Yasmany Herrera Borrero
«Si no hay lugares para ver artes visuales, nos vamos a quedar muy atrás»
Spin off de una entrevista o cómo conocí al artista
La oficina de la presidencia de la filial provincial de la Asociación Hermanos Saíz en Santiago de Cuba es normalmente un lugar alegre, un sitio para la cofradía y cocinar buenas ideas. Pocas veces ves allí gente ansiosa; pero aquel día había una carga de estrés notable en el ambiente; cuando llegué con el desenfado habitual, en el centro de aquella salita estaba Yuri Seoane con sus gafas, su cabello hirsuto y sus manos en la cintura. Hablaba rápido y se quejaba de las pocas posibilidades de los artistas jóvenes de alcanzar espacios estelares en los informativos cubanos. Aclaró que creía que era un problema que había en Santiago porque veía en el Noticiero Cultural la vida de otras provincias.
Le habría gustado que supieran de él en esos días que preparaba su primera expo en la Casa del Joven Creador, en la pequeña galería que estaba cruzando la puerta. Hacía rato que me había acomodado en uno de los llamativos asientos que adornan el lugar que, para ser honesto, puede que con su rojo brillante alteren un poco a los presentes. Lo comprendí, le comenté que no tenía acceso al Noticiero Cultural, pero que podía ayudarlo haciéndole una entrevista para que lo vieran en Internet. Imagino que fue frustrante porque todos quieren el “vidrio”, pero parece que se resignó y pensó que algo es algo.
El diálogo con Yuri comenzó con la búsqueda de sus motivaciones para crear la muestra que llevaría a la expo Mundo Interior, que pronto se inauguraría. El diálogo fluyó, y como esas cosas que suceden, sin saber cómo, ni cuándo, la conversación llegó a un punto de giro. Derivó en sus concepciones sobre el panorama de las artes visuales en Santiago de Cuba y las posibilidades o imposibilidades que tienen los jóvenes para mostrar su obra en la ciudad.
Artes visuales, entre la imposibilidad y la voluntad para existir
¿Cómo valoras la promoción de los artistas jóvenes en el campo de las artes visuales en Santiago de Cuba?
De manera general hay muy poca promoción para los artistas noveles. También debo decir que muy pocos artistas se atreven a incursionar en las artes visuales actualmente, por lo general los artistas se van más por los formatos convencionales, los dibujos, la pintura o el grabado. He visto poca incursión en las artes visuales que reúnen muchas manifestaciones como el video arte y el performance. El arte en esta ciudad sufre de la imposibilidad de mostrar cosas nuevas más allá de lo que ya se conoce.
Si no hay lugares para ver artes visuales, nos vamos a quedar muy atrás, no van a morir pero van a quedar desactualizadas respecto a lo que sucede en un mundo que cambia constantemente. Creo que hay una responsabilidad institucional importante y creo que las entidades de la cultura, que son las que tienen los recursos, deberían analizar el fenómeno de la poca existencia de las artes visuales porque falta apoyo, no hay salones, y hay baja promoción.
Cuáles crees que podrían ser las causas de lo que expresas, ¿tendrá que ver con las ausencias? ¿Con toda la gente que se ha ido a La Habana o del país? Porque si por un lado hay poca promoción también hay que entender que ella depende de la calidad de la obra que se produzca.
Hay muchas maneras de buscarle una explicación al fenómeno, hace muchos años Santiago era una potencia en el campo de las artes plásticas, la pintura, las instalaciones, el grabado. Pero se han perdido muchos espacios vitales para la existencia del arte. Te puedo mencionar los salones 30 de Noviembre, los festivales del Caribe, donde había mucha calidad en las obras, existían muchos eventos que refrendaban la calidad.
En mi visión, muchas de las personas que eran protagonistas de esa vida cultural, especialmente en los 90, que era un peor momento en lo económico que el actual, ya están asentadas, su obra les trajo beneficios. Ahí comenzó una decadencia de esos espacios tan importantes para hacer visible las propuestas artísticas hasta su desaparición. Con ese panorama muchos jóvenes emigran para poder hacer su obra, para poder desarrollarse como artistas, lo que ha traído consigo que no haya un desarrollo de las artes visuales en la ciudad.
¿Cómo crees que esté impactando ese éxodo en la visión que se puede tener en la ciudad sobre las artes visuales y en la posible actualización a nivel conceptual de los artistas para crearlas y de los públicos para apreciarlas?
Para ilustrarte sobre lo valiosa que puede ser la incidencia institucional te pongo el ejemplo del SAVE (Santiago Artes Visuales y Experimentales); es una voluntad del Consejo Provincial de las Artes Plásticas con muy buenos resultados en la visibilización de los artistas jóvenes. Sin embargo, el SAVE es una vez cada dos años, pasa mucho tiempo para que los artistas muestren su obra, además, es competitivo, o sea, que no aseguran la participación porque las obras son sometidas a un proceso de curaduría y de selección.
Sin ánimos de comparar, a veces yo mismo me sorprendo de que en Guantánamo haya tantas posibilidades, a ellos los felicito porque deberíamos aprender de su experiencia, tienen muchos eventos: Salón de la Uneac, Salón del Centro de Artes Visuales, hay salones en Baracoa. Me sorprendo cuando artistas de otras provincias me llaman para decirme que hay salones y espacios para mostrar su arte. Santiago es Santiago, esta no es cualquier provincia, es el eje de Oriente en todos los sentidos, no necesitamos decir la historia de Santiago para entender lo que estoy queriendo decir.
Al escuchar a Seoane me percaté de lo importante que es mostrar a la ciudad como espacio para la creación, para la satisfacción de las necesidades espirituales de los artistas, ese es el único modo de propiciar un desarrollo efectivo de la producción cultural en la provincia. Alegra –¡y mucho!– que los artistas estén preocupados por la promoción, que busquen soluciones a los problemas, que generen interrogantes, que se cuestionen el alcance de su trabajo y, sobre todo, que defiendan desde el arraigo el deseo de quedarse, pero también es importante hacerles saber que quedarse no debe ser un sacrificio a toda costa.
Con Yuri Seoane he seguido conversando, he visto su obra, he escrito sobre él, y aquí va otro pequeño esfuerzo por darlo a conocer, aunque no sea en el “vidrio”, pero algo es algo.
Escalinata: un peldaño para compartir el patrimonio
Una calle estrecha, casas coloridas, y al fondo una escalinata amplia mordiendo la agreste geografía es un paisaje urbano muy común en Santiago de Cuba. Esas amplias escaleras públicas son tan comunes, tan necesarias y tan útiles que aun cuando forman parte de la vida de miles de santiagueros para muchos pasan desapercibidas. Hay escalinatas emblemáticas en esta ciudad, como la de Padre Pico, en pleno barrio El Tivolí, su imagen ha recorrido medio mundo y probablemente esté entre las que identifican esta ciudad en la mente de cualquier extranjero.
Aunque algunos especialistas no se atreven a señalar iconográficamente un elemento identificativo de la ciudad por no ser excluyentes, las escalinatas parecen ser en Santiago lo que son las columnas para los portales habaneros. Pero esas escalinatas son más que simples facilitadores arquitectónicos, son espacio seguro de juego para los niños, sets para fotografías y videos clips, son extensiones de gimnasios, entre otros múltiples usos en esta urbe que las exhibe orgullosa.
De esa imagen poderosa que representan las escalinatas para los santiagueros se apropió Daylenis Blanco Lobaina para darle curso a su proyecto con el fin de promover el patrimonio y su apropiación en Santiago de Cuba. Todavía recuerdo los primeros esfuerzos, los trabajos periodísticos de descubrimiento perenne, el programa de radio, la peña, las redes sociales… todo en función del ascenso, como si construir este esfuerzo mayúsculo fuera también decidir emprender el camino desde el primer escalón.
Todo ese esfuerzo en la actualidad se puede percibir en toda su dimensión más que en su condición metafórica, Escalinata es una realidad que ha rendido sus frutos tanto en lo investigativo, como en lo promocional. Sobre las peculiaridades de este ascenso el Portal del Arte Joven Cubano conversó con la gestora del proyecto.
–El patrimonio y el acercamiento a él generalmente es una acción que emprenden profesionales de otras ramas de las humanidades, ¿por qué has hecho de este un tema para la promoción y la investigación?
Justamente por eso, por el convencimiento que mucho tiene que hacer el periodismo y la comunicación en promover el conocimiento-reconocimiento-salvaguarda de nuestro patrimonio. Otros profesionales de las ciencias humanísticas han aportado muchísimo en las investigaciones de los más diversos tipos de patrimonio; sin embargo, falta muchísimo en la divulgación de ese conocimiento, y es ahí donde más me interesa aportar.
Ya presentamos una asignatura en la carrera de Periodismo que abordara esta temática, y fue aprobada como parte del Plan E, para cuarto año. Las expectativas son motivar a los jóvenes profesionales a investigar más, a especializarse y a utilizar los diversos medios de comunicación y todas las plataformas digitales a su alcance para valorizar mucho más nuestro patrimonio.
–Uno de los debates teóricos más comunes alrededor del patrimonio y su salvaguarda es su capacidad para sobrepasar el espacio de los archivos, ¿consideras que ese fenómeno está superado?, ¿son conscientes los investigadores y promotores de la necesidad de promover el patrimonio más allá de salvaguardarlo?
Sí, como dices, es un debate común y casi superado actualmente entre los investigadores. No creo que todavía todos los públicos lo superen, pues aunque en los últimos años se ha avanzado bastante, todavía cuando hablas de patrimonio las personas piensan casi automáticamente en eso: archivos, museos, antigüedades. Sobrepasar el espacio de los archivos lleva mucho trabajo de promoción, de acercar las historias, los valores de esos archivos a la gente. Salvaguardar el patrimonio constituye el objetivo principal cuando lo promovemos.
–¿Qué papel juega la comunicación para ese fin?, ¿hay real conciencia del impacto que puede tener esa comunicación en la protección de los bienes patrimoniales?
Lo que no se conoce no se puede proteger. Es una cuestión básica. Esa “real conciencia del impacto” no es igual en todos los territorios del país, ni siquiera en todas las instituciones. En Santiago de Cuba todavía se subvalora bastante.
–Creo que el ejemplo del rescate del Himno puede ayudar a describir mejor la experiencia de los impactos, ¿cómo crees que ha tributado a la toma de conciencia y el sentido de pertenencia hacia la ciudad?
El rescate del Himno de Santiago de Cuba fue un ejemplo de cuánto podemos hacer desde los medios de comunicación, o desde la academia, pero sin dudas, nos falta mucho. Contamos casi inmediatamente con el apoyo de los artistas. El Maestro Ernesto Burgos y la Banda Provincial de Conciertos y la Maestra Daria Abreu al frente del Orfeón Santiago, a quienes agradezco infinitamente el empeño. También a René Silveira, fotógrafo especialista a quien debemos la restauración y digitalización de las partituras.
Ese es un ejemplo de lo que te hablaba. Cuando se estrenó en el Parque Céspedes tuvo mucha aceptación, también mucha repercusión en la prensa y asistieron muchos artistas e intelectuales de la ciudad, pero fue un esfuerzo titánico y desinteresado de un grupo de periodistas, investigadores y artistas, que pocas veces logra repetirse por la falta de apoyo institucional. Nadie cobró nada por trabajar durante semanas en esto. Ahí siguen los archivos, a la espera de investigadores, de recursos, de acciones de puesta en valor que los vuelvan a poner en las manos del público.
Si una agrupación rescata por ejemplo la obra de Ñico Saquito, hace arreglos musicales, la graba e incluye en su repertorio de estos tiempos, entonces estamos hablando de impacto, de rescate de nuestro patrimonio musical, de una puesta en valor que además genera ingresos. Debemos pensar con mayor lucidez en temas como estos. A la espera de estas acciones aun quedan muchos de nuestros exponentes patrimoniales.
–Háblame de Escalinata como proyecto expandido, espacio sociocultural, radial e hipermedia.
Escalinata ha sido una gran escuela. Nació en la radio, en febrero de 2016, con la finalidad de “noticiar el patrimonio”, y cada semana actualiza sobre las principales investigaciones, acciones de conservación, actividades de promoción que tienen lugar en museos e instituciones culturales, entre otras. De igual modo cuenta con dos secciones, para mí muy importantes, una dedicada a los “Santiagueros que han hecho historia”, gracias a su trabajo dedicado a la salvaguarda de las más variadas aristas del patrimonio en la ciudad, y “Lo mejor de Santiago es su gente”, donde conocemos a las personas que hoy son responsables, por ejemplo, la custodia, el estudio, la restauración de bienes patrimoniales, etc. Ahí entrevistamos arqueólogos, investigadores, restauradores, albañiles, fotógrafos, museólogos.
Con Escalinata nos hemos formado. Recuerdo que al inicio todo el equipo de radio cursó un postgrado en Educación Patrimonial, porque era necesario aprehender de Patrimonio para hacer mucho mejor el trabajo. Agradezco mucho a todos. Las locutoras Zeyda Vázquez, Leismin Linares, Rosaelianne de la Rosa; a Jorge Mora, grabador y editor del programa, a quien debemos todo el diseño sonoro; también a Yailene Brioso, una asesora muy exigente y que mucho nos ha ayudado, y a todos los colegas que en distintos momentos de Escalinata han hecho colaboraciones importantes.
Durante dos años, trascendimos la cabina de radio para dialogar directamente con los santiagueros del centro histórico de la ciudad, gracias al espacio que nos brindó la Casa Dranguet, y allí convocamos a muchas personas y artistas y dialogamos sobre muy diversos temas. Estas peñas se grababan y se radiaban la semana siguiente.
En esa experiencia de promoción del patrimonio tuvimos además un boletín que circuló entre los asistentes y abrimos nuestra página en Facebook. Tengo que decir que ese espacio nos demostró lo ávido que están los santiagueros de espacios como estos. Fue un derroche de mucho saber durante todo ese tiempo.
–¿Cuánto ha significado la Asociación Hermanos Saíz en este empeño?
Sin la AHS no hubiera sido posible. La Asociación Hermanos Saíz me acogió justo por mi trabajo en la promoción del patrimonio en Santiago de Cuba y gracias a su apoyo rescatamos el Himno de Santiago de Cuba en 2017 y mantuve durante dos años la peña Escalinata en el Centro de Interpretación del Patrimonio Cultural Cafetalero, conocido como la Casa Draguet. En ese mismo año convocamos al concurso “Escalinatas de Santiago de Cuba” y compilamos mucha información gracias a la participación de más de 50 oyentes, quienes nos donaron fotos, recortes de prensa, anécdotas, sobre uno de los íconos urbanos más importantes de la ciudad. Sueño con poder convertir todo esto en libro, en algún momento.
–¿Que estás haciendo actualmente?
En estos momentos me enfoco en mis estudios de doctorado en Ciencias de la Comunicación, dirigidos al estudio del cine. Esto implica un estudio profundo de las salas de cine de Santiago de Cuba, un análisis de la programación hasta completar con un entendimiento de la cultura de la pantalla generada alrededor del cine, como uno de los medios de comunicación más influyentes del siglo XX. Espero hacer contribuciones a los estudios sociohistóricos de la Comunicación en nuestro país, reconstruyendo y analizando este pedazo de historia en Santiago de Cuba.
Además, desde hace poco más de un año trabajo el área de la comunicación con el Septeto Santiaguero, uno de los exponentes más importantes de la música tradicional cubana en nuestro país con dos Premios Grammy Latinos, y me da mucho gusto trabajar con el Maestro Fernando Dewar y todo su equipo en la promoción de su trabajo, mucho más enfocado a enamorar a los jóvenes de nuestra historia y herencia musical.
En este año celebramos el aniversario 25 de la agrupación e hicimos una donación importante al Museo de la Música Pablo Hernández Balaguer de Santiago de Cuba, utilizamos casi todas las plataformas digitales en estrecha relación con los seguidores en todas partes del mundo. Continúo aprendiendo y trabajando “al pie del cañón”, como se dice, por la promoción de nuestra cultura, de nuestro patrimonio.
–¿Por qué ha sido la promoción tan importante en tu desarrollo profesional?
Fue casi un descubrimiento después de varios años trabajando en la radio. La promoción va esculpiendo mi carrera de algún modo, y no importa donde esté, si es la radio, la academia, el mundo de los espectáculos, todo se va articulando para que suceda algo en lo que creo: es nuestro deber poner el periodismo al servicio de los demás.
Memoria Nuestra: claves para hacer historia
I
Qué ingenuos quienes proclamaron el fin de la historia y pensaron trascender con una teoría irracional que nació muerta. Quizás a propósito se olvidaron del carácter acontecimental de la vida; quizás se olvidaron, porque era conveniente, que la historia no es una sola y que el curso de la misma está compuesto por infinidad de relatos, microrrelatos, de experiencias y vidas que no necesitan asentarse como grandes épicas para tener a la existencia como una posibilidad.
Treinta años después de declarada aquella muerte, la historia está viva; la hacemos nosotros los que no nos hemos negado el privilegio construir una realidad diferente, los que trabajan por un porvenir venturoso, los que amamos, soñamos y sentimos que este es el momento de hacer y de crecer.
Si hace 40 años alguien hubiera escrito un guion cinematográfico para una película futurista donde la tierra sería azotada por una pandemia global que reduciría la movilidad humana a la mínima expresión, donde los contactos humanos serían virtuales, lo hubiesen acusado de apocalíptico. Cuarenta años después henos aquí al comienzo de esa película.
Sin embargo, para vivir nuestra película hay que ver el guion como un material sujeto a cambios, un material que puede dejar de ser apocalíptico en la medida que seamos sujetos capaces de transformar la realidad y labrar los posibles hilos narrativos de nuestra trama, sin forzarla pero con la convicción de que la que escojamos sea creíble por ser precisa.
Nosotros a través de las pantallas
Al anunciar las Romerías virtuales un torrente de escepticismo invadió a más de un participante de en Memoria Nuestra, el concurso de investigaciones que convoca la filial holguinera de la Asociación Hermanos Saíz. Muchas interrogante sobre cómo serían las sesiones, los intercambio que haríamos en ese espacio común en el que estábamos a medias. Los cierto es que desde el principio fluyó bien, desde las coordinaciones previas se respiraba una empatía singular.
Se pensaron las reglas, se creó el grupo y se coordinó la manera en que funcionarían las ponencias. Era importante la disciplina para avanzar en esta experiencia nueva, las reglas se hicieron más útiles que nunca porque permitieron no andar a tientas frente a la experiencia novedosa.
Aunque todo parecía normal nadie puede soslayar que en ese ánimo de no sucumbir ante la imposibilidad de reunirnos, estábamos nosotros ante nuestras pantallas como Alicia a través del espejo, descubriendo un mundo que creíamos que conocíamos y ajustando constantemente nuestro mecanismo para funcionar bien. El grupo fue creciendo sus dinámicas, complejizándose; primero se subían las ponencias, pero luego aparecieron los posters, las fotografías, los audios, los videos, cada quien comunicando desde el lenguaje que le parecía más cómodo. Las experiencias personales respecto a la participación fueron entrañables. Para la investigadora Laritza Rodríguez, quien es santiaguera, pero por estos días se encuentra en Jamaica, este encuentro fue particular:
“Cuando me llegó la convocatoria me entristecí, estaba fuera del país y pensé en qué momento. Pero cuando comprendí la dinámica me sentí muy motivada y decidí participar. El desarrollo de las sesiones superó mis expectativas. Me sorprendió la cantidad de jóvenes con proyectos e investigaciones; me llamó mucho la atención el deseo de investigar el ámbito local con el cual se nota que tienen mucho compromiso. Es superinteresante la manera en la que se enfocaron problemas medulares de nuestro contexto cultural que fue abordado desde diversas disciplinas sobre múltiples temáticas. Los investigadores de todo el país están muy preparados, lo que habla de la salud de la sección en todo el país y estoy feliz de ser parte de este movimiento. Participar en este Memoria Nuestra me sirvió para comparar por dónde andamos en relación con el país. Estoy encantada de formar parte de este movimiento juvenil aunque esté lejos”.
Por su parte, la avileña Liset Prego asegura que “este trabajo me ha posibilitado ampliar mis horizontes como investigadora. Tengo que confesar que al comienzo tenía mis dudas sobre la forma en que se podía generar el intercambio en un grupo virtual abierto al que todos los días se podían incorporar nuevos miembros. Pero la práctica me demostró que mis inquietudes eran infundadas y que este trabajo tenía muchas potencialidades para desarrollar el trabajo en colectivo a partir de unificar el interés común. Otro de los logros, quizás el más notable, es la permanencia en el tiempo del grupo para continuar socializando experiencias el resto del año.”
II
Nunca es estéril el “ejercicio de pensar” la concreción de este acto. Este congreso ha venido a confirmar lo necesario de las articulaciones para poner a la ciencia al servicio de la cultura. Los jóvenes que hoy son parte de este movimiento expresan con su obra la madurez que tiene el movimiento de los críticos e investigadores en Cuba, lo cual es fundamental porque habla de la capacidad actual del país para acercarse a las más diversas problemáticas culturales sin necesidad de apelar a la improvisación.
No se debe de andar a tientas cuando se cuenta con investigadores que pueden modelar soluciones y asesorar procesos de transformación social desde el compromiso. Ahí existen una gran reserva de lo que se puede aportar al conocimiento de Cuba y los resortes que hoy están en la base de muchos de los problemas que afectan a la Isla.
La calidad de las investigaciones que han tenido presencia en este evento deberían hacer visible sus aptitudes y promover la necesidad de diálogo entre los jóvenes investigadores y las comunidades e instituciones para generar un pensamiento totalizador que permita a la sociedad en su conjunto buscar soluciones propias a problemas reales. Es tiempo de desterrar prejuicios sobre los investigadores y sobre los –no pocas veces– señalados academicismos, que a decir de algunos de sus detractores, están alejados de la realidad.
Lo que encontramos en WhatsApp
Más de una treintena de ponencias animaron el intercambio de los jóvenes investigadores cubanos, cientos de comentarios y preguntas se emitieron para acercarse a enfoques diversos sobre temas tan complejos como la ritualidad de los funerales en la provincia Granma, el estudio de la arquitectura Art Decó en Guantánamo, la violencia de género entre los jóvenes universitarios, el estudio de la obra de Fernández Retamar Cartier-Bresson, la Revista Casa de Las Américas, las tradiciones populares en Camagüey, entre otros asuntos de trascendencia investigativa que confirma la riqueza que la Asociación posee actualmente en sus filas.
Una de las ganancias más notables de la celebración de este evento es que se revalida la vocación emancipadora de sus participantes, quienes desde sus argumentos proyectan una actitud anticolonial, vital para la Cuba de hoy, tantas veces tentada por la pretensión ridícula de sumarse a las tendencias globales sin una análisis profundo de los orígenes y las implicaciones culturales de las modas.
Uno de los puntos en el que muchos de los participantes coinciden es en la calidad de las ponencias. Al respecto precisó al Portal de la vanguardia artística cubana Yuleidis González, una de las más activas en el este encuentro virtual: “Es impresionante ver la profundidad analítica y el compromiso transformador de quienes participaron en esta edición del evento. Gente muy joven con criterios muy profundos en torno a las problemáticas que afronta el país, pero lo más llamativo es su práctica coherente con ese pensamiento, lo cual es constatable en los resultados presentados. Siendo honesta te tengo que decir que es muy destacable la solidaridad y camaradería que se generó en el grupo. Me sentí esperanzada en medio de las circunstancias que vivimos”
Luis Emilio Aybar Toledo, quien se desempeña como especialista a nivel nacional de crítica e investigación, en una valoración sobre el evento señaló: que “la AHS nació para para conectarnos en función de metas comunes, y esa razón hay que hacerla valer en cualquier circunstancia. Así que lo que hicimos no fue otra cosa que mantener tozudamente nuestra vocación de unidad aun cuando parecía que ello no era posible. Las nuevas tecnologías nos dieron la infraestructura para lograrlo y nuestra voluntad, entusiasmo e identidad pusieron el resto. Los bits llevaron de un lugar a otro nuestras emociones y conocimiento, lo que resultó en una tormenta de creación. Esto ha sido una tregua fecunda que deja listo el camino para la guerra de pensamiento a la que nos convocó Fidel. Solo nos queda ahora plantearnos nuevos empeños”.
III
Cualquier guion para nuestra historia deberá tener en cuenta a nuestros jóvenes que se saben protagonistas y buscan el resquicio de la realidad desde donde más pueden aportar con la inteligencia puesta en función del bien común. Hay una resistencia natural a ser definidos como diletantes snobs que pueden sostener durante horas conversaciones sobre artes y letras. El trabajo de campo, el vínculo con la comunidad, con sus conciudadanos, habla –y muy claro– de la virtud de quienes en cualquier rincón de Cuba mantienen como prioridad la obligación de autorreconocerse en los otros y trabajar para vivir mejor.
En ese proceder radica una de las fortalezas de los que desafían con su actuar los designios de quienes apostaron por declarar a la historia como un organismo sin signos vitales. Su actuar no es ostentoso, el diario quehacer aporta más que las pretensiones de cambiar el mundo o de entregarse a la ilusión de una épica que los inmortalice, es por eso que un grupo de WhatsApp pequeño, relativamente anónimo, es el escenario para dar los primeros pasos para los empeños que depara el futuro.
Palabras que perduran en la Memoria Nuestra
Memoria Nuestra cierra esta edición y pone alto el listón, obliga a pensar en nuestra capacidad para superar las limitantes de una realidad que siempre pone límites, que solo pueden ser superados con la inventiva y la creatividad. El tiempo, el espacio y la logística parecen desafíos menores. Ya lo aprendimos y lo hicimos justo a tiempo para saber que lo más importante es seguir apostando por el siempre saludable “ejercicio de pensar”.
Con varias ediciones de Memoria Nuestra en su trayectoria investigativa, Yolaida Duharte goza de reconocido prestigio entre los investigadores cubanos. A ella recurrimos para saber sus valoraciones sobre esta edición del evento a partir de su experiencia:
“En esencia, no fue muy diferente a lo que ocurre cada año. Vi en el escenario virtual la misma colaboración y entusiasmo de otros años. Las ganas de participar e intercambiar formas de hacer. Es digno destacar la relación entre las instituciones y los organizadores. Aunque obviamente no fueron iguales que las que se comparten habitualmente en la que uno profundiza a través del intercambio extraverbal, esta fue una experiencia nueva con tantos retos como aciertos. Creo que uno de los desafíos más grandes que se logró fue que los investigadores participaran con recursos propios a través de estas plataformas, ya que el acceso a Internet es una imposibilidad aun para muchos, y poner esos recursos a disposición del evento dice mucho de la importancia que le otorgan. De manera general el uso de estas plataformas modifica las dinámicas de los participantes, pues tiene un impacto en las formas de comunicarse y construir colectivamente discursos”.
Yanelis Martínez, una de los artífices fundamentales de este evento, afirma desde España que “prefiero no comparar porque Memoria Nuestra, en sus versiones virtual y tradicional son muy diferentes, cada una con ventajas y desventajas. Lo que sí nos debe quedar como aprendizaje es que es una gran estrategia tener un grupo en WhatsApp para extender el evento más allá del espacio físico y, por supuesto, que para nosotros ha sido esencial poder superar las limitaciones habituales de hospedajes y alimentación que muchas veces nos dejan traer a todas las personas que queremos. Creo que en el futuro será primordial combinar ambas variantes para llegar a mayor cantidad de personas”.
Solo quienes han estado presentes en la experiencia riquísima que ha sido este Memoria Nuestra, saben lo que significa. Ha habido una voluntad de convivir más allá de entender a la ciencia como una necesidad.
El grupo ha hecho compartir los momentos que nos hacen más humanos, entre tanta emoción aparecieron los niño de varios participantes para matizar y dar color a una experiencia increíble y el Día de las madres también se celebró como demostración de la capacidad para llevar de la mano múltiples roles, sin que ello dañe bajo ninguna circunstancia la voluntad de crear.
Hacer historia no es un privilegio reservado a unos pocos. Desde la sencillez de nuestras vidas hacemos cada día algo que nos constituye como seres humanos y nos permite siempre mirar hacia atrás, para beber de esas experiencias desde las claves que aporta la cubanía. El cierre de la última jornada estuvo matizado por una sumatoria de palabras que coronaron el evento, con ese poder del lenguaje para sintetizar esencias. Así describieron su experiencia algunos miembros del grupo: “trascendental, interesante, única, reconfortante, enriquecedora, esperanzadora, increíble, inefable, inspiradora, energética.”
Romerías: el síndrome del último día
Después de tres jornadas de trabajo en Memoria Nuestra todo sigue como el primer día, se puede captar un ambiente de entusiasmo por el intercambio. Cuando quedan menos ponencias y ya se ha recorrido la mayoría del camino las expectativas no bajan. No es fortuito, la propia diversidad y profundidad de los criterios de los participantes permiten avizorar un debate rico. Por los temas compartidos desde la jornada anterior se han atizado las ganas de compartir propuestas y experiencias, llegar a la una de la tarde parece una espera eterna.
El tercer día el programa estuvo más cargado, con ocho propuestas se recorrió un amplio espectro que fue desde las representaciones sociales y el patrimonio hasta la socialización del proyecto cultural Nuestro Entorno, pasando por la relación de las mujeres con la prensa en las primeras décadas de la república, un estudio de lo rural en una comunidad holguinera, el análisis de la caricatura editorial en el periódico Ahora!, la proyección sociocultural de la comunidad china en Holguín y las peculiaridades de los velorios y entierros en el municipio Guisa.
Todos esos temas fueron profundamente debatidos por los participantes, quienes mediados por sus formaciones diversas ofrecieron de manera general un enfoque multidisciplinar a los análisis y sugerencias que les hicieron llegar a los ponentes. El debate también llevó a reflexionar sobre los impactos y sobre la necesidad de que los proyectos que se articulen puedan trascender por el hecho de que sus propios miembros sean gestores de la socialización de sus resultados.
Definitivamente este Memoria Nuestra ha sido histórico, es la primera vez que sesiona fuera de sus normas convencionales. Ha tenido la ganancia de que ha podido reunir a mayor cantidad de participantes, ha forjado vínculos nuevos y ha modificado para bien la visión que se tenía de los eventos ligada siempre a cuestiones logísticas, que son importantes pero está demostrado ya que no son imprescindibles.
Sin embargo, el último día también hizo patente una carencia, para la mayoría de los participantes faltó algo, fue un reclamo sostenido la necesidad de verse a los ojos, de tocarse, de intercambiar como estamos acostumbrados los miembros de una generación que se resiste a perder la sensación del calor humano.
Fue posible captar al final del debate que todos padecían el “síndrome” del último día, daba la sensación de que nadie quería perder los contactos, se repetían los deseos de no olvidarse los unos de los otros, de perpetuar el grupo de WhatsApp, lo único que nos ha unido en nuestro paso por Romerías en tiempos de pandemia; ciertamente es lo único tangible, aunque paradójicamente sea virtual.
Participar en el evento fue como si todos hubiésemos viajado cientos de kilómetros para conocernos, como si después de cada jornada hubiera habido tiempo para ir juntos a un concierto, como si la noche hubiera sido suficiente para tejer una urdimbre de complicidades. Por eso quizás había esa necesidad de mirarse a los ojos, porque aún creemos que no son suficientes los abrazos de unos y ceros para complacernos, por eso hay que volver a ser romeros, hay que volver para darnos el cariño que nos debemos.
MADRES INVESTIGADORAS QUE HONRARON EL MEMORIA NUESTRA 2020
Bloguerías de Mayo: Adaptarse es el camino del éxito
Las Romerías de Mayo han sido un espacio de vanguardia en su comprensión del arte y la cultura como elementos fundamentales para el desarrollo de la nación cubana. Ese criterio de vanguardia ha facilitado la incorporación a sus jornadas de manifestaciones, tendencias y lógicas de pensamiento avanzados que han tenido reflejo en el reconocimiento que hoy poseen entre los jóvenes artistas e intelectuales cubanos los múltiples eventos que estas aglutinan.
Una característica que es consustancial al siglo XXI es la relación de los seres humanos con la tecnología, negarse a comprender este vínculo sería un suicidio para cualquiera que pretenda tener una experiencia de desarrollo individual o colectivo. Quizás por eso las Romerías abrieron desde hace siete años un espacio de interacción para conocer ese espacio constante de lucha de sentidos que hoy constituyen las redes y que sería ingenuo soslayar. Para conocer aún más sobre las Bloguerías de Mayo, el Portal del Arte Cubano se acercó a Luis Ernesto Ruiz Martínez, uno de sus fundadores y más fieles defensores.
–Desde hace algunos años eres parte de la organización de este evento a través de un espacio de reflexión sobre la blogosfera en las Romerías de Mayo, y aunque quizás ya pasaron los años dorados de los blogs, en sus inicios fueron muy polémicos, ¿cómo asumieron su abordaje en aquel entonces? ¿Era necesario hablar de comunicación y hegemonías en un festival de juventudes artísticas?
Fue un reto enorme porque era un momento en que todavía el temor a lo nuevo, a lo que podía generarse en escenarios virtuales y al qué dirán, movía las decisiones y las formas de hacer de muchos. Muchas instituciones estaban ajenas al empleo de las tecnologías para gestionar la comunicación con sus públicos y propiciar un debate alrededor de un tema polémico, aunque ayudara a la solución de sus problemas.
La apuesta por la tecnología, los blogs y las redes sociales ya había tenido un primer intento en 2011 dentro de Romerías de Mayo. Dos años después, Alexis Triana y el Comité Organizador el evento, aceptaron mi propuesta de retomar aquel intento y convertirlo en un nuevo evento llamado Bloguerías de Mayo que, si bien al principio se centraba en blogueros del país, fue poco a poco abriendo horizontes para incorporar periodistas, profesionales, docentes y estudiantes de la comunicación y activistas de redes sociales, que más o menos resume a los que convocamos hoy.
La hegemonía sobre los medios de comunicación silencia, muchas veces, los esfuerzos de la izquierda mundial por consolidar sus esfuerzos. El Festival interpretó que ya en Holguín estaban creadas las condiciones para sumar estos temas a su convocatoria.
–Mucho ha avanzado la penetración de internet en Cuba desde 2013 cuando se inauguraron las bloguerías, ¿consideras que sirvieron de antesala para la horizontalización que ha supuesto el diálogo constante que generan redes sociales en Cuba desde que en 2015 hubo un acceso masivo a la red de redes?
Poner sobre la mesa de debate, un tema tan polémico como los blogs, las redes sociales y la comunicación en aquel momento, era bastante arriesgado. Las primeras ediciones trasladaron hasta Holguín a algunos de los blogueras más reconocidos en aquellos momentos, y no solo del oriente del país.
Creo que salimos airosos de esa prueba y eso posibilitó que el espacio fuera abriendo sus aspiraciones, pasando de una convocatoria para el debate en paneles, a uno que además de ello, permitiera el acceso a internet a los delegados participantes, de modo que les fuera menos complejo actualizar sus blogs, perfiles personales e incluso, canales institucionales de medios de prensa o instituciones representadas en el Festival. En un momento en que todavía la Wifi de ETECSA no estaba disponible en la ciudad de Holguín, las Bloguerías activaba una conexión gratuita para los participantes, en coordinación con Cubarte y el Ministerio de Cultura.
–¿Cuánta complejidad entrañaba organizar un evento que muchas veces requería conexión y condiciones que si bien ahora no son las óptimas en aquel momento eran más difíciles de resolver? ¿Cuánto ha cambiado eso actualmente?
La complejidad, en las primeras ediciones, era un serio problema. En 2014 nos propusieron montar campamento en la Biblioteca y fue lo mejor que nos ocurrió. Junto con ello nació la idea de instalar un pequeño “laboratorio” para que los participantes pudieran actualizar directamente desde el mismo lugar en que sesionaban los debates.
No existía la Wifi de ETECSA y los precios de instalación de la conectividad que la idea reclamaba, no permitía hacerlo realidad. Comenzamos con el enlace que la Dirección Provincial de Cultura podía ofrecernos. Y salió mejor de lo esperado. Año tras año fuimos mejorando, con el apoyo de instituciones de la provincia y del país que, desde el 2015, se sumaron a la organización del evento.
¿A quién recurrían cuando la logística fallaba?
A muchos amigos de los organizadores, de los propios delegados, de las personas que nos habían tendido la mano antes y a quienes poco a poco, logramos enamorar de un espacio para debatir y conectarse responsablemente a internet. Siempre contamos con el apoyo de las principales autoridades del territorio.
–Sé que has tenido un estrecho vínculo con el periódico “Ahora!” de Holguín, el cual es probablemente el más avanzado en el trabajo del periodismo hipermedial en el oriente del país, ¿formaba/forma parte de la práctica de “Ahora!” incorporar los saberes devenidos de las bloguerías? ¿Puedes hablar de alguna experiencia particular?
Siempre tuvimos, y seguimos teniendo, el apoyo de muchos periodistas del “Ahora!” en el trabajo de redes sociales en el territorio. Varias veces han estado en los paneles compartiendo sus experiencias o desde los blogs y las redes sociales sumados al debate o a la promoción de cada edición. En más de una edición, los de “Ahora!” han redactado, editado y publicado desde el espacio de Bloguerías de Mayo. Desde allí se hicieron, para bien de todos, muchas de las transmisiones en vivo en sus redes sociales.
–¿Cuáles han sido los mayores aprendizajes de la organización de las Bloguerías? ¿Te sirvieron luego en otros desempeños profesionales?
En primer lugar, conocer a mucha gente que ama lo que hace y sabe lo que quiere, descubrir que falta mucho por aprender en materia de comunicación en sentido general, y digital en particular. Las experiencias compartidas cada año por los delegados participantes y el público asistente van sumándose a nuestros propios saberes, enriquecidos con los colectivos en que habitualmente nos desempeñamos profesionalmente.
Destaca en los últimos tres años, además de los paneles y la conectividad, asumir dentro del evento la realización diaria de un noticiero realizado de conjunto entre la ACN, Cubadebate y la Unión de Informáticos de Cuba (UIC), para reflejar las principales acciones de las Romerías, con el protagonismo de los otros dos coordinadores de Bloguerías (Carlos Parra -Presidente de la UIC en Holguín, y Juan Pablo Carreras-fotorreportero de la ACN en Holguín) y participantes el evento.
Para esta edición, matizada por el aislamiento social, el reto será el Panel “Las tecnologías salvan” para intercambiar sobre el empleo de las tecnologías en estas complejas condiciones en que no se detiene la comunicación digital. A través de la Plataforma de videoconferencias de la UIC (https://conferencias.uic.cu/bloguerias/), varios periodistas, comunicadores y activistas de las redes sociales dialogarán sobre el tema.
–¿Como ves esa experiencia desde la distancia?
Adaptarse es el camino del éxito, Bloguerías… ha tenido que adaptarse en cada edición, a las condiciones “ambientales” en que se desarrolla. Esta vez también lo ha hecho, para bien. Hace varios años veníamos ensayando cómo hacer las cosas “virtualmente” y este 2020 nos puso en un escenario donde lo físico tenía que esperar. Esperemos que aprobemos el examen riguroso que nos impuso la vida y volvamos a vernos el próximo año.
En Memoria Nuestra nace una comunidad
El extenso debate que caracterizó la tercera jornada del congreso Memoria Nuestra fue el resultado de la presentación de seis ponencias que conformaron el programa del evento. Numerosos comentarios permitieron extenderse por más de dos horas, lo que demuestra la importancia que se le ha atribuido a la realización de este encuentro virtual por parte de quienes a él acuden.
Como en las sesiones anteriores, la calidad y el rigor científico han sido componentes esenciales para los informes que se han expuesto como resultados de las pesquisas realizadas. Acceder a las problemáticas planteadas desde la visión de los jóvenes investigadores ha permitido el reconocimiento de este espacio para visibilizar las enormes potencialidades que hoy tiene este movimiento juvenil para aportar a una comprensión integral de la realidad social y cultural cubana y, a su vez, transformarla.
El debate se movió en un amplio espectro que incluyó el análisis de algunas manifestaciones de las culturas populares, el acercamiento al patrimonio arquitectónico, el abordaje a la violencia de género entre jóvenes universitarios, el análisis de las prácticas culturales de los jóvenes integrantes de un proyecto cultural, y el análisis de las prácticas de socialización de dos denominaciones religiosas en distintos períodos de la Historia de Cuba.
Cada una de estas investigaciones generó un amplio cúmulo de interrogantes y reflexiones que permitieron a los ponentes explicar metodologías, matrices teóricas y compartir resultados. También el espacio fue propicio para hacer notable una petición que deberá quedar como una de las tareas de la sección de crítica e investigación a nivel nacional y la cual consiste en proponer la implementación de los resultados investigativos a las instituciones, entidades o comunidades implicadas a través de las comisiones de trabajo de la Uneac, lo cual constituye un paso significativo en la concreción de la voluntad de los jóvenes investigadores de integrarse a la solución de problemas reales de la sociedad cubana.
Por otro lado, fue un reclamo la integración de los noveles investigadores no vinculados con universidades y centros de estudio a las estrategias de formación e intervención de esas entidades, con el fin de canalizar su potencial investigativo y facilitar el acceso a metodologías e instrumentos de investigación que les permitan contribuir al desarrollo de indagaciones que tengan impacto real en la vida de las personas.
Aun cuando el objetivo de este evento es la socialización del trabajo de los asociados, esta edición va demostrando cuánto se puede hacer en materia de trabajo mancomunado y en la articulación de estrategias de trabajo. Estos elementos son claves para el desarrollo de una generación de investigadores que comienza a percibirse a sí misma como una comunidad, cuyos miembros tienen intereses similares y su trabajo colegiado puede sentar pautas en el desarrollo de estilos y formas de gestión al tiempo que puede servir de inspiración para futuros investigadores de la Asociación Hermanos Saíz.
La descolonización: necesidad constante de los jóvenes investigadores
Por segundo día consecutivo, a través del grupo homónimo creado en la red social Whatsaap, sesionó Memoria Nuestra, el congreso para jóvenes investigadores que convoca la filial holguinera de la Asociación Hermanos Saíz y su sección de Crítica e Investigación en el marco de las Romerías de Mayo 2020. Una treintena de miembros, en condición de ponentes y participantes, intercambiaron sobre diversas temáticas.
El programa de la jornada estuvo compuesto por un análisis de la obra ensayística del reconocido intelectual cubano Roberto Fernández Retamar; también se presentó una investigación centrada en la Revista Casa de las Américas como espacio de confluencia entre revolución social e intelectualidad, en tanto estuvo presente una indagación sobre la enseñanza de la música en Cuba, así como un acercamiento a los primeros años de la Revolución a través del fotógrafo Cartier- Bresson.
Uno de los elementos distintivos del debate, común a todas las ponencias, fue la necesidad de una mirada descolonizadora en la apropiación de la realidad, para lo cual la investigación es esencial a la hora de localizar referentes que permitan a los más jóvenes posicionarse frente a paradigmas hegemónicos desde una lógica emancipadora.
Tanto el legado de la Revista Casa como la obra Retamar son vitales en la búsqueda de elementos autóctonos para desprenderse de cualquier vicio colonizador, además de que poseen profundas raíces en la realidad latinoamericana y caribeña que permiten el retorno a la búsqueda de la emancipación total del ser humano.
Los participantes plantearon interrogantes que permitieron a los ponentes explicitar las claves de sus investigaciones y establecer un diálogo profundo al abrir nuevas incógnitas o aristas poco exploradas que permitirán seguir profundizando en las temáticas que constituyen objeto de indagaciones.
La jornada también fue propicia para poner a disposición de los participantes las ponencias que serán presentadas este miércoles. De esta manera se confirma este evento como el principal espacio a nivel nacional para reunir los resultados investigativos de los estudiosos noveles en el país, y a la vez asienta la vocación innovadora y capacidad de adaptación de Memoria Nuestra y su comité organizador a las actuales circunstancias, sin que ello afecte su vitalidad como espacio de encuentro e intercambio de saberes y experiencias entre los jóvenes intelectuales cubanos.
Bits para expresar la Memoria Nuestra
Por estos días los bits dan vida a las palabras para salvar la memoria nuestra. Un grupo de WhatsApp fue el punto de encuentro que en esta ocasión sirvió para aglutinar los resultados de los jóvenes investigadores de varias provincias, quienes sometieron sus trabajos a la consideración de un público que estuvo muy activo en relación con las ponencias.
Aunque ciertamente se extrañó el ambiente que por lo general impera en el Museo La Periquera, el espíritu fue similar, se generaron interrogantes y comentarios que sirvieron de complemento a las investigaciones presentadas, las cuales a su vez trataron temáticas variadas que se acercan a fenómenos que constituyen patrimonio cultural de la nación cubana.
Las ponencias de la jornada abordaron temas como los valores patrimoniales en la arquitectura de batey, el complejo de la rumba en Camagüey y el rol de la Asociación Hermanos Saíz en el panorama cultural avileño a más de 30 años de fundada la organización. Fueron objeto de análisis las metodologías, los criterios de selección de las muestras, así como las experiencias similares en las diversas regiones del país.
José Mario Viamonte, participante en la sección de trabajo, respecto a lo acontecido señaló: “los debates fueron estimulantes para el pensamiento joven. Tal vez la oportunidad de estar en casa es favorable, pues los debates digitales abren oportunidades no exploradas en Cuba, facilitan el intercambio personalizado de forma que se expresan las opiniones de una forma dinámica. Creo que la experiencia de hoy genera una nueva experiencia de intercambio intelectual y de retroalimentación teórica. Para mí ha sido exclusiva la oportunidad de conocer investigaciones, realidades y problemáticas asociadas a la cultura cubana, lo cual tiene un valor agregado si se tiene en cuenta que proviene de jóvenes investigadores”.
Durante una hora y media materiales de diverso formato –audios, videos y fotografías– permitieron una nivel de interacción multimedial que permitió a través de ese grupo de WhatsApp el desarrollo de una experiencia sensorial muy interesante que lejos de limitar el intercambio, facilitó la comprensión de las posturas de los ponentes.
Por su parte, Yuleidys González Estrada, quien es vicepresidenta en la provincia Granma y miembro del comité organizador, al valorar la jornada comentó al Portal del Arte Joven Cubano: “Se bordaron en profundidad los temas tratados, sin embargo, debo resaltar que lo más importante fueron las alianzas que comenzaron a construirse en torno al desarrollo de acciones conjuntas para la recuperación de la memoria histórica de nuestra organización y la salvaguarda del patrimonio histórico de la nación.
“Ciertamente, la experiencia virtual abre la oportunidad de una participación activa tanto en el debate como en la construcción del proceso en sí mismo. Es la oportunidad de crear de conjunto y constantemente al tiempo que lo vamos socializando, además de que me ha permitido incorporarme como productora del evento aun en la distancia.”
La vida cotidiana y los sueños, inspiraciones para el “Pequeño Gregorio”
La cotidianidad interrumpida por el confinamiento tiene un particular impacto en los niños, entre más pequeños puede tornarse más complejo quedarse en casa y para los padres puede ser un verdadero reto explicarles lo especial de las circunstancias que han erosionado su libertad de compartir sus sonrisas, sus juguetes y sus ocurrencias con otros niños. Es importante regenerar sus vidas y sus sueños, aunque parezca raro hay niños que llegaron mejor preparados al confinamiento, tenían experiencia previa de desarrollar la creatividad y eso ha sido una fortaleza.
El arte y la posibilidad de darle forma a los universos imaginados han sido dos elementos que se han cruzado para motivar a los niños de Songo- La Maya, un territorios en Santiago de Cuba con una impronta notable en la vida cultural de la provincia. Hoy las medidas para preservar la salud hacen imposible desplazarse 20 kilómetros desde la urbe por un camino que una vez emprendido se torna disfrutable.
Normalmente por esta época del año camino a Songo-La Maya hay un entorno donde las cañas adornan el paisaje con un verdor envidiable. Esas vistas –que hoy se extrañan– no tienen precio; siempre pienso que mientras uno ve embebido viendo palmas al borde del camino, por ahí adentro, en el cañaveral, cientos de hombres dedican sus días a la zafra, el viajero quizás no los note, pero están ahí; lo que sí nota son los monumentos: se suceden para refrescar la memoria, para mostrar dónde cayó el León de Oriente, para hacer patente que no se transita por un lugar común. Todo eso viene a la memoria antes de mandar un cuestionario, definitivamente me perdí el viaje, pero no la oportunidad de indagar sobre una de las iniciativas que pueden hacer que el aislamiento para los niños de ese territorio sea más llevadero.
Cuando llegas a La Maya te encuentras a un pueblo alegre, con parques siempre bulliciosos y gente que no se detiene, hay demasiadas cosas que hacer, nunca hay tiempo para perder; imagino que todo eso ha cambiado por estos días la situación obliga. Ciertamente, hace más de un mes, no es posible encontrarse con la propuesta cultural que habitualmente tiene lugar a un costado de la calle central del pueblo, donde era el cine, en la sede de la Célula de la Asociación Hermanos Saíz, un lugar para la creación. Todo eso lo sé por el coordinador de la célula.
Dialogar con Yasser Landazury es siempre grato, conoce a la comunidad, sabe de sus intereses y necesidades y por eso ha sabido enrumbar el trabajo sobre una de las experiencias más exitosas desarrollada en los últimos años. Aunque hoy los niños están en casa, accedió a comentar sobre lo que allí sucede con los más pequeños de la comunidad. Él explica que uno de los trabajos más interesantes que vienen realizando es el Taller de Creación Infantil Pequeño Gregorio, que se ha extendido con los años a la otra cabecera municipal que es Alto Songo, con el nombre Sonrisa de Colores.
Landazuri precisa que “este taller ha sido un esfuerzo conjunto de la Casa de la Casa de Cultura 27 de noviembre, La Galería Municipal y, por supuesto, los artistas que pertenecemos a la Asociación Hermanos Saíz. Nosotros les enseñamos a los niños técnicas, les enseñamos dibujo primero y pintura después, para que el proceso sea completo. Te puedo decir que hemos tenido resultados interesantes en este taller, hemos logrado que varios de esos muchachos, después de estar varios años con nosotros, hoy sean parte del alumnado de la Academia Provincial de Artes Plásticas José Joaquín Tejada, lo que es fundamental para garantizar la renovación generacional de los miembros de la Asociación en el territorio.”
Para los asociados este taller es fundamental, es una posibilidad para formar una mirada crítica al arte por parte de los niños y adolescentes. Para ellos, haber devenido en instructores es una experiencia rica, pues se retroalimentan constantemente:
“No tratamos bajo ningún concepto de cerrar el espectro temático, nos interesa la libertad creativa, la hibridez de formatos, nos interesa que los muchachos entiendan el arte como una posibilidad de dar rienda suelta a la imaginación. Hoy ellos se están expresando a través de las nuevas tecnologías, del manga, todas esas opciones son válidas para nosotros. Aunque ahora todo está detenido por la Covid-19, el taller funciona todos los sábados desde las 9 de la mañana en la galería municipal, para que ellos lo mismo pinten paisajes que a sus héroes. La idea es que pinten todo lo que se les ocurra, que pinten sus sueños y la vida cotidiana. Esperemos que cuando todo esto pase podamos retomar lo que habitualmente hacemos con nuestros niños.”
Después de tantos años de trabajo con los infantes una de las iniciativas de la galería municipal ha sido el desarrollo de un salón infantil de artes plásticas, Amiguitos de Meñique, en él se han integrado también los niños del Taller Pequeño Gregorio. Sobre el tema Landazuri agrega: “los muchachos de nuestro taller se han insertado con tremendos resultados, por lo que ahora tenemos también uno propio, en el cual también le hemos enseñado a tener una relación diferente con sus obras, a ver cómo es el proceso de curaduría, que vean sus obras enmarcadas, de esta forma los acercamos más a procesos en los que tradicionalmente ellos no participan, y al mismo tiempo fortalecemos los vínculos de los niños con la comunidad que vienen a verlos y a reconocer sus avances en cuanto a la creación.”
Mientras estuvo funcionando, el taller no se quedaba en la galería, a veces se iban a la calle para hacer de los transeúntes partícipes del proceso creativo. Esa es una experiencia rica que acerca el arte a las personas de una comunidad, que aunque por estos días ha bajado el ritmo, se niega a parar. Es, además, una apuesta constante por los niños y también por los más jóvenes, cuyos resultados van saliendo a la luz.
Allí, en ese lugar de alejada geografía, está la mano de los artistas de la Asociación, quienes un día decidieron que querían compartir su arte con los dueños del futuro. Esos niños están hoy en mejores condiciones de sumergirse en el aislamiento social, son capaces de crear su mundo, de pintar la cotidianidad, de darle cauce a sus inquietudes artísticas y así hacer más llevaderos estos días.
La cuarta pared y un click: teatro para quedarse en casa
Quinientos años antes de Cristo, en la antigua Grecia, faltaba la cuarta pared, faltó en la antigüedad, en el renacimiento, en la modernidad, y también en la posmodernidad. Su ausencia siempre ha sido el puente de acceso al lenguaje fundamental del teatro, no hay intermediación posible, desde siempre el espectador ha tenido la posibilidad de ser individuo y colectivo frente a la obra. En cualquier lugar sobre la grada, la no existencia de la cuarta pared permite acceder al complejo universo simbólico que proporciona el teatro en todas sus variantes.
La tecnología por su parte ha venido a modificarlo todo en el siglo XXI, los amantes del teatro se resisten al cambio, es natural. Hay en el teatro un sentido de exclusividad, cada puesta es única aunque el libreto sea el mismo; lo que cuenta es la experiencia de estar en el momento de la representación, se vive la atmósfera, se apropia uno del ambiente que despide el montaje, son sus códigos. Para los conocedores de este arte hay una resistencia a encasillar la obra en frames pixelados que restringen la visualidad a un cuadro unas pocas pulgadas para su disfrute.
La casualidad como categoría tiene una naturaleza binaria, para concretarse tiene que existir la posibilidad, deben existir condiciones que hagan posible un hecho. La reclusión obligatoria que vive el mundo hoy reduce al máximo la posibilidad de acceder al teatro, aun cuando las condiciones de posibilidad están dadas, hay teatros, hay obras, actores, directores; sin embargo, es inseguro, perjudicial para la vida asistir a un teatro, a una obra: el Sars Cov-2 es una realidad.
Aunque no es una casualidad y si el resultado de un devenir histórico, la tecnología permite acceder al teatro, a los textos, a los actores aún en sus espacios más íntimos, entonces los frames pixelados desafían a la ortodoxia que pauta el consumo del arte teatral y dan paso al goce estético.
Juan Edilberto Sosa, joven dramaturgo santiaguero, presume con orgullo su colección de teatro en formato audiovisual, se le nota una vividez poco común en los ojos cuando habla de ella, asegura que probablemente sea una de las más grandes que hay en Cuba. Él conoce a casi todos los que tienen teatro en formato audiovisual en el país y ha logrado acopiar un número impresionante de piezas, tanto cubanas y extranjeras –todo eso lo supe en una conversación informal, café por medio hace unas semanas, no soy un fan del café–, pero esta historia ameritaba el consumo social.
Juan sabe que tiene en ese repositorio un tesoro; lo usa siempre, no descansa, estudia, busca referentes, reconoce técnicas, estéticas; estudia, no descansa; experimenta, mientras monta alguna obra va su repositorio, busca la raíz, mezcla; estudia, no descansa, su creación es un ciclo de crecimiento en espiral.
La peña de artes escénicas en la Casa del Joven Creador, Lucy en Caja, siempre presentaba un audiovisual mientras sesionaba, era el lugar para darle un uso social a tanto buen teatro convertido en bits dentro de un disco duro.
La colección de Juan siempre estaba presta para espacios como ese, mientras existió los asistentes siempre tenían boleto seguro a la exclusividad. Desde que quedarse en casa es un imperativo he pensado en la utilidad del teatro para reflexionar, he pensado en lo disfrutable de sus textos y en su posibilidad fáctica para desterrar el tedio, lo cual no es casualidad sino una posibilidad que debe ser aprovechada en beneficio de todos, en estos momentos difíciles.
Otra vez tecnología por medio, le pedí a Juan Edilberto una selección de obras que pueden ser útiles para quienes aman el teatro entre las recomendaciones de teatro cubano sugirió Un Elefante que Ocupa Mucho Espacio del Ciervo Encantado, y que actualmente se encuentra disponible en la plataforma YouTube en la siguiente dirección https://youtu.be/eYHlggtA1ak. También de esta agrupación pueden buscar Visiones de Cubanosofía, de Nelda Castillo.
También recomendó textos de autores como la española Angélica Lidell con su obra Perro Muerto en Tintorería. Así mismo recomienda la obra de Rodrigo García, disponible en Google para quienes quieran leerla. Asimismo recomendó el teatro de autoficción de Sergio Blanco, con trabajos con referencialidad en el periodismo de investigación, los tres son, según el criterio de Juan Edilberto Sosa, autores imprescindibles del teatro contemporáneo.
Precisó que otras agrupaciones cubanas sobre las que hay que fijar la mirada son Argos Teatro, bajo la dirección de Carlos Celdrán, y su obra Vida y Muerte de Pier Paolo Passolini. También es importante la obra de Teatro Buen Día, en la que destaca Charetón de Flora Lauten. Igualmente sería bueno agregar Baroko o El pacto, de Rogelio Meneses, puesta en escena por el colectivo santiaguero Laboratorio Teatral Palenque.
Dos agrupaciones que no pueden faltar en esta lista cuando se habla de teatro cubano son Teatro de la Luna de Raúl Martín cuya pieza Delirio Habanero es de excelente factura. Y por otro lado El Público de Carlos Díaz con su obra homónima.
Al referirse a la arena internacional reconoció que es muy difícil hacer una selección justa, sin embargo apuntó que esta es una propuesta que les permitirá a las personas ir decantando y buscar obras según sus intereses. En el caso del teatro hispano son importantes agrupaciones radicadas u originales de la nación ibérica con obras muy interesantes, por ejemplo el grupo Carnicería de Teatro dirigido por Rodrigo García con su pieza Ronald el Payaso de McDonald. También la obra Extrarradio de Esteve Graset y The Application de Juan Domínguez, todas la obras mencionada hasta este momento son bien recientes.
Si alguien quiere buscar algo más clásico y más internacional les recomiendo la obra de Peter Brook, Marat, y de Estados Unidos el grupo The Living Theatre tiene Anarquía, utopía, y Capital Changes entre los años de 1993 y el 2000. De ese país norteño destaca además la obra de Reza Abdoh con The Law of Remains. Mientras que en la gran tradición polaca me gustaría recomendar La Clase Muerta de Tadeusz Kantor.
Definitivamente hay muchas buenas opciones si se quiere aprovechar el tiempo por estos días de confinamiento, buscar algunas de estas obras ayudará a reducir la distancia entre el público y los escenarios, sin cuarta pared de por medio, ahora el teatro está al alcance de un clic.