin que esto traiga contradicciones discursivas en nuestras actuaciones.
Participaste en el Festival Internacional Tenderete con sentir canario, celebrado en 2018 en Venezuela. Coméntanos un poco sobre esto.
Vargas es una ciudad costera muy parecida a lo que pudiera ser una provincia cubana en el extranjero desde todos los puntos de vista, aunque con más recursos económicos. Me parecÃa una mezcla de Pinar del RÃo, La Habana, Sancti SpÃritus y Villa Clara… impresionante. ImagÃnate que tuvimos la oportunidad de compartir con jóvenes, adultos y niños de todo el paÃs que pertenecÃan a más de 20 agrupaciones folclóricas, que confluyeron en un evento de una semana que se parecÃa a los festivales de tradiciones que hacemos aquà en Cuba, pero con música venezolana y canaria.
En Venezuela hay muchas sociedades, y las sociedades canarias son clubes grandes y poderosos, muy superiores logÃsticamente que las cubanas pues la inmigración isleña a la tierra de BolÃvar durante el siglo XX fue numerosa y estos grupos sociales lograron un poderÃo económico vinculado entre otras cosas al negocio del petróleo.
A pesar de la compleja situación polÃtica y económica que habÃa en el paÃs cuando fuimos de visita, pasamos unos dÃas hermosos llenos de eventos culturales variados y la mayor hospitalidad que he experimentado en mi vida.
Has compartido escenarios con músicos y agrupaciones prestigiosas de Islas Canarias, España y Venezuela tales como los Gofiones, Mestisay, El Colorao, Los Cesteros, Tsaxiraxis, La Parranda de Valladolid, Benito Cabrera, Domingo Corujo de Tejera, asà como músicos y agrupaciones inglesas e irlandesas en los festivales de música celta celebrados en La Habana. También has participado en proyectos discográficos de otros artistas, entre ellos el álbum “Un restaurador de sueñosâ€, que rescató la discografÃa del cantautor cubano Antonio MachÃn, que obtuvo el premio Cubadisco 2009. ¿Cómo han sido estas experiencias?
Creo que por eso me identifico tanto con la música que hago y enseño a mis alumnos, porque he podido nutrirme de estos grandes del folclor internacional. Estos músicos de talla mundial funcionan como una hermandad y nos han visitado durante años con sus propios recursos impartiendo sus conocimientos y experiencias, asà como materiales didácticos e instrumental técnico para nuestro desarrollo. Hemos tenido la oportunidad de compartir escenario con ellos fuera y dentro de Cuba y estos hermanamientos han sido la base ideológica por la que nuestras agrupaciones de ascendencia hispana en Cuba han mantenido la labor de rescate y preservación de este legado patrimonial de forma gratuita y altruista a pesar de los pesares…
Con respecto a la obra discográfica “Un restaurador de sueñosâ€, producida e interpretada por el canario VÃctor RodrÃguez, me siento muy dichoso de haber tenido esta experiencia de vida que me permitió participar en un trabajo discográfico profesional de gran magnitud.
Este álbum que se grabó en los estudios Abdala durante más de dos meses ininterrumpidos y tuve la oportunidad de que sus productores me incluyeran en dos canciones donde toqué la bandurria, el laúd tenor y el timple canario. Este proyecto reunió un gran número de músicos y agrupaciones de diferentes formatos de toda Cuba, siendo una experiencia única en mi vida.
Como parte de tu proyecto de maestrÃa en MusicologÃa, desde hace unos años vienes desarrollando investigaciones dedicadas a explorar la presencia de las rondallas en diversas regiones del paÃs, sobre todo en el entorno rural, y a través de la ayuda del Centro de Investigación de la Música en Cuba, recientemente se encuentran en proyecto de grabar el CD La huella isleña. ¿Cuáles son los propósitos que se han propuesto alcanzar con este disco?
Canarias y el mundo hispano en general conformaron el “etnos†cubano junto a Ãfrica, China, los árabes y muchos inmigrantes de otras nacionalidades del mundo. Pero los isleños se destacaron no solo por su laboriosidad y entrega al trabajo, sino que la música siempre estuvo presente en la vida diaria y nunca faltó un canto o una danza que les acompañara en la nueva patria que les brindó su seno durante siglos. A tal punto que en la década del 60 en el siglo XX se hicieron grabaciones a cantadores isleños y sus descendientes en el poblado de Pozas, tradición de la que somos continuadores también aquà en La Habana.
Es por eso que nuestra agrupación se propuso grabar toda la música representativa de nuestras fiestas y celebraciones cubano-canarias que tiene más de 20 años, dentro y fuera de la Federación de sociedades españolas a modo de homenaje a estos padres fundadores y a su vez mostrar nuestra labor musical durante este perÃodo. Tenemos la dicha de contar con el apoyo de CIDMUC que hace grandes esfuerzos por conseguirnos las condiciones necesarias de logÃstica y recursos de personal técnico para hacer posible este sueño.
Desde tu visión, qué importancia le confieres al rescate musical de la obra de autores ya desaparecidos y a las labores de musicologÃa que se desarrollan en torno a estos, dado que muchas veces las piezas quedan atrapadas en los pentagramas de un cuaderno de música y, a menos que sepas leer la partitura e interpretar el instrumento, no puedes descifrar la magia creativa que guardan las notas escritas sobre el papel.
Tienes toda la razón. Si enseñamos un plano del Capitolio confeccionado por un ingeniero, no podemos pretender que las personas comprendan lo que significa o sientan la experiencia de apreciar la obra arquitectónica cuando nos paramos frente a ella. Por eso instituciones como el CIDMUC, Casa de las Américas y el Museo de la Música se han dado a la tarea desde sus comienzos de rescatar y preservar nuestro patrimonio histórico musical.
Ellos se han valido del trabajo de campo de destacados musicólogos y estudiantes egresados de nuestras escuelas de música, a partir de todas las herramientas técnicas posibles y el uso de la tecnologÃa para registrar tanto en partitura como en grabaciones musicales y videos, ese extenso y excitante mundo sonoro que es la música cubana. También de esa forma el público en general puede apreciar la música lo más parecida posible a como se tocaba en épocas pasada y como la conciben las nuevas generaciones en la actualidad.
Entre nuestro contexto, podrÃamos decir que existe una lÃnea invisible pero latente entre la música clásica y la música popular, ¿a qué crees que se deba esto?
Ambos tipos de música se desarrollan en contextos heterogéneos e históricamente han cumplido funciones sociales diferentes. La música popular salió del creador empÃrico, por lo que se comunica fácilmente con las masas sin instrucción musical académica, ya que este artista bebe directo de lo que esta mayorÃa consume. La música clásica la entiende, aprecia y crea el que la estudió o el que de alguna forma en su infancia y educación estuvo influenciada por esta estética musical, aunque también depende de la sensibilidad de cada cual.
A pesar de eso la polÃtica cultural de nuestro paÃs ha tenido como objetivos durante muchas décadas que la población en general logre disfrutar y entender la música clásica porque, créeme, apreciar la música clásica sin duda alguna eleva la sensibilidad musical de cualquier ser humano a otro peldaño y, además, es una herramienta indiscutible para entender la historia de la humanidad, aunque esto parezca abstracto, como mismo sucede con las artes plásticas, el teatro y la literatura.
Recientemente, estuviste entre los 24 compositores seleccionados para participar en el concurso Adolfo Guzmán 2019, con la canción Deja que te ame asÃ. Háblanos de este tema que tanta aceptación tuvo por parte del público y qué ha significado para ti esta experiencia.
Deja que te ame asà es una canción a la fe y al amor a la vida. Quise hacerla con un género bailable, pero que la letra en sà hiciese el contraste. Tuve la suerte de contar con dos importantes creadores que me apoyaron en el acabado del tema. En primer lugar, el músico y amigo Jorge Mancebo: “Chocoâ€, quien me ayudó en la producción, grabación y mezcla del tema en solo cinco dÃas, pues es un maestro de la creación con ordenador y un excelente arreglista.
La otra colaboración estuvo a mano de una persona muy especial para mÃ, que quiero inmensamente, excelente mujer y escritora, quien le dio un importante acabado al discurso poético de la canción, sellando el producto final. Me siento muy feliz por la colaboración de ambos artistas en mi canción y estoy convencido de que el trabajo en equipo es tan necesario como productivo.
En cuanto al concurso Guzmán, fue una experiencia necesaria para mi carrera porque siempre he trabajado al margen del mundo del espectáculo y este concurso me introdujo en uno de gran magnitud. Pude constatar lo complejo que se hace una producción a estos niveles, el gasto económico y la logÃstica que se necesitan sin dejar de mencionar los cientos de profesionales de diferentes áreas de las artes, el diseño y la ingenierÃa audiovisual en pos del espectáculo.
No alteró el rumbo de mis proyectos personales, pero sà me ubicó en donde estoy, lo complejo que funciona y que hay que ser muy serio en todo para no derrochar los recursos y trabajar con los pies en la tierra, aunque de vez en cuando haya que buscar en las nubes.
Le agradezco inmensamente a Pedrito Camacho con ese espectacular arreglo y a los muchachos de la Banda Gigante bajo la dirección de Gaitán, hombre de mucha paciencia y entrega. No quiero dejar de mencionar la gran experiencia que fue para todos los competidores el haber participado del evento ya que hoy nos une una bonita amistad.Â
¿Actualmente cuáles crees que son los principales retos que enfrentan los músicos?
Creo que los retos de un músico tienen mucho que ver con sus concepciones de la vida, su vocación-talento y sus condiciones socioeconómicas. Si un músico quiere defender un repertorio, una estética o un discurso artÃstico depende mucho de su voluntad y su entrega a lo que hace y desea lograr.
Pareciese que donde las condiciones económicas lo permiten hay más desarrollo para el que desea dedicarse a la música, sin embargo, la vida nos sigue demostrando que los intereses personales, los valores morales y la intensión que se le dedique a la actividad musical limitan o hacen avanzar al artista hacia el más preciado sueño.Â
¿Qué rasgos crees que definen a Marcos?
Creo que el rasgo que ahora mismo me define es la pasión y dedicación por las actividades profesionales que hago. También considero que con los años me he vuelto más trabajador y estudioso, aunque el tiempo casi nunca me alcanza, por lo que he tenido que ir dejando de hacer muchas actividades que me gustan y he ido concentrando mis esfuerzos en las más importantes para ir concluyendo proyectos, porque como dice el refrán, “el perro tiene cuatro patas, pero coge para un solo ladoâ€.
¿Cuáles son las expectativas que tienes para el futuro?
Aconsejan los grandes maestros espirituales, para decirlo de alguna forma, que en silencio deben gestarse las cosas, no obstante, me encuentro inmerso en un proyecto que tiene que ver directamente con la música popular patrimonial que incluye un estudio profundo de determinados géneros tradicionales cubanos y al fenómeno cultural que se desarrolló en torno a estos, para asà intentar traerlos al contexto actual y seguirlos desarrollando en diferentes formatos musicales y, por su supuesto, en mi creación futura.